sábado, 30 de abril de 2011

Sugerencias








Sólo por si alguien no sabe qué regalarme mañana por el día de la madre...

miércoles, 27 de abril de 2011

Historia de una inclemencia

En los últimos meses he hecho las mejores amigas que he tenido nunca. He conocido a gente apasionante que en muy poco tiempo me ha aportado muchísimo y me ha demostrado ser mejor persona que mucha de la gente que ha estado años en mi vida. Está claro que estar abierto es lo más importante para que este tipo de relaciones lleguen a ti, y por lo que veo, antes no debía estarlo porque me han llegado todas de golpe, y me siento totalmente abrumada por ello, porque en estos meses he sido más feliz y he tenido más que nunca la sensación de sentirme completa, de sentir todas mis necesidades afectivas cubiertas.

Al parecer antes no debía estar tan abierta. El año pasado mi vida era muy distinta. Tenía a mi marido, a mi hija, estaba disfrutando de un año libre para cuidar de mi niña y ordenar mis planes de futuro y tenía un grupo muy grande de amigos que estaban muy unidos entre sí.

Unos cuantos matrimonios, la mayoría de los cuales habían tenido hijos a la vez que yo, nos juntábamos muy a menudo a hacer barbacoas, a tomar algo en alguna casa o a ayudar a alguno con sus obras del jardín o lo que surgiese. Prácticamente todos los fines de semana se terciaba algo y quedábamos. Teníamos casas exactamente iguales, todos nos acabábamos de mudar, teníamos hijos pequeños, perros... en fin, gente como nosotros con problemas como los nuestros.

El primer año transcurrió siempre de fiestecita. Conociéndonos, riendo, disfrutando, comentando los embarazos de las que íbamos a tener un hijo a la vez (4 de nosotras), ayudándonos unos a otros..., yo estaba feliz, porque me sentía muy arropada.
El segundo año fue un poco distinto. Empezó a hacerse algún que otro grupillo de los que se llevaban un poco mejor entre ellos, ya todos teníamos hijos... era distinto. Yo estaba en mi año sabático, pero hacía muchísimas entrevistas. En el último verano hice más entrevistas que Lady Gaga en toda su carrera. A la mayoría de ellas me acompañaba mi marido ya que conseguía la cita por la tarde, pero en muchas de ellas, muchas muchas, sólo podían atenderme por la mañana.

Por suerte muchos de mis vecinos trabajan en horario de tarde o tenían muchas vacaciones. Enseguida todos se ofrecieron a ayudarme quedándose con Abril, que como aquel que dice, la habían visto nacer, así que por suerte pude contar con ellos para hacer todas las entrevistas que necesitara.

Las chicas empezamos a hacer piña. Nos organizamos para jugar al pádel entre nosotras, y viendo que nos llevábamos tan bien, enseguida les mandé un email para organizar una noche de marcha e irnos a cenar todas juntas y a bailar. Al principio hubo un poco de rechazo, pero en cuanto alguna empezó a apuntarse, enseguida todas las demás empezaron a mostrar entusiasmo. Tardamos mucho en fijar la fecha, ya que estaba el verano entre medias y teníamos que cuadrar las vacaciones, así que decidimos irnos a finales de septiembre.

Nos fuimos todas de compras para tener un modelito que estrenar esa noche, y yo las maquillé a todas para el evento. Lo pasamos genial, bailamos hasta las mil de la mañana, hicimos fotos y estuvimos comentando la noche largo tiempo.

Pocos días después, a las tres de ellas que habían tenido un bebé el mismo año que yo y que habíamos pasado nuestro embarazo simultáneamente, les propuse juntar un día a los enanos y hacerles fotos todos juntos, más que nada por tener un recuerdo de ellos en el futuro cuando fueran mayores. Lo organizamos en mi casa, les hice fotos con mi cámara y nos reímos muchísimo con los pequeños. Eso fue un martes de octubre. Hacía unos días, yo misma había enviado un email a todas diciendo que podíamos organizar algo con los peques para Halloween, y que, aunque yo esa noche tenía un concierto, podíamos hacerlo por la tarde. Sólo respondió a mi email una de ellas, diciendo que ella no tiene hijos pequeños (su hija tiene 11 años) y que eso era mejor para los peques, además de que esa noche iba a salir con su marido a cenar, así que con ella no contáramos. De las demás no respondió ninguna.

