sábado, 31 de octubre de 2009

Un desayuno como en Tiffany´s

Los fines de semana Luismi siempre me prepara mi desayuno favorito, pan con tomate y aceite y un Cola Cao, a veces incluso me lo sube a la cama. Pero esta mañana me he despertado con ganas de chocolate, y él lo debe haber intuido, porque cuando todavía estaba medio frita me ha preguntado que qué me apetecía desayunar, como si no supiera de sobra que siempre me apetece lo mismo. Total, que se ha vestido y se ha ido al súper a comprarme mi chocolate, no sin antes decirme que me quedara en la cama que él me lo subía.

Pero unos 15 minutos después de que se fuera suena el timbre. Y yo con estos pelos, claro, pues decido que paso, que será el cartero o alguien así, porque si Luismi se hubiera quedado sin llave, al menos habría oído la puerta del garaje. Pero el timbre insiste, así que decido levantarme, quitarme eso que ayer por la noche era una coleta pero que ya no lo es, y con mis legañas y todo, bajar a ver quién es.

-¿Sí?

-Tele Churro

-¿Quiéeen?

-Tele Churro


Abro la puerta y aparece Kike, uno de mis vecinos y amigos, con una enorme bolsa de churros y porras.

Así que esta mañana de sábado, mi desayuno ha sido este:



¿No es estupendo que a una la traten como a una princesa?

viernes, 30 de octubre de 2009

This is it




Magistral. No tengo palabras. Era el mejor.



Larga vida al rey.

jueves, 29 de octubre de 2009

Apatrullando la ciudad



No he sido yo nunca una gran usuaria del mundo del taxi, pero por los pocos que he cogido a lo largo de mi vida, lo que sí que sé es que los taxistas, todos, absolutamente todos, son gente muy peculiar.

Los pobres se pasan todo el día ahí, encerrados en su cochecillo, y en cuanto alguien se sube, se abalanzan sobre esa persona buscando un poco de conversación. Yo he tenido desde taxistas que me cuentan el parte deportivo del momento hasta uno que me estuvo dando la charla todo el viaje con que sin inglés en estos días no vas a ninguna parte, como si él supiera de buena mano que a mí me la refanfinfla el inglés.

Una vez tuve uno semi-suicida que iba con la música a tope, gritando y bailando y saltándose todos los semáforos a las 2 de la mañana camino a Vallekas. Obviamente por su estado de excitación debo decir que no era precisamente de alcohol de lo que iba bien surtido el amigo taxista. Otra vez, nos cogió un taxista que no pasaba de la marcha segunda por la Castellana, y nos llevó todo el viaje dando unos frenazos que por poco se me sale la cena por donde entró. Mil y una historias que podemos decir de ese gremio tan particular.

Y ahora resulta que mi marido se va a convertir en uno de ellos.

Pues sí, después de que esta crisis apriete tanto, hemos decidido que el taxi es una buena solución a nuestros problemas, y lo que es más importante, es una solución rápida y barata. Siempre he pensado que sacarse el carnet de taxista era algo terriblemente caro, como todos los carnets de conducir, pero resulta que no, es muy barato, mucho menos dinero del que estaríamos dispuestos a pagar por esta oportunidad, y encima, si te lo curras bien, en menos de un mes estás listo para que te contraten. Y para más ventajas, de taxista parece ser que no hay ningún problema para encontrar trabajo.

Así que nada, casada con un aspirante a taxista, quién me lo iba a decir a mí cuando le encontré, Controller de la empresa trajeado y además con aptitudes de informático, que parecía hasta importante, y ahora resulta que mi marido va a ser uno de esos coches blancos que conducen con el brazo por fuera de la ventanilla, no te dejan pasar, invaden tu carril, te cierran para que no puedas girar, y encima tienen el privilegio de tener un carril asignado para ellos solos y sus amigos los autobuseros. Pero qué le vamos a hacer, el paro aprieta y hay que buscar soluciones, y desde que decidimos lo del taxi, estamos muy animados, y yo la verdad tengo que decir que me siento muy orgullosa de haberme casado con una persona a la que no se le caen los anillos por tener que recurrir a medidas como ésta después de haber hecho su carrera y de haber formado parte de empresas muy importantes, y que lo único que quiere es poder trabajar honradamente, de lo que sea, pero honradamente.

Así que nada, ya sea gracias a la solución del taxi o gracias a que algún currículum de los que llevamos meses repartiendo le dé por surtir efecto, esperamos que antes de que Abril llegue al mundo su papá pueda decir que ya no forma parte de los parados de este país, y podamos olvidarnos al fin de todo el peso que hemos estado cargando este año.

