miércoles, 14 de octubre de 2009

Nesting

El otro día aprendí una nueva palabra en mi clase de inglés: Haven. No heaven, aunque es parecido. El significado de Haven es un paraíso en la tierra, y como gran parte de nuestra clase se basa en la conversación, estuvimos hablando de cuál es nuestro "haven" particular. Yo dije que el mío era Navalcarnero, porque ahí es donde he encontrado la felicidad, la estabilidad y la vida que siempre he querido, pero la verdad es que creo que mi haven particular está un poco más lejos.

Hace tiempo que Luismi y yo hablamos de planear un viaje a USA el año que viene para que Abril conozca a su abuelo y a sus primos americanos. Por desgracia Jim no va a poder venir a España cuando ella nazca, y la verdad que no me gustaría nada que mi hija viera a su abuelo por primera vez cuando tenga 1 ó 2 años, creo que es importante que desde muy pequeñita sepa que tiene una familia muy grande que la va a querer mucho aunque estén lejos. Para cuando en Escanaba haga una temperatura razonable, Abril tendrá unos 6 ó 7 meses, así que no creo que el viaje en avión sea mucho problema, y sin embargo tendrá conocimiento suficiente para disfrutar con sus primos.

Pero según han ido pasando los meses, vamos viendo que la crisis sigue haciendo de las suyas, y por ahora ese viaje está bastante en stand by por cuestiones de dinero, aunque en realidad, Escanaba es uno de los viajes más baratos que se pueden hacer, ya que si coges el billete con mucho tiempo lo puedes encontrar muy barato, y una vez allí no tienes que gastar ni medio duro, porque para eso va una a casa de su madre, para estar con la familia y que la cuiden, poco más.

El tiempo pasa y la economía familiar sigue estando bastante en el chasis, y hay muchas, muchísimas cosas, a las que hemos tenido que renunciar por culpa de esta crisis. Todo mi embarazo ha estado rodeado de restricciones, de un sentimiento de culpa al entrar en las tiendas de bebé, porque en todo momento he sabido que no podía comprar nada, nada de nada, que debía esperar a que nuestra situación mejorara para empezar a comprar cosas. Ahora sólo quedan algo más de 2 meses para que nazca mi hija, y nuestra situación sigue sin mejorar. Mi marido está haciendo todo lo posible en este mundo por encontrar un trabajo, un buen trabajo, y así poder empezar a remontar todo lo que hemos perdido en este tiempo, pero seguimos sin encontrar nada, y seguimos sin poder comprar nada de todo lo que nos hace falta.

Cuando hablas con la gente, gente que también va a tener o ha tenido un hijo recientemente, sólo te hablan una y otra vez de la cantidad de cosas que han comprado, todas las cosas monísimas que hay en esta tienda o en esta otra, el dineral que se han gastado en este carro o en este cambiador, que es el mejor que hay en el mercado, y tú piensas mientras tanto "vale, no pasa nada, no necesito eso, yo no lo necesito". Pero lo cierto es que sí que lo necesitas, lo necesitas urgentemente, especialmente cuando queda tan poco tiempo para que llegue tu hija. No me hace falta un carro carísimo ni miles y miles de trapitos, porque tengo la suerte de ser una persona práctica y esas cosas no sólo no me hacen falta, si no que me parecen una bobada, pero lo que sí te hace falta cuando estás embarazada es entrar en una tienda, ver un vestido monísimo, y sin más comprarlo, o un peluche, o unos baberos de ositos, da igual, pero necesitas tener la libertad de poder comprar lo que te pida el cuerpo, y con eso no me refiero a comprar compulsivamente, pero necesitas sentir que puedes hacerlo. Porque sí, porque el cuerpo te lo pide, porque vas a tener una hija y quieres que el entorno que la rodee sea lo más agradable posible, y porque tú tienes sentimientos que nadie más alrededor tuyo tiene, ni siquiera tu marido, y porque leas donde leas sobre el embarazo, te habla de esa fase del embarazo, la de la necesidad física y mental de preparar el espacio de tu hija para que todo esté perfecto cuando llegue, y te habla de que debes satisfacer esa necesidad tanto como la de ir al baño constantemente.

