lunes, 31 de diciembre de 2012

Un nuevo pequeño Rossi






Aprovecho la última entrada del año para anunciar oficialmente que Eric, el nuevo miembro de la familia Rossi, aterrizó en el mundo el día 26 de diciembre después de un parto rápido e increíblemente fácil.

Eric es un bebé buenísimo que no da nada de guerra, lo cual para mí es completamente nuevo, y aunque aún está intentando adaptarse al entorno, en casa le hemos recibido llenándole de amor, especialmente su hermana, que como se puede ver en las fotos no se separa de él en todo el día y le cuida maravillosamente, ofreciéndole su propio chupete cuando llora o acariciándole para calmarle cuando tiene hambre mientras papá le prepara el biberón.


Por mi parte creo que hacía mucho, mucho tiempo que no me sentía tan feliz ni tan completa, tengo la familia más maravillosa del mundo y después de todo lo que significó el embarazo y sus consecuencias para mí, me alegra enormemente poder comprobar que todo eso quedó atrás y que es hora de pasar página para poder ofrecerle a Eric todo el amor que se merece.



Feliz, felicísimo año nuevo, querido lector...





sábado, 22 de diciembre de 2012

Feliz cumpleaños princesa...

Mi princesa ha cumplido hoy 3 añitos.



Hoy era el día que tenía la función del cole, a la que afortunadamente he podido asistir, porque verla tan llena de felicidad ha sido de los momentos más maravillosos de mi vida.

El día ha empezado tomando el desayuno en la cama con papá, que se ha cogido el día libre, lo cual ya ha hecho que mi niña muriera de emoción al compararlo con las insípidas mañanas de prisas y cola cao corriendo que solemos tener ella y yo solas. Su primer regalo del día ha sido un traje de fiesta violeta con falda de tul y unas horquillas de purpurina.... no quiero ni explicar su emoción cuando lo ha visto...

Después hemos ido al cole y nos ha cantado tres villancicos con su clase, dos de ellos en inglés. Ha habido algunos niños que se han puesto a llorar o que simplemente estaban ahí mirando a sus papás y pensando en las nubes sin moverse y otros que eran los reyes del mambo, bailando sin conocer la vergüenza y escenificando de maravilla. Mi niña ha estado en el punto justo entre medias, haciendo sus gestos y moviendo las manos fenomenal, pero con su vergüencilla, para comérsela. Eso sí, me ha encantado que se sabía los pasos de maravilla y no se ha limitado a imitar a la profe. Luego se ha despedido de nosotros feliz de la vida y se ha ido a clase, donde le han cantado cumpleaños feliz, le han puesto una corona que no se ha quitado en todo el resto del día y ha venido Papá Noel y les ha regalado plastelina, con lo que cuando hemos ido Mr. Rossi y yo a buscarla estaba al borde de la explosión de felicidad, y aprovechando ese tirón nos hemos ido al súper a comprar ingredientes para hacer una tarta, lo cual le ha hecho tan tan tan feliz que cuando ha llegado a casa su energía ha llegado a su fin como si de un móvil con el que llevas hablando todo el día se tratara y cuando íbamos a hacer la tarta me ha dicho muy seria: "mamá, quiero mamir...", así que nada, una siesta de 3 horas para reponer fuerzas...

Cuando se ha despertado le hemos dado su bici, que la cara que ha puesto cuando la ha visto ha sido de mandíbula al suelo, y cuando se le ha pasado un poco la ilusión después de moverse un poco por casa con ella hemos hecho su tarta, aparte de abrir el regalo de su bisabuelita y hablar con ella por teléfono, que también, como era de esperar, le ha hecho una ilusión mortal.

Haber hecho a mi hija pasar un día tan feliz y comprobar una vez más lo agradecida y especial que es y que todo en esta vida le hace ilusión, que no es como esos niños a los que sus padres les colman de regalos caros y les llevan a parques infantiles invitando a toda su clase para que encima se pongan hechos unos idiotas y acaben llorando por los nervios me hace pensar que tengo la niña más maravillosa del mundo y que sabe disfrutar de la vida con las cosas realmente importantes. Mañana le podremos la guinda al pastel estrenando la bici en el parque por la mañana y comiendo con los abuelos para soplar las velas, así que nos espera otro día de emociones intensas....


Aquí están las fotos del día, que hablan por sí solas de todo lo que he contado... ¿¿es mi niña lo más bonito del mundo o no??



Me dijeron que tenía que ir vestida de motivo navideño... ¿¿pero acaso estaría igual de feliz vestida de pastorcilla??









En su función del cole con la boca manchada por la galleta de chocolate y al lado de su amigo Adrián, el angelito...








