jueves, 30 de septiembre de 2010

Carta de una amiga

Una persona anónima me dejó un comentario hace unos días contándome que le gusta mucho mi blog y que me lee desde hace un tiempo. Me dice que se siente identificada con algunas de las historias que escribo y me cuenta que está pasando una mala racha con las amistades, y me pide consejo sobre este tema en el caso de que haya tenido alguna historia similar. Me pide consejo a mí, precisamente a mí que soy la última persona en el mundo que podría dar un buen consejo sobre amistades. Lo más gracioso es que mi lectora anónima me pregunta si alguna vez he tenido alguna decepción con las amigas. Me entra la risa. ¿Decepción?, ¿alguna decepción?. Déjame que te cuente, amiga anónima...


Querida extraña:

Tienes sólo 17 años, toda una década menos que yo. Yo a tu edad ya me había llevado más de un chasco con alguna gente, pero en ese momento tenía las mejores amigas. Éramos tres y estábamos siempre juntas para todo.

No tardé mucho tiempo en empezar a vivir sola, y por lo tanto a empezar a tener problemas que nadie más en mi entorno tenía. La compra, la limpieza de la casa, la distribución del dinero... eso es sólo una parte de todas las cosas que mis amigas se quedaban con cara de póker cuando les contaba, pero el verdadero problema era la soledad. Vivir sola es una experiencia fantástica, y le recomiendo a todo el mundo que lo haga durante un tiempo, pero no es la fiesta que todos se creen, o al menos pasada la primera temporada. Llegar a casa después de trabajar y no tener a nadie a quien contarle cómo te ha ido o con quien compartir la energía que te queda al final del día no es fácil, así que empecé a necesitar mucho la compañía de mis amigas, que no estaban mucho por la labor. Una de ellas empezó a echarse otros amigos y poco a poco fue dejando de llamarme y con la otra discutí después de enterarme de cosas muy oscuras de ella. Y me quedé sola.

Por suerte enseguida conocí a otra gente que vivía por mi barrio y empecé a quedar mucho con ellos. La vida volvía a ser la fiesta que era antes. Siempre estábamos en mi casa jugando a juegos y riéndonos. Entonces cambié de trabajo, y empecé a trabajar toda la semana por la tarde incluidos los sábados, que salía a las 22.00. El domingo era el único día que tenía para salir y divertirme un poco con ellos, pero para ellos el domingo era su día de bajón después del fin de semana y empezaron a dejar de quedar conmigo. Todo se agravó cuando me mudé lejos de donde vivían todos, y aunque yo les decía que me acercaba al barrio, dejaron de llamarme. Tanto que al final no les vi más, pero todo ello no fue porque me mudara o no pudiera quedar los viernes y los sábados, en realidad una de las chicas depronto decidió que no me soportaba, y sin motivo alguno, dijo que no quedaba más conmigo. A mis espaldas, por supuesto. Todos lo sabían, menos yo, que no entendía por qué no venía nunca cuando aún quedábamos. Ahora que lo veo con perspectiva, me doy cuenta de que era una persona muy acomplejada y lo único que sentía hacia mí era envidia, tanta envidia que no lo pudo soportar, y acabó arrastrándolos a todos, y dejándome una vez más, sola.

A lo largo de todos estos años he hecho y deshecho amigos, pero nunca he vuelto a confiar mi amistad plenamente a nadie, porque es muy duro que la gente te dé las espalda, y además, aunque hagas amigos nuevos, te deja huella. Los amigos siempre han sido mi asignatura pendiente, ya que tengo un marido maravilloso, una casa preciosa, una hija que es mi vida y una buena relación con mi familia. Una amiga, una buena amiga, es algo que siempre he echado de menos. Sin embargo, paradójicamente, ahora estoy rodeada de una gente que está muy unida. En la comunidad donde vivo se convive mucho entre los vecinos, y tengo la suerte de que siempre que he necesitado algo allí han estado para ayudarme. Cosas que ni mis amigas más íntimas en el pasado han hecho por mí, las he encontrado aquí, en mi propia casa. Siempre que alguno ha tenido algún problema, todos nos hemos movilizado para ayudarle, y siempre sabes que si el problema lo tuvieras tú, harían lo mismo por ti.

