miércoles, 17 de noviembre de 2010

Súper Nanny





Estoy enganchada a la Súper Nanny. Sí, lo sé, ¿no tengo nada mejor que hacer los viernes por la noche?, pues no, la verdad. Y no es que lo vea porque me da miedo de que mi hija se convierta en un monstruito dominante y malvado y no saber controlar la situación, es simplemente que el programa me divierte inmensamente. Me divierte ver a esos niños que chantajean de una forma tan extrema a los adultos, que los vuelven locos y los manejan a su antojo. Me divierte ver cómo los padres son educados por sus hijos, como caen sin pensárselo en las redes de estas pequeñas bestias poderosas.

Me apasiona la libertad que tiene un niño para coger una rabieta y romper cosas. Y los envidio profundamente, porque si yo me mosqueo no puedo hacer más que tragarme mi propia bilis y cultivar una mini-úlcera temporal, yo no puedo vaciar el cajón de los cubiertos en el suelo y quedar impune, porque mi madre era más de la vieja escuela y de dos guantazos me hubiera arrancado la cabeza si hago eso y encima la llamo puta a la vez. Pero vamos, nunca le hizo falta llegar a ese extremo.

Yo quiero volver a la infancia, quiero ser poderosa y manipuladora (más). Y quiero ser la reina de la casa y que se me obedezca, como a esos niños que salen en la Súper Nanny. Quiero tirarme por el suelo tirándome de los pelos para que mi madre me amenace con algo que al final no hará, quiero dedicarme a tirar todos los cojines de los sofás por los aires, a mover muebles de sitio rayando todo el parqué, a tirarme la comida por la cabeza y a decirle a mi madre que es una asquerosa, que la odio y que me haga las maletas que me voy de casa, quiero volver loca a mi madre y disfrutar viendo como acaba cediendo en todo lo que a mí me da la gana.

Pues sí, cada vez que veo la Súper Nanny me doy cuenta de la infancia tan aburrida que tuve. Todo el día jugando tranquila en mi cuarto con mis juguetes, sin una triste televisión rosa de princesas en mi propio cuarto y 5 consolas distintas a mi disposición, sólo un triste centro comercial de Pin y Pon con el que me tuve que conformar horas y horas. Ni una sola rabieta, ni un sólo "asquerosa" que llamar a mi madre, siempre tranquila, jugando con ella durante horas a juegos de mesa de los que me traían los Reyes porque me portaba bien. Y todos los domingos, ¡qué domingos más aburridos!, por la mañana al Retiro con mis padres y mi hermano y después, a comer tranquilamente en casa de mis abuelos, ¡qué aburrimiento!, y encima, me ponían la comida y yo, pues me la comía, ¡si hubiera sabido entónces que podía tirarla por los aires mientras gritaba y pataleaba, tirando al suelo todas las cosas que veía a mi alcance...!, pero no, yo me comía la comida de mi abuela y después me sentaba tranquilamente con ellos a que mi abuelo me contara un cuento o me hiciera un dibujo, ¡menudo aburrimiento!.

Yo nunca llamé "puta" a mi madre, nunca tiré cosas al suelo, nunca vacié los cajones para fastidiar a mis padres, nunca grité ni pataleé porque no me daban lo que quería, nunca les insulté y nunca les pegué. Yo, como una tonta, me portaba bien y me dedicaba a jugar con mi madre, a leer cuentos, a hacer puzzles...

Qué diferente es la infancia que yo tuve de la infancia que tienen ahora los niños. Está claro, ahora se lo pasan mucho mejor, no cabe duda...

4 comentarios:

Dana dijo...

Me gusta pensar que la mayorìa de los niños tienen la misma infancia que tuvimos nosotras, pero claro, ese tipo de niños, no crea audiencia...nadie se imagina un Gran Hermano, en el que todos fuesen profesionales y educados...lamentablemente, mientras mayor sea el escàndalo, mayor es el èxito de los programas. De cualquier forma, yo confìo en que son una minorìa, pero tan impresionante y horrible que nos deja incluso extasiados.

Unknown dijo...

caput974Yo tambien he tenido una infancia tranquila pero feliz.Siempre en familia,con amigos y jugando sin parar,practicando tenis..........Tan poco era de las que insultaba a mis padres y se salia con la suya.Creo que la clave esta ,en que los adultos son los que lo tienen que tener claro y no ceder ante los chantajes continuos de los niños.La clave tambien esta en tener unos padres y abuelos por suerte maravillosos como los que he tenido y tengo.....

Unknown dijo...

caput974Yo tambien he tenido una infancia tranquila pero feliz.Siempre en familia,con amigos y jugando sin parar,practicando tenis..........Tan poco era de las que insultaba a mis padres y se salia con la suya.Creo que la clave esta ,en que los adultos son los que lo tienen que tener claro y no ceder ante los chantajes continuos de los niños.La clave tambien esta en tener unos padres y abuelos por suerte maravillosos como los que he tenido y tengo.....

mamá dijo...

Sí hija, sí...así es...ya verás qué bien se va a criar Abril jugando todo el día con su madre ( y su padre, que lo sé) al juego de llaamr a los chicos por teléfono..¿te acuerdas? :-)

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