Aprendiendo a usar su bici y montando los ruedines con papá






Haciendo la tarta





Terminando el día jugando un rato a los ponys después de cenar






miércoles, 19 de diciembre de 2012

Desperate Pregnant Housewife

Quedan sólo dos días para el cumple de mi niña y mi pequeño no quiere nacer. Yo le hablo y le hablo y le doy razones científicas por las que tiene que animarse pero nada, no hay manera de que salga. Vamos, que todo apunta a que los cumples de mis hijos, al igual que los de sus papás, van a coincidir.

Y yo me pregunto... ¿pero por qué? ¿¿que no hay días en el año o qué?? ¿¿ pero qué le he hecho yo a Murphy para que se agarre a mí como un imán?? ¡¡con lo tranquilita que estaría yo simplemente esperando a que llegara el feliz momento si estuviéramos en octubre, o en julio, o en cualquier época que no fuera cerca de las Navidades, jolines, que bastante tuve con rezarle a todos los santos hace tres años para que mi niña no naciera en Nochebuena, Navidad o Nochevieja!! y funcionó pero... ¿¿acaso no fue aquéllo suficiente agonía??, ¡vamos, que estoy por tener otro hijo el año que viene allá por septiembre para saber qué se siente pasando un embarazo tranquilo y sin vivir pendiente de las lunas llenas y de las cintas andadoras para que se adelante!, no hay derecho de verdad...


Desde luego como Eric se decida a nacer el mismo día que su hermana asumiré la evidencia y adoptaré al señor Murphy y a su ley como miembros más de mi familia y les pondré un plato en la mesa cada día, porque vamos, ya hay que tener ojo... ¡y al primero que me diga que así me ahorro una fiesta de cumpleaños le tiro el teclado a la cabeza! ¿qué le hace pensar a la gente que quiero ahorrarme una fiesta de cumpleaños? ¡tu cumpleaños es tu día, el único día del año en el que tú eres el absoluto protagonista! ¿¿qué tiene de chachi y de guay que sea el cumpleaños de alguien más y tengas que compartirlo??, vamos, la gracia que me hace a mí tener que felicitar a Mr. Rossi todos los 15 de enero, con lo que a mí me mola mimar, que soy de las que en el día de tu cumpleaños te llevo el desayuno a la cama, vamos a comer a tu restaurante favorito y me paso todo el día dando sorpresas pequeñas porque es TU cumple, TU día, TU momento... y por ende en MI cumpleaños exijo lo mismo, es MI día y pienso pasármelo a la sillita de la reina y no se hable más..., ahora, ya se lo he dicho a Mr. Rossi, este año cumplo 30 años, este año ya se puede ir buscando otra fecha, que hay muchas para elegir, porque este año es MÍO, ¡mío mío mío!, ya renunciaré yo a mi día cuando él haga 40, ea...



Vaya, que al paso que llevo nace antes el niño Jesús que mi niño, o se acaba el mundo y yo sin parir, o quizá ahora que lo pienso la teoría de que no se acaba el mundo y lo que se acaba es un ciclo es cierta, igual coge mi niño y nace el 21 de diciembre y resulta que es El Salvador y viene a cambiar el planeta y a salvarnos a todos de la crisis, o igual lo que pasa es que el ciclo cambia para mal y resulta que es el Anti Cristo y me sale un niño tipo Damian o el niño boy-scout de Up... aunque bueno yo cada vez que veo la Super Nanny o voy al parque pienso que esos roles ya están cogidos, así que prefiero quedarme con la teoría de que mi peque va a ser el nuevo Mesías y nos va a salvar a todos, aunque putée a su hermana y a su mamá, que se va a perder la primera función del cole de Abril y ya está organizando una cuadrilla de abuelos armados con cámaras a dos manos para que graben a mi niña desde todos los ángulos posibles para que no me pierda nada mientras canta su villancico el día de su tercer cumpleaños vestida de princesa con una corona y con sus bolsas de chuches para repartir a sus compis. El caso es que en la circular dice que vayan vestidos de motivo navideño, pero mi niña va a ir de princesa porque es su cumple y lo de pastorcilla, ovejita o angelito como que no me motiva mucho, seguro que en el portal de Belén había alguna princesa por ahí suelta. Vamos, hay un Caganet y un huevo de ovejas no va a haber una princesa, hombre ya....



En fin, seguiremos informando en directo sobre la decisión de mi niño entre ser Sagitario como su hermana o Capricornio como sus papás, mientras tanto yo sigo bailando Gangnam Style por los pasillos un par de horitas todos los días a ver si se cansa y se decide a salir. Y encima os creeréis que es broma. Si ya he dicho muchas veces que el embarazo es una pérdida constante de la dignidad de una, pues bailemos al coreano, total, ya qué me queda a estas alturas...