¿Será verdad que los niños vienen con un pan debajo del brazo? nosotros esperamos que Abril sea más práctica y venga con un buen contrato de trabajo...

domingo, 25 de octubre de 2009

El fantasma de Luisma


Cómo me gusta Paco León. Aunque creo que no soy yo, si no que todo el país le tiene mucho cariño. El viernes tuvimos el privilegio de verle en vivo y en directo en su obra "¿Estás ahí?" en un teatrillo pequeño del centro de Madrid, y nos encantó.

La obra es divertidísma y muy original, y Paco León está en su salsa, en un papel cómico, y aunque una siempre piensa que no va a poder evitar verle como Luisma aunque haga otro papel, la realidad es que luego vas, le ves, y no te acuerdas de Luisma para nada, te metes en la obra con Fran. Incluso pensé que quizá el guionista de la obra querría aprovechar el tirón de Luisma y acabaría metiendo algún "Fran es tonto, ¿no?", pero en absoluto, Fran es un personaje completamente nuevo para una obra que nada tiene que ver con la vida del Luisma.

Salimos encantados, y aunque yo siempre tengo la pésima suerte de que me tocan las más cotorras al lado y sin embargo no tengo la suerte de tener el descaro de decirles que se callen, ver una obra en vivo, con los actores ahí, que parece que los puedes tocar, siempre es una experiencia completamente distinta a ver la tele o una peli en el cine.

"¿Estás ahí?" no va a quedarse en el teatro mucho tiempo, así que recomiendo a todo el mundo que no se quede sin verla, y sin tener la oportunidad de disfrutar de toda la gracia y el encanto de Paco León, aunque creo que a este chico todavía le queda un largo recorrido por las pantallas y los teatros de este país.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Piiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

¿Alguna vez alguien se ha parado a pensar en la cantidad de pitidos ultra-agudos que oímos a lo largo del día?. Hay millones de cosas alrededor nuestro que tienen como sonido de aviso un desagradable e irritante pitido. Estas son las cosas que provocan pitidos en mi oficina:

- La máquina de sanwiches y bebidas hace un pitido cada vez que tocas una tecla para seleccionar el producto, y cuando cae lo que hayas comprado, suena un pitido mucho más alto y más largo

- Cada una de las impresoras (tenemos 4) y la fotocopiadora provocan un pitido cada vez que efectúan cualquier acción

- El ascensor hace un pitido cada vez que abre sus puertas

- En todos los móviles Nokia, la opción "silencio" emite un pitido cuando te llaman

- La empresa que está en nuestra misma planta tiene un sistema de código para abrir su puerta, y cuando tocan las teclas del código suenan pitidos, y cuando se abre la puerta, suena otro pitido.


Y es irritante, extremadamente irritante, porque simplemente con los pitidos que emiten las impresoras cada vez que alguien imprime algún documento, o manda un fax, o lo recibe, o escanea... ya tenemos una media de unos 3.000 pitidos al día, más cada vez que alguien se baja del ascensor en nuestra planta, osea, otras 200 veces al día, más todas las veces que alguien toma el ascensor en nuestra planta, más cada vez que alguien se compra algo en la máquina, más todas las veces que alguien nos llama al móvil a los que tenemos Nokia, más todas las veces que los de al lado salen al baño, vuelven del baño, salen a hablar por teléfono, vuelven de hablar por teléfono, llegan por la mañana, se van por la tarde... eso son muchos, muchísimos pitidos al día, a los que no les sueles prestar especial atención, pero al final acaban desquiciándote sin que te des cuenta.

Todo eso sumado a la cantidad de veces que suena el teléfono en una empresa como la mía, donde todos tenemos el mismo sonido en el fijo, más todos los móviles no silenciados, más todas las Blackberries, más todas las veces que llaman al timbre, más todas las veces que suena el DING! del microondas cuando la gente se calienta el café o la comida...

Todo eso suma una cantidad muy alta de sonidos irritantes a lo largo del día...

¿¿Y luego nos preguntamos por qué tenemos estrés??

lunes, 19 de octubre de 2009

Un sábado con final feliz




¿Cuánto hacía que no me zampaba yo uno de estos?. El sábado por fin, después de meses y meses sin ir al cine por falta de interés por la cartelera, fuimos a ver una peli. A las 10 de la noche, casi solos en la sala, con una botella de agua y un cubo de palomitas, como debe ser.

