jueves, 25 de diciembre de 2014

Mi 2014

El 2014 se acaba. No sé si son buenas noticias, ya que para mí ha sido uno de los años más productivos de mi vida. Ha sido agotador, durísimo diría, y no ha dejado de serlo en ningún momento, pero ha sido duro así como es la vida, ni menos ni más, nada que ver con cómo transcurrió el 2013, que fue el año más doloroso de mi vida.

El año empezó con uno de los momentos más bonito que he vivido, que fue el viaje a Salobreña que hicimos en enero. Aunque fue un viaje al 50% por ciento de su potencial porque nos faltaron Diana y Marcos, recuerdo aquel viaje como uno de los momentos más despreocupados de mi vida y creo que aquella escapada me sirvió para poner punto y final al luto que sufrí por mi divorcio, porque una vez que volví con las pilas cargadas, lo primero que hice fue ir al juzgado y comenzar los trámites de divorcio de forma oficial.



Recuerdo bailar en la playa, recuerdo beber sin preocuparme de nada, recuerdo la barbacoa, la parrillada, los tacos mejicanos…, recuerdo los ataques de risa provocados por el cansancio y la resaca, recuerdo disfrutar de todo… pero también recuerdo romper a llorar de pura angustia en el viaje de vuelta a Madrid sólo por la ansiedad que me provocaba el volver a la vida real, a mis problemas, a la angustia que me acompañaba a todas horas, a la incertidumbre de qué iba a ser de mí y de mis niños, si íbamos a comer, si nos iban a echar de casa, si mi ex marido iba a llevárselos y no iba a dejarme verles más (cosa que hizo sólo unos días después de volver de viaje, robarme a mis hijos durante una semana)… y supongo que ese choque de realidad tan fuerte fue lo que hizo que algo dentro de mí dijera “hasta aquí” y decidiera poner fin de manera legal a tanta manipulación.





Este año también ha sido el año de auténtico despegue de Flash and Make Up. No sólo he tenido la oportunidad de formar parte de uno de los proyectos más bonitos del mundo, sino que además he hecho miles de exitosos cursos con alumnas fantásticas que me han ayudado a asentar mi empresa, a sentirme más segura de mí misma y a reafirmarme en lo que hago y confiar en mi proyecto.











Ah, y además tengo mi propio club de fans.






A finales de mayo, un día cualquiera mientras paseaba a Juno por mi barrio sumida en mi apatía habitual, sonó el móvil. Una voz que hablaba inglés me dijo que les había llegado mi candidatura, que el puesto para el que aplicaba ya estaba cubierto, pero que les había gustado mucho mi currículum para una vacante que acababa de salir y que si me interesaba que me incluyeran en el proceso de selección. Esa misma tarde tuve la entrevista, un par de días después pasé a la siguiente fase, y menos de una hora y media de salir por la puerta, cuando casi no me había aún dado tiempo a mandar un mensaje a todos mis amigos para que me desearan suerte, recibí una llamada con una oferta de trabajo que me hizo tener que sentarme en el primer sitio que pillé (un banco de la calle) antes siquiera de llegar a colgar el teléfono.




Dentro de unos pocos días cumpliré 7 meses en el primer trabajo de mi vida en el que me siento parte de la empresa, de sus éxitos y sus fracasos, una empresa que me encanta lo que hace y que lo único que pienso cuando le cuento a la gente a lo que me dedico es que ojala mi abuelo hubiera vivido para verme formar parte de una empresa que se dedica al periodismo en los mejores periódicos del mundo y que me está haciendo aprender infinito sobre geografía, cultura, política, economía y que me da la oportunidad a diario de hablar con gente de todos los rincones del mundo y de todas las categorías posibles. Adiós a mis tiempos de recepcionista, aunque mi empresa no es ejemplar en absoluto, me vuelve loca y a veces creo que voy a desarrollar una úlcera, adoro lo que hago y por primera vez en mi vida entro por la puerta de la oficina con ilusión, mis jefes me respetan y mi opinión importa. Es mucho más de lo que puede decir la mayoría de gente.



Poquito antes de que eso ocurriera, pudimos cumplir lo que nos faltó en el viaje de enero y nos fuimos todos, los seis más dos pequeñajos, de viajecito a Torrevieja.





Ver a Luis disfrutando del Kite surf, bailar en la playa, disfrutar con mis amigos, a los que quiero con mi vida, del sitio más bonito del mundo donde pasé toda mi infancia y, de nuevo, desconectar y relajarme, fue de los mejores regalos que me ha traído este año. Ah, y una deliciosísima visita inesperada…








Como ya comenté aquí, el verano fue para mí otro despegue en cuanto a paz interior se refiere. El mes entero sin los niños en casa, la casa de Aldea con (una vez más) mi psicótico grupo de amigos, mi primer concierto en muuuucho mucho tiempo y un millón más de momentos.


… y mis niños. Oooooh mis niños.

Lo que he disfrutado de ellos este año. El año en el que Eric echó a andar y está empezando a decir palabritas sueltas y a demostrarnos lo que nos quiere, el año en el que he tenido conversaciones con Abril sobre lo que es el respeto, sobre que por qué es importante pensar antes de hacer las cosas, sobre dónde vamos cuando morimos, sobre que hay que ayudar a mamá en casa porque tenemos que colaborar entre los tres a tener nuestras cosas ordenadas… este año Abril se ha animado a hacerse los agujeros en las orejas, me ha pedido por favor que la lleve a la peluquería y le corte el pelo y ha aprendido por sí misma lo que cuesta ahorrar dinero y lo satisfactorio que resulta comprarte caprichos que has conseguido con esfuerzo, paciencia y persistencia. En definitiva, mis niños se hacen mayores ante mis ojos y la mejor parte es que me dejan anonadada con lo especiales que son y la inteligencia emocional que tienen para entender las cosas desde el corazón.