... si ya sabía yo que mi vida acabaría siendo un serial dramático a lo Edith Piaf... aynnnsss....

lunes, 17 de diciembre de 2012

La dañada imágen de un país desconsolado

Qué fácil es criticar a los americanos en momentos como éste. Qué fácil es decir de ellos que tienen lo que se merecen por su relación con las armas. Qué fácil es generalizar y hablar de ellos como masa, como insensatos, como locos. Qué fácil es sentirse superior a ellos desde nuestra posición, desde un país donde no hacemos masacres en grupo con una semi-automática.



Yo, como siempre digo, conozco muy bien la cultura americana. La conozco desde dentro, y no creo que todo el mundo pueda decir lo mismo. Hay gente que ha vivido en Nueva York por estudios durante unos años, o tiene que viajar a menudo allí por trabajo en viajes de una semana, o que le gusta la cultura americana y ha ido de vacaciones varias veces, visitando Los Angeles, Miami, San Francisco, Nueva York...


... y eso, desde mi punto de vista, no es conocer la cultura. Un irlandés que vive en un piso compartido en el Madrid de los Austrias y trabaja en un pub no conoce la cultura de nuestro país. Un americano que viene una vez al mes a una reunión y se aloja en un NH no conoce la cultura española, por mucho que su empresa le lleve a ver los toros y un Madrid-Barsa o a tomarse una buena paella con un tinto de verano. Esa gente puede conocer la ciudad, puede haber visto cómo somos, puede haber vivido la alegría española, haber comprobado que somos el segundo país más ruidoso del mundo, que Madrid es la única ciudad en la que te puedes encontrar un atasco a las 4 de la mañana... pero no conoce la cultura española, la manera de pensar general, el por qué somos como somos y hacemos lo que hacemos.


Yo tengo un padrastro americano. Tengo dos hermanastras, dos sobrinos, y muchos tíos americanos. Tengo amigos y gente con la que he hecho viajes dentro del país. Mi familia no es de Nueva York ni de Chicago, mi familia es de un pueblo de 14.000 habitantes en una pequeña región de Michigan. Un Springfield cualquiera, como me gusta decirle a la gente para que se haga una idea. Es un sitio donde no todo el mundo se conoce y no es difícil ver caras nuevas que no habías visto antes, pero si tienes un mal movimiento ten por seguro que tu reputación se verá afectada y la gente hablará de ti. No tiene el anonimato de una ciudad ni la falta de privacidad de un pueblo. Yo siempre lo comparo con Burgos, o León, o sitios en los que la vida es del estilo, para nada de pueblo pero tampoco son grandes ciudades. Mi madre lleva más de 10 años viviendo allí y yo misma he pasado largas, larguísimas temporadas allí, mezclándome con la gente, conociendo su manera de pensar, haciendo amigos de todas las edades y yendo a cenas en casas, mercadillos benéficos, ventas de garaje y a reuniones de universidad. También he pasado dos semanas conociendo sus dos ciudades más famosas y he comprobado la diferencia entre la vida de gran ciudad y la vida provinciana. Creo que puedo decir que conozco la cultura americana a fondo, lo cual me hace conocer los errores de su cultura como nadie. En Estados Unidos hay cosas que amas y cosas que odias, cosas que admiras y cosas que no te entran en la cabeza en absoluto. Hay facetas de su cultura que no entiendes cómo no han llegado todavía a nuestro país por sus fantásticos resultados y muchas otras cosas que no entiendes por su innegable falta de sentido común.


Sin embargo es, desde mi punto de vista, un país digno de admirar. Pero una vez cada cierto tiempo tenemos que verlo en todas las portadas por horribles desastres como el del último viernes en Connecticut. Un loco entra en una escuela y mata despiadadamente a niños y profesores, suicidándose después. Y entonces todos nos volvemos locos criticando a los americanos y su relación con las armas. Como si todas estas horribles matanzas que tanto daño hacen fueran problema de "las armas".


Estos horribles sucesos NO suceden por "las armas", estas cosas suceden porque hay un loco al que se le ha ido la cabeza, y ÉL es el causante de la matanza, el arma es simplemente su manera de llevar a cabo su locura.


Todos hemos visto Bowling for Columbine, todos escuchamos cada dos por tres que comprarse un rifle o una pistola para llevar en el bolso es tan simple como entrar en una tienda o en unos grandes almacenes, demostrar que tienes más de 18 años y pagarla. Así de simple. Como comprar un paquete de tabaco o una cerveza, igual. Pero es mentira, es una pura mentira, y sé de lo que hablo.