Ese mismo viernes salí a dar un paseo con una de ellas, Cristina, con los perros y los niños. Estuvimos hablando, charlando tranquilamente, comentando nuestras cosas, como siempre. Llegué a casa, acosté a Abril para dormir la siesta, me puse a hacer la comida y mientras se hacía, chequeé mi correo.

Tenía un email de otra de ellas en el que decía "incluyo a Patricia y a Conchi por si les apetece apuntarse", así que bajé al principio del email para ver a qué me tenía que apuntar.


Y ahí empezó todo.


El principio del email era de una de ellas, Ana, de las que había maquillado para la noche de fiesta y de las que habían estado ese mismo martes haciéndose fotos con su hijo en mi casa, en el que decía que se partía de risa con el email de la otra (el de que no se apuntaba), y que se descojonaba de que se hubiera apresurado a decir que ya tenía planes para esa noche porque se estaba viendo venir que Patricia le iba a encalomar a su hija para irse a el concierto ése que tiene. Hablaba de que tengo un don para plantarle a mi hija al primero que pase, y que ella ya estaba pensando en buscar una excusa para esa noche, no vaya a ser que la persiga y le adobe a la niña.

Ese email me rompió el corazón, pero cuando lo leí no sabía que aquello no había hecho más que empezar, y que lo peor estaba por llegar.

Todas las demás (en el email estaban incluidas todas menos Salomé, que es la de la niña de 11 años y MUY amiga mía desde siempre) iban cayendo una a una. Una ponía que a ella no le iba a dejar a mi hija ni de coña porque ya tenía excusa, otra decía que qué rápidas eran todas, y que por favor le ayudaran a darme esquinazo, otra decía que no me atrevería a llamarla a ella porque en toda la cara me plantaría un NO enorme..., y así sucesivamente, todo esto con una juerga y un pitorreo tan sarcástico como doloroso para mí.

A mí se me iba acelerando el corazón según iba leyendo y descubriendo que ninguna de ellas le paraba los pies a las demás, al contrario, todas seguían burlándose de mí y de mi hija email tras email.

Uno de los emails más dolorosos para mí llegó de la "amiga" con la que había estado paseando hacía tan sólo una hora, Cristina. Ella escribía que "no sabéis lo más fuerte de todo, ¡Patricia me llamó ayer para decirme que me quedara con su hija para ir a hacerse las uñas!". Escribía que me dijo que para eso no se iba a quedar con mi hija (falso), y les decía que vaya morro tengo, que yo sé perfectamente que a ella no le gusta quedarse con niños ajenos y voy y le pido que se quede con mi hija para hacerme las uñas. Pero eso sí, añadía que no se preocuparan, que ella se quedaba con los hijos de las demás cuando ellas quisieran, pero que "¡lo de esta tía me parece muy fuerte!".

Ahí ya se desató la ecatombe. Todas las demás se reían de mí y criticaban mi desapego a mi hija sin ningún tipo de piedad.

Decían que lo mío es de coña, que me pague una canguro para ir a ese concierto, que para irme de farra, irme al cine, hacerme las uñas o comprarme zapatos (¿¿??) sí que tengo dinero. Decían que sí, que la niña es muy rica, pero que es la madre la que es una petarda (lo más bonito que me llamaron en todo el proceso), y que menudo morro que tenía de encalomar a mi hija a todo el mundo. Decían que hasta se ponían de mala leche conmigo y que tengo un don para librarme de mi hija para irme de farra, y que las perseguiría para seguir endosándosela pero que ellas son más rápidas.

El email empezaba a derivar por otros lares según iba avanzando y acababan hablando de hacer algún plan para Halloween con los enanos, y ahí fue cuando una de ellas me lo envió por error, olvidándose de que días atrás ese mismo email había consistido en ponerme a parir, a mí y a mi hija.

Cuando lo leí no sabía como reaccionar. Me quedé helada, sin embargo sentía un intenso calor por todo el cuerpo de pura rabia. Al día siguiente habíamos quedado todas para ir al zoo con los niños, y sólo tres días antes habían estado todas en mi casa haciéndose fotos con los niños, y el email hablando mal de mí ya estaba en marcha cuando vinieron a mi casa. Yo escribía esto de ellas mientras, literalmente, ellas escribían todo esto.