La peli la verdad es que parecía que iba a ser un pelín tostón (¿Qué les pasa a los hombres?), con los típicos topicazos de los tíos pasan de todo y solo quieren ver el fútbol y las tías somos unas histéricas y solo vivimos para encontrar a nuestro príncipe azul y casarnos, pero la verdad es que resultó no ser así para nada y nos encantó, nos pareció muy realista y salimos encantados con haber retomado nuestro hábito favorito.

A veces cuando pasas mucho tiempo sin hacer algo que te gusta, se te olvida lo mucho que lo disfrutabas, y luego cuando lo vuelves a hacer, lo vives con mucha más intensidad, así que el sábado disfruté como una enana viendo mi peli con mis palomitas. Ahora solo espero que en un futuro no muy lejano, nuestro alcalde tenga la cortesía de poner un par de salitas de versión original en todos esos centros comerciales que están abriendo por nuestra zona, y así no tener que irme a la otra punta de la ciudad a disfrutar de una buena peli. ¿Será mucho pedir?.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Nesting

El otro día aprendí una nueva palabra en mi clase de inglés: Haven. No heaven, aunque es parecido. El significado de Haven es un paraíso en la tierra, y como gran parte de nuestra clase se basa en la conversación, estuvimos hablando de cuál es nuestro "haven" particular. Yo dije que el mío era Navalcarnero, porque ahí es donde he encontrado la felicidad, la estabilidad y la vida que siempre he querido, pero la verdad es que creo que mi haven particular está un poco más lejos.

Hace tiempo que Luismi y yo hablamos de planear un viaje a USA el año que viene para que Abril conozca a su abuelo y a sus primos americanos. Por desgracia Jim no va a poder venir a España cuando ella nazca, y la verdad que no me gustaría nada que mi hija viera a su abuelo por primera vez cuando tenga 1 ó 2 años, creo que es importante que desde muy pequeñita sepa que tiene una familia muy grande que la va a querer mucho aunque estén lejos. Para cuando en Escanaba haga una temperatura razonable, Abril tendrá unos 6 ó 7 meses, así que no creo que el viaje en avión sea mucho problema, y sin embargo tendrá conocimiento suficiente para disfrutar con sus primos.

Pero según han ido pasando los meses, vamos viendo que la crisis sigue haciendo de las suyas, y por ahora ese viaje está bastante en stand by por cuestiones de dinero, aunque en realidad, Escanaba es uno de los viajes más baratos que se pueden hacer, ya que si coges el billete con mucho tiempo lo puedes encontrar muy barato, y una vez allí no tienes que gastar ni medio duro, porque para eso va una a casa de su madre, para estar con la familia y que la cuiden, poco más.

El tiempo pasa y la economía familiar sigue estando bastante en el chasis, y hay muchas, muchísimas cosas, a las que hemos tenido que renunciar por culpa de esta crisis. Todo mi embarazo ha estado rodeado de restricciones, de un sentimiento de culpa al entrar en las tiendas de bebé, porque en todo momento he sabido que no podía comprar nada, nada de nada, que debía esperar a que nuestra situación mejorara para empezar a comprar cosas. Ahora sólo quedan algo más de 2 meses para que nazca mi hija, y nuestra situación sigue sin mejorar. Mi marido está haciendo todo lo posible en este mundo por encontrar un trabajo, un buen trabajo, y así poder empezar a remontar todo lo que hemos perdido en este tiempo, pero seguimos sin encontrar nada, y seguimos sin poder comprar nada de todo lo que nos hace falta.

Cuando hablas con la gente, gente que también va a tener o ha tenido un hijo recientemente, sólo te hablan una y otra vez de la cantidad de cosas que han comprado, todas las cosas monísimas que hay en esta tienda o en esta otra, el dineral que se han gastado en este carro o en este cambiador, que es el mejor que hay en el mercado, y tú piensas mientras tanto "vale, no pasa nada, no necesito eso, yo no lo necesito". Pero lo cierto es que sí que lo necesitas, lo necesitas urgentemente, especialmente cuando queda tan poco tiempo para que llegue tu hija. No me hace falta un carro carísimo ni miles y miles de trapitos, porque tengo la suerte de ser una persona práctica y esas cosas no sólo no me hacen falta, si no que me parecen una bobada, pero lo que sí te hace falta cuando estás embarazada es entrar en una tienda, ver un vestido monísimo, y sin más comprarlo, o un peluche, o unos baberos de ositos, da igual, pero necesitas tener la libertad de poder comprar lo que te pida el cuerpo, y con eso no me refiero a comprar compulsivamente, pero necesitas sentir que puedes hacerlo. Porque sí, porque el cuerpo te lo pide, porque vas a tener una hija y quieres que el entorno que la rodee sea lo más agradable posible, y porque tú tienes sentimientos que nadie más alrededor tuyo tiene, ni siquiera tu marido, y porque leas donde leas sobre el embarazo, te habla de esa fase del embarazo, la de la necesidad física y mental de preparar el espacio de tu hija para que todo esté perfecto cuando llegue, y te habla de que debes satisfacer esa necesidad tanto como la de ir al baño constantemente.

