martes, 30 de noviembre de 2010

5 cosas que me encantan y 5 cosas que me espantan

- Me encantan los pubs irlandeses, he pasado grandes momentos en pubs irlandeses en distintos lugares del mundo.

- Me encantan las flores, son el regalo perfecto para mí.

- Me encantan los animales, sobre todo los mamíferos. Me gustan todos, hasta las ratas.

- Me encanta Ebay, me paso las horas muertas surfeando por sus rincones.

- Me encanta el canal Cuatro, aunque a veces nos la juega bastante cambiando los horarios de las series o poniendo repeticiones sin parar, me parece el canal más interesante de la tele. De hecho, quitando Comando Actualidad en la Primera, es el único canal que veo.




- Me espanta Sálvame, me espanta profundamente su presentador y todos sus tertulianos, me producen una mezcla de vergüenza ajena y profundo asco. Y además es todo mentira, el buen rollito entre ellos es mentira, y los ziscos que montan también. Me espanta.

- Me espantan las consolas. No lo puedo evitar, me espanta lo terriblemente adictivas que son y me espantan los juegos espantosamente violentos y realistas.

- Me espanta Ibiza. Sí, sé que tiene que ser un lugar precioso, pero la verdad es que la imagen que tengo de Ibiza no es precisamente de un sitio "tranquilo". Culpo bastante a Callejeros de mi imagen mental de Ibiza, pero reconozco que sería el último sitio del mundo al que iría.

- Me espanta Cristiano Ronaldo. Que sí, que tiene tableta, que sí, que lleva una ropa muy cool, pero el tío tiene una pinta de no tener dos dedos de frente que echa para atrás. Además, por mucha tableta, físicamente me da una grima que no puedo, porque me espantan los tíos metrosexuales.

- Me espanta la ropa de diseñador de a pie. Pedro del Hierro, Carolina Herrera y todas esas marcas. Entiendo que para los que no tenemos dinero para comprarnos un Pertegaz es muy guay llevar algo de diseñador, pero es un estilo que no va para nada conmigo. Además, toda la ropa me parece igual, con que lleven el simbolito de turno es suficiente, la prenda en sí no es lo que importa.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Baby Gaga

Ni el Macarena, ni la conga, ni siquiera el Moonwalker,

LLEGA EL BAILE DEFINITIVO:







Es importante el movimiento lado a lado de la cabeza, y hay que saber realizar correctamente los parones al ritmo de la música, pero lo mejor para disfrutar intensamente del baile es acercarse al altavoz para que la música recorra nuestras venas y entonces perder el control por completo.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Thanksgiving

Hoy es Acción de Gracias en Estados Unidos, una fiesta que desgraciadamente no celebramos aquí, pero quizá deberíamos, porque es la única fiesta que no consiste en comprar, simplemente se trata de concienciarte de lo afortunado que eres y compartirlo con la gente a la que quieres.

Yo tengo muchas cosas por las que estar agradecida, y aunque aquí en España no se celebre Acción de Gracias, yo sí lo voy a celebrar y he organizado una cena mañana para toda la gente a la que quiero, y como esta fiesta consiste en reflexionar sobre las cosas por las que eres afortunado, yo he querido hacerlo, y he creado mi lista por las cosas de mi vida por las que doy las gracias. Y son éstas:



- Doy las gracias por tener una hija sana, una hija alegre y a la que le gusta tanto la gente que siempre tiene una sonrisa para quien le dedique un par de palabras. Doy las gracias porque mi hija me mantiene los pies en el suelo y me convierte cada día en una persona más madura.

- Doy las gracias por mis amigos, mis amigos de verdad que se preocupan por mí, que me escuchan y me comprenden. Unos cerca, otros lejos pero todos presentes a la hora de la verdad.

- Doy las gracias por que toda mi familia, incuída mi abuela a sus casi 80 años, goza de una salud envidiable. Aquí las únicas que están viejunas son mis perras.