Así que mi consejo, querida extraña, es que no te conformes con gente dañina por mucho que vayan disfrazadas de amigas, algunas veces la persona de la que menos te lo puedas esperar es la que te puede dar la puñalada más grande, simplemente por el hecho de que te abres más con ella que con los demás. En esta vida te vas a encontrar una y mil decepciones con las amistades, pero no te conformes, busca a la gente buena, a la gente que quiere ayudarte, y no te rodees de gente que no te llena sólo por no estar sola, porque la mayoría de las veces, la mejor compañía es uno mismo antes que alguien a quien no le importas.

Espero haberte sido de ayuda con mi historia, querida extraña, y espero que tú algún día puedas contarme la tuya...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Abril y papá

Abril tiene pasión por su papá...














... y para mí es una delicia observarlos...

lunes, 27 de septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

Yo tamién llevo un Mr. Bean dentro de mí

Tengo que ir a Navalcarnero pueblo. Bien, cojo mi coche, cojo a mi niña y nos vamos. En cuanto llego a mi destino llega el momento de aparcar, y qué quieres que te diga, pero aparcar en un pueblo puede llegar a ser más difícil que aparcar en la misma Puerta del Sol.

Bueno, allá voy. Aparcar en línea es una de mis grandes frustaciones, ya que no lo hago nunca. Todos los sitios a los que voy con mi coche son de aparcar en batería. Centros comerciales, polígonos industriales o mi propia casa, en batería, con lo que tengo muy poca práctica en aparcar en línea y siempre lo hago fatal, salgo y entro veinte veces para acabar dejándolo de vergüenza ajena. Pero bueno, ahí iba yo, dispuesta a hacer el ridículo delante de quien me estuviera mirando en ese momento, pero para eso primero tenía que encontrar un sitio libre.

Así que doy vueltas. Y vueltas. Y sigo buscando. Y nada de nada. Sigo buscando, sigo buscando y me meto por una calle cuesta arriba detrás de un monovolumen. Calle arriba, calle arriba, el monovolumen se mete en un garaje y yo sigo, y veo que unos obreros al pie de un anadamio me miran boquiabiertos según paso, pero en fin, como tengo un largo historial de llamar la atención de los obreros, no me preocupo demasiado. Sigo calle arriba, y giro a la izquierda, y me encuentro con una calle llena de gente andando por todo el medio que se apartan alucinados según paso. Sigo despacio, sigo despacio, sigo despacio... y depronto...

me encuentro con unos pivotes de piedra haciendo una U alrededor de mi coche mientras toda la plaza de Navalcarnero se queda mirándome como si hubiera aterrizado un UFO justo al lado de la señal que pone en grande: "ZONA RESIDENCIAL, ACCESO RESTRINGIDO A LOS VEHÍCULOS"


Miro para atrás para por supuesto salir echando leches de allí para nunca más volver, pero a mi espalda la calle por donde he entrado está de nuevo llena de gente que me mira con la boca abierta y me señala con el dedo. Además, es tan estrecha que entre los nervios que llevo, la marcha atrás y la gente en medio me llevo por medio a algún lugareño fijo.

Así que paro el coche, reflexiono un poco, miro alrededor a ver si veo a alguno de esos policías de los que tanto me advierten los dueños de los vados cada vez que dejo mi coche para sacar dinero en el cajero pero no hay ni rastro de ningún agente. Vuelvo a reflexionar, pero no encuentro solución alguna a mi tremenda metedura de pata, así que salgo del coche y me acerco la persona que estaba más cerca de mi coche en ese momento, un hombre con su señora y sus dos hijos, y le digo "buenas, no sé cómo lo he hecho pero me he metido por una calle peatonal y necesito salir de aquí ahora mismo, por favor tú que eres un hombre y se os dan mejor estas cosas saca mi coche de aquí y te juro que vas al cielo porque vas a hacer la buena acción de tu vida". Por supuesto el señor se queda sin palabras y su señora más, pero ante tanta desesperación le dice a su señora "bueno, ahora vuelvo", y la pobre mujer "sí sí, claro claro, ve", y se monta en mi coche.