Abril se empeñó en llevar flores a la tumba de un chico que murió con 20 años y me ha pedido en repetidas ocasiones que la despierte pronto la mañana siguiente para darle una sorpresa a la canguro y que cuando llegara tuviera la cama hecha y estuviera vestida y lista para desayunar. Eric me ha sorprendido yendo como un loco a abrazar a su hermana y darle besos cada vez que la veía triste porque le había caído una regañina. La sensibilidad que tienen es algo totalmente fuera de serie, y este año, recuperada por completo de la tristeza que me invadió el año pasado, he disfrutado de ellos como nunca antes.











Mi juicio se acerca y si todo va bien estaré divorciada a principios del 2015. Aunque yo siento desde hace mucho que mi matrimonio fue un mal sueño terminado hace mucho, mucho tiempo, una vez que las cosas son oficiales es cuando de verdad podemos pasar página.


El 2014 ha sido un año de resurrección, de dejar atrás el pasado y empezar de cero con ilusión, de coger fuerzas para poder defenderme de toda esa gente que ha intentado hacerme daño con envidias, reproches y que ha volcado sus propias frustraciones en mí (debe haber unos cuantos psicoanalistas por ahí que se saben mi vida al dedillo) y este año que entra sólo espero que me traiga toda la tranquilidad y la positividad por la que he luchado tan duro.


Hace no mucho tiempo oí en un documental que a veces debemos luchar para poder ser libres, y eso es justo lo que he hecho a lo largo y ancho del 2014: luchar. Y lo tengo claro, este año me ha hecho libre.



martes, 25 de noviembre de 2014

Cosas que me gustaría que la gente supiera sobre nosotras

Soy una madre soltera, todo el mundo lo sabe. Como soy una madre soltera, la gente en general (incluso hubo un momento que también yo misma) asume que necesito un hombre. No que quiero un hombre, que necesito uno. Y por ese motivo, me siento en una lucha constante contra el estigma de lo que la gente piensa que significa “salir” con una madre soltera.



La parte graciosa es que yo PASO POR COMPLETO de buscar pareja. Es decir, claro que me gustaría encontrar a alguien, claro que sentirse sola no es fácil, pero ya no estoy en ese punto en el que me apetece conocer gente y divertirme haciendo el tonto, y tampoco estoy aún en absoluto en el punto desesperado de “¡¡oh dios mío necesito un novio ya!!”, porque me siento tan libre haciendo lo que me da la gana cuando me da la gana y sin que nadie me sermonee constantemente que eso es justo lo que quiero, hacer lo que YO quiera, gastarme mi poquito dinero en lo que YO quiera, llegar a casa a la hora que YO quiera, dar las explicaciones que YO quiera dar y ocupar tanto espacio en la cama como YO quiera ocupar.


Sin embargo, como ya he comentado muchas veces, desde que me separé, muchos, muchos, muchos hombres se han acercado a mí, y lo mejor de todo es que todos ellos han actuado de manera clónica, buscando en mí las mismas cosas, poniendo límites en  los mismos detalles, huyendo en el mismo momento y actuando de la misma manera en el momento en que se daban cuenta de que no iba a darles lo que ellos buscaban de mí. Y todo esto provocado por el hecho de que soy una madre soltera y hay unos clichés generalizados que nos acompañan allá donde vamos a todas nosotras, y porque sé que si no tuviera progenie, muchos de esos tíos que se han acercado a mí con un gran “no te equivoques, yo de ti sólo quiero sexo” escrito en la cara, seguramente habrían querido conocerme más a fondo e involucrarse un poquito más conmigo, pero mi circunstancia les ha hecho alejarse. En lugar de simplemente intentar conocerme, siento que tengo que estar constantemente demostrando lo que no soy, en lugar de mostrar lo que sí soy, cuando además, la mejor parte de todo esto es que yo no me he acercado a  ninguno de esos tíos, y si no les he mandado a la mierda desde el principio después de oler a leguas sus verdaderas intenciones, es porque si encima vas de borde por la vida todo el mundo te considera una creída, una egocéntrica y una maleducada. Simplemente me he limitado a dejar que sus intenciones hablaran por sí mismas cuando después del despliegue de "me encantas, eres una tía super especial, te admiro, eres una luchadora..." y demás guión estandarizado, acabara saliendo el inevitable cubo de tejos directamente sobre mi cabeza.



Yo no busco un tío que sólo quiera sexo conmigo, no me canso de repetírselo a todos esos tarados a los que antes o después se les acaba cayendo el teatrillo de que “ellos son distintos” y se ve de pleno el traje al que yo le vi las orejas desde antes de saber su nombre. Puedo tener sexo insignificante cuando me dé la gana, pero esque simplemente no me da la gana, no me apetece nada, no me llena y no me hace falta probar relaciones fortuitas para saber que es algo que no va conmigo, por mucho que muchos de esos tíos que me han tirado la caña pretendan hacerme creer que son una maravilla en ese campo. Ppfff… vale, gracias por la info, me tienta una barbaridad…





Pero una vez dicho eso, también quiero que quede muy claro otro punto: yo no estoy buscando un padre para mis hijos.





Mis hijos tienen un padre, un padre que les quiere y que aunque a veces discrepe con sus maneras, un padre que cuida de ellos y que ejerce de figura paterna correctamente. Un padre que les regaña, un padre que les aplaude sus logros, un padre que hace los deberes con ellos y un padre al que ellos adoran. Así que en mi pequeña unidad familiar no necesitamos en absoluto llenar ese hueco. Simplemente, me encantaría que los hombres se dieran cuenta de que, aunque la idea es que mi futura pareja se lleve bien con mis hijos, la relación es conmigo. Punto.