- Doy las gracias por tener una familia que me ha criado dándole muchísima importancia al cariño, al contacto físico, haciéndome así una persona cariñosa y sensible. Doy las gracias por no haber tenido una de esas madres frías que nunca abrazan a sus hijos, porque he visto las consecuencias que eso trae y doy las gracias no ser así.

- Doy las gracias por ser yo la que rechace las ofertas de trabajo, no ellas a mí.

- Doy las gracias por haber sido capaz de pasar página con la familia de mi marido y por que todos hayamos pasado de rencores. Gracias a eso ahora tengo una relación estupenda con ellos y sé que son gente maravillosa. Todo el mundo puede cometer errores, pero la inteligencia diferencia a los que son capaces de rectificar. Ellos rectificaron y hoy sé que mi hija no podría tener unos abuelos que la quieran más, unos tíos más cariñosos con ella y unos primos mejores.

- Doy las gracias por haber podido estar con mi hija todo su primer año, no todo el mundo tiene esa suerte y yo he podido permitírmelo.

- Doy las gracias por la casa que tengo, el barrio en el que vivo, el coche que conduzco. Doy las gracias por todos mis bienes materiales con los que hace unos años no me habría atrevido ni a soñar.

- Doy las gracias por estar casada con el hombre más maravilloso del mundo, un hombre que me hace reír a carcajadas a diario con su enorme sentido del humor, que me hace pensar y reflexionar sobre tantas cosas que tienen más de un punto de vista y que me hacer sentir querida, amada y sobre todo protegida. Doy las gracias porque cada día de mi vida me demuestra que me casé con el hombre adecuado.



Y aunque parezca más bien un speech de los Óscars, éstas son las cosas por las que me siento agradecida. Suena cursi, pero es así. Y además, éste es mi blog y si quiero, me pongo moñas, ¡ea!.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mi preciosidad

Ayer mi niña cumplió 11 mesecitos. Se va acercando su cumpleaños y estamos preparando ya su fiesta, que no es que vaya a ser gran cosa, pero como coincide en unas fechas tan complicadas, hay que hablar con mucha gente para que no hagan planes.

Este mes se ha caracterizado por lo mucho que ha espabilado, y sobre todo, por que se ha convertido en una auténtica culebrilla. Éste es el momento en el que no te la puedes llevar a ningún lado porque lo quiere coger y tocar todo, quiere que la dejes en el suelo para poder gatear a sus anchas o se obsesiona con que la cojas de las manos para ayudarla a andar. Con lo que te vuelve loca total.

Sin embargo, ahora que sus gustos están más definidos, también es más agradecida que nunca con su risa cuando la haces reír con lo que le gusta, cuando le dejas jugar con sus juguetes favoritos o cuando pones su música preferida, algo que desde luego, ha demostrado que lleva en las venas igual que sus papás.

Ya casi ha pasado un año desde que nació y el tiempo ha pasado volando. Todos los meses han tenido algo distinto y algo nuevo, y afortunadamente tengo la sensación de que no me he perdido ni un sólo detalle de su desarrollo. Mi hija es una auténtica delicia, y cada día que pasa me enamoro más y más de ella y de su forma de vivir la vida, de descubrir cosas nuevas y sobre todo de su sentido del humor, que le desborda por los cuatro costados.

A veces (a menudo, más bien) oigo hablar a algunos padres mal de sus hijos, diciéndote que los niños son unos pesados, que son retorcidos y que son cansinos. Muchas veces los padres tienden a hablar de sus hijos como si tenerlos hubiera sido una mala experiencia, recordando con melancolía aquellos tiempos en los que todo su dinero era para ellos mismos, podían ser espontáneos a la hora de planear unas vacaciones o simplemente la tranquilidad de la casa nunca era interrumpida por seres que se creen el centro del universo. Y oír hablar así a algunos padres es muy, muy común, esos padres que cuando estás embarazada te dicen "¡aprovecha ahora, que luego ya se te acabó todo!".

