miércoles, 31 de marzo de 2010

La primavera la sangre altera

Parece que está empezando a llegar el calorcito. Y digo parece, porque en una de esas veces que te confías, te viene una helada que te deja en el sitio.

Ayer abrí la puerta de mi jardín para respirar un poco de primavera (y AAAACHIS!!, por supuesto) y observar las plantas que con tanto ahínco plantamos el año pasado. La palmera está gris, las margaritas parecen sacadas de una peli de Tim Burton y la morera dejó de ser morera para convertirse en un palo. Parece que alguien se ha colado en mi casa y ha fumigado mis plantas con gas mostaza o algo así. Vamos, que el alicatado del baño tiene más vida que mi jardín.

Total, que reflexiono sobre cuánto trabajo me queda por hacer hasta que llegue el verano. Por un lado, tengo que trabajar para que mi jardín deje de parecer un cementerio vegetal, y por otro lado, lo mucho que tengo que coger la bici todavía, porque como no baje la lorza, para bajar a la piscina en vez de bikini voy a tener que pedirle a mi padre la funda de la moto.

Y decidí hacer vida primaveral y sacar a mis perros (a Juno y a Banjo, el perro de mi hermano que ha venido a pasar sus vacaciones con nosotros) y dar un paseo con ellos por el pinar. Ahí íbamos las dos, Janire y yo (mi vecinita de 10 años) tranquilamente paseando. Y yo, en mi papel de hermana mayor que ella no tiene, le iba dando la charla que toda mujer debe recibir en su pre-adolescencia:


- Janire, mamá ya ha hablado contigo y te ha dicho que no hay que hablar con ningún extraño, ¿verdad?

- Sí, ya lo sé

- Y también sabes que hay que tener mucho cuidado con la gente que te quiere dar un caramelo, ¿verdad?

- Sí

- Y también sabes que no hay que montarse en el coche de nadie, ¿verdad? que es muy peligroso...

- Sí. En mi cole me han contado que en el pueblo había dos niñas que las metió un señor en un coche y les hicieron una cosa, pero no me acuerdo lo que era. En mi cole lo dicen todo el tiempo. No me acuerdo del nombre, pero creo que empezaba por V...

- Eeeh... ejem... ¿violarlas?

- ¡Sí, eso! pero no sé lo que es...

- Eeeeehhh... bueno, verás... ¿te ha contado mamá cómo vienen los niños?

- Sí, pero ahora no me acuerdo


Así que, sudando la gota gorda y con una risa nerviosa con la que Freud habría hecho hasta natillas, me puse a explicarle cómo vienen los niños y lo que significa "violar". Y yo me pregunto ¿quién me manda a mí abrir ese melón? ¡con la de tiempo que me queda a mí hasta que se lo tenga que explicar a mi hija!. En fin, qué ganas tengo de que el ser humano involucione y volvamos a comunicarnos a base de gruñidos. Que total, mirando al congreso y Gran Hermano, yo creo que tampoco nos queda tanto.

Al menos me dio tiempo a terminarle el relato antes de que mi perra divisara a lo lejos una liebre y se apresurara en seguirla. Yo me imagino que la seguía a ver si por casualidad se encontraba el País de las Maravillas detrás del conejito, porque si lo que quería era cazarla, desde luego era para llevarla a casa a pescozones.

Total, que se nos perdió Juno, y después de mucho tiempo buscándola, tuvimos que ir a buscar a Luismi a casa para que nos ayudara. Dejamos a Abril en casa de un vecino y ahí nos fuimos los tres, a buscar a la rata.
Nos metimos por el pinar, y una vez que estábamos bien dentro, Luismi decidió que lo mejor era dividirnos. Él se fue por un lado, y nosotras por otro.

La pobre Janire me agarraba el brazo como si me lo quisiera arrancar. Claro, después de la charla que le había dado a la pobre sobre los peligros a los que nos exponemos las mujeres, yo creo que pensaba "igual me raptan, pero yo el brazo de ésta me lo llevo". Yo, otra vez en mi papel de hermana mayor, no hacía más que repetirle "Jani, que no pasa nada cariño, que estamos al lado de casa y no nos va a pasar nada", y ella decía "ya, ya lo sé Patri, porque además YO SÉ KARATE, ¿¡EEH!? ¡¡ASÍ QUE CUIDADO CON NOSOTRAS!!".