Hace un tiempo conocí a un chico, un chico bastante interesante y bastante inteligente. Después de un par de citas, me dijo que hace un tiempo, un amigo le dijo que estaba saliendo con una chica que tenía un hijo, y que su respuesta/consejo fue:



 “¿¿y no había otra…??”





Pues no, amigo, no había otra. Resulta que a tu amigo le gustaba esa chica por lo que es, más allá de su situación. Algunas veces, lo que las mujeres queremos es que nos quieran por cómo somos gracias a nuestra situación, y no a pesar de nuestra situación, es así de simple. Las mujeres con hijos también tenemos derecho a salir con gente y a gustarles a los chicos, y me parece terrible que un amigo te aconseje que si la chica que te gusta tiene hijos, huyas de ella y te busques a otra.



Reconozco que al principio cuando mencionó esas palabras lo primero que me vino a la cabeza fue “nooo pobrecita chicaaa, no seas asíii, hay que querer a la gente con sus cosas hombreee, algún día tus padres enfermarán y querrás que tu pareja se involucre en ese tema tambiéeen...”, pero en cuanto llegué a casa pensé… “¿¿¿PERO QUÉ DEMONIOS??? ¡¡¡ESTE TÍO ES UN IMBECIL, UN INMADURO Y UN MACHISTA!!!”.



No le volví a ver y afortunadamente no llegué a darle la oportunidad de entrar en mi casa.





Algo que también me gustaría que la gente entendiera es que no quiero salir con alguien por dinero. Yo, como tantas otras mujeres de este mundo, tengo mi sanísimo sentido del orgullo, y aunque a veces lo pasemos mal en casa porque entra el dinero demasiado justo en la cuenta, no entra en mis planes salir con alguien sólo por estar más desahogada.


Estoy segura de que hay muchas mujeres desesperadas por salir con alguien para evitarse los agobios de vivir con un solo sueldo, pero eso no significa que yo sea una de ellas. El hecho de que de vez en cuando me apetezca dejar que alguien me invite a cenar no significa en absoluto que esté contigo por el dinero, quizá significa que estoy cenando contigo porque eres un caballero.





Algo muy, muy importante: por favor, no sientas que me haces un favor saliendo conmigo. Apreciaría sinceramente que aceptaras el reto que supone una relación compleja como la que tendrías conmigo, pero por favor, deja de pensar que me haces un favor. Agradezco que estés dispuesto a ser flexible para adaptarte a mis complicadísimos y escasos días libres, pero en ese poco tiempo libre que me queda se me ocurren millones y millones de cosas que hacer para llenarlo y gente a la que ver para divertirme, no necesito que salgas conmigo para que no me aburra.




Otro punto conflictivo con el que me he encontrado y que querría matizar: YO soy quien decide cómo gestiono los intereses de mis hijos. El hecho de que me apetezca que les conozcas no significa en absoluto que lo nuestro vaya en serio. 


No me hagas reír, por favor, TODO el mundo conoce a mis hijos, todos mis amigos conocen a mis hijos, voy por Paracuellos y la gente  que me encuentro por la calle a la que no he visto en mi vida conoce a mis hijos, la mayoría de mis ex-compañeros de trabajo conoce a mis hijos, los conductores de todos los autobuses en los que alguna vez nos hemos montado conoce a mis hijos... NO-PASA-NADA, tranquilo, mis hijos no se van a tirar a tus brazos diciendo "¡papi!" cuando te conozcan, no hace falta que me digas "aún es muy pronto"... ¿¿¿que aún es muy pronto???, si me conoces pero no conoces a mis hijos, entonces no me conoces en absoluto, de que es muy pronto nada, estás tardando en conocerles si tu intención es conocer a su madre, listillo. Tranquilo que no te estoy pidiendo que mis hijos se despierten por la mañana y te encuentren en mi cama, yo soy la primera que va a huir de eso hasta que una relación no vaya viento en popa al cien por cien, pero conocer a mis hijos no supone absolutamente nada, no te compromete a absolutamente nada, y admite que cuando dices que es demasiado pronto para conocer a mis hijos no lo estás haciendo pensando en su bienestar y en el mío... estás pensando únicamente en el tuyo, es demasiado pronto porque TÚ no te sientes preparado para conocerles. Relájate, amigo...

  


Ser madre me ha hecho ser mejor persona, no una tía con la que nadie quiere nada serio. De ese enorme grupo de tíos que se han acercado a mí en este tiempo pensando que podían interesarme, muchos de ellos me han dicho “yo nunca salgo con tías con hijos” para intentar hacerme sentir especial porque conmigo se están saltando una norma personal, y aunque puedo entender y respetar la perspectiva de que los niños hacen que una relación sea más complicada, me encantaría encontrar a alguien que sea capaz de ver más allá de eso.



Mi vida no es sólo yo, mi vida soy yo y dos pequeñas personitas que dependen de mí, pero eso no significa en absoluto que de pronto vayan a convertirse también en tu responsabilidad, son mis hijos y no quiero que se conviertan en tu problema. Sé el sacrificio, compromiso y responsabilidad que salir con alguien como yo conlleva, pero yo por mi parte estoy más que acostumbrada a que en mi vida no gire todo en torno a mí misma, así que quizá eso significa que estaré más que preparada para entender, respetar y satisfacer los requisitos que la persona que entre en nuestras vidas tenga.


