lunes, 30 de noviembre de 2009

Mea culpa

Hay una frase que odio con todas mis fuerzas: "No hay que arrepentirse de lo que uno ha hecho, hay que arrepentirse de lo que no se ha hecho". Para mí es una inmadurez, hay que arrepentirse de las cosas, ¿por qué no? todos hacemos cosas que están mal, cosas que están fatal, ¿por qué no arrepentirse de ellas?, hay que saber admitir los errores y aprender de ellos, porque tienen la misma importancia que los aciertos. Precisamente es la mezcla de los dos lo que da sentido a la vida y lo que define nuestra madurez y nuestro aprendizaje en la vida. Yo me arrepiento de muchas cosas en la vida, de muchísimas. Aquí hay algunas de esas cosas, y también algunas de las que no me arrepiento en absoluto:


COSAS DE LAS QUE ME ARREPIENTO

-De no haber ido a despedirme de mi abuelo

-De no dejar un trabajo que me estaba machacando sólo porque a mi padre le gustaba que trabajara ahí

-De no saber ahorrar

-De no prestar más atención en mi trabajo para no repetir los mismos errores una y otra vez

-De no hacer un esfuerzo por perder la pereza para cocinar

-De ser tan intransigente en algunas cosas

-De haber perdido la relación con la gente de mi colegio

-De algún tatuaje

-De haber seguido siendo amiga de Elia tanto tiempo

-De no haber sido más responsable cuando me regalaron a Phoebe

-De perdonar tantas veces a mi padre

-De haber perdido a Lara como amiga

-De lo mal que me he portado con algunas personas

-De no haberme cuidado más en mi embarazo

-De no haber sido más lista cuando tenía 15 años

-De tragarme algunas mentiras que me he tragado dobladas




COSAS DE LAS QUE NO ME ARREPIENTO

-De haber dejado los estudios cuando el cuerpo me lo pedía

-De mantener una relación tormentosa hasta que vi con mis propios ojos que era un desastre, no porque me lo dijeran los demás

-De haber dejado mi casa en Ventas por una mucho más cara

-De haber vuelto a estudiar cuando me di cuenta de que era necesario

-De dejarlo todo por irme a Estados Unidos

-De haber cogido un perro cuando todos me decían que era una locura

-De mis agujeros en las orejas

-De haber mandado a la mierda a quien se lo merecía antes de mi boda, a pesar de los lazos familiares

-De no haber aprovechado la oportunidad que me ofreció mi tío de enchufarme en su clase de FP de administrativo

-De todos los emails que he mandado diciéndole a cierta gente lo que opino de ellos

-De haberme casado con mi marido, a pesar de lo que la noticia conllevó

-De haber aprovechado mi inglés en lugar de los estudios como potencial en el trabajo

-De no tener más relación con mi padre

viernes, 27 de noviembre de 2009

Fotos chulas

He pensado que tenía que comprartir esto con el lector. Es una pasada.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mi capricho

No sé si lo he mencionado alguna vez, pero soy una gran fan del agua mineral. Cuando voy a cualquier bar, antes de pedir nada, miro cuál es la marca del agua que sirven y dependiendo de si es de las que me gustan o no, decido lo que voy a tomar. Nunca antes había sido yo muy de comprar agua, pero por alguna razón, en casa empezamos a comprar, y una vez que te acostumbras a algo así, ya no hay vuelta atrás, y ahora tomar agua del grifo me desagrada bastante.

Tengo mis "rojo, naranja y verde" en el mundo de las aguas, por ejemplo, Font Vella, rojo absoluto. Bezoya, en botella de plástico, naranja, pero en botella de cristal, verde. Aquabona, la más rojo de todas. Aquafina, verde indiscutible... y así sucesivamente.