Total, que Luismi llamó a la poli por si aparecía el bicho y nos fuimos a casa. Y en cuanto dimos la vuelta a la esquina...

"¡¡¡MIRA PATRI, JUNO!!!"

Y ahí estaba la rata, en la misma puerta de casa y mirando hacia dentro, con cara de estar pensando "¡jolín, vaya horas! ¿¿en esta casa no se come o qué??".


Y ese ha sido mi primer contacto con la primavera. En menos de tres horas perdí a mi perra, le expliqué a Janire lo que es el sexo y le descubrí el lado oscuro de el ser humano. Vamos, que no sé qué le contaría a su madre, pero dudo mucho que me la vuelvan a enviar para que la cuide...

sábado, 27 de marzo de 2010

Una historia de acosos y prejuicios

¡¡¡¡NO PUEDO MÁS!!!! ¡¡estoy harta!!

Todos los días, TODOS, desde que tuve a Abril me llaman, me mandan e-mails, mensajes de texto, publicidad al buzón, TODO tipo de publicidad de revistas para padres.

Nunca me he interesado por ese tipo de revistas, me parece que son un 80% publicidad de todo lo más caro, y un 25% de artículos escritos por un "psicopedagogo", que por su nombre más que un psicólogo de niños parece un psicópata de los niños, cuyos reportajes son antinaturales y de todo menos realistas:

"Si tu hijo llora sin parar es porque todavía no se ha adaptado al entorno que le rodea, no lo olvides, ¡él también es nuevo en esto!, cógele en tus brazos y acaricia suavemente su pelo mientras le arrullas, así él entenderá que no hay peligro y se creará un vínculo entre la madre y el bebé mucho más fuerte."

¡¡Venga hombre!! si tu bebé llora, no necesita ni vínculo madre e hijo ni leches, ¡necesita un biberón como una casa o tirarse un pedo que se oiga en Estambul!, ¡¡y ni que le cojas, ni que le arrulles ni que le bailes una muñeira!!. ¿Quién leches escribe estas cosas? vale que a veces algún reportaje está bien y te echa un cable en alguna dudilla, pero sinceramente, estas revistas tratan a las madres como si fuéramos seres sin intuición ninguna y por eso necesitamos los consejos de los psicopedagogos para que nos hablen como a máquinas programadas que nunca perdemos los nervios ni nos desesperamos con nuestros bebés, porque somos todo amor.

Cuando terminé mis clases de preparación al parto me dieron una canastilla y en el hospital me dieron otra, y yo, inocente de mí, rellené todos los panfletos para que me mandaran muestras de todo. Y ahora lo estoy pagando. Todos esos panfletos en los que tienes que poner tu teléfono, tu móvil, tu segundo móvil por si hay una urgencia, tu dirección del trabajo y hasta tu DNI. Eso es algo que nunca he entendido. En todas las suscripciones a todo en esta vida tienes que poner tu DNI, ¿por qué? ¿¿para qué leches lo quieren??. Total, que ahora soy víctima de una avalancha constante de publicidad que me llega por todos los lados, pero bueno, al menos mis 3 emails diarios de la revista Mi bebé y yo ya llegan directamente a mi bandeja de Correo no deseado, pero ¿cómo leches me escapo de las incesantes llamadas de teléfono que recibo semanalmente para ofrecerme suscripciones anuales? el otro día me llamaron para darme un curso telefónico sobre primeros auxilios al bebé, ¡¡y yo ahí escuchando como una idiota qué hacer si mi bebé se traga un teléfono!!. En un momento le dije que estaba bastante liada y no estaba muy interesada en la charla, y claro, ahí es cuando vino eso a lo que una madre está condenada a sufrir constantemente: el prejuicio y la acusación de que eres una pésima madre.

-Ah, ¿qué no está usted interesada en cómo prevenir accidentes caseros con su bebé?

-Bueno verá, esque me pilla un poco mal ahora...

- Hombre, supongo Patricia que usted querrá prevenir todos los peligros a los que su hijo esté expuesto, ¿no es así? ¿no quiere usted prevenir esos peligros? o quizá es que usted no se ha planteado el riesgo que es para su hijo que usted no tome medidas de seguridad en su hogar...

- No... bueno... yo...