Así que les respondí en el momento. Les mandé un email a todas explicando mis motivos. En mi email les hablaba de que yo no tengo, como ellas, ni una madre ni un padre, ni siquiera a mis suegros cerca a quien poder dejarle a mi hija cuando necesite algo o cuando se me antoje. Les decía que yo no me voy "de farra" habitualmente, que no sabía de donde se habían sacado eso, pero que quizá alguna vez Salomé, mi amiga, se había quedado por propia iniciativa con mi hija y nosotros nos habíamos ido al cine, ya que además, su hija estuvo en mi casa todo el verano mientras ella trabajaba, con lo que a nosotras nos unía una amistad con confianza. También les explicaba que los últimos zapatos que me compré fueron los de mi boda, y que aunque a ellas se lo parezca, hacerme las uñas no es ninguna tontería, ya que en ese momento estaba buscando un trabajo de cara al público como es la recepción, y llevar unas uñas cuidadas es sorprendente la de puertas que te puede llegar a abrir gracias a dar una imagen cuidada. Les explicaba que el día en el que le pedí a una de ellas que se quedara con mi hija en realidad no iba a hacerme las uñas, iba al médico, pero que no quería decirles a dónde iba en realidad porque entonces me preguntarían que qué me pasa, y que no me apetecía contar mis problemas a nadie. Al final me llevé a mi hija al médico al ver que ella no se quedaba agusto con la niña y tan contenta. Les pedí perdón por haberles dejado a mi hija alguna vez (una sólo fue una vez a una de ellas, la que empezó los emails, y una vez a otra de ellas, eso es todo) y por las molestias que les hubiera podido causar eso, les recordé que las dos veces fue para ir a entrevistas, en ningún caso para irme "de farra", y les recalqué que yo sólo le he dejado a mi hija a gente que se ha ofrecido a ello, en ningún caso se la he "encalomado" a nadie que no se haya ofrecido a ayudarme cuando lo necesitara. Por supuesto les dije que se olvidaran de que fuera al zoo y que me salía de la liga de pádel (una de ellas era mi pareja), y me despedí no sin antes decirles que por favor valoraran el tener una familia cerca para poder ayudarles con el bebé.

Cuando envié el email me pegué una panzada a llorar, y me llamó una de ellas, la que había escrito lo de las uñas. Me dijo que la perdonara, que se había portado fatal, que no tenía ni idea de lo del médico y que tenía que haberle sido sincera. Le dije que si me ella me estaba hablando a mí de sinceridad, y le dije que ahora mismo no me servían de nada sus palabras. Ella me pidió perdón varias veces, me dijo que se les había ido de las manos, y que entendía cómo me sentía. Colgamos.

Lejos, muy lejos de recibir lo mismo por parte de las demás, sólo actuaron de forma defensiva. Una me escribió que no me enfadara, que eran bromas, otra me escribió que lo sentía, pero que "quien esté libre de pecado que tire la primera piedra" y que todas hacemos lo mismo en realidad, otra ni siquiera se dignó a pronunciarse (y éste es el día) y la otra, la fundadora del email, escribió diciendo que sí, que lo sentía, que tenía que haber sido muy desagradable para mí y tal, pero que tampoco venga haciendo chantaje emocional. Me escribió que si digo que yo no hago lo mismo es que soy una hipócrita, y que no vaya dando pena, porque a ella no le doy ninguna pena.

Yo no daba crédito de que después de lo que había hecho se creyera en el derecho de acusarme a MÍ de algo, y entonces volví a escribir, esta vez de forma distinta. Puse en copia a todas, incluida a mi amiga Salomé, pero me dirigí a ella. Le dije que no sé qué se había creído que era ella para decidir en qué me puedo gastar mi dinero y en qué no, ni para acusarme de irme de farra y dejar a mi hija con cualquiera. Le dije que aquí todos hemos pedido favores a los demás para ahorrarnos dinero, y que mi marido se dejó la espalda trabajando en el jardín de los demás cuando hicieron obras. Le dije que no era ninguna hipócrita porque yo nunca había hablado así a las espaldas de ninguna, y le invité a que si conocía alguna anécdota mía en la que me hubiera oído hablar así de alguna de mis amigas la compartiera con todas, y le dije que era una mala persona y que estaba disfrutando con todo esto, haciendo sufrir a alguien y viendo como todas se suman a su juego.