Cuando se le ha pasado el shock, me dice alegremente "¡¡pero cómo te has metido por aquí muchacha!!", y yo le respondo con mi pseudo-crisis de ansiedad "¡¡no lo sé te lo juro que no lo sé, si yo no he visto ningún prohibido ni nada!! ¡¡si yo iba detrás de un monovolumen!! ¡¡ay no sé cómo he llegado hasta aquí!!", y me explica que eso es una zona de residentes en la que sólo la gente con garaje propio puede entrar porque tiene una llave que baja los pivotes, con lo que seguramente el monovolumen que iba delante mía ha abierto la zona pero a su paso se ha vuelto a cerrar. Y claro, no me digas más,

"¡¡¡Y ENTONCES CÓMO SALGO YO DE AQUÍ DIOS MÍO!!!"

a lo que el pobre hombre, que se estaba ganando el cielo y el título de psiquiatría especializada en histeria y pérdida del control, me dice que no pasa nada, que en la plaza habrá un policía que nos abrirá. Me lleva hasta la plaza, que por suerte estaba a dos pasos, y allí se baja para ir en busca de un agente. Y el agente aparece con el compañero, pero aparecen los dos con una cara de pitorreo que se les ve en la cara que se van a estar cachondeando de la loca que se ha metido por la peatonal toda la semana.

Me despido del buen hombre dándole mil millones de gracias y uno de los agentes me dice "¡pero chica, cómo lo has hecho!", y claro, yo ante la ley, que a mí me impone mucho, empiezo a tartamudear para intentar explicarme y sale algo como esto:

"pues eh... no sé... eeehh....yo iba detrás de un coche que eeeeehh.. ¡¡esque no había señal!! eeehh... y claro yo he entrado... eeehh... esque no sabía eeeh...... ¿¿¿ME VA A PONER USTED UNA MULTA???"

Los chicos ya directamente sueltan la carcajada, yo trago saliva, se miran entre ellos y uno me dice "¡anda tira, pero intenta que no te vuelva a pasar!, síguenos que te abrimos".

Y ese es el fin de la historia, que culminó en que encontré un sitio en batería muy cerca de mi destino. Creo que ya había hecho suficientemente el ridículo por ese día.


Y sí, está claro. Tengo que admitir que cada día me parezco más a mi madre.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La princesa de la casa

Ayer mi niña cumplió 9 meses.

En este último mes le ha salido su primer diente, ha empezado a decir mamamamama, ha aprendido a decir adiós con la mano, ha empezado a bañarse en la bañera de los mayores y sobre todo, a empezado a dormir del tirón. Toda la noche entera. 12 horas seguidas.

Se terminó el verano y ahora estamos todo el día dentro de casa, así que, como ya no hay flotadores, ni amigos ni agua para entretenerse, está intentado aprender a gatear para poder llegar a todo lo que se le antoja. Aún no lo ha conseguido, pero se ha convertido en un peligro. Aún no sé casi ni cómo, pero si la dejas en el suelo, en cuanto te das la vuelta está 3 metros más lejos de donde estaba, y por supuesto intentando abrir algún cajón de la cocina, comerse la mesa del salón o cualquier otra cosa completamente prohibida para ella. Hace unos días la deje en el suelo con sus juguetes y cuando me quise dar cuenta estaba "investigando" el enchufe del teléfono. Una nunca termina de acostumbrarse a que los niños aprenden cosas de un día para otro, sin avisar, y algo que nunca había hecho de repente puede convertirse en un peligro inminente.

Sea como sea es lo más bonito del mundo, está aprendiendo un montón de cosas nuevas constantemente , con la alegría que conlleva para un niño descubrir algo nuevo, y cada día es más parlanchina (para desgracia de sus padres a veces, que nos pone la cabeza como un bombo con tanto grito).