Y resulta que ayer me entero de que Evian, agua que nunca he probado porque es de esas que no la sirven en los bares ni la venden en los supermercados normales, solo en los Vips y en El Corte Inglés y ese tipo de establecimientos donde normalmente no me paro a comprar agua, empieza su campaña navideña lanzando el diseño anual de su botella, este año diseñada por Paul Smith, diseñador al que prácticamente no conozco, ya que paso bastante de diseñadores, pero sin embargo, fascinada con el diseño de la botella, decido meter en Google Imágenes su nombre para ver qué aparece, y resulta que me encanta su estilo. Eso sí, me encanta su estilo como diseñador de objetos, como diseñador de ropa me parece bastante del montón, pero simplemente porque yo no tengo ni idea de moda a nivel de pasarelas.

Total, que he decidido que este viernes voy a probar el agua de Evian para ver en qué categoría de calidades la incluyo, pero aunque el agua no me gustara, beber en semejante botella, creo que ya de por sí es todo un lujo de viernes...

martes, 24 de noviembre de 2009

Información aleatoria

- El domingo le regalé a mi chico unas entradas para ver un espectáculo de mentalismo. Y salimos al escenario, los dos, en diferentes números.

- Con mi embarazo he desarrollado una extraña obsesión por varias cosas a las que nunca en la vida les había prestado ninguna atención: el mundo de la moda, Grecia, y Jon Bon Jovi.

- Cada año me vuelvo a sorprender de lo mucho que me gusta la Navidad y las ganas con las que las cojo.

- Cada vez que estoy sola en una habitación y Luismi entra por la puerta y me habla, Abril da una patada muy fuerte, lo que me hace pensar que mi hija va a querer mucho a su padre.

- Me he enganchado muchísimo a una serie que no me pega nada, pero por alguna razón me parece que tiene un trasfondo humano muy típico de las series y pelis que me encantan.

- Luismi tiene todas las papeletas para empezar a trabajar en un plazo de unos tres días antes o después de que empiece mi baja, después haberse tirado prácticamente todo el año sin trabajar. La ley de Murphy existe.

- Mis dedos están engordando tanto que mi anillo de compromiso no quiere salir ni con aceite, y estoy empezando a pensar que la inscripción que hay por dentro se me va a quedar tatuada para el resto de mi vida.

- Mi marido pidió por Ebay mi regalo de Navidad y cometió el error de no cambiar la dirección de envío, así que ha llegado esta mañana a mi oficina con una etiqueta en el sobre en la que ponía bien claro lo que contenía. Y tengo el mejor marido del mundo que me hace los mejores regalos del mundo.

- Hemos tenido tanta mala suerte este año en ciertas cosas que tengo la obsesiva necesidad de comprar lotería de Navidad porque me tranquiliza pensar que a lo mejor toda nuestra buena suerte se ha concentrado en un número.

- Recientemente he descubierto algo que no sabía: los perros también sufren de calenturas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

La habitación de la princesa

Preparar el cuarto de Abril ha sido una laboriosa tarea que ha durado un montón de meses…




















Pero esta mañana, por fin hemos terminado:
















Y estamos tan orgullosos…

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿Cuál es nuestro problema?

Últimamente, no sé si es porque voy a ser madre muy pronto y estoy obsesionada con hacer mucho hincapié en la educación de mi hija o qué, pero he estado notando que hay una epidemia general de falta de educación que afecta a la gran mayoría de la sociedad. Yo nunca me he considerado el colmo de las buenas maneras, aunque creo que puedo decir que soy bastante educada, pero la verdad, mirando a mi alrededor veo tal falta de clase que estoy empezando a pensar que mis modales son algo excepcional y sobre todo, en peligro de extinción.

Parece que ya no se estila ser bien educado, como si estuviese anticuado. Y no se trata de un problema de edades que afecte mayoritariamente a la gente menor de cierta edad, sino de la sociedad actual en general, gente de todo tipo, de todas la edades, clases sociales o entornos: en este siglo XXI, la buena educación es todo un lujo. Lo digo porque cada vez es más normal no dar los buenos días, saludar con un gruñido o con la boca pequeña y en un susurro casi imperceptible al oído, pedir sin favor y no dar las gracias o interrumpir las conversaciones incluso para decir algo insignificante. ¿Se trata de una nueva pose de moderno y todavía no me he enterado?