No voy a negar que las armas en Estados Unidos son mucho más comunes que en cualquier otro país, eso es cierto, pero de verdad que no entiendo por qué al señor Michael Moore y a los periodistas que hacen los reportajes siempre se les olvida mencionar que en Estados Unidos, exactamente igual que en el resto del mundo, para conseguir un arma tienes que sacarte tu licencia. ¿Que en un examen psicotécnico nadie va a poder comprobar tu grado de locura para saber con certeza que sólo vas a usar tu escopeta para caza, no para matar a nadie?, por supuesto, pero eso es exactamente igual en España. Aquí tenemos el mismo acceso a comprar armas que tienen en Estados Unidos, no nos engañemos.


Me sigue pareciendo una tremenda hipocresía que cada vez que pasan estas cosas en Estados Unidos se nos olviden las locuras que se comenten aquí. Twitter, la red social más criticona, sarcástica y cínica de todas, arde en comentarios ofensivos y burlones anti-americanos cuando pasan estas cosas. En lugar de sentirnos apenados por ellos, de lamentarnos por su terrible desgracia y de solidarizarnos con el país al que todos querríamos parecernos, nos reímos de ellos, les miramos por encima del hombro y hablamos de ellos en tono de "se lo merecen".


Me parece muy curioso que se nos olvide todos los perturbados que tenemos aquí. Se nos olvida el caso de José Bretón, un hombre que mató a sus dos hijos de 6 y 2 años, quemó sus restos en una barbacoa y que todavía sigue negando su crimen, a pesar de la obviedad de las pruebas. También se nos olvida que hace sólo unos días aparecieron tirados por la calle los restos de una mujer descuartizada por una compañera de trabajo por problemas de dinero. O tampoco nos acordamos de un hombre que por pura desesperación por sus problemas económicos entró en un bar y disparó directamente a la cabeza de dos personas, padre e hijo, que estaban tranquilamente tomándose un café. Se nos olvida también la madre que mataba a sus bebés recién nacidos metiéndoles en el congelador. Ignoramos todos los maltratos a personas mayores que suceden en miles de residencias de ancianos clandestinas, y olvidamos también a todos los adolescentes que han matado con palizas a compañeros de colegio, o los que quemaron viva a una mendiga, o los que violaron y atropellaron pasándole varias veces por encima con el coche a una niña con un retraso mental. Depronto en otro país un perturbado hace de las suyas y se nos olvida que aquí tenemos crueldad de sobra, simplemente no tenemos acceso tan fácil a las armas.



El problema NO son las armas, el problema es el poco caso que se le hace a la gente potencialmente peligrosa, la gente con perfil psicópata, la gente que demuestra una actitud fría y maltratadora desde un principio. La gente como José Bretón, al que todo el mundo define como alguien despiadado y con una necesidad absoluta de controlar  a sus allegados, especialmente a su mujer, y el cual no había mostrado amor por sus hijos ni un sólo minuto de su vida. La gente como Noelia de Mingo, la médico que un día cogió un cuchillo en el hospital y mató a tres personas al azar y que todo el mundo sabía que era esquizofrénica, habían visto hablando sola y riéndose mientras escribía en el ordenador con éste apagado y que vivía obsesionada con que todo el mundo la espiaba y grababan sus conversaciones. Esa gente está suelta, trabajando mentalmente en sus planes de venganza, y desde luego NO son el típico "vecino amable que siempre saluda".

Yo misma he comprobado la falta de eficacia ante esos casos, ya que durante un mes viví puerta con puerta con un loco psicótico que golpeaba nuestra pared con un martillo, espiaba nuestras conversaciones retransmitiendo todo lo que hablábamos en escritos que repartía al administrador, al presidente de la comunidad y a parte de los vecinos, que sabía cuando entrábamos y salíamos, cuando nos duchábamos o cuando me quedaba sola en casa. Un hombre que estaba obsesionado con que el portero de la finca, el cual vivía con pánico según me contó personalmente, le espiaba y leía su correo y le tenía amenazado. Un hombre que tenía un millón de denuncias en su contra, pero que simplemente no recibía las notificaciones de juicio porque jamás abría la puerta a nadie y no se presentaba a los juicios. Un hombre que intentó tirar a un pintor por su balcón, un piso 11, simplemente porque éste pisó su barandilla para seguir pintando la fachada, según nos contaron algunos vecinos. ¿Y qué hace la justicia ante una persona así?. Nada, absolutamente nada. Le llaman y no contesta, le envían certificados para que acuda a juicio y no los recoge, la policía le llama al timbre y no abre... así que se lavan las manos, dejan que viva tranquilo atemorizando a todo el que tiene al lado. Es gracioso como si tú te saltas un semáforo la ley te perseguirá hasta la muerte, pero si vives amenazando a toda una comunidad de vecinos durante años, la policía desiste fácilmente.