Este no ha sido un mes fácil, ya que se ha acabado el verano y ya no tenemos la opción de la piscina, Luismi ha vuelto a trabajar con su horario de siempre y ha empezado a hacer mal tiempo, con lo que tampoco podemos salir de casa a dar un paseo cuando queramos. Aún así, es increíble como según van pasando los meses vas queriéndola más y más y estando más unida a ella.

Ayer me preguntaba una amiga que qué tal llevo la maternidad. La verdad, ahora me cuesta pensar que pueda existir otra cosa.

Ahí dejo las fotos de este mes.












domingo, 19 de septiembre de 2010

Intruducing me

Ya he escrito varias veces entradas de este estilo, pero ya que Dana pregunta, pues yo respondo. Ahí van mis cosas favoritas:

- Me encanta hacer fotos de la gente. Cuando voy a algún sitio con amigos me paso todo el tiempo haciendo fotos y luego se las envío por correo, pero la verdad es que nunca suelo obtener respuesta, nadie me suele decir "¡oye, qué fotos más chulas, cómo te lo curras!". Supongo que la gente no valora una buena foto igual que yo, pero bueno, a mí me da igual, las envío de todas formas, me encanta saber que he hecho un buen trabajo.

- Me encantan esos días sueltos en mitad de verano en los que te tienes que poner pantalón largo y esos días de invierno en los que depronto te asas de calor y puedes ir en manga corta. Me encantan.

- Me apasiona la luna cuando tiene forma de sonrisa de gato. O de "uña del pie", como oí en una canción ayer.

- Me encantan las series de adolescentes. Me encantan, no lo puedo evitar. Unas más que otras, pero aunque las series suelan hacer a los adolescentes quedar como idiotas en su mayoría, hay algunas que desde mi punto de vista los retratan muy bien, al menos mi visión sobre ellos. No todas las chicas en nuestra adolescencia teníamos la cabeza vacía y soñábamos con enrrollarnos con el tío bueno de turno, algunas teníamos alguna aspiración más en el coco. Me gusta ver series que tratan sobre esos adolescentes. Eso sí, tampoco me gustan las que se pasan y te ponen a los chavales como si fueran profundísimos y se pasan el día deprimidos porque aún no se han encontrado y viven en una constante agonía por saber quién son realmente. Eso es ridículo a cualquier edad.

- Me encanta Estados Unidos. Daría lo que fuera por poder vivir allí.

- Me encanta la gente de buen comer. La mayoría de gente cuando le vas a servir te dice "pero poquito, ¿eh?, ¡¡ala, te has pasado, yo no quiero tanto!!", y me da muchísima rabia. Me encanta la gente que disfruta de la comida.

- Me encanta Bed of roses de Bon Jovi, The River de Bruce Springsteen y Moving out de Billy Joel. Las escucho una vez cada mucho tiempo para no rallarlas y que siempre me sigan gustando igual.

- Me encantan los musicales. Me encantan.

- Me encantan los juegos de mesa, me parece que rompen el hielo muy bien con gente que acabas de conocer, sacan lo más divertido y lo más creativo de las personas.

- Me encantan mis sobrinos, todos ellos. No sé si es porque son mis sobrinos, pero yo los encuentros unos niños de lo más salaos. Mi sobrino Sergio hace que Abril se parta de la risa, y eso que tiene tres meses menos que ella. Me encanta Sergio, me encantan todos.

- Me encanta mi casa. No la cambiaría por ninguna otra casa en ningún otro barrio de toda España.

- Me encanta la comida con sabores muy fuertes. Lo salado muy salado, lo dulce muy dulce, lo picante muy picante...

- Me encanta la gente que actualiza el blog a menudo. No sé por qué sigo metiéndome en blogs de gente que hace más de un año que no actualiza, pero lo hago. Me gusta tanto leer que no abandono, pero los blogs que más me gustan sin duda son los que ponen tres o más entradas a la semana, demuestran que su autor está muy vivo, y me gusta leer a gente muy viva.

- Me encanta el queso, todo tipo de queso, aunque huela a pies.