Yo qué quieren que les diga, me da lástima pensar en unos niños que oigan a sus padres hablar así de ellos. Mi hija es lo mejor que me ha pasado nunca y pienso dejárselo muy claro. Pero por otro lado, lo entiendo, porque no todo el mundo tiene la suerte de tener un niño y que le salga esta divina preciosidad:








miércoles, 17 de noviembre de 2010

Súper Nanny





Estoy enganchada a la Súper Nanny. Sí, lo sé, ¿no tengo nada mejor que hacer los viernes por la noche?, pues no, la verdad. Y no es que lo vea porque me da miedo de que mi hija se convierta en un monstruito dominante y malvado y no saber controlar la situación, es simplemente que el programa me divierte inmensamente. Me divierte ver a esos niños que chantajean de una forma tan extrema a los adultos, que los vuelven locos y los manejan a su antojo. Me divierte ver cómo los padres son educados por sus hijos, como caen sin pensárselo en las redes de estas pequeñas bestias poderosas.

Me apasiona la libertad que tiene un niño para coger una rabieta y romper cosas. Y los envidio profundamente, porque si yo me mosqueo no puedo hacer más que tragarme mi propia bilis y cultivar una mini-úlcera temporal, yo no puedo vaciar el cajón de los cubiertos en el suelo y quedar impune, porque mi madre era más de la vieja escuela y de dos guantazos me hubiera arrancado la cabeza si hago eso y encima la llamo puta a la vez. Pero vamos, nunca le hizo falta llegar a ese extremo.

Yo quiero volver a la infancia, quiero ser poderosa y manipuladora (más). Y quiero ser la reina de la casa y que se me obedezca, como a esos niños que salen en la Súper Nanny. Quiero tirarme por el suelo tirándome de los pelos para que mi madre me amenace con algo que al final no hará, quiero dedicarme a tirar todos los cojines de los sofás por los aires, a mover muebles de sitio rayando todo el parqué, a tirarme la comida por la cabeza y a decirle a mi madre que es una asquerosa, que la odio y que me haga las maletas que me voy de casa, quiero volver loca a mi madre y disfrutar viendo como acaba cediendo en todo lo que a mí me da la gana.

Pues sí, cada vez que veo la Súper Nanny me doy cuenta de la infancia tan aburrida que tuve. Todo el día jugando tranquila en mi cuarto con mis juguetes, sin una triste televisión rosa de princesas en mi propio cuarto y 5 consolas distintas a mi disposición, sólo un triste centro comercial de Pin y Pon con el que me tuve que conformar horas y horas. Ni una sola rabieta, ni un sólo "asquerosa" que llamar a mi madre, siempre tranquila, jugando con ella durante horas a juegos de mesa de los que me traían los Reyes porque me portaba bien. Y todos los domingos, ¡qué domingos más aburridos!, por la mañana al Retiro con mis padres y mi hermano y después, a comer tranquilamente en casa de mis abuelos, ¡qué aburrimiento!, y encima, me ponían la comida y yo, pues me la comía, ¡si hubiera sabido entónces que podía tirarla por los aires mientras gritaba y pataleaba, tirando al suelo todas las cosas que veía a mi alcance...!, pero no, yo me comía la comida de mi abuela y después me sentaba tranquilamente con ellos a que mi abuelo me contara un cuento o me hiciera un dibujo, ¡menudo aburrimiento!.

Yo nunca llamé "puta" a mi madre, nunca tiré cosas al suelo, nunca vacié los cajones para fastidiar a mis padres, nunca grité ni pataleé porque no me daban lo que quería, nunca les insulté y nunca les pegué. Yo, como una tonta, me portaba bien y me dedicaba a jugar con mi madre, a leer cuentos, a hacer puzzles...

Qué diferente es la infancia que yo tuve de la infancia que tienen ahora los niños. Está claro, ahora se lo pasan mucho mejor, no cabe duda...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Un fin de semana completo

Este fin de semana no he parado.