Las normas de educación se crearon básicamente para hacer la vida más cómoda y agradable a los demás, y no es necesario haber recibido una educación de alta alcurnia para comportarse amablemente. En mi opinión, el comportamiento grosero te convierte directamente en un cutre, aunque la mayoría no lo vea así, y da igual la edad que tengas o la clase social a la que pertenezcas, porque hasta para ser punki hay que tener clase y modales, porque un punki sin clase es un tirao, que es otra cosa.

Me resulta bastante curioso e inexplicable esta ausencia masiva de modales, porque tal como yo lo veo, resulta mucho más fácil ser educado que no serlo. Cuesta muy poco saludar y saber cuándo hay que sonreír. Además, todo el mundo me reconocerá que da gusto escuchar a un niño pequeño bien educado, pidiendo las cosas por favor y siendo agradecido. Sin embargo, cuando un niño es un maleducado, de esos que pasan corriendo y golpeando a la gente en el supermercado, o de los que te dicen "¡¡oyeee, la pelotaaa!!" y pasan de dar las gracias, todos nos echamos las manos a la cabeza, le vemos como un cafre y culpamos horriblemente a los padres de estar creando semejante mounstrito, y sin embargo no nos damos cuenta de que aunque los padres tienen un 80% de culpa, todos hacemos lo mismo, pasamos por el metro empujando sin pedir perdón, preguntamos la hora por la calle sin favor, o gritamos y nos reímos en reuniones familiares a altas horas de la noche sin pensar en si estamos molestando a los vecinos. Y eso es lo que están viendo y aprendiendo los niños del siglo XXI.

Y todo este alegato viene a propósito mi día a día en el que me veo obligada a tratar y enfrentarme con personas mediocres, aparentemente tan frívolos que la educación no va con ellos, o tan tímidos que se les tiene que perdonar la falta de modales. Me ocurre en el ascensor, en el trabajo, por teléfono, en el supermercado, en la calle o sacando al perro. Día a día me encuentro con gente tan grosera que me hace realmente plantearme cómo es posible que mi educación me obligue a llamarles de usted. Nunca sé cómo comportarme con ellos, porque el único diálogo posible es ponerse a su bajura, así que siempre salgo perdiendo. Y además, lo más curioso es que a lo largo de mi vida he tenido que soportar en numerosas ocasiones que me acusen de ser una maleducada y una impertinente, y siempre, absolutamente siempre, esas acusaciones han salido de la boca de alguien que se cree mucho más que yo por su estatus social o por su edad, pero que a la hora de la verdad siempre han demostrado ser infinitamente más groseros y más vulgares que servidora, y lo digo siendo muy objetiva.

Así que esta es mi llamada a todo el mundo para que salvemos las maneras, para que volvamos a ser la sociedad amable que éramos antes, porque ser amable y educado no cuesta nada, y da mucho, mucho a cambio.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Vacas flacas o cómo sobrevivir a la crisis

Este sábado pasado por fin pude darme el lujo de concederme uno de mis privilegios favoritos, ese que llevo tantos y tantos meses sin poder permitirme, justo ahora que es más necesario que nunca: irme de compras.

No es que fuera gran cosa, me gasté poquito dinero, o al menos para lo que mi armario me exige, ya que el 97% de mi ropa no me cabe y mi fondo de armario ha quedado reducido a una ínfima parte de lo que solía ser, obligándome a hacer un uso constante de mi imaginación buscando nuevas combinaciones de las prendas que me caben entre sí para disfrazar la realidad y que no parezca que me pongo siempre lo mismo, lo cual si te fijas, es más que obvio.

Siempre he sabido que irse de compras cuando formas parte de la clase media de este país era todo un arte, pero ahora que la crisis aprieta más que nunca, hay que agudizar mucho más todas las técnicas de moderación que hemos ido desarrollando con el paso del tiempo, técnicas que, si no las pones en práctica cuando vas de compras sin tener mucho dinero, puedes acabar con un ataque de nervios y con la objetividad completamente atrofiada por la tensión de no poder dar rienda suelta a tus instintos, y comprando lo más equivocado solo por el placer de comprar algo, sin que realmente sea lo que te hace falta o lo que querías, con lo que la consecuencia de la tarde de compras acaba siendo arrepentimiento y más estrés del que llevabas.