- Me encanta bañarme en una piscina con el agua calentísima, aunque la gente diga que es puro pis, a mí me encanta.

- Me encantan las cosas artesanales. Me encanta la artesanía, que no es el pasado, es el futuro.

- Me encanta aprovechar el tiempo malgastándolo en mis cosas. Me encanta pasar toda la tarde leyendo blogs, maquillándome o haciendo listas de lo que quiero hacer mañana cuando no me sienta tan vaga.

- Me encanta practicar con mi guitarra y aprender una canción nueva que esté en mi tono para poder cantarla a voz en grito cuando estoy sola en casa.

- Me encanta el pelo de Abril por las mañanas cuando se ha acostado recién bañada y aún está un poco húmedo. Se levanta como el pájaro loco, y me encanta.

- Me encanta mirar el mapa de Estados Unidos que tenemos en el ordenador durante mucho rato. Me encantan los nombres de los pueblos y las ciudades pequeñas. Sparks, Truchas Peak, Apalachicola... y los españoles, Andalusia, Grenada, Toledo... hasta hay cuatro Madrid.

- Me encantan el otoño y la primavera. No entiendo por qué hay temporada de invierno y temporada de verano, ropa de invierno y ropa de verano, temperaturas invernales y temperaturas veraniegas. La primavera y el otoño también existen y son igual de largas que el invierno y el verano. Y además, molan más.

- Me encanta la palabra "amusing". Me encanta cuando sale en alguna canción o en las pelis.

- Me encanta ver una peli o una serie en inglés sin subtítulos y entenderlo todo. Supongo que eso es lo que siente un estudiante cuando le dan un sobresaliente, la compensación a todos sus esfuerzos.

- Me encanta la música de los Jonas Brothers. Ellos son bastante lo peor, pero su música suena de miedo. Si unos chavales de esa edad hicieran un grupo aquí en España ni compondrían ellos, ni tocarían los instrumentos y ni de coña cantarían así, se lo darían todo mascado y encima sonarían fatal. Los Jonas Brothers aunque son un poco pedorros son buenísimos, y la gente que piensa que son un bodrio es porque nunca se ha parado a escucharlos y les ha juzgado por su rollito adolescente. Y me remito al punto 4 de esta entrada.

- Me encanta el sonido de una guitarra cuando alguien la toca bien. Mi profesor en Estados Unidos era increíble, un auténtico hacha, era capaz de tocar de oído cualquier canción en el mundo. Recuerdo cuando le dije que me dejara poner una canción de una artista española que se llamaba Bebe, según sonó el primer acorde empezó a tocarla. Me encanta eso, me muero de envidia.

- Me encanta cuando las canciones riman.

- Me encanta dar de comer a Abril cuando tiene mucha hambre, abre una boca enorme y me muero de risa.

- Me encanta ganar en las cosas que se me dan bien. En el Trivial no me importa porque no soy ningún hacha, pero como pierda en las películas, en el Party o en cualquier cosa relacionada con la mímica me muero de rabia.

- Me encanta el acento inglés en algún personaje suelto. Una película con todo el reparto británico me ralla bastante, pero en un solo personaje me agrada muchísimo.

- Me encanta mi letra. Cambia bastante a menudo sin que me dé cuenta. Hace poco me han cambiado las jotas y las eles, y no tengo ni idea de por qué ni es algo que haga conscientemente, simplemente depronto siento la necesidad de escribirlas de otra manera, si no siento que quedan muy feas.




Y esas son algunas de las cosas que viven en mi cerebro. Probablemente es más de lo que Dana pedía, así que cuidado cuando preguntes la próxima vez...

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dime algo que aún no sepa...


