viernes, 24 de septiembre de 2010

Yo tamién llevo un Mr. Bean dentro de mí

Tengo que ir a Navalcarnero pueblo. Bien, cojo mi coche, cojo a mi niña y nos vamos. En cuanto llego a mi destino llega el momento de aparcar, y qué quieres que te diga, pero aparcar en un pueblo puede llegar a ser más difícil que aparcar en la misma Puerta del Sol.

Bueno, allá voy. Aparcar en línea es una de mis grandes frustaciones, ya que no lo hago nunca. Todos los sitios a los que voy con mi coche son de aparcar en batería. Centros comerciales, polígonos industriales o mi propia casa, en batería, con lo que tengo muy poca práctica en aparcar en línea y siempre lo hago fatal, salgo y entro veinte veces para acabar dejándolo de vergüenza ajena. Pero bueno, ahí iba yo, dispuesta a hacer el ridículo delante de quien me estuviera mirando en ese momento, pero para eso primero tenía que encontrar un sitio libre.

Así que doy vueltas. Y vueltas. Y sigo buscando. Y nada de nada. Sigo buscando, sigo buscando y me meto por una calle cuesta arriba detrás de un monovolumen. Calle arriba, calle arriba, el monovolumen se mete en un garaje y yo sigo, y veo que unos obreros al pie de un anadamio me miran boquiabiertos según paso, pero en fin, como tengo un largo historial de llamar la atención de los obreros, no me preocupo demasiado. Sigo calle arriba, y giro a la izquierda, y me encuentro con una calle llena de gente andando por todo el medio que se apartan alucinados según paso. Sigo despacio, sigo despacio, sigo despacio... y depronto...

me encuentro con unos pivotes de piedra haciendo una U alrededor de mi coche mientras toda la plaza de Navalcarnero se queda mirándome como si hubiera aterrizado un UFO justo al lado de la señal que pone en grande: "ZONA RESIDENCIAL, ACCESO RESTRINGIDO A LOS VEHÍCULOS"


Miro para atrás para por supuesto salir echando leches de allí para nunca más volver, pero a mi espalda la calle por donde he entrado está de nuevo llena de gente que me mira con la boca abierta y me señala con el dedo. Además, es tan estrecha que entre los nervios que llevo, la marcha atrás y la gente en medio me llevo por medio a algún lugareño fijo.

Así que paro el coche, reflexiono un poco, miro alrededor a ver si veo a alguno de esos policías de los que tanto me advierten los dueños de los vados cada vez que dejo mi coche para sacar dinero en el cajero pero no hay ni rastro de ningún agente. Vuelvo a reflexionar, pero no encuentro solución alguna a mi tremenda metedura de pata, así que salgo del coche y me acerco la persona que estaba más cerca de mi coche en ese momento, un hombre con su señora y sus dos hijos, y le digo "buenas, no sé cómo lo he hecho pero me he metido por una calle peatonal y necesito salir de aquí ahora mismo, por favor tú que eres un hombre y se os dan mejor estas cosas saca mi coche de aquí y te juro que vas al cielo porque vas a hacer la buena acción de tu vida". Por supuesto el señor se queda sin palabras y su señora más, pero ante tanta desesperación le dice a su señora "bueno, ahora vuelvo", y la pobre mujer "sí sí, claro claro, ve", y se monta en mi coche.

Cuando se le ha pasado el shock, me dice alegremente "¡¡pero cómo te has metido por aquí muchacha!!", y yo le respondo con mi pseudo-crisis de ansiedad "¡¡no lo sé te lo juro que no lo sé, si yo no he visto ningún prohibido ni nada!! ¡¡si yo iba detrás de un monovolumen!! ¡¡ay no sé cómo he llegado hasta aquí!!", y me explica que eso es una zona de residentes en la que sólo la gente con garaje propio puede entrar porque tiene una llave que baja los pivotes, con lo que seguramente el monovolumen que iba delante mía ha abierto la zona pero a su paso se ha vuelto a cerrar. Y claro, no me digas más,

"¡¡¡Y ENTONCES CÓMO SALGO YO DE AQUÍ DIOS MÍO!!!"

a lo que el pobre hombre, que se estaba ganando el cielo y el título de psiquiatría especializada en histeria y pérdida del control, me dice que no pasa nada, que en la plaza habrá un policía que nos abrirá. Me lleva hasta la plaza, que por suerte estaba a dos pasos, y allí se baja para ir en busca de un agente. Y el agente aparece con el compañero, pero aparecen los dos con una cara de pitorreo que se les ve en la cara que se van a estar cachondeando de la loca que se ha metido por la peatonal toda la semana.

Me despido del buen hombre dándole mil millones de gracias y uno de los agentes me dice "¡pero chica, cómo lo has hecho!", y claro, yo ante la ley, que a mí me impone mucho, empiezo a tartamudear para intentar explicarme y sale algo como esto:

"pues eh... no sé... eeehh....yo iba detrás de un coche que eeeeehh.. ¡¡esque no había señal!! eeehh... y claro yo he entrado... eeehh... esque no sabía eeeh...... ¿¿¿ME VA A PONER USTED UNA MULTA???"

Los chicos ya directamente sueltan la carcajada, yo trago saliva, se miran entre ellos y uno me dice "¡anda tira, pero intenta que no te vuelva a pasar!, síguenos que te abrimos".

Y ese es el fin de la historia, que culminó en que encontré un sitio en batería muy cerca de mi destino. Creo que ya había hecho suficientemente el ridículo por ese día.


Y sí, está claro. Tengo que admitir que cada día me parezco más a mi madre.

5 comentarios:

Doctora Anchoa dijo...

Muy chulo el blog. El momento en que una mujer se da cuenta de que se parece a su madre...es duro. Yo me he saltado una generación y he pasado directamente a parecerme a mi abuela. No es coña.

tu madre dijo...

¡Pero bueno!!!¡Cómo sabía yo que al final, salía tu madre a la que NUNCA le pasan esas cosas!!!!

:-)

anittateacher dijo...

Oyoyoyoy... por eso no me mola naaada pillar el coche! jajaja yo hice lo mismo pero en el garaje de mi madre.. me bajé y con todo mi morro le pedí a un tipo que me lo aparcara porque no era capaz de hacer el giro para que me cupiera por la puertaaa!!! jajaja... eso sí, no hubo tantos testigos...

Anónimo dijo...

Hola Patricia. Llevo meses leyendo tu blog y te confieso que estoy enganchada jejeje.
Tengo 17 años y muchas veces me identifico con las historias que aquí cuentas.
En estos momentos estoy pasando una mala rachilla con mis amigas de toda la vida y a veces me dan ganas de tirar la toalla y cuando leo tu blog me animo. ¿Te ha pasado alguna vez eso con mi edad?. No sé ¿alguna vez has tenido un grupo de amigas que al final se ha ido al traste?. Si te ha pasado cuenta un poco tu experiencia porfi, así por lo menos pillo algún consejillo.
Gracias y sigue escribiendo muchoooo.

Anónimo dijo...

Diooooossss esta situación me suena........

Mil besos
Mari.

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