No es tan difícil de entender y creo que hablo en nombre de muchas madres solteras que sé que se sienten exactamente igual que yo por la manera que tiene el mundo de tratarnos como si tuviéramos una enfermedad contagiosa… no nos quieren en los trabajos, no nos quieren como pareja, la mayoría de las amistades nos dan la espalda por la diferencia de prioridades, intereses y la dificultad de agenda y la sociedad nos castiga por no haber sabido mantener a nuestro lado un hombre que nos aportaba estabilidad.



Sin embargo, salir con una madre soltera puede darte la verdadera idea de cómo es esa persona y de la falsa imagen que otras chicas pueden darte, porque cuando estoy con mis hijos, lo que vas a ver es a la verdadera yo, la verdadera Patricia. Y déjame decirte, puede que no sea lo que tú esperas, pero aún así, sigo siendo una persona, no una carga.
  





Me encantaría que todo el mundo supiera todo esto desde el principio, pero como después de tanto tiempo como madre soltera lo único que he visto es una muestra de todo lo contrario, creo que me queda mucho, mucho tiempo por delante sin una pareja. Y tan agusto...




... tan, tan, tan agusto...…

domingo, 23 de noviembre de 2014

El poético y dulce arte del abuso

Hace unos días estaba leyendo los blogs de noticias que leo a diario, como siempre, cuando de pronto veo una noticia que me llama la atención:


"Vídeo representa escena de la violación de Lana del Rey"



Oh. Bienvenidos al mundo del morbo absoluto.


Debo decir que no he visto el vídeo, debo decir también que tampoco tengo ninguna intención de hacerlo, y debo decir que todo el resto de artistas involucrados en él me producen el más absoluto de los desprecios desde hace mucho tiempo.


Supongo que también debo decir que ni he sido víctima de una violación ni conozco de primera mano a nadie que lo haya sido (al menos que yo sepa), sin embargo he sufrido muchas veces el abuso de hombres intentando acercarse, rozarse, tocando o incluso intentando meter la mano por debajo de la ropa sin mi consentimiento desde que era muy pequeña y repitiéndose en episodios esporádicos a lo largo de mi vida. Y déjenme decirles, no tiene absolutamente nada de agradable ni de divertido.


Así que, en lugar de centrarse en las inquietantes razones por las que alguien podría percibir este vídeo como algo artísticamente necesario, la gente lo ve y lo comparte.



Soy una mujer de 31 años. Conozco chicos, a veces sonrío a algunos de ellos en el metro. Si alguno me gusta lo suficiente, en mi cabeza entra la posibilidad de salir con él, aunque aún no se haya dado el caso desde hace mucho, mucho tiempo. Pero lo que no hago nunca es compartir mis historias relacionadas con los abusos (o afortunadamente intento de ellos), porque eso cambiaría cómo la gente me ve, cómo la gente se comunica conmigo y además contarlo a alguien que todavía no conoce tu personalidad daría pie a un montón de preguntas incómodas y seguramente a cuestionarse si estoy diciendo la verdad o me lo estoy inventando. Y eso es muy, muy desagradable.


En realidad, evito los temas relacionados con hombres aprovechándose de mujeres, porque sé que la sociedad no está preparada para verlo como lo que realmente es y todavía hay mucha, muchísima gente que lo primero que piensa cuando le dices que alguien te ha tocado los pechos sin tu permiso es que eres una guarra. Supongo que en algún recóndito lugar de su cerebro, también pensarán que el agresor es un "poquillo" fresco, pero que tú eres una guarra es lo primero que pasa por su cabeza. Así que no veo películas relacionadas con violaciones, evito leer noticias sobre celebrities acusados de abuso (Woody Allen, Bill Cosby, R Kelly...) e incluso desde hace un tiempo únicamente voy a médicos de género femenino.



Pero en el fondo, siento curiosidad... ¿por qué demonios vivimos en una sociedad tan enfermizamente fascinada con ver cómo violan a una mujer?, y es más, ¿¿por qué cuando hablamos de violaciones, sólo hablamos sobre el hecho en sí, y nunca hablamos sobre lo que ocurre después, las consecuencias de algo tan tremendamente traumático y todo el proceso que tiene que pasar una víctima hasta que puede pasar página y dejarlo atrás??, poner una denuncia y detallar paso a paso todo el proceso, recreando toda la escena con todo lujo de detalles, las pruebas forenses de que está diciendo la verdad, o quizá todos los meses de pruebas médicas y análisis que le esperan para asegurarse de que no ha contraído ninguna enfermedad, las interminables sesiones de terapia, la repugnancia de que vengan imágenes a tu cabeza que te impidan olvidarlo, la auto culpabilidad y el auto desprecio por dejar que ocurriera. ¿¿Por qué en lugar de hablar del hecho en sí, no hablamos de CONCIENCIACIÓN, sobre cambiar la manera en que educamos a nuestros hijos, sobre apoyo a las víctimas en lugar de dudar de la autenticidad de sus palabras hasta que se demuestre que dicen la verdad??, ¿¿qué tal si APOYAMOS a las víctimas en lugar de encontrar divertido o interesante e incluso artístico un vídeo sobre Lana del Rey siendo violada??.


A lo largo de mi vida he hablado con amigas y con distintas mujeres sobre estos temas, sobre haber visto por la calle a exhibicionistas masturbándose en la calle para que les veas, sobre miembros de nuestra propia familia o amigos de nuestros hermanos tocando por dentro de nuestros pantalones, y prácticamente toda la gente con la que he hablado de estos temas (incluso hombres, lo cual me sorprende enormemente) tiene una historia en primera persona de mayor o menor gravedad. Sin embargo... ¿saben cuántas de esas personas han visto a su abusador ser castigado por ello?. CERO.