- Pero bueno, no hay problema, si usted no tiene tiempo ahora, pues ya la llamamos en otro momento, o quizá su marido sí estaría interesado en escuchar nuestro cursillo telefónico, quizá él si sea consciente de todos los riesgos que supone el hogar para su hijo. ¿Está su marido en casa?



Así que me puse a escuchar el maldito cursillo de "Cómo conseguir que su hijo no meta los dedos en el enchufe y se fría" cuando depronto ¡¡PLOFF!!, Telefónica decide devolverme todos los favores que me debe y se corta la llamada. Gracias Navalcarnero por tu mala cobertura de línea.

Y cuando te llaman para ofrecerte suscripciones anuales y tú les dices que no estás interesada en absoluto, muy lejos de dejarte en paz, al colgar te dicen : "muy bien, volveremos a llamarla un poco más adelante por si lo consulta con su marido y se lo replantea. Gracias".
Yo creo que lo que en realidad están queriendo decir es: "sí sí bonita, te dejo un poco más de tiempo a ver si tu hijo, que es un cafre como todos los demás niños, se te cuelga de la lámpara y entonces, cuanto la desesperación y la agonía te lleven a plantearte la ligadura de trompas casera, te des cuenta de la falta que te hacen los consejos de nuestro psicopedagogo..."

En fin, que mis clases de preparación al parto me sirvieron para entrar en la maternidad sabiendo ciertas cosas que una madre debe saber. Pero esto... ¡de este acoso no me había advertido nadie!

viernes, 26 de marzo de 2010

Yo exijo

Reivindico mi derecho a cobrar 1 euro de las arcas públicas cada vez que una señora me dice "¡vas tú mu fresca!". Si hubiera cobrado ese euro hasta ahora, ya me habría comprado la Mansión Playboy, o Ambiciones, o tendría una cuenta en algún paraíso financiero.

Sacar al perro en jersey NO es "ir mu fresca". Tengo 27 años y capacidad para decidir si quiero morir de congelación al sacar al perro.

O todas las señoras me dejan en paz, o el Gobierno me da una ayuda por ello. Es mi derecho.

jueves, 25 de marzo de 2010

Navalcarnero, trágame

Mi madre siempre dice que le encanta haber vivido situaciones bochornosas en sus propias carnes porque se puede reír durante años de aquellos momentos. Yo afortunadamente no soy la típica persona que suele hacer el ridículo a menudo, pero las veces que lo he hecho, aunque luego me haya reído muchísimo, no me ha resultado algo agradable. Hubiera preferido que le hubiera pasado a cualquier otra persona y reírme igual, la verdad.

Sin embargo, el momento más embarazoso de mi vida, la más bochornosa e incómoda de las situaciones, no fue por algo que me pasó a mí, pero a veces las cosas desde la grada se viven más intensamente que desde las tablas:



LA SITUACIÓN:

Un amigo nuestro viene a visitar nuestra casa con su chica, a la cual conocemos poco, muy poco.

ELLOS:

Él, extrovertido y dicharachero. Ella, tímida, calladita y muy correcta.

NOSOTROS:

Encantados de la vida de disfrutar de la agradable compañía de un amigo y su nueva chica, ofrecemos despliegue de picoteo y les obsequiamos con nuestras mejores sonrisas con el fin de que se sientan cómodos como para considerar visitarnos de nuevo en un futuro próximo.

EL MOMENTO:

Disfrutamos de una agradable tarde de risas y de una entretenida conversación, cuando él pregunta por el servicio. En mi casa hay nada menos que 3 servicios, pero por comodidad y rapidez, le mostramos el camino al cuarto de baño de abajo, situado muy cerca del salón, donde nos encontramos.

Él cierra la puerta, pero al parecer no lo suficiente, porque enseguida todo el salón se llena de un retumbante ruido de un chorro interminable cayendo en el agua. Nosotros tres fingimos que no estamos oyendo nada y ponemos cara de arbusto, sin embargo somos incapaces de articular palabra.

El chorro continúa, cuando de pronto es interrumpido por unos estruendosos, estridentes e interminables sonidos, que fácilmente se adivinan como pedos.

Nosotros en un estricto silencio, contenemos la respiración ante aquella circunstancia tan desorbitadamente incómoda, mientras por mi cabeza lo único que se me pasa es si el protagonista de aquel festival sonoro se estará dando cuenta de que el sonido es un fenómeno capaz de alcanzar muchos metros a la redonda, y mi salón le pilla de paso.