Dado el momento en el que vivimos, he elaborado una lista para que una tarde de compras no se convierta en una fuente de estrés y acabe siendo un fracaso con respecto a las compras realizadas. Espero que sirva de ayuda a alguien que, como yo, esté en crisis económica:

-Cuidado con el estado de ánimo. Haz la prueba. Realiza la compra semanal con hambre y te gastarás el doble. Con la ropa, igual. Vete de compras de mal humor y la compra compulsiva te hará gastar mucho más. De compras hay que salir alegre y despreocupada.

-Prioridades, hazte una lista. Nada de salir de casa y a ver qué vemos por ahí. Si te haces una lista de lo que necesitas no derrocharás en cosas prescindibles.

-Vamos al grano. O vamos de compras, o no vamos. Eso de ir a hacer gestiones al banco y ya que estoy me paso por el Zara que pilla de camino, no. Nunca se sabe que te vas a encontrar en una tienda y hay que estar bien concentrada en la tarea que estamos realizando. Si no, volvemos otra vez al segundo punto, compramos lo primero que vemos sin pararnos a pensar en si nos hace falta o no.

-Barato no es sinónimo de necesario. No hay que plantearse si por su precio vale la pena, hay que plantearse si realmente lo necesitas.

-Amigas, pero no tanto (I). Las amigas con más solvencia que nosotras que se pueden permitir comprar más pueden empujarnos sin querer a desear estar a su altura económica. Desgraciadamente y por el momento, las tarjetas de crédito no son capaces de soltar calambrazos si nos pasamos de la raya.

-Amigas, pero no tanto (II). Cuidado con las prendas que según tus amigas son ideales: aunque te digan que eso está de moda pueden estar equivocadas. Basado en hechos reales: Si por ejemplo tu amiga va por el paseo marítimo con pamela porque está muy de moda, observa cuantas pamelas ves por la calle.

-Que se pueda devolver. Cualquier prenda de rebajas debe estar sujeta a la misma normativa que otra que no esté rebajada. Ticket de compra sumado a la prenda en buen estado con su etiqueta, debe ser suficiente para que se pueda devolver, todas sabemos que en el espejo de casa la cosa cambia, a veces a mejor, pero a veces también nos vemos unas pintas que en el probador no habíamos apreciado.

-La tarjeta puede ser traicionera. Algunas tiendas podrían sumar a tus compras un recargo por el cobro con tarjeta. Con la crisis esta practica se está extendiendo. Por no hablar de la tarjeta de crédito: mucho cuidado, una se cree que no tiene fin, pero ese dinero te lo cargan justo cuando cobras tu próximo sueldo, y lo sabes.


Puede parecer mentira, pero obviar alguno de estos consejos puede tener consecuencias nefastas, sobretodo a nivel de nuestra economía.

Por supuesto, cuando no estamos tan apretadas de dinero y podemos permitirnos un poco más de manga ancha, todos estos consejos hay que saltárselos obligatoriamente, ir de compras es un lujo que no todo el mundo puede permitirse alegremente, así que cuando podemos, aparte de comprarnos cosas estupendas que nos quedan genial y que nos vamos a poner muchísimo y que además son muy baratas, también hay que permitirse el ir a lo loco, comprarnos cosas que sabemos que nos vamos a poner muy pocas veces, abusar de las prendas baratas aunque no nos peguen con nada excepto con un bolso que nos ponemos una vez al año, y sobre todo, disfrutar el momento dándonos el gusto de no pensar en el dinero que nos está costando la tardecita. Ir de compras es un capricho y los caprichos son así, irracionales.