Sin embargo, ya que es algo hormonal, no racional, nadie en tu entorno lo entiende, y mucho menos, cuando estás pasando por una crisis económica de tal calibre. Hablas con la gente y le cuentas que está siendo muy difícil porque no tenemos dinero para comprar nada todavía. Y la gente, con la mejor intención de este mundo, te dicen que no te preocupes, que mientras tenga unos cuantos pijamas y dos cosas más, la niña estará bien, y que al principio no necesitan gran cosa. Y tú lo sabes, sabes que los bebés no necesitan nada, ¿qué van a necesitar? con una teta a la que agarrarse y un millón de pañales tienen todo lo que necesitan para sobrevivir. El problema es que eres tú la que tiene esa necesidad de comprar cosas de vez en cuando, tú eres la que estás viviendo el embarazo, lo bueno y lo malo, y aunque lo bueno es maravilloso y no cambiarías ni medio segundo de todo lo que estás viviendo, hay un millón de cosas que hacen que quieras tirarte en la cama 24 horas y no parar de quejarte. Hay mil y una razones por las cuales sabes que cualquier otra persona (en especial los hombres) se habría cogido una baja desde el mes 1 y estaría quejándose día y noche. Las piernas hinchadas, los ataques de hambre, el estreñimiento, los mareos, los pinchazos en el abdomen, las ganas de ir al baño, el cansancio, las manchas en la piel, los dolores de espalda y los mini-vómitos constantes son sólo algunos de los motivos por los que crees que de vez en cuando te mereces algún capricho que ni siquiera es para ti, es para tu hija. Pero el mirarte al espejo y definitivamente NO ver esa imagen Demi Moore embarazada que tú te habías hecho de ti misma, si no ver una tía cinco veces más grande que tú que se ha comido los 54 kilos que solías pesar, el comprobar cada día que hay una prenda más de ropa que ya no te vale, y no por la tripa, si no por los muslos, esos muslos que no se deben al embarazo, se deben a comer todo lo que tu hija te pide que comas, es hablar con la gente y que te digan constantemente "¡cuánto has engordado? ¡uy, eso no es nada!, ¡espera a ver todo lo que te queda por engordar!", eso, añadido a las ganas de llorar constantes y la falta de alguien con quien poder compartirlo, porque sabes que nadie en este mundo lo entendería, eso es lo que realmente tiene mérito del embarazo si no te vienes abajo.

Sea como sea, Luismi y yo estamos asumiendo lo que nos toca y viviendo la espera hasta que nazca nuestra hija con muchísima ilusión, imaginando cómo será la vida cuando ella llegue, y deseando que todo esté para entonces mucho mejor y podamos estar más tranquilos para poder comprarle de vez en cuando alguna chorrada.

Sin embargo, nuestro viaje a Escanaba sigue amenazado. Si todo sigue como hasta ahora, será imposible que podamos ir, y eso es algo que me resisto a creer, porque quiero ir, necesito ir a Escanaba, porque hace mucho tiempo que creé un vínculo con esa ciudad, y hace demasiado tiempo que no he tenido oportunidad de volver, y este viaje es todo lo que pido después de haber sido buena y no haberme quejado al haber tenido que renunciar a tantas cosas durante mi embarazo por culpa de que mi marido no puede trabajar aunque quiera.

Por suerte, nos queda el optimismo y la esperanza de que todo mejore dentro de no mucho y así poder irnos de viaje los tres a que nos cuiden los abuelos sin remordimientos de que nos estamos dando un lujo que no nos podemos permitir. Pero aún así, creo que ir a Escanaba el año que viene no es ningún lujo, creo sinceramente que nos lo merecemos los tres. Nos merecemos descansar del año que estamos viviendo cargado de estrés y de preocupaciones, mi marido se lo merece por no haber abandonado ni perdido la esperanza en ningún momento y estar luchando con todas sus fuerzas para poder ver felices a sus chicas, y yo me lo merezco por no haberme quejado nunca de los que nos ha tocado y estar conteniendo mis instintos más profundos, con todas las consecuencias emocionales que eso conlleva. Y Abril se lo merece, porque ella es una princesa.