Según las respuestas de tu auto-evaluación, tu inteligencia emocional es relativamente buena, pero necesitas desarrollarla más. La gente con puntuación similar generalmente sienten que sus habilidades para comprender y asumir sus propias emociones y las de los demás son aceptables, pero a veces les puede resultar difícil. Ocasionalmente tienen problemas superando dificultades en su vida y no son coherentemente capaces de controlar su estado de ánimo. Puede ser un poco difícil para ellos encontrar la manera de motivarse para superar obstáculos y alcanzar sus objetivos. Además, suelen tener dificultad con las relaciones sociales por muchos motivos. Pueden tener problemas para acercarse a los demás, y les cuesta ser lo suficientemente vulnerables como para establecer una intimidad, o quizá su problema es una falta de entendimiento o comodidad con las las interacciones sociales. Trabajando en las áreas de tu problema podrás sentir más confianza para asumir tus propias emociones y las de los demás.



Pues eso, que éste es el resultado de mi test sobre inteligencia emocional, un 62 sobre 100. Vamos, que soy temperamental, que me cuesta abrirme a los demás y que a veces actúo de forma que no entiendo ni yo. No me digas, y yo con estos pelos.

En fin, si alguien se anima a hacer el test, puede pinchar aquí. Eso sí, mejor ten abierto un Wordreference al lado porque es en inglés. ¡Suerte!.

martes, 14 de septiembre de 2010

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fotos al azar

Tengo móvil nuevo. A mí las tecnologías no me impresionan demasiado, pero oye, si con el programa de puntos de mi compañía me regalan un súper móvil táctil color rosa princesa súper molón, pues ¿quién puede resistirse?.

Me paso el día haciéndole fotos a todo con la cámara de 5 mega píxeles de mi nuevo móvil. A veces saco fotos de mi hija, a veces le pido a la gente que me deje sacarle una foto para ponerla en su ficha de contacto y a veces simplemente me siento en el sofá y me pongo a hacer fotos de todo lo que me rodea para luego poderlas pasar con el dedo en plan Minority Report, el contenido de las fotos es realmente lo de menos.

Total, que así, cambiando de tema, estaba yo en el Mercadona hace un par de días cuando depronto reconozco a un bebé colgado de un canguro que transportaba un papá. ¡Anda, pero si es la compañera de mi hija de la guardería!, así que allá voy yo, a hablar con el padre de la criatura, que es la primera vez que me va a ver en su vida, pero en fin, que se aguante, tener hijos es así.

"¡Uy qué rica!, ¡hola bonita!, ¡mi hija va con tu hija a clase en la guardería!. El hombre pone cara de "pues mira qué bien" pero el pobre sonríe y me dice "¡anda!", y antes de que nada más pueda salir de su boca, una voz que viene desde abajo nos interrumpe diciendo "¡¡yo soy su hermana mayor!!", y me encuentro a una preciosidad de unos 6 años con una sonrisa de oreja a oreja. Y yo, que soy como Espinete, la mejor amiga de todos los niños del barrio, le digo "¡¡Anda!!, ¿¿sí??, y oye, ¿a ti te gustan los perritos?", a lo que la niña responde abriendo mucho los ojos y asintiendo efusivamente con la cabeza, con lo que le digo "¡sí? yo tengo una perrita pequeñita, ¿quieres ver una foto?", y claro, la niña, que no se puede resistir a la oferta, se pone a mi lado en menos de un segundo y me agarra del brazo.

Así que saco mi súper-mega-móvil nuevo y, a trancas y barrancas porque todavía me pierdo por los rincones del menú, consigo abrir la carpeta de archivos:






"Uy no no no calla..."



"¡¡Oops!! je je... pasar foto pasar foto pasar foto... esteeee, eeeehhh... espérate a ver..."




"Cachis en la mar... a ver dónde estaba... ¡ay aquí parece que hay una!"



"¡Ay no no, que ésta no era la que yo quería!... ¡¡espera que te busco la otra!!"


"Muy bonito el perrito sí, hala hija vámonos corre, que hay que hacer la compra..."

viernes, 10 de septiembre de 2010

Janire


Janire es mi segunda niña favorita en el mundo

jueves, 9 de septiembre de 2010

Maquillaje chulo

Ahora que estoy retomando mi conexión con el maquillaje, al cuál tenía bastante abandonado, he decidido indagar en un mundillo para el que nunca me he formado y del que no tengo ni idea, pero que siempre me ha gustado: el maquillaje de fiesta para niños.