¿Por qué?, porque no pasa nada. Si no hay violencia física con informe médico, no es un maltrato. Si no hay penetración, no es una violación. Si un cura te soba las tetas, eres una guarra. Si un tío te entra y te dice que quiere tener sexo contigo abiertamente y le dices que se vaya a cascársela con otra, eres una niñata inmadura. Si los tíos te agobian por la calle, haciendo sonidos guturales y llamándote "mami" en el oído cuando pasas por su lado porque no tienes otro sitio por el que pasar, es normal, no tienes por qué ofenderte. Es más, deberías sentirte halagada de que alguien se sienta atraído por ti, el hecho de que esa persona te provoque la misma atracción que un ficus, y después de susurrarte cerdadas al oído lo que te provoque sea auténticas ganas de vomitar, es tu problema.


Pero yo me pregunto qué pasaría si todos esos tíos a los que le parece tan bonito y halagador que un tío gima como un animal cuando pasa por tu lado si a ellos les pasara. ¿Les gustaría? oh sí, claro, que una tía se ponga a hacer ruidos primarios sería muy halagador. Pero... ¿¿qué pasaría si el que hace esos sonidos guturales cuando te ve, el que te grita desde la otra acera, el que le da codazos a su amigo cuando vas a pasar por delante, el que te impide tomarte un café tranquilamente en un bar porque no para de mirarte y reírse con sus amigos mientras cuchichean... es un hombre??. ¿¿Qué pasaría si de pronto un hombre empieza a acosar a otro hombre?? qué asco, ¿¿no??, ha dejado de ser divertido y agradable el hecho de resultarle atractivo de forma primaria a otro ser humano. ¿Por qué? ¿no decíais que deberíamos sentirnos bien de que otra persona sienta atracción hacia nosotras?, ah, no me digas que ahora, pensando en que te acose una persona DE TU MISMO SEXO has entendido lo repugnante que es que te acose alguien por quien tú no te sientes atraída en absoluto.



Pero no, no lo entendemos. Al contrario, nos mola ver un vídeo de una celebrity adornado con música (imagino) siendo violada en lo que tengo entendido que no es en absoluto un vídeo protesta ni para denunciar ese tipo de actitudes. Un vídeo musical en blanco y negro, qué poético.


Sigo pensando en lo preocupante que es que nos sintamos fascinados de ver imágenes de sexo no consentido. Porque lo he visto, porque sé que en el fondo nos hipnotiza, porque sólo una vez en mi vida he hecho un amago de ver porno (algo que respeto profundamente, pero que simplemente no es para mí) y me sorprendí descubriendo la cantidad de vídeos que hay sobre chicas que dicen que no, que insisten en que no y que acaban cediendo ante la insistencia de uno o más hombres que, una vez que la chica cede, acaban recordándole durante todo el proceso lo guarra que es y lo absurdo que es que se hiciera la estrecha en un principio cuando en realidad es una p*tita que pierde la cabeza por una buena p*lla.




Y me parece enfermizo.













lunes, 8 de septiembre de 2014

Una responsabilidad de todos

Ayer estuve viendo una entrevista con una familia estadounidense que creó una fundación anti bullying porque su hijo de 17 años con síndrome de Asperger se suicidó colgándose del armario con un cinturón debido a la infelicidad que le causaba ser víctima a diario del acoso de sus compañeros.


Terrible.




El tema del bullying es algo que siempre me ha tocado bastante la fibra. Por suerte no porque me haya afectado a mí directamente, pero es algo que siempre me ha parecido horrible, algo completamente inhumano de principio a fin.


En el caso de esta familia en concreto, tenían otros dos hijos, mellizos chico y chica con la edad ahora que tenía su hermano cuando se suicidó, que contaban que seguían yendo al mismo instituto, recorriendo los pasillos en los que su hermano era acosado, y que no habían notado ningún cambio ni en la actitud de los chicos ni en la de los profesores, seguía habiendo acosadores y los profesores no hacían nada por evitarlo. Los padres, especialmente el padre del chico, eran personas claramente atormentadas por la muerte de su hijo (que fue hace años) y con una incapacidad absoluta para avanzar con el tema y pasar página. Montaron la fundación, hicieron un documental al respecto, y basaban su vida en torno a su experiencia, lo cual es totalmente comprensible.





Pero no sé, hay algo que me chirría en todo esto y cuanto más lo pienso más extraño lo veo todo.





¿Cómo es posible que tu hijo esté sufriendo tantísimo en el colegio como para llegar a un extremo así y tú no te des cuenta como para tomar acción? y si te das cuenta pero te sientes impotente, se me ocurren un millón de maneras de atacar el tema. Hablar con los profesores que están presenciando esa violencia en los pasillos y en clase a diario (que lo padres decían que lo habían hecho y no había servido de nada), hablar con dirección, hablar con los padres de los acosadores, hablar directamente con los acosadores y cogerles del cuello como al parecer ellos hacían con el chico... no sé. Y si todo eso falla, pues cambias a tu hijo de colegio y empiezas de cero, digo yo que el pobre chaval encontraría su sitio antes o después, pero de ninguna forma quedarse quieto y no hacer nada si sabes que tu hijo está pasando por esa violencia a diario, ya que según cuenta la familia, los chavales le estampaban la cabeza al chico en las taquillas, le seguían hasta casa y le pegaban por el camino, le escupían en la comida, le insultaban, le clavaban lápices en el cuerpo...