Aún no sé cómo, pero el año 2010 voy a pisar Escanaba con mi marido y mi hija, aunque para ello tenga que seguir renunciando a todas las ventajas de las que disfrutan el resto de las embarazadas y madres de este mundo, porque con esta experiencia nos hemos demostrado a nosotros mismos que somos unos luchadores, y voy a seguir luchando para que Abril sepa lo que es un Walmart, Bay, el lago Michigan, Ludington street, el Coffee Shop o el Culvers.

Así que Escanaba, mi haven particular... ¡nos veremos pronto!

lunes, 12 de octubre de 2009

Cura de calcetines

Odio mis calcetines. Los odio. Todos ellos son el resultado de años de comprarme calcetines e intentar mejorar mi vida en ese sentido, en el sentido de los calcetines, porque mi relación con los calcetines siempre ha sido una relación tormentosa.

Al principio me los compraba todos de colorines, porque eran muy chulos. Se les hacían tomates, porque chulos eran, pero baratillos más, con lo cual poco a poco vas tirando los que se rompen, y depronto un día no tienes calcetines que ponerte porque tienes tan pocos que están todos para lavar. Y entónces escarmientas, y te vas a una tienda y te compras tres packs de cinco calcetines, todos de colorines, porque todavía son guays, y piensas, "con 15 pares de calcetines mi problema se debería solucionar". Y se soluciona, durante un tiempo, porque depronto llega un día en tu vida en el que maduras, y eliges cada día los calcetines que te pones, porque ya no te valen cualquiera.

Te pones delante del cajón de los calcetines, y piensas:

"Estos verde pistacho no, que como cruce las piernas se me sube un poco el bajo del pantalón y dan el cante muchísimo, mejor estos blancos. Aunque espera, estos blancos son muy cortos y yo sin depilar, quita quita, que como se me levante el pantalón cuando cruce las piernas y la gente me vea los pelos me muero, casi mejor los pistacho. Aunque siempre me quedarán estos grises discretitos. Uy, estos grises tienen un tomatillo, a la basura. ¿Donde estaban los otros dos pares grises del pack de tres que compré? ah, creo que se están lavando, porque como ayer me puse también estos vaqueros con los zapatos bajos, pensé lo mismo y me los puse. A ver, por aquí tiene que haber algunos que no sean de colores chillones ni de dibujitos...."

Y no encuentras ningunos. Y te pones los verde pistacho. Y te pasas todo el día que cada vez que cruzas las piernas se te ven los calcetines. Y es un corte.

Luego vas y te compras un montón de calcetines decentes, un pack de grises, un pack de blancos y un pack de negros, pero no tiras los de colorines porque los quieres dejar para cuando estés en casa y te den igual tus pintas. Y ocurre la desgracia del agujero negro de los calcetines. Vas ese lunes a ponerte tus calcetines decentes y...

...no encuentras ningún par de calcetines que casen.

Y esas cosas pasan, y nos pasan a todos, aunque no sabemos por qué.

Y entónces piensas en las dos posibilidades que tienes. O te calzas uno gris y uno negro, o te calzas los verde pistacho.

Y te pones uno de cada. Y vas, cruzas las piernas tranquilamente... y siempre hay alguien que es más observador de lo que tú te imaginabas. Y te lo dice:

¡Ay qué gracia! ¡llevas un calcetín de cada! ¿es porque te da suerte o algo?

Y tú piensas, sí claro, me dan una suerte que no veas, a la vista está que me los he puesto y mira qué suerte tengo que alguien se ha dado cuenta. La próxima vez me pongo los verde pistacho a ver si me dan la misma suerte y a alguien no le hace daño en los ojos ver un tono fosforescente en mis pies combinado con unos pantalones negros y una camisa blanca.

Pero aún así, aunque ese día te vas a casa pensando "Dios mío, necesito comprarme 500 pares de calcetines iguales", no tiras los que tenías catalogados como "decentes", solo que ahora han pasado a la categoría de "andar por casa" hasta que aparezcan sus parejas.

Con respecto a los verde pistacho, esos vienen genial para estar por casa, qué gusto da hacer limpieza general, cocinar o tirarse a ver la tele con la ropa vieja que jamás dejarías que nadie, a excepción de tu marido, viera. Se está tan agusto vestido de guarrindongo...

Pero claro, alguien tiene que sacar al perro, y con el perro se hace mucha vida social. No pasa nada, todos los vecinos sacamos al perro vestidos de guarris y ya nos conocemos.