La buena noticia es que es muy agradecido y queda de maravilla, la mala noticia es que hay que disponer de un trillón de colores, y eso requiere una inversión inicial más alta de la que yo me puedo permitir ahora mismo, y además, la primera compra de materiales sería sólo para practicar, no para ejercer.

Sea como sea, todo en esta vida es ir por pasos, así que ayer me compré mi primer libro de maquillaje fácil y rápido para niños, en el cual vienen maquillajes como estos explicados paso a paso:






Chulos, ¿no?, pues aunque parezcan muy difíciles de hacer, explicados paso a paso no parecen para tanto, así que espero poder comprarme mi primera paleta de maquillaje al agua pronto y empezar a practicar como una loca. Quien sabe, a lo mejor algún día no muy lejano pueda cumplir mi sueño, pasar de las oficinas y ganar dinero con esto...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mamá

Esto acaba de suceder hace unos minutos por primera vez en la vida:





Estoy feliz. :)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mi peor pesadilla

No puede haber nada peor en el mundo que tener mucho tiempo por delante y plantearte usarlo para colocar toda la ropa de la última colada que quitaste de la cuerda hace una semana y también para ordenar la colada seca que hay colgada actualmente, que se te ha acumulado.

Puedo cocinar, puedo coger una escoba, puedo limpiar el baño y hasta la vitrocerámica si las estrellas están en línea. Pero no, la ropa no por favor. Coger palangana, separar ropa de marido en un montón, ropa de hijita en otro y ropa de una misma en otro (más grande), y después percha cajón, percha cajón, percha cajón y ya está, 5 kilos menos sobre la conciencia. Pero no, no puedo, es superior a mí.

Venga, voy a colocar la ropa ahora mismo, pero primero bajo un momentito y me pongo una Coca Cola, que el día está caldeado. Ah, y ya que estoy miro un segundito el correo, que igual tengo algo interesante. ¡Anda, un correíto de... eeeh... publicidad de Orange!, voy a leerlo en un minutito, que parece interesante. Ah, y ya que estoy hago mi ronda de blogs, que se tarda nada. Vaya, nadie ha actualizado, bueno, voy a mandarle un beso a mi marido por correo, que el pobre seguro que tiene mucho trabajo. Bueno, pues nada, ya está, voy a la ropa. Pero espera, voy al baño, que me estoy haciendo... ¿pis?, sí, me hago pis, no mucho, pero no vaya a ser que me entren las ganas haciendo la ropa y tenga que interrumpir mi tarea. Anda, fíjate, pero si esta baldosa del baño todavía tiene un poco de yeso de cuando se construyó la casa, nunca me había dado cuenta, pues nada, esto se le da un poquito con la uña y se quita, a ver... ya está. Bueno, pues nada, voy a por la ropa. A ver que me mire un segundín en el espejo... ¡uy madre, qué cejas! ¿cuánto hace que no me las depilo?, nada, esto con las pinzas aquí a mano es un minutito. Bueno venga, voy a ordenar la ropa, que a este paso la niña se me despierta y otro día más sin recoger la colada. Espera un momento, que ya que estoy dejo el lavavajillas puesto, que con lo que tarda el programa no me da tiempo a tener la olla limpia para la hora de la comida. Hala, ya está. Uy madre, esta bolsa de basura está muy llena, la saco en un segundo y así sale Juno, que esta mañana no ha hecho pis.....

Y así transcurren mis días, los días en los que tengo que colocar la ropa. Y oye, la ropa no la coloco, pero el día lo termino agotada, que el escaqueo es todo un arte. ¿Qué tendrá la colada, esa tarea interminable, que taaaanta pereza da colocarla?, ¿qué tendrá mi vestidor, la parte más glamourosa de mi casa, que siempre lo tengo hecho unos zorros y más que una habitación para mi ropa, que es lo que realmente es, parece el Bershka cuando está en rebajas?. No sé qué será pero creo que esto de ser ama de casa no es para mí....


En fin, me voy, que tengo muuuuucha ropa que colocar...
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