Espero no tener que aplicar esta lista de consejos mucho más tiempo, pero por ahora, no me queda más remedio que seguirla como si fueran mandamientos. Qué le vamos a hacer, ya vendrán tiempos mejores...

viernes, 13 de noviembre de 2009

Acerca de mí

Nunca he entendido muy bien esos juegos en los que tienes que definir a una persona a base de "si fuera una flor sería.... si fuera un animal sería..." para que los demás lo adivinen, ¿a qué viene eso de qué flor sería?, yo no tengo ni idea de qué flor sería yo si tuviera que ser una, o qué canción sería, o qué olor... no tengo ni idea de qué olor me define como persona, lo único que sé es cuál es mi olor favorito, o cuál es mi flor favorita, así que, ya que me han nominado en una de esas entradas en las que tienes que decir cosas sobre ti, prefiero decir mis opciones favoritas antes que las que sería. Allá van:

-Mi canción favorita: Imagine, de John Lennon. A lo mejor es un tópico, pero la letra es tan simple y tan directa que creo que no hay que darle más vueltas al tema: Imagina un mundo sin distinciones, es fácil si lo intentamos. Menos hablar de política en las canciones y más ir al grano, pero con poesía, como lo hacía John.

-Mi bebida favorita: Antes era la Coca Cola Light, pero desde hace un tiempo es el agua, pero eso sí, el agua de Aqua Viva, mmmmmmm....

-Mi objeto favorito: Mi agenda. Prefiero olvidarme en casa las llaves y el móvil que mi agendita de princesa, es una extensión de mí.

-Mi presidente de USA favorito: No tengo ni idea acerca de presidentes de USA, pero me gusta Barack Obama.

-Mi calle favorita de Madrid: Santa Engracia. Chamberí, mi amor platónico.

-Mi museo favorito: Faunia. No está considerado un museo, pero para mí lo es, un museo de animales.

-Mi película favorita: La que más me gusta ver, "28 días", la mejor película que he visto con respecto a calidad en cast & crew, "Rainman".

-Mi actor porno favorito: ¿Acaso se les conoce por su nombre? no tenía ni idea...

-Mi coche favorito: Luisito, mi coche, mi primer coche.

-Mi periódico favorito: El diario de Escanaba. Me encantan los chistes.

-Mi cerveza favorita: Sólo he probado una vez un trago de una Mahou y ni siquiera fui capaz de que pasara por mi esófago, la tuve que escupir del asco.

-Mi marca favorita: Me suelen dar igual las marcas, pero en ciertas cosas la experiencia te enseña que hay cosas que hay que comprarlas de buena calidad, y esto me ha pasado sobre todo con la tecnología, así que supongo que debería decir Nokia. Connecting people.

-Mi escritor favorito: Siempre lo digo, no soy de mucho leer, pero lo poquito que he leído de Stephen King me ha encantado.

-Mi especia favorita: Me encantan todas, siempre que echo especias en la comida, echo todas las que tengo, ¿para qué cortarse?.

-Mi personaje histórico favorito: Leonardo, sin ninguna duda.

-Mi tipo de zapato favorito: Los de claqué. Yo quiero unos.

-Mi parafilia favorita: Por favorrrrrrrr......

-Mi nombre de mujer favorito: Abril, por supuesto.

-Mi bandera favorita: Desde luego no la española, la de Madrid en todo caso, con las estrellitas. Aunque la de Canadá es muy mona.

-Mi deporte favorito: Passsssso total de deportes. El baile moderno es el que más me gusta, aunque no sé si se entiende como deporte.

-Mi etnia favorita: Las chicas guapas hindúes son las más guapas del mundo entre todas las guapas de cada país, sin duda.

-Mi raza de perro favorita: ¡¡LOS CHUCHOSSSSS!!

-Mi raza de gato favorita: El equivalente a chuchos pero en gato.

-Mi cuadro favorito: La última cena. Me fascina, siempre descubres algo nuevo.

-Mi juego de mesa favorito: Expresión Express. Tuve que abandonarlo cuando me mudé a Escanaba. Espero que los punkis que saquearon mis bolsas de basura lo estén disfrutando.

-Mi chupito favorito: Lo sabría si los hubiera tomado alguna vez. Ni idea.