Viernes, reencuentro con mi amigo del alma de toda la vida. Bueno, en realidad de media vida, hicimos los cálculos de cuánto hace que nos conocemos y efectivamente, es media vida. Mi amigo más antiguo y yo llevábamos mucho, mucho tiempo sin vernos, paradojas del destino que ha querido que tardemos tanto en reencontrarnos, porque él me estuvo mandando mensajes que por alguna extraña razón, nunca me llegaron. Y por fin, el viernes nos volvimos a ver después de años de perdernos la pista, y nos hablamos claro sobre todo lo que pasó entónces. El viernes supe que había recuperado al mejor amigo que he tenido nunca, pero en una versión remasterizada, más maduro, más abierto y con mucho más aprendizaje en la vida. Y eso me hace muy, muy feliz.


El sábado hicimos una visita a los abuelos, que a su vez tenían visita de la hermana de Luismi, que se pasó un par de días por Madrid a ver a la familia. Al principio pensamos en aprovecharnos de los abuelos, dejarles con Abril y marcharnos los demás al cine, pero qué quieres que te diga, se terció un Party & Co. y nos perdimos. Me tocó escenificar a Chewaca y mi marido me tarareó Bulería Bulería, entre otras cosas. Una tarde de sábado agradable y tranquila con la familia. Ah, y con la comida de mi suegra, que merece mención aparte.


Ayer acompañé a unos amigos a que recogieran una perrita preciosa en un albergue, una cachorrita que apareció abandonada al lado de un poblado gitano, y después tuvimos invitados en casa para comer. La ensalada (asesorada por mi cuñado el día anterior) fue un éxito, la carne fue un desastre, y el postre que trajeron ellos fue un placer. Después de eso, un poco de póker, de conversaciones profundas (algo de lo que no todo el mundo sabe hablar), té té y más té y un paseíto por el barrio. Y por supuesto, como suele ser habitual en mi amiga Raquel, un montón de regalos reciclados para Abril. Pintura de dedos, plastelina, fotocopias sobre los cambios de alimentación, cuentos para colorear, su primera caja de manualidades... un montón de cosas. Y lo mejor, un regalo de pre-cumpleaños para Abril totalmente artesanal:










Después de eso, un bol enorme de palomitas y un juego chulísimo de ordenador con mi chico como colofón. Además, como es habitual en él, me hizo reír y reír hasta llorar, y no hay sensación más agradable que la que se te queda después de reírte hasta casi perder la respiración.


Y ese ha sido mi fin de semana, cerrando antiguos conflictos y abriendo nuevas puertas, riendo y perdiendo la vergüenza y teniendo conversaciones profundas e inteligentes. Sobre todo, rodeada de gente agradable a la que adoro, algo que no hacía desde hace muuuuucho muuuuucho tiempo....

viernes, 12 de noviembre de 2010

Tengo una amiga

Tengo una amiga con la que hablo una vez cada mucho tiempo. Siento debilidad por ella porque sé que se preocupa mucho por mí y porque quiere mucho a mi hija.

Mi amiga es una de esas personas que no lo ha tenido fácil en la vida, pero que ha buscado la felicidad en cada rincón de su día a día. Ella es una luchadora, y cada experiencia que te cuenta lo demuestra.

A mi amiga le gusta viajar, y tiene fotos de todas las tapas de las alcantarillas de Europa. Tiene fotos de las tapas de las alcantarillas porque es una observadora, y se ha dado cuenta de que los ayuntamientos de este mundo plasman su personalidad en las tapas de sus alcantarillas, y resulta que hay tapas de alcantarillas muy bonitas. Yo nunca me habría parado a observar una alcantarilla, pero mi amiga sí, porque le gustan los pequeños detalles.

Mi amiga vale mucho, y tiene la suerte de tener a su lado un hombre que la quiere y la valora.

Mi amiga es muy cariñosa, y trabaja con niños pequeños. Se sabe cada rincón de la personalidad de sus alumnos, porque a mi amiga le gusta ver más allá de lo que se ve a simple vista en las personas, incluso de los bebés, porque sabe que cada persona es única, y sabe que las cosas no se hacen porque sí, que todo lo que hacemos tiene un porqué.