Y eso es lo que ocurre en este mundo, en cualquier país que se preste, que las autoridades no hacen nada hasta que el daño ya está hecho, como ocurre con las mujeres maltratadas. Y ahí es donde reside el problema real de la matanza de Connecticut, de la de Columbine, de la del cine de Denver y de todos los locos psicóticos que matan despiadadamente a la gente aquí en España, y NO en las armas. Está claro que en Estados Unidos hay un tremendo problema con las armas, no voy a negarlo, pero yo puedo asegurar de primera mano que la gente de a pie opina exactamente lo mismo que yo sobre tener un arma en casa, porque yo me he tomado la molestia de preguntarlo a algunas personas de confianza, y me han mirado con cara de... "¿¿estás loca?? ¿¿cómo vamos a ver normal el tener una semi-automática en casa??". Hay gente para todo en este mundo, y en España nos gusta ver cómo maltratan a un pobre toro, o incluso hay un pueblo por ahí cuyas fiestas consisten en arrancarle la cabeza a un pollo vivo desde un caballo, con lo que no es de extrañar que haya gente que considere que tener un arma en casa es lo más seguro para proteger a tu familia y no se pare a pensar en dónde puede acabar su munición en un ataque de locura repentino.


Ayer leí el relato en primera persona de la madre (americana) de un adolescente con problemas mentales y terribles problemas de agresividad. En él expresaba que tanto ella como sus hijos, más pequeños que el enfermo, vivían con miedo, y que sabían que un día, si nadie hacía nada por evitarlo, su hijo causaría un daño del mismo calibre que el de Connecticut. Ella había pedido ayuda al gobierno, a instituciones mentales y a un millón de personas con problemas parecidos, pero el gobierno le decía que lo único que se puede hacer en su caso es intentar que cometa un acto violento que pueda llevarle a la cárcel, y en las instituciones mentales le decían que no pueden obligar a un enfermo a tomarse su medicación y que no encierran a nadie que no haya causado ya un daño. Y ésa era la desesperación de esta madre, que lo único que se puede hacer con una persona potencialmente peligrosa es rezar por que el día que cometa un crímen sea lo suficientemente leve como para no hacer un daño irreversible, pero lo suficientemente grave como para poder encerrarle por ello, eso es lo único que les queda a las madres de los psicópatas reconocidos. Me impactó tremendamente dada la desesperación con la que estaban escritas sus palabras ya desde el título del relato, "I am Adam Lanza´s mother", Yo soy la madre de Adam Lanza (el asesino de Connecticut).



Podemos ser todo lo anti-americanos que queramos, pero criticarles cuando ocurre un suceso tan espantoso como el de Connecticut no nos hace superiores a ellos, la falta de empatía nos convierte en una sociedad deshumanizada e ignorante, pero en ningún caso superiores a una sociedad donde ocurren desgracias horribles.


Seamos sensatos, por favor...

domingo, 9 de diciembre de 2012

Más indignada que nadie

A mí no me gusta nada hablar públicamente sobre temas políticos de actualidad, especialmente cuando van en contra de la opinión popular, pero esque estoy muy cansada de que al final todo afecte a los que menos culpa tenemos y a los que menos podemos hacer para defendernos.



Situación indignante: revisión rutinaria de mi semana 36 de embarazo.


Pues resulta que allí me presento yo en el hospital, con mi marido que se pide sus horas libres en su trabajo para acompañarme, con la gracia que eso les suele hacer a los jefes, que me imagino lo contentos que estarán de que vaya a cogerse su baja de paternidad en pleno cierre del año, pero en fin...


Total, que voy al hospital totalmente ajena a la noticia de actualidad de que los médicos han decidido convocar una huelga indefinida contra la privatización de la sanidad. "No pasa nada", me digo yo al enterarme de la noticia, "mi última revisión cayó el día de la huelga general y tienen sus servicios mínimos y me atendieron normal, tendrán sus médicos de servicios mínimos hoy también".


Pues nada, voy con mi muestra de orina a que me la recojan y a sacarme sangre, que es lo que me tocaba, para que posteriormente me vea el médico en consulta, y resulta que cuando llego a entregar mi botecito le están contando a la señora de ochenta mil años que va delante mía que una de dos, o le dan cita para otro día para sus análisis o se tira ahí toda la santa mañana esperando a ver si pueden atenderla, pero que seguramente no la van a atender, que sólo hay dos enfermeras sacando sangre porque las demás están de huelga. La pobre mujer dice que cómo va a venir otro día, que ella tenía programado para hoy y que no puede venir otro día, y le dicen que es lo que hay, que si quiere esperar se va a tirar mil horas, pero que lo más seguro es que no le puedan sacar sangre hoy. Yo voy y pregunto... "perdón... ¿qué es lo que pasa?", y me dice la colega después de verme el tripón que no me preocupe, que a mí no me afecta, que a las embarazadas sí las están atendiendo. No sé si la pobre mujer decidiría venir otro día o pudrisrse ahí en la sala de espera, pero sea cual sea la opción que tomó me parece demencial que les hagan eso a la gente de esa edad, que la sala de espera estaba repletita, sólo porque los trabajadores están muy indignados.