-Mi humorista favorito: David Letterman. Está en mi Top Ten de "Personas con las que me gustaría charlar algún día", le adoro.

-Mi insecto favorito: Me dan todos bastante asco, pero me hace gracia el método de defensa del bicho bola.

-Mi tipografía favorita: Curlz

-Mi sabor favorito: Regaliz. Pero del negro, el rojo es un timo, es una simple golosina, no es regaliz en absoluto.



Y ahora nomino a mi mamá y a mi cuña....

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cultivando una intolerancia

Cada día tengo menos paciencia para lidiar con cierto tipo de personas. Me aburre el hablar por hablar, el comentar cualquier tema que esté de actualidad sólo porque hay que hablar de algo, el decir tonterías gratuitamente, y me gusta elegir a las personas con las que pasar mi tiempo. Me niego a pensar que el día a día sea para hacer el ganso, lo que no quiere decir que me lo tome todo en serio y que sea una gruñona o una cascarrabias, creo que mi sentido del humor es una de mis mejores características, o al menos una de las que más orgullosa me siento, pero tengo claro que hay que vivir acorde con la edad sin descuidar el sentido común. Hablando claro, ya no tengo paciencia para cierto tipo de conversaciones, las conversaciones que ofrece este tipo de gente:

-Los envidiosos. Normalmente suelen atacar al famosillo/a de turno celebrando la celulitis ajena, pero en su fondo, en sus adentros más profundos, la verdadera envidia aflora desde los amigos, familiares y gente muy pero que muy cercana. El envidioso es un frustrado, y son seres malpensados y desconfiados. La envidia es el pecado más primitivo e insano de todos, propio de gente muy mediocre. Además, la envidia provoca terribles desordenes mentales, y escuchar a la gente hablando mal de la gente solo porque les tienen envidia y no lo quieren reconocer es verdaderamente agotador.

-Los que hacen que su vida gire en torno a la droga. "¿Pillas?, ¿pillamos?,¡¡hemos pillado!!". Pilla pilla que te pillo. Esos son los peores, aunque se suelen mover en sus propios círculos de gente como ellos, pero en la vida cotidiana, los que más abundan son los que cuando les preguntas por el fin de semana te responden de 0 a 10 el nivel de pedo que se agarraron. Mentes vacías con vidas vacías, desde mi punto de vista.

-Los de profesión inculto. Aquellos que nunca han leído un libro y se jactan de tamaña hazaña. No les hables de música, no les hables de cine, no les hables de viajes. No tienen ni idea.

-Los tacaños. "Ay, qué despiste, se me ha olvidado la cartera en casa". "Ay, no llevo suelto, solo llevo un billete de 50". "¡Ay! ¿no tendrás 1 euro para una Coca Cola?". 1 euro es la cantidad límite que si te la dejan, no hace falta devolverla, y ellos lo saben de sobra, está estudiado. Me dan vergüenza ajena.

-Los futboleros. O mejor dicho, los que su estado de ánimo y/o de nerviosismo y/o mala leche depende de cómo quedara su equipo en el partido de ayer. Está bien tener una afición, está genial que te guste el fútbol, pero los futboleros se creen con el derecho a monopolizar las conversaciones hablando de ese tema, y al que no le guste el fútbol que se aguante, que para eso es el deporte nacional y somos mayoría. Y si gana mi equipo, es mi obligación despertarte con la bocina de mi coche y mis gritos a altas horas de la madrugada. Con un par.

-Los que siempre están hablando de gente famosa. Una celebrity es como una pantalla vacía en la que esta gente proyecta su sentido de la vida, una abstracción a la que nunca se llegará, un quiero y no puedo. Horas y horas de conversaciones criticonas sobre Gran Hermano o sobre qué fuerte la Obregón que se ha liado con un torero. Como si no supieran de sobra que esa gente se alimenta de nuestros "¡qué fuerte!". Frustrante.

-Los babosos, especialmente los que no malgastan ni un poquito de su energía en ocultar su nivel de machismo interesado, sin darse cuenta de que éste actúa en su más absoluta contra. "¿Que tienes una hermanastra? ¿¿que es rubia?? ¡¡preséntamela!!". Sí, a ti te voy yo a presentar a mi hermanastra, pedazo de cafre.