Sí. Pero todo tiene un límite:



Definitivamente, tengo que hacerme una cura de calcetines.

viernes, 9 de octubre de 2009

Una historia real

Hace cerca de 6 años me dejó mi novio. "Lo normal", pensará el lector, "le pasa a todo el mundo", pero para mí fue una experiencia horrible.

Él era una persona egoísta, egocéntrica, frustrado y acomplejado. Y para colmo era mayor. Muy mayor. Cuando empezamos a salir, él tenía la edad que tiene mi marido actualmente, la diferencia es que yo tenía 19 años.

Volcaba todas sus frustraciones en mí, y a lo largo de los años me acusó de un millón de cosas. Estúpida y mentirosa eran palabras que estaban siempre en su boca. "Tú qué vas a saber si no sabes pensar", "tengo que asumir que tengo una novia que es retrasada", "tienes problemas mentales" o "estás siempre buscándome sustitutos para cuando me des la patada" eran cosas que decía de vez en cuando.

La vida le iba mal, francamente mal. Era uno de los mejores músicos que he escuchado en mi vida, pero por desgracia, este mundo no siempre premia el talento, y llevaba cerca de 20 años intentando sin éxito ganarse la vida haciendo lo único que sabía hacer. No sabía ver la vida desde el lado práctico, lo único que quería hacer era tocar la guitarra, así que nunca se preocupó en aprender nada más. Vivía en una casa compartida en el centro en una habitación tan pequeña como mi cuarto de baño, y uno de cada tres meses tenía que atrasar el pago porque simplemente no tenía dinero para pagarla.

Le conocí tocando la guitarra en la estación de metro de Alonso Martínez. "Pretty woman", para ser más exactos. Oí su melodía desde dos pasillos antes de verle, y me quedé absolutamente hipnotizada. Aún así, tardé dos años en darle mi número de teléfono, y en ese tiempo, seguí viéndole esporádicamente en el metro. En la misma estación, en el mismo pasillo, tocando las mismas canciones.

Cuando empezamos a salir yo tenía 19 años, trabajaba en un estanco, vivía con mi familia y lo único que me importaba era quedar con mis amigas y gastarme el sueldo entero en Zara, Bershka o Mango. Escuchaba a los Backstreet Boys, acababa de descubrir lo "mayor" que se sentía una con un cigarro en la mano y mi móvil estaba forrado con una carcasa de las Super Nenas.

Estuve cerca de 2 años durmiendo 3 horas al día, y no es una forma de hablar, me acostaba siempre después de las 5 de la mañana y a las 8 me levantaba. Sola. Él se quedaba durmiendo disfrutando de la vida del autónomo. Me pasaba la vida llorando, absolutamente siempre, desde aquel día que descubrí que se acostaba con su ex-novia de manera regular, y cuando le pregunté por ello me dijo que yo no entendía nada, y que ella era muy importante para él y se lo debía.

Mis ojeras se fueron haciendo más y más obvias, hasta que un día fui a un concierto suyo con mis amigos y todos me dijeron que estaba extremadamente demacrada. Cuando vi las fotos entendí a lo que se referían. Nunca antes me había dado cuenta. Ese día empezó mi lucha contra mi propia fuerza de voluntad para dejar de estar con él, dejar de quererle. Esa lucha duró unos meses, me sentía incapaz de dejarle, me veía completamente vacía sin él, sin su música, sin su vida.

Nunca supe por qué, pero le quería muchísimo, y no conseguí dar el paso.

Pero él, en su falta de inteligencia y de valor por las cosas reales, me lo puso fácil, y un día me dejó. No me dejó sin más, me cogió del pelo, abrió la puerta de la calle, me tiró por las escaleras y cerró gritando que nunca más volviera a llamarle. Y aún así, llorando, dolorida y destrozada, me fui a trabajar y continué mi vida. Después de trabajar quedé con mi prima Julia para ir al cine, y recuerdo que le dije con una sonrisa "estoy hecha un asco, esta mañana no me apetecía y ni me he duchado, pensarás que soy una cerda". No le conté nada, a excepción de que me había dejado, pero nisiquiera quise hablar mucho del tema.

Al día siguiente todo eran llamadas para que volviera con él. Las llamadas se alargaron semanas, y siempre le daba la misma respuesta. No volví con él, pero no fue por lo que pasó la última vez, fue por lo que llevaba pasando 2 años.