Total, que efectivamente a mí me sacaron sangre, pero tuve que esperar dos horas, dos horas nada menos, y por supuesto aguantar la cara de asco y amargamiento de la enfermera que le había tocado trabajar (oh pobrecita) mientras se quejaba de la situación a voz en grito con la enfermera pringada número dos que estaba en la cabina de al lado, amargándole aún más el momento a otra pobre embarazada como yo.


Entre medias de eso, con todo lo que me tuvieron esperando, me subo a mi consulta, no fuera a ser que se me pasara la hora y encima me tirara ahí hasta las diez de la noche. Voy, como de costumbre, al banquito de enfrente de la puerta a esperar a que salga la enfermera a llamar a las pacientes y esas cosas, y veo que no hay nadie. La puerta está cerrada y no hay gente esperando fuera, es más, la luz de esa zona está apagada. Dos consultas más allá hay embarazadas esperando y me acerco, y cuando sale la enfermera, Amargada-porque-me-toca-currar número 3, le digo que qué pasa, que no hay nadie en mi consulta y que si esque me van a atender en otro lado. La enfermera me pide mi papel de la cita y me dice que mi consulta es la número 3, pero que esa consulta está cerrada, que el médico está de huelga y que me vaya a pedir cita para otro día. Yo, ojiplática, le digo "¿¿CÓMO??", y va la subnormal y sin más se da la vuelta y le pide el papelito a otra. La cojo del brazo y le digo, con todos mis sentidos puestos en echarle una mirada que yo creo que provocó cáncer a todos los que estaban a 10 metros a la redonda... "perdona, pero te estoy hablando", miro a la chica a la que se había dirigido y le digo "perdona un segundo, esque estoy hablando con ella y no he terminado", y vuelvo a mirar a la enfermera y le vuelvo a decir "estoy hablando contigo, ¿¿vale??".


Le digo que si no hay nadie de guardia que pueda atender a las que teníamos cita, que no me da la gana volver otro día, coger otro día en el trabajo y que quiero mi revisión de las 36 semanas como es mi rutina y mi derecho, creo que es lógico que una persona embarazada tenga su derecho a que la vea un médico para chequear que todo está en orden. Amargada número 3 me dice que lo siente mucho, que en mi consulta no hay nadie y que pida cita para otro día porque nadie me va a atender. Eso y que me vaya a atención al paciente, que a ver qué se puede hacer.

Así que le suelto el brazo a Amargada y me voy con los ojos reflejados en fuego a Atención al Paciente, donde me atiende Estoy-a-la-defensiva. Le cuento a la colega mi problema y me dice que, efectivamente, si el médico que me corresponde está de huelga, nadie me va a atender. "¿Y cuándo termina esta huelga, señora Estoy-a-la-defensiva?", pregunto yo cándidamente, y Estoy-a-la-defensiva me responde que es una huelga indefinida, que no se sabe cuándo va a haber médicos y que si quiero me puede dar otra cita, que la primera que le sale es para dentro de más de dos semanas, y que tampoco me puede asegurar que ese día no vaya a haber huelga.



.......




Así que ahí estamos, Mr. Rossi y yo cara a cara con la señorita Estoy-a-la-denfensiva, sumidos en un silencio inundado por una tensión con la que nos podíamos haber abierto la cabeza en un mal movimiento.


"¿Perdón?", decimos Mr. Rossi y yo prácticamente al unísono, y por supuesto yo informo a la amable señorita de que yo a esas alturas del año espero tener un bebé de por lo menos una semana y que quiero mi revisión. Ella me responde con tono de "hija por favor, qué histérica con tus hormonas" que me quedan aún cuatro semanas de embarazo, que no exagere y que es eso o nada.


Calaveras, culebras, signos de exclamación y muchos sapos empiezan a salir de la boca de Mr. Rossi, lo cual como todos sabemos es la mejor táctica para que los funcionarios ejerzan bien su trabajo e intenten solucionar tu problema, con lo que Estoy-a-la-defensiva se cruza de brazos, se echa hacia atrás en su silla y se pone a balancearla ligeramente de derecha a izquierda mirándonos fijamente sin decir nada en plan... "¿algo más?". Eso sí, antes de que nosotros hayamos podido recoger nuestra mandíbula del suelo, Estoy-a-la-defensiva nos dice "pero qué pasa, ¿que no sabíais que hoy había huelga? ¿que no habéis visto en las noticias que hoy había huelga de médicos o qué?", y yo, soltando humo por las orejas y adoptando un tono de piel verde aceituna, digo "pues no", a lo que ella me responde "pues chica, lo sabe todo el mundo".