No puedo hablar desde la experiencia porque por suerte no he vivido ningún caso parecido de cerca, o al menos que yo sepa o que fuera obvio, pero en ningún caso dejaría que eso le ocurriera a mi hijo a diario y me quedaría quieta sin hacer nada, y mucho menos si mi hijo se suicida seguiría llevando a mis otros dos hijos al mismo instituto. Me cuesta creer que un profesor vea ese tipo de abusos y no haga nada, que lo justifique con que son "cosas de chicos", porque hasta lo que yo sé, la violencia es denunciable una vez que deja de ser verbal (incluso la verbal, al menos aquí en España, no sé cómo será en otros países), pero si realmente el maltrato físico está tan permitido, quizá es hora de que tú como padre cojas un día por banda a los acosadores y les enseñes lo que es una amenaza de verdad, no soy de la mentalidad de que la violencia se paga con violencia, pero si alguien le toca un pelo a mis hijos por pura crueldad me doy auténtico miedo a mí misma...



Estados Unidos es un país que me apasiona, siempre lo he dicho. Tiene todo lo que a mí me gustaría que tuviéramos en España y admiro profundamente las ventajas que tienen allí. Sin embargo, y hasta que no vives allí no te das cuenta, es un país de auténticos extremos. Allí me he encontrado a la gente más culta e inteligente que he conocido nunca, gente que conoce los nombres de las catedrales de todos los pueblos españoles por pura cultura personal, gente abierta de mente que se ríe de su propio país y de la imagen que dan, gente que en cuanto les dicen que eres europea se le abren los ojos como platos y te hace un montón de preguntas desde la más auténtica admiración... y sin embargo me he encontrado a la gente más cateta, más retrógada, más cerrada de mente y más troglodita que he visto en mi vida. De los que consideran que las mujeres y los negros somos seres inferiores, de los que consideran que todos los homosexuales deberían morir asesinados en nombre de Dios, de los que consideran que España está a la altura social de países tercermundistas y se creen que somos algo parecido a la Cuba profunda y aquí sólo hay ricos muy ricos y pobres muy pobres, y esta conversación en concreto la tuve yo personalmente cuando una mujer del pueblo de mi madre se acercó a decirme con todo su cariño y su apoyo que lo sentía por mí y por la política de mi país porque en España no existe la clase media. Sinceramente, no sé en cuál de los dos extremos pensaba que me encontraba yo, la verdad, me tuve que quedar con la curiosidad.




Allí te encuentras la gente con mayor culto al cuerpo y más obsesionada con la imagen que te puedas imaginar, y te encuentras el mayor número de personas con sobrepeso del mundo (y cuando digo sobrepeso me refiero a SOBREPESO). Allí te encuentras gente que exclusivamente (ex-clu-si-va-men-te) se alimenta de comida rápida de sitios como Burger King y te encuentras gente enferma de la comida macrobiótica. Te encuentras gente que considera que pegarle palizas a su mujer cuando no se comporta como una esposa hecha y derecha es totalmente correcto, como te encuentras un feminismo llevado al extremo y aceptado, tanto que realmente la feminidad queda reducida a nada. Te encuentras la justicia más absoluta, pudiendo demandar a una empresa por despedirte por discriminación de la que vivimos en España a diario (que te despidan por quedarte embarazada, que te despidan por ser mayor de cierta edad, que te despidan por cogerte una baja por enfermedad...) y sin embargo te encuentras con injusticias como el bullying y nadie haga nada por remediarlo porque legalmente no tiene salida.



Un país de auténticos extremos, y me fastidia que la gente generalice con los americanos, porque si algo no son los americanos es todos iguales. No creo que a nosotros nos gustara que metieran a los gaditanos y a los gallegos en el mismo saco y sacaran conclusiones de cómo es el carácter español sólo fijándose en uno de los dos.



Pero volviendo al tema del bullying, puedo entender que la justicia lo tiene complicado para intervenir (no lo entiendo, pero ok), pero lo que no entiendo es la actitud de toda la gente que es testigo y no hace nada, por encima de mi cadáver voy a quedarme impasible ante un sufrimiento tan evidente, y más aún si es el sufrimiento de mis hijos, me da igual las caras que tenga que partir en el proceso pero no voy a quedarme sin hacer nada, eso lo tengo tan claro como mi nombre.


Todos estos documentales sobre el bullying siempre nos muestran la misma cara, la de chicos que sufren con las amenazas, compañeros de clase de alguien cuyo final fue fatal, padres que han perdido a un hijo víctima del acoso..., y eso está muy bien, claro que sí, es lo que todo el mundo quiere oír, lo injusto que es que te insulten y te peguen, lo injusto que es que la crueldad de una persona te arrebate a un miembro de tu familia porque no pueda soportarlo más, lo injusto que es todo... ¿pero y por qué nadie se preocupa en hablar con los acosadores? ¿por qué nadie se para a entrevistar a uno de esos chavales que someten a torturas a un compañero y le pregunta que por qué, por qué hace eso, qué satisfacción puede encontrar en hacer una pesadilla de la vida de otra persona?, estoy segura de que nos sorprenderíamos si hiciéramos dar la cara a los auténticos responsables de todo esto, que siempre quedan en la sombra como un ente maligno pero nadie les pone nombre y apellidos cuando al parecer practican su violencia allí donde todo el mundo puede verla. Me encantaría que alguien les diera voz a esos chicos, que alguien les pusiera delante un micrófono y una sala llena de gente y les obligaran a explicarnos sus motivos, ni siquiera a pedir perdón o a mostrarse arrepentidos, si no a contarnos el por qué de su actitud, porque yo estoy segura de que hacer pasar por esa experiencia a chicos que no tienen la madurez suficiente como para pensar que hacer sufrir a alguien está mal, tener que justificarse, sería un mal trago tan grande que quizá fuera un pasito pequeño para que los chicos se lo pensara dos veces antes de maltratar a otra persona. Sólo hacemos las cosas cuando nos sentimos en la absoluta libertad de hacerlas, así que si quizá tuviera consecuencias las cosas empezarían a cambiar.