Hace más de 5 años de todo eso, y es ahora cuando siento que me he recuperado de todo el daño interno y la inseguridad que me creó, algo que durante los 2 ó 3 años siguientes se manifestaba cada vez que conocía a alguien nuevo. Hoy soy una persona completamente distinta. He viajado, he estudiado, he conocido gente de muchos entornos... ahora tengo una vida estable y plena y una pareja que me adora y no puede explicarse como alguien pudo tratarme así. En resumen, he avanzado, he evolucionado y he madurado, algo que, por lo que he comprobado, no puedo decir de él.

Hace un par de meses cumplió los 40, y de vez en cuando todavía me manda mensajes diciendo que le encantaría verme y que sueña conmigo, pero aún así, llevaba mucho tiempo sin pensar en él.

Pero hace unas semanas, mientras hacía transbordo por los pasillos de Alonso Martínez, escuché una guitarra. Escuché su guitarra. Y pensé en la vida que me esperaba a su lado si hubiera seguido estos 6 años con él. Y sonreí al descubrir lo lejos que estoy de todo aquéllo...

martes, 6 de octubre de 2009

Asesora espontánea

Suena el teléfono en mi centralita, y una señorita me empieza a hablar sin parar sobre su empresa y a lo que se dedican. Yo por supuesto desconecto y la dejo terminar, ya me sé de memoria esos rollos que te suelta la gente sin darte la oportunidad de pasarle con la persona encargada de lo que te está contando, así que, como voy a terminar dándole el teléfono general de la centralita de Abengoa cuando me deje a hablar, me pongo a pensar en mis cosas mientras oigo ese bla bla bla al otro lado del teléfono.

Pillo algo de lo que me dice, poco, pero algo. "Universidad de Barcelona", "Escuela de Administración de Empresas", "visita"...

Depronto oigo un silencio, seguramente esté esperando que yo le diga algo, seguramente me ha hecho una pregunta, pero como yo soy muy educada, en lugar de decirle que me repita todo el rollo, que no la estaba prestando atención, me limito a arriesgarme a decir algo estándar, que suele funcionar:

-"¿Perdón?"

-"Que si me puede decir su horario y su nombre"- me dice ella

-"Ah, sí sí, de 9.00 a 19.00. Yo soy Patricia"

-"Perfecto, mañana entonces se pasará por allí una compañera para dejarle información. Muchas gracias."

Y sin más me cuelga. Bueno, por lo que he entendido, mañana va a venir alguien de la Escuela de Administración de Empresas a dejarme información, entiendo que sobre cursos y masters. Perfecto, se la aceptaré, se la enviaré a la persona correspondiente en Sevilla, y me olvidaré del tema para siempre, como suelo hacer con las empresas que me dejan información sobre su catering, su mensajería o sus cables de fibra de vidrio.

Así que por la tarde llego del baño, y cuando todavía estoy intentando recuperarme del ataque de nauseas repentino que acabo de tener, un compañero me señala desde la sala de espera y dice "ella es Patricia", y entonces viene hacia mi mesa una mujer.

Se presenta, y me dice que es de la Universidad de Barcelona, que me llamaron ayer para concertar una cita hoy.

Espera un momento, ¿cita?, quedamos en que me dejarían información, nadie dijo nada de una cita, cita suena a que me tengo que meter en una sala con ella y aguantarle su rollo durante al menos 30 minutos. No, ni de coña, definitivamente no tengo cuerpo para eso, lo que me quieras contar cuéntamelo en mi mesa, tú de pie y yo sentada.

Saca un papel de su carpeta y me pregunta mi nombre completo, y según lo está escribiendo en una especie de formulario, me empieza a soltar una serie de frases que yo no entiendo.

-"Nosotros somos de la Universidad de Barcelona, ofrecemos masters, doctorados, cursos, posgrados, MBAs..., ¿tú qué estudios tienes, título universitario, verdad?"

-"Eh, ejem, no"- Aún con una sonrisa en la boca, como persona educada y amable que soy

-"¿Estudios medios? ¿FP de secretariado? ¿algún curso privado de administrativo?"

Ahí ha cruzado una de mis líneas, NO SOPORTO que la gente a la que no conozco de nada sin venir a cuento te pregunte tus estudios, es una cosa que no puedo resistir, ¿a ti qué te importa lo que yo he estudiado? y aparte ¿por qué das por hecho que he estudiado algo relacionado con lo que a ti te parece que hago en esta empresa? es más ¿por qué das por hecho que he estudiado? ¿y si esta empresa colabora con alguna fundación pro-integración y yo soy una ex-poli-toxicómana intentando rehabilitarme?. Total, que le respondo lo más amablemente que puedo:

-"Eh, no, pero ¿por qué es importante eso? ¿Por qué hace falta que te diga los estudios que tengo?