Los estruendos continúan, haciendo aquellos minutos los más largos de nuestras vidas, especialmente los de aquella chica, cuya cara iba adoptando un intenso tono violeta.


EL DESPUÉS:

Los estruendos terminan, oímos la cadena, y mientras a nosotros tres nos va brotando una angina de pecho pensando en la embarazosísima conversación que estamos a punto de mantener cuando él vuelva y mencione lo ocurrido, la tensión se hace rebanadas ella solita mientras silba una bonita melodía al compás de los pasos de él, que aparece con una sonrisa alegre y despreocupada, mientras dice tranquilamente:

"¿Alguien quiere más cerveza?"


Nosotros, que estamos a punto de darnos la vuelta como un calcetín de tanto contener la respiración, esperamos en silencio a que aparezca una voz en OFF que diga: "La diferencia en ciertas parejas entre el hombre y la mujer, además de lo evidente, es el concepto EN CONFIANZA".


DESPUÉS DEL DESPUÉS:

El resto de la tarde transcurre de manera aparentemente normal, de lo más agradable, a pesar de los sudores fríos de la pobre chica que, previsiblemente, hoy en día no es la novia actual del amigo.

Como de todo en esta vida hay que sacar algo en claro, nosotros decidimos que nuestra moraleja ante aquella experiencia tan intensa sería nombrar el cuarto de baño del segundo piso "Baño oficial para las visitas". También aprendimos que la vergüenza ajena es mucho más cruel que la vergüenza propia, y yo, para eliminar secuelas psicológicas, me recé esa misma noche cinco Padres Nuestros y tres Ave Marías para dar gracias a las fuerzas superiores por haberme concedido el don del buen gusto a la hora de elegir marido.

martes, 23 de marzo de 2010

Operación: entrar en mis antiguos vaqueros

Ya ha llegado la primavera y con ella el buen tiempo. Y con el buen tiempo, he vuelto a coger la bicicleta para ser la que ríe la última en mi pelea con la báscula.

Ahí estoy yo. Con mis mallas, con mis guantes de ciclista profesional, con gafas de sol de mercadillo y mi Ipod. Dispuesta a recorrer como un rayo la distancia cuesta arriba que hace tiempo me propuse recorrer todos los días para volver a mi linea habitual. Y funcionó. Y a día de hoy ya habría mutado en mi antigua talla 38, lo cual es mi objetivo, si no fuera por el frente de frío que hemos tenido y que nos ha obligado a mí y a mis pancetas a quedarnos en casa.

Así que empezamos la carrera. Y unos acertados No Doubt sonando en mi Ipod me dan la caña que me hace falta para atravesar las cuatro rotondas de las que consta el recorrido. Allá voy, veloz como un relámpago...

Empiezo a todo tren, cantando en alto ya que no hay nadie a la vista y parezco más bien una monitora de spinning, de esas que se pasan toda la clase "¡¡VENGAAAA!!!, ¡¡¡ARRIBAAAA ESOS GLUTEOS!!! ¡¡¡YUJJUUUUU!!". Y cuando aún no he llegado a la segunda rotonda, a mis muslos se les enciende la luz de "poca batería" y empiezan a flojear, avisando que de un momento a otro van a transformarse en plastilina. Así que en un plazo de tres segundos paso de ser Jane Fonda a ser Jane Fondona.

En la tercera rotonda no siento los brazos ni las nalgas ni el bazo, que me lo debo haber dejado por ahí por la primera rotonda, y escucho una pequeña voz que viene desde mis gemelos que grita "¡¡mayday, mayday!! ¡¡abortar operación rotondas inmediatamente!! ¡¡nos estrellamos!!".

Para cuando llego a la cuarta rotonda ya no me acuerdo ni de en qué país estoy, porque todos los mecanismos de mi cuerpo se han puesto en huelga. Lo de repetir "no hay dolor no hay dolor" y mantener la imagen de Kate Moss en la cabeza para motivarme dejó de tener sentido cuando me adelantó el tercer abuelo en su paseo diario, aunque yo sigo intentándolo, pero estoy tan agotada que para agotarme menos me como alguna letra, a ver si ahorro energía. Así que acabo repitiendo "hay olor, hay olor", lo cual, obviamente, es una verdad como un templo.