Me cuesta creer que unos padres sepan que su hijo está siendo acosado y no hagan nada, pero me cuesta más aún creer que unos padres se den cuenta de que su hijo es un acosador y no muevan un dedo, pero esque realmente un acosador no nace, un acosador se hace, y si tú no les enseñas a tus hijos ciertos valores y sin embargo les pasas por alto ciertas actitudes, quizá desarrollen una forma de auto defensa que lleve a estas cosas, somos trogloditas después de todo y la ley de la selva funciona así, pero creo que debemos esforzarnos en ser seres civilizados y enseñarles a nuestros hijos lo que es el respeto, la empatía, la solidaridad y a no tratar al prójimo como no quieres que te traten a ti. Además de todo eso, creo de verdad que la crueldad en ningún caso nace de una persona feliz y satisfecha con su vida, un maltratador no puede ser una persona a gusto consigo misma y que se siente completo, así que por favor señores, hagan el favor de educar a sus hijos, no cuesta tanto y para eso los han tenido, no para que se conviertan en unas bestias inseguras y en el fondo heridas porque su familia no les hace ni caso, o lo que es peor, les aplaude esa actitud.




Me dio una pena horrible ver la entrevista, me entristeció muchísimo a lo que puede llegar una persona cuando una situación se le va de las manos y por supuesto que las familias que pasan por algo así tienen todo mi apoyo, pero tengo que decir que no puedo aprobar cómo actuó esta pobre gente al respecto, creo sinceramente que se podía haber evitado y creo que siempre hay soluciones para problemas tan evidentes. Y desde luego, no hagas a tus hijos pasar por el trago de seguir en el mismo instituto donde tu hijo mayor sufrió toda aquella violencia y les hagas seguir experimentando el seguir bajo la tutela de unos profesores que no se ocupan en absoluto del bienestar de sus alumnos.












El bullying es algo terriblemente injusto, pero si nos conformamos, lo aceptamos como una parte de nuestra vida y miramos para otro lado, nunca vamos a avanzar. Lo siento mucho por esta familia y empatizo muchísimo con ellos y con su sufrimiento, pero no puedo apoyar su manera de actuar al respecto. Lo siento.








miércoles, 3 de septiembre de 2014

Haters gonna hate

Mala persona, manipuladora, interesada, egoísta, loca con problemas mentales, instigadora, problemática, mala hija, madre que pasa de sus hijos, sola en la vida, egocéntrica, envidiosa, zorrona, puta, ZO-RRAS-CA, prostituta, amargada...


Todo eso, copiado literalmente, son lindezas que recibo como comentarios "anónimos" en mi blog con relativa frecuencia.


A mí me encanta, porque por muchos insultos que me lancen, hay algo que nunca me llaman, ¿saben el qué?: TONTA. Ni tonta, ni estúpida, ni inocente, ni cortita, ni poco inteligente, ni ingenua, ni simple... nada, ni un solo insulto a mi inteligencia.


Y eso, señores, me lo tengo que tomar como una gran victoria.


Estimados HATERS, dejen de pasarse por aquí para intentar derrumbar mi castillo, no lo consiguen y además quedan en ridículo cuando su identidad es tan evidente.




Never be bullied into silence. Never allow yourself to be made a victim. Accept no one´s definition of your life; define yourself.


Este blog no se va a cerrar por mucho que lo intenten. Éste es mi espacio, éste es mi sitio, y no voy a dejar que nadie me haga sentir vulnerable en mi propia casa.




domingo, 31 de agosto de 2014

Summer of 14

El verano se acaba. O mejor dicho, el verano de 2014 nunca terminó de llegar. He dormido tapada todas las noches, he hecho mi trayecto metro-trabajo con la piel de gallina todas las mañanas, mi maquillaje no se ha derretido ni una sola vez y lo que es más inusual... no he tenido ni un sólo día de esos de "oh otoño, ven ya por favor" debido al calor, tengo muchos motivos para pedirle al otoño cada año que llegue ya y este año no ha sido una excepción, pero esta vez no se lo he pedido porque estuviera muerta de calor.





No me gusta nada el verano, nada. Lo sé lo sé, suena a una especie de blasfemia, pero esque es verdad, no me gusta el verano, yo soy carne de otoño e incluso de invierno. El verano me despista, la falta de rutina se me hace enormemente cuesta arriba, mis hijos están desubicados y esa sensación de que el momento que estamos viviendo, horarios, clima, rutinas, exceso de tiempo libre etc se va a acabar me desestabiliza muchísimo.





Sin embargo, este verano ha tenido grandes momentos. Unos contables y otros que por el momento tengo que mantener en privado, pero ha habido momentos memorables este verano, algunos incluso life changing. Estos son sólo algunos de ellos...






Subir a la cima del mundo y mi primera tortilla de patatas decente. Todo en el mismo día.








Tener tiempo para reencontrarme con viejos amigos. Cañitas en un sitio mega cool con mi Maribelis, visita a mi wey y a Dukito, perrito caliente fugaz con Leo, piscinita y día de sierra con mi sister, volver a reencontrarme después de meses con mi tele-marido oficial Carlitos..., amigos de los buenos, de los que aunque pasen meses, es como si os hubieseis visto ayer.