Nos despedimos muy amablemente, no sin que antes Mr. Rossi le recuerde a la señorita lo sinvergüenzas, vagos y desastrosos trabajadores que son los que nos hacen esto a los pacientes, que somos los que estamos en desventaja, no sólo porque somos los que les pagamos, si no porque a mí nadie me preguntó si mi cita era rutinaria o venía por algún problema, lo cual podía haber sido perfectamente posible, simplemente me dijeron "ahí te pudras tú y tu bebé" y siguieron a lo suyo como si nada.


Así que nos vamos. Nos vamos del hospital sin que me vean, sin cita para una nueva revisión y con una mala leche que podría haber provocado una onda vital si lo hubiera intentado.



Y esque no lo entiendo, no entiendo las medidas que está tomando la gente para protestar por la masacre que está haciendo este gobierno. Me quedan tres semanas para salir de cuentas y no me va a ver ningún médico hasta que no me ponga de parto. Precisamente ahora que es cuando las revisiones deberían ser más frecuentes, cuando deberían estar más al tanto de cómo me encuentro y cuando deberían citarme para ver que todo está en orden, que mi bebé está preparado para nacer con todos sus organitos bien formados y mi placenta está sana y protegiendo a mi niño... justo ahora resulta que me tengo que aguantar y quedarme sin que nadie me vea, rezando por que todo esté en orden para que cuando llegue el momento no haya ninguna complicación, y supuestamente me tengo que creer que los médicos están haciendo todo esto porque están indignados porque con la privatización los pacientes vamos a tener muchos menos derechos, es decir... ¿¿estáis haciendo todo esto por nuestros derechos, los derechos del paciente??.


Yo entiendo que los médicos estén cabreadísimos, entiendo que todos los funcionarios estén quemados porque les van a quitar sus derechos y van a mandar a muchísima gente a la calle, entiendo su indignación por el cambio tan radical que quieren hacer y lo mucho que va a afectar eso a la forma de trabajar a la que están acostumbrados. Todo eso lo entiendo perfectamente y les apoyo. Lo que no entiendo es que porque tú estés indignado me tengas que fastidiar a mí, ¿qué culpa tengo yo de que a ti te vayan a quitar tus derechos? ¿crees que a mí no me han quitado los míos? ¿crees que tu sector es el único afectado por esta mierda de crisis? ¿crees que yo, que no soy funcionaria ni de coña y no tengo un puesto fijo, tengo alguna opción de protesta más allá de tragarme mi propia bilis y aguantar el chaparrón trabajando más a tope que nunca porque si tengo un mínimo traspiés me ponen de nuevo en la calle y ni pestañean, aprovechándose que hay tantísima gente disponible para entrar a trabajar al día siguiente y cobrando lo que quieran pagarles? yo estoy tan indignada con todas estas medidas como tú, lo que no entiendo es que tu manera de quejarte, de protestar y de reivindicar tus derechos sea arrebatarme a mí los míos, porque yo como paciente soy la última del mundo que tiene culpa de tus problemas, y desde luego me parece increíblemente injusto que te tomes tu libertad privándome a mí de la mía.


Nunca he entendido las huelgas como método de protesta, vale que es un derecho constitucional que tenemos los españoles, pero tener un hijo también es un derecho que yo tengo y a mí me pusieron en la calle en cuando se enteraron de que iba a tenerlo alegando que "no estaban contentos con mis servicios", con lo que me parece muy bien que tú seas funcionario y nadie pueda echarte de tu trabajo aunque no vayas a trabajar de manera indefinida porque estás luchando por tus derechos y los del paciente (tócate la flor), pero esque si yo cojo y le digo a mi jefe que mire usté, no voy a venir a trabajar de manera indefinida, ya veré cuándo vuelvo, esque no estoy nada deacuerdo con que me suban el bonobús y es mi manera de mostrar mi enfado, no viniendo a trabajar y fastidiándole a usted, que es el que me paga. Pues matemáticamente mi jefe me diría "pues nada bonita, vete a tu casa a protestar pero no te molestes en venir más, que ya me busco yo a otra con algo de ganas de currar", y desde mi punto de vista sería lo más lógico, desde luego si yo tuviera a gente trabajando para mí sería lo que haría, no sé, por poner un ejemplo si yo tuviera a alguien que limpia en mi casa y me dice que no va a venir durante un tiempo hasta que se le pase la indignación con el gobierno, desde luego ni me lo pensaría, le diría que su indignación con el gobierno la comparto, pero que a mí mi casa me la tiene que limpiar alguien y si no es ella será otra que no me vaya a montar estos líos, y que le quede claro que lo que no trabaje no cobra, porque no creo yo que el señor doctor que tenía que haberme atendido en mi revisión de las 36 semanas se vaya a quedar sin cobrar su sueldo por no haber ido a trabajar.