Total, que sobrepaso la cuarta rotonda y es el momento de la victoria, el momento de dar la vuelta, el momento de la cuesta abajo. Parezco un tomate borracho y tengo la lengua igual que Oddie, el perro de Garfield, con lo cual me imagino la estampa vista desde la acera por donde circulan los transeúntes, pero yo me siento orgullosa de haber luchado contra los elementos un día más y haber superado la pereza.


Y mañana más....

domingo, 21 de marzo de 2010

3 meses

Hoy Abril cumple 3 mesecitos. Cómo pasa el tiempo, madre mía. Si parece que fue ayer cuando era una renacuaja que no llegaba ni a 3 kilos. Y ahora mírala, que parece que de un momento a otro me va a pedir la paga...

El otro día cuando fui a ver a Sergio al hospital tuve unos cuantos flashbacks. Recuerdo perfectamente esa sensación de la habitación llena con toda la familia por ambos lados, con padres, madres, hermanos, tíos y hasta el frutero, que no es familia, pero me toca las peras. Esa sensación de calor concentrado que tienen en las habitaciones de los hospitales y que dificulta la respiración, y tú ahí, sin duchar desde hace 48 horas y prácticamente en bragas mientras sigue entrando gente perfectamente arregladita, y pensando en que alguien podía tener el detalle de dejar de respirar a ver si tocamos a más aire.

Recuerdo la sensación de intentar de reprimir el instinto asesino contra las enfermeras, que cogen a tu bebé estrujándola y manoseándola como si fuera una pelotita antiestrés, zarandeándola con la mayor brusquedad, mientras tú coges a tu hija casi con pinzas porque crees que si la aprietas un poco más de lo debido se le quedará tu huella dactilar incrustada en la piel para toda la vida como si fuera una bolita de plastilina.

También recuerdo mirarla, mirar a Abril fijamente y hacer recuento de sus miembros vitales como si cada uno de ellos fuera un milagro por separado. "¡Tiene 10 deditos en las manitas!, ¡tiene orejitas!, ¡¡tiene hasta naricita y todo!!", porque hasta que no le ves la cara no eres del todo consciente de que lo que tienes dentro de la tripa es una personita pequeña de verdad.

Recuerdo todo eso como si fuera ayer, porque aquel día fue el día más impactante de toda mi vida.

Pero no, no fue ayer, fue hace 3 meses. Hoy hace ya 3 meses.






sábado, 20 de marzo de 2010

¡Bienvenido pequeño!



Por fin ha nacido el primo Sergio.

Ayer estuvimos en el hospital para conocerle. Sergio se hizo de rogar muchísimo, llegó con más de una semana de retraso y nos tuvo a todos en vilo todo ese tiempo, pero afortunadamente está perfectamente sano y su mamá también. Sergio es un bebé precioso, y además es un auténtico santo que no llora nada, y cuando llora, casi parece más un susurro que un llanto de bebé. Igualito que Abril vamos, que se la oía desde la sala de espera.

Desde aquí les deseo a sus papás toda la felicidad del mundo en su nueva aventura, y sobre todo, muchas más horas de sueño de las que nos ha traído Abril.

¡Bienvenido al mundo, pequeño!

miércoles, 17 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

Búsqueda en Google desde Beverly Hills, California

Alguien ha entrado en mi blog desde la búsqueda en Google "le ha salido mi perro una hernia cerca del ojete".



Estimado amigo amante de los canes:

No creo que mi blog te haya servido de mucha ayuda para tu problema. Si yo tuviera la solución a semejante dilema cobraría por ella, no te quepa duda.

Cierto es que a veces internet es de mucha utilidad para ciertas consultas, pero en tu caso querido amigo, o mejor dicho, en el caso de tu perro, creo que deberías llevarle a que le viera un profesional, bien un profesional de los perros, bien un profesional de las hernias, bien un profesional de los ojetes, pero la verdad, he chequeado lo que sale en Google con tu búsqueda y ninguna de las páginas que aparecen tiene ningún contenido interesante para tu problema, ya que si juntas las palabras "perro" y "ojete", da pie a cierto tipo de páginas de muy mal gusto y de contenido básicamente ilegal. Por suerte no le he dado a "buscar imágenes" por equivocación.