Sin embargo, ya que es algo hormonal, no racional, nadie en tu entorno lo entiende, y mucho menos, cuando estás pasando por una crisis económica de tal calibre. Hablas con la gente y le cuentas que está siendo muy difícil porque no tenemos dinero para comprar nada todavía. Y la gente, con la mejor intención de este mundo, te dicen que no te preocupes, que mientras tenga unos cuantos pijamas y dos cosas más, la niña estará bien, y que al principio no necesitan gran cosa. Y tú lo sabes, sabes que los bebés no necesitan nada, ¿qué van a necesitar? con una teta a la que agarrarse y un millón de pañales tienen todo lo que necesitan para sobrevivir. El problema es que eres tú la que tiene esa necesidad de comprar cosas de vez en cuando, tú eres la que estás viviendo el embarazo, lo bueno y lo malo, y aunque lo bueno es maravilloso y no cambiarías ni medio segundo de todo lo que estás viviendo, hay un millón de cosas que hacen que quieras tirarte en la cama 24 horas y no parar de quejarte. Hay mil y una razones por las cuales sabes que cualquier otra persona (en especial los hombres) se habría cogido una baja desde el mes 1 y estaría quejándose día y noche. Las piernas hinchadas, los ataques de hambre, el estreñimiento, los mareos, los pinchazos en el abdomen, las ganas de ir al baño, el cansancio, las manchas en la piel, los dolores de espalda y los mini-vómitos constantes son sólo algunos de los motivos por los que crees que de vez en cuando te mereces algún capricho que ni siquiera es para ti, es para tu hija. Pero el mirarte al espejo y definitivamente NO ver esa imagen Demi Moore embarazada que tú te habías hecho de ti misma, si no ver una tía cinco veces más grande que tú que se ha comido los 54 kilos que solías pesar, el comprobar cada día que hay una prenda más de ropa que ya no te vale, y no por la tripa, si no por los muslos, esos muslos que no se deben al embarazo, se deben a comer todo lo que tu hija te pide que comas, es hablar con la gente y que te digan constantemente "¡cuánto has engordado? ¡uy, eso no es nada!, ¡espera a ver todo lo que te queda por engordar!", eso, añadido a las ganas de llorar constantes y la falta de alguien con quien poder compartirlo, porque sabes que nadie en este mundo lo entendería, eso es lo que realmente tiene mérito del embarazo si no te vienes abajo.

Sea como sea, Luismi y yo estamos asumiendo lo que nos toca y viviendo la espera hasta que nazca nuestra hija con muchísima ilusión, imaginando cómo será la vida cuando ella llegue, y deseando que todo esté para entonces mucho mejor y podamos estar más tranquilos para poder comprarle de vez en cuando alguna chorrada.

Sin embargo, nuestro viaje a Escanaba sigue amenazado. Si todo sigue como hasta ahora, será imposible que podamos ir, y eso es algo que me resisto a creer, porque quiero ir, necesito ir a Escanaba, porque hace mucho tiempo que creé un vínculo con esa ciudad, y hace demasiado tiempo que no he tenido oportunidad de volver, y este viaje es todo lo que pido después de haber sido buena y no haberme quejado al haber tenido que renunciar a tantas cosas durante mi embarazo por culpa de que mi marido no puede trabajar aunque quiera.

Por suerte, nos queda el optimismo y la esperanza de que todo mejore dentro de no mucho y así poder irnos de viaje los tres a que nos cuiden los abuelos sin remordimientos de que nos estamos dando un lujo que no nos podemos permitir. Pero aún así, creo que ir a Escanaba el año que viene no es ningún lujo, creo sinceramente que nos lo merecemos los tres. Nos merecemos descansar del año que estamos viviendo cargado de estrés y de preocupaciones, mi marido se lo merece por no haber abandonado ni perdido la esperanza en ningún momento y estar luchando con todas sus fuerzas para poder ver felices a sus chicas, y yo me lo merezco por no haberme quejado nunca de los que nos ha tocado y estar conteniendo mis instintos más profundos, con todas las consecuencias emocionales que eso conlleva. Y Abril se lo merece, porque ella es una princesa.

Aún no sé cómo, pero el año 2010 voy a pisar Escanaba con mi marido y mi hija, aunque para ello tenga que seguir renunciando a todas las ventajas de las que disfrutan el resto de las embarazadas y madres de este mundo, porque con esta experiencia nos hemos demostrado a nosotros mismos que somos unos luchadores, y voy a seguir luchando para que Abril sepa lo que es un Walmart, Bay, el lago Michigan, Ludington street, el Coffee Shop o el Culvers.

Así que Escanaba, mi haven particular... ¡nos veremos pronto!

4 comentarios:

mamá dijo...

Sí!!! y la podemos llevar a que se monte en el dinosaurio del mall!

Luismi dijo...

Cierto es, que ahora también lo es para mi, pero de otra manera.

Allí empezaron a forjarse una gran cantidad de recuerdos, experiencias… todo comenzó con un vuelo, siguió con un país extranjero, que aún no conocía, una familia y un estilo de vida diferente y de lo demás… que os voy a contar, para empezar este no es mi blog.

Eso si, allí descubrí lo duro que es separarse de la persona a la que amas, y te juras a ti mismo que no te separarás nunca más, descubrí que los americanos no son los que aparecen por la tele, esa puede ser una parte, pero son mucho mejores de lo que pensamos, aunque siempre hay excepciones.

Sin duda, en Escanaba me cambió la vida, quizás por eso le tengo tanto cariño y por eso sé que volveré para revivir muchas de las cosas que allí ocurrieron junto al amor de mi vida.

No hay día que no me acuerde de aquella época y me invada el amor….

Banjo dijo...

nadie nos dijo que fuese fácil, lo importante es seguir viendo lo maravilloso, en un camino, aveces, con muchas piedras...

Anónimo dijo...

Los niños necesitan mucho amor. Y eso es gratis. Cierto que hay vestirlos y acostarlos en algun sitio. Yo recibi muchos regalos y mi niño ha sido un niño "barato" en muchos aspectos. La ropa que ha usado mi niño ya era de otros niños y ahora la estan usando otros niños mas.
Yo hablo con gente que conozco y (si no te importa)si hay cosas para tu niña yo te las paso.
Besitos y cuidate. Lola

Web Statistics