lunes, 16 de julio de 2012

Y otro nuevo comienzo más...

Creo que ya va siendo hora de que haga públicas algunas cosas que he tenido que esconder últimamente sin motivo. Cosas que no deberían ser un secreto en absoluto, pero que por desgracia hacerlas oficiales me ha perjudicado mucho, tanto que perdí mi trabajo por ello.

Estoy embarazada.


Estoy muy feliz, tengo mucha ilusión y creo que es una buena noticia, pero reconozco que fue un shock cuando me enteré, porque no estábamos en ello y fue un desliz.

Me llevó unos días asimilarlo y empezar a verlo como algo bueno, porque al principio me dio un vértigo de la muerte, ésa es la verdad. Pero luego me visualicé con otro bebé, a Abril con un hermanito chiquitito, pensé en cómo será tener otro hijo, otra vez la novedad de estar expectante por ver cómo será su personalidad, a quién se parecerá... y empezó a hacerme muchísima ilusión.

Así que se lo empecé a contar a mis amigos y a mi gente cercana, los cuales, como era de esperar, se alegraron mucho y claro, tanto hablar del tema tanto hablar del tema... pues se empezó a volver muy complicado ocultarlo. Yo esque, lo siento mucho pero no sé tener secretos, a mí no me gusta ocultar algo que está tan presente en mi vida y en lo que pienso tanto, especialmente cuando considero que no tengo motivo para ocultarlo y además, cuando me dan mareos cada vez que estoy de pie más de 2 minutos y la comida me da un asco mortal.

Así que en el trabajo empecé a contárselo clandestinamente a alguna compañera cercana pensando en no tardar mucho en hacerlo oficial. Además, yo me daba cuenta de que alguna que otra me miraba el pecho con cara de "uy madre, yo creo que eso no era tan... así", y pensé que enseguida empezaría a ser obvio y la gente se daría cuenta, así que, para que la peña me esté mirando las tetas y cuchicheando sobre lo mucho que estoy engordando, pues decidí darme el gusto de no esperar más y contarlo yo misma.

Así que me fui al despacho de mi jefa y sin más, se lo conté. Se alegró muchísimo, me dio dos besos, qué ilusión, estarás contenta, y tu hija qué dice, ay qué bien un hermanito... todas esas cosas.

Pues al día siguiente ya tenía una chica en mi recepción formándose, supuestamente como "formación rutinaria de todas las recepciones de mi empresa", y esa misma tarde me llamaron para que al día siguiente me pasara por la oficina de mi empresa para "firmar la ampliación del contrato, el fin de prorrateo y hablar de las vacaciones". Por supuesto cuando llegué al día siguiente lo que tenía que firmar no era una ampliación de contrato, era una cartita de despido que decía que el cliente (VivaKi) no estaba nada contento con mi trabajo, y que me prohibía pisar la oficina a menos que fuera en compañía de alguna de mis ahora ex-coordinadoras, y únicamente para recoger mis cosas. Qué casualidad, mira tú por dónde, ahora resulta que no están contentos con mi trabajo.

Yo, que hago muchos esfuerzos por controlar mis instintos más primarios, en lugar de gritar y llorar y tirar todas las cosas de la mesa y llamar de todo a la tía, pues me limité a coger mi bolso y marcharme, pero cuando salí llamé a mi jefa, a la de VivaKi, la que había dado la órden de echarme, y con mucho auto-control y sin perder mis formas, le dije que era una persona hipócrita, que tenía dos caras y que desde luego no tenía absolutamente nada de valor humano. Ella se limitó a decirme que ésa era mi opinión, que me agradecía la llamada y que me deseaba lo mejor.

Qué bien, qué tranquila me quedo de que me desees lo mejor, estaría bueno que me desearas lo peor, pedazo de Z*RR* H*J* D* P*UT*, porque para desearme lo mejor bien que me has jodido, ¿ahora dónde voy yo con un bombo y sin trabajo?, una cartita de recomendación hubiera estado bien si tanto bien me deseas, ¿¿no??.