Te agradezco la visita, y aunque los perros son un tema frecuente en éste, mi espacio, me temo que no es el foro adecuado, ya que por aquí nuestros ojetes disfrutan de una excelente salud, a Dios gracias.

Desde aquí te recomiendo que quieras un poco más a tu perro y dejes su hernia en manos de un profesional, ya que el pobre animal no tiene la culpa de que su dueño no sepa muy bien cómo se utiliza Google.

Saludos

Beautiful Stranger

sábado, 13 de marzo de 2010

6 cosas que he descubierto al tener un bebé

- Todo lo que tenga que ver con el bebé ha de ser obligatoriamente pequeño: su babero no es de ranas, es de "ranitas", el vestido no es de flores, es de "florecitas", no lleva un peto, lleva un "petito" de "conejitos"...

- A las viejas les da igual que tu hija vaya hasta arriba de rosa, con un lazo y un vestido: si no lleva pendientes, es un niño.

- Una vez que tienes un bebé, todos los que tú creías tus amigos y gente de confianza desaparecen de tu vida. Sin embargo algunas personas que tú no considerabas de especial relevancia en tu vida, te sorprenden gratamente interesándose muchísimo por el bebé y por ti.

-A los chinos les encantan los bebés. A todos. Cada vez que entro en una tienda de todo (ejem) a 1 euro o en un restaurante chino, tengo que ir chino por chino contando cuánto tiempo tiene mi niña, que es muy buena, que nació con ese pelo tan largo...

- Cuando le hablamos a un bebé, todas las mujeres adoptamos voz de Chikiprecios.

- En el embarazo todo el mundo quiere ayudarte. 5 personas te ofrecen su asiento a la vez, todo el mundo te quiere llevar las bolsas... sin embargo con el carrito, todos huyen despavoridos, se te cuelan por todos lados para pasar antes que tú y jamás nadie se ofrece a abrirte una puerta. Por no hablar de ayudarte a subir unas escaleras...

martes, 9 de marzo de 2010

Los Pepes

Ayer vinieron a comer suegra y suegro. En realidad no vinieron a comer, vinieron a coserme todos los bajos de las cortinas de la casa, porque un día le pregunté a suegra que cómo lo hacía ella sin que le salieran torcidas.

Mis suegros son dos personajes. Dada la edad que tienen, son del tipo de gente que habla durante horas sin decir nada, simplemente hilando unas frases con otras, y así ellos son felices y se entretienen. Y yo me entretengo profundamente al observarles, especialmente cuando ellos piensan que no estoy observando, como ocurría cuando íbamos a verles a su casa de la playa y yo me sentaba en el salón mientras ellos estaban en la terraza. Me sentaba a escuchar su rucu rucu. Qué bueno es estar de vacaciones.

El caso es que yo, cuando estoy con ellos, empatizo y me meto en su rollo, porque ya que vienen a coserme todas mis cortinas, se merecen que les tratemos bien y como les gusta, así que les doy conversación marujil.

Total, que suegra me pide que le ponga la telenovela, y yo, en mi proceso de empatización con suegra, me trago la telenovela, es más, pregunto constantemente quién es cada uno y por qué son tan malvados los unos con los otros. Así que ahí estamos las tres, suegra, bebé y yo, viendo la telenovela mientra suegro y marido ponen alfileres en las cortinas de la habitación.

Y empezamos a hacer todo lo que hacen los jubilados: hablar sin parar.

Suegra: Rucu rucu rucu rucu rucu rucu porque Isabelita, que me crió cuando murió mi madre, tenía unas cortinas así, con esa tela, rucu rucu rucu rucu rucu rucu, porque la paellera aquella se me quedó pequeña y le tuve que pedir prestada a la vecina una mas grande porque ya éramos muchos, rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu, y claro, se acabó casando con el chico y se compraron un piso por ahí por donde los pisos esos de construcción nueva, rucu rucu rucu rucu rucu...

Y yo, que estoy intentando seguir la conversación mientras me entero de la telenovela, pues voy haciendo preguntas esporádicas:

Yo: ¿Pero que se casó con quién?
Suegra: Pues con el hijo de Carmelita
Yo: ¿Y quién es Carmelita?
Suegra: Pues la hermana de la madre de Amparito, que jugaba mucho con Luis Miguel cuando tenían 3 años, rucu rucu rucu rucu rucu rucu...