-Los que se mueren de la risa con la frikada del momento, y la repiten sin cesar hasta la saciedad, incrustándola con calzador en cada párrafo de sus conversaciones. "Po zí Amparo", "¡¡es una fiesssshhhhta!!", "la he liao parda"... y otros éxitos. Esto incluye, por supuesto, a todos los que aprovechan cualquier ocasión para deleitarnos con una maravillosa imitación de los frikis en cuestión, véase Jesulín, el Papuchi, Torrente... encantadoramente cargantes.



En definitiva, que me estoy volviendo muy selectiva con la gente que ocupa mi tiempo, y no es que sea una exquisita que necesite alimentar su cerebro constantemente y que no pueda malgastar saliva con cualquiera si no es para obtener algo profundo de ello, pero la verdad, he tenido conversaciones mucho más inteligentes con mi sobrino de 4 años que con la mayoría de mis ex-compañeros de trabajo en la Notaría, por poner un ejemplo. La vida te trae gente de todo tipo, y cuanto más pasa el tiempo más se da cuenta una de que es muy difícil encontrar gente con la que realmente estés agusto manteniendo una conversación, aunque sea completamente intrascendente, así que, como algo que siempre he tenido muy claro es que mi tiempo es oro y no me gusta malgastarlo, he tenido que hacer unos cuantos recortes con respecto a la gente que ocupa mi tiempo libre, y eso incluía a gran parte de los que yo pensaba que eran amigos, pero al final un día descubres que no tienen ni idea de cómo eres y de por qué eres así. En definitiva, que me he vuelto una persona intolerante, intransigente y extremadamente selectiva. Y a mucha honra.

martes, 10 de noviembre de 2009

Atónita

Michael Jackson decía que el mundo intenta contrarestar todo el mal que le hacemos, y que la Naturaleza siempre intenta renovar su propia belleza para compensar todo lo que los humanos destruimos, y creo que tiene mucha razón.

Yo no me suelo dejar impresionar fácilmente con fotos de la naturaleza, porque aunque pienso que es maravillosa y que nos regala imágenes increibles, siempre tiendo a pensar que por muy bonita que sea la foto o muy increible el paisaje, nos lo tenemos todo bastante visto, y a parte, en los últimos años uno no se puede fiar mucho de que los colores de una foto sean 100% reales y no retocados. Obviamente me parecen maravillosas las fotos de cascadas, la aurora boreal, los árboles, los atardeceres... me siguen pareciendo un prodigio, pero siempre me da la sensación de que es más de lo mismo.

Sin embargo, como bien dice Michael, la Madre Naturaleza quiere seguir sorprendiendo, quiere renovarse, y por mucho que la ataquemos, no quiere dejar de ser el milagro que ha sido siempre, y depronto va y nos da en las narices a la gente como yo ofreciéndonos alguna de sus esquinas que no habíamos visto nunca. Tengo que admitir que estoy boquiabierta con la belleza de estas fotos:




























Las olas son un fenómeno que no me parecía especialmente fotogénico mucho más allá de como complemento de una foto del mar, y aunque seguramente estas fotos de Hawaii tengan su buena parte de Photoshop, tengo que admitir que me han parecido una auténtica preciosidad. Y quería compartirlas con mi lector. Así que, aquí están, que el lector las disfrute.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Mis viernes

Hace unos años, cuando vivía sola, tenía una norma que no me podía saltar, todos los viernes tenía que hacerme a mí misma un regalo. Era como un autopremio con sus propias reglas, aunque en realidad tenía una única regla: el regalo lo tenía que disfrutar yo, los regalos de los viernes eran míos y para mí.


Estos son algunos de ellos. No espero que nadie lo entienda:

- Ir al cine a la primera sesión, con la sala vacía.

- Embadurnarme en algún exfoliante. Encerrarme en el baño para darme todas las cremas que tenía a mano.