En fin, la llamada que le hice ha sido bastante criticada por mis allegados, pero después de que me despidan por algo como eso, creo que mi reacción podría haber sido muchísimo peor y así al menos no me quedé con la espina de haberle dicho, ya no lo que opino, si no lo que realmente esa persona es después de hacer algo como esto. Además, partiendo de la base de que a mí controlar a mi yo-psicópata me cuesta un mundo, pues creo que tampoco estuvo fuera de lugar, no la insulté ni la llamé asquerosa ni me presenté en la oficina para montar una escena ni nada de eso, creo que tenía un mínimo de derecho a tener la última palabra, aunque ésta no llegue a ninguna parte.

Por supuesto denuncié el incidente, y mi empresa (Agio) no tenía ni idea de mi embarazo, así que antes que ir a juicio me ofrecieron el dinero que me correspondía en concepto de despido improcedente, que es una mierda y no llega ni al sueldo que cobraba al mes, y hala, a correr. Y yo sin derecho a paro, con un bombo y con una depre del copón.

Pero en fin, me puse a buscar curro como una loca, hice miles de entrevistas ocultando mi tripa, que tampoco es que tenga mucha pero en fin, con cierta ropa se me nota, y al final encontré un trabajo estable en el que llevo dos semanas y me encanta. Aún no lo he contado aquí, prefiero esperar el verano, pero esta empresa es muy diferente a VivaKi, aquí las recepcionistas estamos igual de valoradas que el resto de la gente, tenemos nuestro contrato fijo desde el principio y supongo que no tendrán problema, ésta es una empresa muchísimo más familiar e informal que VivaKi y sus jerarquías ridículas. Y de cualquier forma, si son igual que en VivaKi y me echan, con lo que llevo trabajado ya tengo derecho a paro, así que en el caso de que me despidan me tomaría un tiempo libre para tener a mi bebé y ya está.


Nadie puede hacerse una idea de lo que hemos estado pasando estos meses, especialmente al no tener a mi familia apoyándome y especialmente sabiendo que saben de todo esto y aún así deciden seguir en la sombra, cultivando sus nuevas familias y dándole la espalda a la de sangre. Nadie sabe lo que me gustaría ser una de esas personas para la que todo es fácil, que puede decidir cuándo tener sus hijos sin que eso le suponga un conflicto. Me encantaría ser una de esas personas que no han tenido que luchar por nada en la vida porque todo se le ha dado rodado. Me encantaría que la gente dejara de decir de mí que soy una luchadora y poder por fin disfrutar de la vida de una maldita vez sin que todo sea una contínua batalla, sin que nadie me ponga trabas, ni me odie, ni me diga que me merezco el rechazo que tengo. Me encantaría dejar de recibir golpes como estos que me impiden centrarme en lo realmente importante ahora mismo, que es que voy a tener otro hijo al que voy a adorar tanto como a la primera. Me encantaría estar tranquila, porque por ahí dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, pero yo creo que no es verdad en absoluto, yo creo que en cada golpe de este tipo, que requiere tantísimo esfuerzo para volver a levantarse, pienso que vamos perdiendo más y más fuerza, siento que cada vez estoy más cansada y tengo menos ganas de luchar, cada decepción que recibo siento que me vuelve más débil, más vulnerable y que todo lo hago con menos ilusión, menos alegría y con más seguridad de que alguien vendrá y volverá a destrozar todo lo que tanto me cuesta construir día a día...







.. hay que ver qué melancólica me pongo cuando estoy embarazada, y todavía tengo hasta Navidades, que no les pase nada a mis lectores... prometo que la próxima entrada será mucho más alegre, que ahora que he vuelto a coger la bonita costumbre de salir a la calle, mi don se manifiesta bastante a menudo y las experiencias mongo, en mayor o menor medida, afloran como setas...
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