Mi amiga es muy trabajadora, y se levanta a las 6 de la mañana para llegar a su casa a las 8 de la noche, y no se le caen los anillos con cosas con las que a mí sí se me caerían.

Mi amiga es tremendamente generosa, y con cada cosa que hace piensa en tener un detalle con la gente de su alrededor. El día de su boda compró un juguete para cada uno de los niños que asistieron, y compró uno de más para Abril.

Mi amiga es muy guapa, pero no estoy muy segura de que ella lo sepa.

Mi amiga tiene muy claro lo que espera de la vida, y lucha todos los días por ello. Mi amiga sabe muy bien lo que quiere, y eso es algo que admiro mucho en ella, porque la mayoría de la gente va por la vida a la deriva. Mi amiga no, mi amiga busca su felicidad, y como la encuentra, mucha gente la envidia y la tacha de que "tiene mucha suerte", pero mi amiga no tiene suerte, mi amiga tiene mucha fuerza.

Mi amiga es sensible, y lloró cuando le conté algunos de mis problemas. Sabe escuchar, y sabe exactamente qué preguntas hacerte para hacerte pensar. Y eso es alguien que casi nadie consigue, hacerme pensar en algo que no me había planteado antes.

Mi amiga es muy abierta, y todo el mundo la quiere mucho. Me gustaría ser como ella, porque yo nunca he sido de esas personas a las que todo el mundo quiere.



Tengo mucha suerte de tenerla como amiga, porque mi amiga es una entre un millón.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Explorando nuevos tactos

Mi nueva Cephalea tuvo un pequeño encontronazo con Abril de camino a casa mientras yo conducía


sábado, 6 de noviembre de 2010

Miss Listas

Cuando tenía 18 años hice una lista de 10 cosas que me gustaría hacer antes de cumplir 30 años. Esa lista incluía cosas como bailar en público, viajar a Estados Unidos o entrar en el túnel del terror.

El otro día decidí revisar mi lista, y me di cuenta de que en el momento en el que aprendí a tocar la guitarra sin darme cuenta estaba cumpliendo el último de mis objetivos de aquella lista. Así que hoy, hace menos de 10 años desde que la elaboré y 3 años antes de tiempo, he roto aquella lista porque ya he cumplido todos mis propósitos. Así que, por supuesto, he elaborado una nueva lista de cosas que hacer antes de los 40.

Suena horrible, tengo 27 años y ya estoy pensando en cosas que hacer de cara a los 40 años, pero ¿qué le voy a hacer si soy una persona que realiza sus objetivos?, cuando di a luz me propuse volver al peso que tenía al empezar el embarazo y hoy en día, menos de un año después, estoy bastante por debajo de los kilos que tenía cuando me quedé embarazada. Misión cumplida.

Así que esta lista es bastante más madura y el objetivo no es reírme un rato como en mi anterior lista, en la que por ejemplo me proponía entrar una tienda de novias, fingir que me iba a casar y con toda la cara ponerme morada de probarme vestidos, lo cual ya hice. Estos nuevos propósitos tienen más que ver con el tipo de vida que quiero tener de aquí a 10 años (o 13 años, más bien), así que esta vez mis objetivos son algunos como apadrinar un niño, entrar en Alcatraz (lo que supondría volver a viajar a San Francisco, mi ciudad favorita en el mundo), realizar algún trabajo como maquilladora o entrar en una tienda de animales y enfrentarme por fin cara a cara con uno de esos animalitos que llevan atormentándome desde que tengo uso de razón.

No sé cuántos años tardaré en realizarlos, porque algunos de ellos ahora mismo no están en mi mano para nada, pero la verdad es que cuando escribí mi anterior lista también había algunos propósitos que veía muy, muy lejanos y ni siquiera pensaba que pudiera conseguirlos, como bailar en público o conocer a alguno de mis ídolos, y sin embargo lo he conseguido, así que no me queda más remedio que proponerme estar abierta a todo y focalizar en estas 10 cosas que quiero conseguir de aquí a 13 años.