- Darme un mini capricho de pastelería, de esos que por entonces nunca podía darme. El más frecuente, una súper napolitana gigante de chocolate que vendían cerca de mi casa. Porque yo lo valgo.

-Leer toda la tarde, leer en papel. Mi autoregalo de lectura favorito, "Las nueve revelaciones".

- Darme un baño de burbujas con un paquete de Chesterfield y un té a mi lado. Puro placer de viernes.

- Volver a ver "Cantando bajo la lluvia" una vez más, permitiéndome el lujo de repetir la escena de "Make them laugh" tantas veces como quisiera. Era viernes y era mi regalo, sin remordimientos.

- Dedicar tiempo a rebuscar entre todos mis discos una de esas canciones que hace muchísimo tiempo que no escuchas pero que en su momento te hacía volar, y escucharla con los ojos cerrados, sin hacer nada más. Y volver a elevarme...

- Dar un largo paseo por Chamberí. Ese barrio tan encantador, un barrio color sepia, un barrio con vistas...


Hace mucho tiempo, muchísimo, que dejé de hacerme mis autoregalos, porque mi vida empezó a progresar y ya no necesitaba llenar un vacío. Ahora mi vida está completa, pero echo de menos algunas cosas que eran mías, solo para mí, y haciendo balance de todas esas cosas, mis autoregalos eran mi placer solitario favorito. Y he decidido retomarlo.

Y hoy es viernes. Apago el ordenador. Comienza mi regalo.


Por cierto, tengo el Copyright, pero puedo prestar el concepto...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Mi superstición



Aquí está mi velita de los exámenes. Tengo comprobado que cuando enciendo una vela el día antes de un exámen se convierte en un infalible aprobado, y si no la enciendo, es un indudable suspenso. Sin más explicación que esa, únicamente la esotérica, pero funciona, y siempre, con lo que ya no me arriesgo más.

Así que por si las moscas, aquí está mi velita, veremos si seguimos con el 100% de aciertos seguros con mi velita...

lunes, 2 de noviembre de 2009

La naturaleza humana

Hace muchos años escuché (o leí, ya ni me acuerdo) algo parecido a un consejo, aunque no estaba expresado como tal: "Los prejuicios son necesarios porque anteceden a los juicios". Yo estoy cargada de prejuicios. Me convienen, los manejo como quiero, los coloco delante de cualquier juicio. Es mi naturaleza.

No necesito ver ciertas películas para saber que no me van a gustar, ni salir a ciertas horas para saber que no quiero volver a hacerlo, no profundizo en conversaciones con cierta gente porque sé que no me van a aportar nada, ni planeo viajes a ciertas ciudades porque simplemente no me interesan. No necesito hacerlo, tengo datos (y prejuicios) suficientes para saberlo con antelación. Suena soberbio, pero he tenido pocas sorpresas. Y cuando descubro que me he equivocado en un prejuicio, tengo la humildad y la modestia suficiente como para reconocer que me he equivocado en mi prejuicio, y entonces estoy lista para emitir mi juicio. Soy de la opinión de que en esta vida definitivamente NO hay que probar de todo, y creo que no por tener esa teoría me he perdido nada en este mundo, simplemente me he centrado en explorar las cosas que me llaman la atención, no cualquier oportunidad que se interponga en mi camino.

Yo sabía que me iba a gustar ver Wicked en Broadway antes de comprar las entradas, sabía que me iba a gustar ver a James Taylor en directo antes de saber que vendría a España este pasado verano, y sabía que iba a querer volver a Estados Unidos antes de aterrizar allí por primera vez.

Todo esto es una excusa para decir que en diciembre de este año se estrena Invictus (The Human Factor), la nueva película de Clint Eastwood como director, basada en la vida de Nelson Mandela durante la Copa del Mundo de Rugby en Sudáfrica, y sé que me va a gustar. Morgan Freeman me va a gustar, ir a verla en la primera sesión con el cine vacío me va a gustar y saber que estoy viendo una película que seguramente acabe con un montón de nominaciones me va a gustar. Y no quiero sorpresas.
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