-"No bueno, a ver, nosotros somos la Universidad de Barcelona, y colaboramos con la Escuela de Administración de Empresas, llevamos a cabo entrevistas para ofrecer masters, doctorados, cursos, posgrados, MBAs..., ¿qué has estudiado tú?"

¡Un momento, espera un momento!, ¿entrevista? ¿tú a mí? ¿¿sobre si quiero un posgrado??

-"Vamos a ver, ayer cuando me llamaron, entendí en todo momento que una persona vendría a dejarnos información para distribuir en la empresa por si alguien estaba interesado en alguno de vuestros cursos, no me dijeron en ningún momento que fuera una entrevista personal a mí misma"

La cara le cambia, aunque en realidad, en ningún momento había estado especialmente sonriente ni amable. Y me responde:

-"No, hombre, a ver, nosotros somos la Universidad de Barcelona y hacemos entrevistas personales ofreciendo masters, doctorados, cursos, posgrados, MBAs..., pero claro, luego hay todo un rectorado dedicado a selección del alumnado, obviamente, pero en todo momento es personal, no a nivel de empresas."

¿¿CÓMO?? ¿¿me estás diciendo que has venido a hacerme una entrevista donde te tengo que contar los NO estudios que tengo que, por cierto, mi empresa NUNCA ha dado importancia porque me consideraron lo suficientemente válida como para trabajar con ellos sin juzgarme, y encima me dices que tendría que llevarse a cabo un comité donde todo un departamento tendría que valorar si estoy o no estoy cualificada para entrar en tu mierdecita de universidad??

-"No mira, perdona pero yo no estoy interesada en absoluto, si me quieres dejar información yo se la transmito a mis compañeros y si alguien está interesado pues que os llame y ya lleváis a cabo la entrevista"

-"¿Pero qué pasa, que en esta empresa no hay nadie con una carrera universitaria o cómo?"

-"Sí, sí que los hay, pero lo que yo no voy a hacer es levantarme ahora mismo para preguntarle a la gente quién está interesado en que le hagan una entrevista para un master. Déjame la información, y yo se la enviaré encantada con tus datos a la gente de la empresa"

Abre su carpeta y empieza a buscar algo dentro mientras pone los ojos en blanco. Y entónces me dice:

-"Pero tú querrás formarte, ¿no? querrás desarrollar tus estudios de secretariado, digo yo"

-"No, la verdad es que no"- sin perder mi sonrisa de lado a lado, la educación ante todo.

Me mira fijamente durante unos 5 segundos, y mientras resopla inmesamente, escribe su número de teléfono en una tarjeta de visita. Y vuelve a intentarlo, esta vez llamándome inculta con su mirada:

-"Aquí está mi teléfono por si te lo piensas mejor, pero vamos, es una oportunidad muy buena y nuestros cursos tienen mucho prestigio en el extranjero, échale un vistazo a la página que está todo explicado, pero yo no perdería una oportunidad como ésta de recibir una formación tan completa para desarrollar los estudios cursados...."

-"Yo no estoy interesada, pero distribuiré la información entre los compañeros"

-"¿Cuándo vas a hacerlo?, ¿esta semana?"

-"No lo sé, cuando tenga un momento escribiré un email con la información"

-"Lo digo para que os déis prisa, porque claro, todo eso lleva su periodo de selección, hay que seleccionar a los solicitantes válidos para ofrecerles los masters, doctorados, cursos, posgrados, MBAs..."

-"Perfecto, lo haré encantada esta misma tarde"

Mirada de arriba abajo por su parte, y sin más se da la vuelta y se marcha. El "adiós" lo dice cuando ya está de espaldas.

Ah... qué feliz me hace cuando la gente que no te conoce de nada te juzga de una manera tan agresiva y se cree con derecho a saber mejor que tú lo que es bueno para tu futuro... me hace sentir taaaaan por encima de ellos....

jueves, 1 de octubre de 2009

Abril en 3D

Aquí está por fin mi ecografía 3D de mi niña. Se hizo de rogar la tía, primero tenía el brazo en la cara y no se quería mover, y después no solo tenía el brazo, si no que se puso el pie (en la primera foto se ve el piececito tapándole el ojo).








La ecografía no es que sea gran cosa, pero al menos te sirve para saber que todo está bien, que tiene sus cinco deditos en cada mano, su naricita, que abre sus ojitos... no sé si será sugestión maternal, pero la verdad es que yo miro las fotos, y me da la sensación de que va a ser una niña preciosa.
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