La mañana que volví a ser rubia. Siempre he querido ser rubia, pero yo soy el cliché auténtico de la mujer española. Pelo oscuro, ojos oscuros, pestañas y cejas oscuras... y piel de color incalificable. Las que reúnen todo eso pero además tienen la piel oscura son el cliché de latino américa, pero yo soy la clásica española. ¿Y qué quiero decir con todo esto? que no estoy hecha para ser rubia en absoluto. Pero siempre he querido ser rubia, y hace como mil años, cuando era joven e inconsciente, me teñí de rubio. Y lo adoré, pero al parecer fui la única, porque todo el mundo me decía que me quedaba fatal, así que acabé sucumbiendo a la presión del pueblo y volví a mi aburrido marrón chocolate natural por muchos años más. Este verano encontré la solución para ser semi rubia semi marrón natural, y el resultado no me puede gustar más. Gracias Kloe Kardashian por la inspiración.








El fin de semana que me encerré en mi casa de viernes a lunes y sólo cogí la puerta para pasear con Juno, montar en bici y darme un mini capricho a la vuelta de la esquina de casa. Pensando, encontrándome, reencontrándome y sintiéndome enormemente acompañada conmigo misma.










Aquel desayuno resacoso con Diana. A veces vamos tan acelerados que cuando tienes tiempo por delante que gastar te centras en ser tú misma más que en el reloj.




La noche que me senté con Luis a los pies de una piscina y tuvimos una conversación de las de verdad, de las que marcan, de las que te cambian el concepto de una persona a un trillón de veces mejor, y eso que mi concepto de él ya sobrevolaba las nubes. Nunca volveré a mirarle de la misma forma, y más sabiendo que tuvimos una conversación tan productiva estando pseudo ebrios. A veces pienso que todas las conversaciones importantes en esta vida las deberíamos tener después de algún que otro vino...





El día que miré atrás y descubrí que tenía nuevos amigos.





Volver a ver a mis niños después de un mes y medio. Verles tan cambiados, tan mayores, tan unidos entre ellos a pesar de los 3 años de diferencia. Sentarme con ellos y que Abril me contara su verano con tanto entusiasmo. Suena a cliché, pero ver que son tan felices es el motor de mi vida, y a veces hay que poner un poquito de distancia y de tiempo para reiniciar la máquina.



Aquella charla con mi Silvi. Cervecita en mano, luz de velas, brisita corriendo y nosotras arreglando el mundo. Tan, tan, tan agusto...




El día que cumplió un año mi separación. You did it, girl.





Tocar la guitarra con mis amigos y verles a todos cantando y disfrutando. Hacía sólo un par de días le había contado a Silvia en privado y sin que nadie más escuchara que hacía años y años y años (casi desde pequeña) que nadie me hacía una foto. Me refiero a una foto porque sí, sin que te enteres, no el típico "perdona... ¿me haces una foto?", que todas mis fotos eran selfies, o posando con alguien o incluso foto sin que te enteres pero de grupo, en ningún caso una foto mía sola sin posar, y que eso era algo que me apenaba muchísimo, que nunca nadie hubiera sentido las ganas de hacerme una foto.

Tocando la guitarra no me hicieron una, me hicieron varias fotos sin que me diera cuenta, y Luis incluso se la mandó a todos sus amigos para presumir de que su amiga tocaba la guitarra sin si quiera contarme que me había hecho aquella foto.









Reencuentro con antiguos compañeros y compartir con ellos los nervios de tener una mega segunda entrevista al día siguiente. Y el lago de mi infancia de fondo.









El día que cobré mi primer sueldo en muchísimo tiempo. Ese día que fui al banco a ver si ya había cobrado y por poco me quedo bizca cuando vi tanto número junto. Mi cuenta no está acostumbrada a números de más de dos dígitos, tuve que parpadear varias veces. No es que mi sueldo sea nada del otro mundo, no me entiendan mal, es simplemente la falta de costumbre, la primera vez en mi vida que mi sueldo tiene cuatro numeritos. Memorable. Jamón ibérico, vinito del bueno y un brindis conmigo misma esa misma noche. Y la sólida promesa de que nunca jamás volvería a tirarme al suelo a recoger las migas de pan que los ricos me tiran para reírse de mi desesperación, y la aún más firme promesa de que yo jamás me convertiría en uno de ellos.








Pasear por el centro comercial donde trabaja mi padre tranquila y sin pensar que le he visto en cada hombre con camisa de cuadros que veo. Parece absurdo, pero esque siempre que voy por allí contengo la respiración desde que entro hasta que salgo sin poder evitarlo, y darme cuenta de que estoy paseando tranquila es para mí un gran avance. ¿Será que quizá está empezando a resbalarme...?





El mensaje que recibí en aquella fecha que me acompaña a diario en todas partes. Mensaje con un contenido tan inesperado como delicioso. Y poder compartirlo con mis chicas mientras me derretía como una vela.





Cenar con Irene allí donde empezó todo. Tantas dudas, tantos bloqueos, tanta venda en los ojos, tanta confusión y tantísimo miedo evaporados después de una conversación en dos direcciones, sin sermones ni monólogos, sin consejos vacíos y sin "lo que tienes que hacer es...". Gran, gran noche...







Romper a llorar como una niña pequeña de puro estrés delante de mi jefe. Su reacción. Y su reacción después de irse a dar una vuelta para despejarse. BEST-BOSS-EVER.





David y Jose enfrente mío, Diana y Silvia a mi derecha, Juncos y Marcos a mi izquierda. Todos ellos cantándome canciones en absoluto sonido envolvente. Y yo feliz. Escuchando detalladamente las seis voces y feliz.





El día que decidí que no pasaba nada por abandonar. Y que no tenían por qué ser batallas perdidas, que podían ser incluso batallas por ganar.



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