Total, que como veo que aunque lo intente no me entero, me dispongo a hacer exactamente lo mismo para experienciar esa maravillosa meta en la vida que es la jubilación, y desarrollo una increíble capacidad de abstracción, hasta ahora oculta en mí:

Yo: rucu rucu rucu rucu rucu rucu, y claro, ahora que he cambiado el color del cuarto, las sábanas se me han quedado obsoletas, rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu, y no sé qué voy a hacer, porque se me ha roto mi carrito de la niña y el vecino me ha dejado el suyo, pero tiene una rueda pinchada, rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu, pues mi madre dice que allí no está haciendo frío, ¡con el temporal que tenemos aquí!, rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu, y la cuna que me regaló tu cuñada me viene muy bien, pero esque el colchón es un poco duro y la niña se me queja, rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu rucu, yo esque lo lavo todo en agua fría, porque me da pánico la factura de la luz, rucu rucu rucu rucu rucu rucu...

Y experimiento un profundo placer en hablar sin pensar en si a la otra persona le importa lo que estás diciendo o si te está escuchando, y entonces es cuando entiendo por qué el ser humano se dirige hacia eso con los años. Y me propongo el invitar más a menudo a comer a suegra y suegro ya que, superados algunos baches del pasado, disfruto enormemente de su grata compañía. Y mientras voy al baño en el descanso de la telenovela, suegra aprovecha para barrer, fregar los tuppers y organizar el lavavajillas.


Y mientras hoy escribo estas líneas, depronto:

¡TARARÍ! mensaje de Messenger de marido:

"Oye, que voy para allá, ah, y que mi madre ha venido al trabajo a traerme un colchón que ha comprado para la cuna que nos regaló mi tía y unos parches para ruedas pinchadas. ¡¡Y también un pollo asado!!"


Conclusión: No sólo puedo hablar con suegra de lo que me dé la real gana sin cortarme, si no que además, suegra escucha atentamente, apunta y actúa. Yo cuando sea mayor quiero ser como ella, es mi ídolo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Bailar pegados es bailar...



...igual que baila el mar con los delfines...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Tardes de diversion








... y esto es lo que mi hija disfruta de su hora del baño.



Lo bueno es que para contrastar, despues de semejante llanto se queda suave como un guante y se deja hacer de todo. En el caso de hoy, todo tipo de peinados:

Peinado Cresta


Peinado Hitler


Peinado Susto




Que bonito es ser padres....

martes, 2 de marzo de 2010

Mi vida como ama de casa

Luismi ya ha empezado a trabajar en su oficina, abandonando oficialmente la residencia conyugal todos los días desde muy tempranito hasta la hora de comer. Y yo no es que esté triste, esque soy gelatina en estado puro.

Cuando Abril está despierta la vida es todo un jolgorio, pero cuando consigo que se duerma después de intentarlo con toda mi energía, vago por la casa gimoteando "nadie me llama", "nadie me manda un email", "nadie me quiere", "el blog no se actuliza sólo", "la bolsa de basura de cacas de Abril no sabe ir sóla hasta el contenedor", "la tele me odia", "¡ay qué solita estoy!"...

Y me pregunto por qué pongo tanto empeño en que mi hija se duerma, si cuando está dormida lo único que hago es hacer la fotosíntesis mientras me castigo a mí misma poniendo la música más triste que encuentro. María Dolores Pradera, en el caso de hoy. Esto debe ser grave.

Y después de un largo proceso de autocompasión he pensado en John Cobra y en que su vida es más triste y encima es más bajito. No sé por qué habré pensado en él en mi momento de soledad, pero supongo que es porque todavía no he podido superar su actuación en la famosa gala de candidatos a Eurovisión. No la actuación de la canción, si no la que ofreció inmediatamente después. Y me consuelo al pensar que si yo soy ridícula deambulando por la casa como un alma en pena, siempre hay alguien en quien fijarse para darse cuenta que en este mundo siempre hay algún piltrafa muchos niveles por encima de ti en cuanto a patetismo se refiere.

En el fondo estos días resultan de lo más provechosos. Reflejan muy bien la estupidez del ser humano cuando le sacas de la rutina a la que está acostumbrado.

Pero... *aysss* cuánto echo de menos a mi maridito....
Web Statistics