Y para ayudarme a ir empezando... ¿alguien me invita a navegar en un velero...?

viernes, 5 de noviembre de 2010

Flores frescas





Un clásico de mis auto-regalos de viernes

martes, 2 de noviembre de 2010

Gracias a ti





El domingo pasado estuve en el concierto de Michael Bublé, y la verdad es que aún no he dejado de flotar.

Vi a Michael hace 3 años en su anterior gira, y me enamoré de su música, tanto que elegí una de sus canciones, la única hasta el momento que no era una versión y había escrito él mismo, para sonar justo en el momento en que nos declararan marido y mujer en nuestra boda.

Estos tres años he seguido escuchando su música sin parar, y levité cuando escuché su nuevo disco hace casi un año.

Y entónces vi que volvía a Madrid, y aunque estábamos sin un triste céntimo, sabía que tenía que ir a su concierto. Y fuimos.

Por comprar las entradas en el último momento nos dieron sitios separados y atrás del todo, pero afortunadamente nadie se dio cuenta de que mi pobre marido estaba sentado en las escaleras y apretujado hacia mí.

Cuando un artista como Michael Bublé, que su música no da pie para nada a hacer cambios de vestuario o parafernalia en el escenario, da un concierto, como él mismo dice, suele ser un poco aburrido, en el sentido de que lo único que puedes hacer para amenizar un poco el cotarro es hablar entre las canciones, pero poco queda que decir cuando son versiones de canciones de los 50 aparte de su compositor, el año, quién la popularizó etc. Sin embargo Michael Bublé intenta hacer reír a su público todo lo posible, y es un auténtico entertainer. Pero después de haber visto el DVD de su concierto un millón de veces, pensé que no podría sorprenderme mucho. Sin embargo es increíble lo distinto que fue un concierto del otro. Es una maravilla descubrir por fin un artista que sabe que en este país el inglés es nuestra asignatura pendiente y se preocupe en hablar muy muy despacio y sobre todo, se aprenda algo más que "hola Madrid, buenas noches, muchas gracias, locos y viva España". Michael nos deleitó hablando mucho, mucho mucho en español, dejando muy claro que no tiene ni idea del idioma pero que se había esforzado para la ocasión. Nos contó que en estos tres años sin pasar por aquí su vida ha cambiado mucho, tanto que se ha comprometido, y también quiso compartir con nosotros que su novia es argentina, y que al empezar a salir le dijo mirándole a los ojos : "if you cheat on me I´m gonna cut your pito".

Michael Bublé es un fantástico cantante, lleva una banda increíble detrás y sabe muy bien elegir las canciones que va a interpretar, pero sobre todo, es capaz de conseguir lo que muchos otros artistas buscan: hacerte reír y hacerte llorar. Me reí a carcajadas con su imitación de Michael Jackson a ritmo de Billie Jean, cuando cantó I gotta feeling de los Black Eyed Peas o cuando se arrancó con Twist and shout. Me reí sin parar con la presentación que hizo de cada uno de sus músicos, y me emocioné cuando puso en la pantalla el bebé de su trompetista, de sólo unos días de edad. Me emocioné cuando cantó una versión acústica de Home entre el público, dejando que todo el mundo le tocara y le hiciera fotos, y me emocioné cuando repitió el colofón del anterior concierto, cantando Song for you a capella y sin micrófono.

Aún no he podido quitarme de la cabeza el concierto, porque cuando algo te produce sentimientos tan fuertes se queda dando vueltas en tu cabeza mucho tiempo, y eso es lo más maravilloso de la música. Tengo la suerte de que mi marido vive ese sentimiento igual que yo, así que poder experimentar un concierto así al lado de mi persona favorita en el mundo amplifica aún más la grandeza de ser una de las personas que estábamos allí con Michael.

Michael Bublé publicó en la pantalla cuando salió del escenario una foto enorme de la plaza de toros acompañada de una frase que decía : "Muchas gracias Madrid". Y la verdad, qué paradoja.





¿Gracias?, no, gracias a ti, Michael Bublé.
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