En definitiva, yo estoy más indignada que nadie con todo lo que está pasando, de hecho soy una gran afectada en muchos sentidos por la crisis, pero creo que si lo único que hacemos como pueblo es putearnos los unos a los otros, pues lo único que estamos haciendo es estar aún más cabreados, aún más puteados y con muchísimos más problemas de los que ya de por sí tenemos, porque a mi jefe le da igual que haya huelga de metro, él lo único que ve es que he llegado tarde y estas cosas en un puesto como el mío, donde les importa un pito mi vida y lo único que quieren es que cumpla con mi deber sin rechistar, el llegar tarde es un error digno de ser apuntado para sacarlo a relucir en el futuro cuando quieran atacar mi manera de trabajar, algo que siempre acaba ocurriendo. Estoy harta, hartísima de que el sector público, que son los que menos miedo tienen que tener a todo lo que está pasando, sean siempre los que más dan el por saco al pobre ciudadano de a pie que lo único que quiere es ir a trabajar tranquilo y que nadie le quite lo que le corresponde.



Así que nada, sigamos haciendo huelgas, sigamos molestando al de al lado porque estamos enfadados, sigamos sin unir nuestras fuerzas y ayudarnos los unos a los otros en estos tiempos tan difíciles, pero desde luego si mi bebé viene con algún problema y no hay nadie que pueda verlo a tiempo veremos quién me compensa a mí la negligencia...

viernes, 7 de diciembre de 2012

500




Ésta es mi entrada número 500 en mi blog.




Hace 500 entradas, precisamente un diciembre de hace 4 años, no me imaginaba que se iba a convertir en lo que después ha sido. Mi vía de escape en algunas ocasiones, mi hoja en blanco para expresar todo lo que me ha apetecido y, en definitiva, mi ventana al mundo para mostrar cómo es mi vida más allá de lo que se ve.



Ahora, muy orgullosa de mis 500 entradas, no me queda más que escribir otras 500, y después de esas 500 más y así hasta que no tenga nada más que decir, lo cual al ritmo que llevo no creo que ocurra pronto...





¡Feliz entrada número 500, querido Voy a contarte un secreto!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Tediosa espera

Por fin ha llegado diciembre y con él la espectativa de que mi pequeño nazca cuanto antes. Dentro de unos pocos días entraré oficialmente en la cuenta atrás, ya que empiezo la semana en la que ya no sería un bebé prematuro si naciera.

La verdad es que este embarazo, por todo lo que ha significado, ha resultado bastante fastidioso. El primero fue tan buscado y tenía tantas ganas de sentir lo que era llevar a tu hijo dentro de ti que lo viví completamente distinto, pero esta vez las cosas han sido muy diferentes.

Ahora, a sólo unas semanas o con suerte unos días de tener a mi bebé conmigo, me pueden las ganas de verle, de abrazarle, de ver cómo Abril deja de ser la pequeña de la casa y se convierte en hermana mayor, de saber a quién se parece, de vivir lo que es tener un niño..., y entre las ganas que tengo, que yo no soy demasiado buena con la paciencia y el lío que supone para mí tener un bebé en estas fechas donde me gusta hacer como un millón de planes y tenerlos todos bien agarraditos por la dificultad de cuadrar agendas con la gente, pues me encuentro tremendamente cansada del embarazo y estoy deseando que acabe todo esto para poder dar por terminada esta etapa en la que toda mi vida se vio patas arriba sin poder hacer nada por evitarlo.


La habitación está casi preparada, la maleta del hospital hecha y mis nervios a flor de piel, interpretando cada pequeña señal de mi cuerpo como un posible aviso de que se acerca el momento, y la verdad es que no puedo más. Me cuesta dormir, me cuesta moverme y hace semanas que no me veo los pies, por no hablar de que el hambre y el sueño aparecen y desaparecen a su antojo y sin horarios y cuando duermo tengo sueños raros de esos de los que todas las embarazadas hablan de que vas a dar a luz y resulta que pares una camada de gatos o que tu bebé sale por partes y hay que montarlo, como un Nenuco. Tremendo.


En fin, seguiremos esperando a que mi pequeño se decida a salir... ufff....
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