Ella simplemente respondió "Sí, efectivamente es chantaje emocional lo que haces. Pero a mí no me das pena".

Ellas fueron al zoo, y un par de días después me crucé con ellas sacando a los perros. Se juntaron todo el grupo mientras yo estaba sola, y yo les oía a todos reírse y hacer planes. Sentía ganas de llorar, y no por haber perdido a grandes amigos, si no por saber que ellos estaban disfrutando con la estampa. Pasó ella, Ana por mi cara desde su casa (me vio por la ventana y aprovechó para jactarse) y fue a hablar con ellos. La oí decir que les esperaba a todos en su casa para cenar, y ellos dijeron que ahora iban. Desde que la conozco nunca jamás había invitado a nadie a cenar en su casa, eran los demás los que ofrecían siempre su espacio, y al parecer éste le pareció un buen momento para empezar a invitar a la gente. Supongo que quiso asegurarse de que yo no apareciera por ninguna de nuestras habituales cenas, y haciéndolas en su casa sentiría que así tenía ese control.

Cuando ya iba a entrar en mi casa, dos de ellas (sin Ana incluida) se acercaron y me dijeron que si podíamos hablar. Llevábamos unos 30 minutos fuera, 30 minutos de risas y de planes en los que yo no estaba incluida, y no me habían dicho nada. Así que les dije que no y me metí en casa, y fue más que nada porque estaba al borde del llanto ante la desolación de pensar en que hace unos días tenía unos amigos buenísimos que siempre me ayudaban y depronto de la nada se habían esfumado. Y encima tenía que verles como disfrutaban de su amistad sin pararse a pensar en el daño que habían hecho.

Un par de días más tarde recibí un email de la chica que me había llamado cuando pasó todo (Cristina, la que se acercó a mí a decirme que si hablábamos), y me decía que habían querido hablar conmigo y les había dicho que no, así que esperaba que por email la escuchara. Me decía que se sentía fatal por haber hecho aquéllo, me decía que ni siquiera había pensado en las consecuencias pero que sabía que habían tenido que ser muy dolorosas. Me decía que le dolía muchísimo perderme como amiga y que me tenía mucho cariño, pero que había cometido un error y que se sentía fatal.

Yo percibí arrepentimiento en lo que decía. Siempre he sabido que cometer errores es humano, pero es cómo los remiendas lo que realmente te define como ser humano, y me pareció que ella estaba hablando con el corazón.

Eso me animó a intentar arreglarlo, y pasados unos días decidí llamar a una de ellas y decirle que me gustaría hablar con ellas, con todas menos con Ana, ésa a la que no le daba ninguna pena. Ella me dijo que le daba una alegría inmensa y que se encargaría de organizarlo todo.

Pasaron unos días y recibí un email suyo en el que me citaba en su casa y me decía que estarían todas, incluida Ana. Le respondí que no, que para mí era muy distinto lo que había hecho Ana y lo que habían hecho las demás, Ana se había ensañado y las demás simplemente habían seguido el juego, pero en ningún momento habían sido tan agresivas, y que yo sabía ver la diferencia. Ella me respondió que no, que o todas o nada, que todas estaban en el ajo y tenían la misma culpa y que no había otra manera de solucionarlo, así que le respondí que lo sentía mucho pero que yo con Ana no quería volver a hablar nunca, así que adiós.

Inmediatamente después le escribí un email a la que me había escrito hacía unos días. Le dije que para mí significaban mucho sus palabras, que había sido muy doloroso pero que para mí ella había demostrado mucha fuerza llamando en el momento que ocurrió y mandando el email, que no tenía por qué, y que lo valoraba mucho. Le dije que sabía que ya habían quedado para que habláramos, pero le dije que tenía que entender que yo no quería tener nada que ver con Ana, y que Ana nunca había demostrado una posición de arrepentimiento. Le dije que era una mala persona y quería mantenerla alejada de mí y de mi familia, que era dañina y egoísta, y que esperaba que lo entendiera. Le repetía que para mí significaba mucho lo que había hecho, y que la consideraba una valiente.

Ella se limitó a responderme diciendo que le parece muy bien lo que pienso, pero que Ana es su amiga, y que o con ella, o nada. Me dijo que no estaba de acuerdo para nada en lo que opinaba de Ana.

Me quedé tan impresionada de que no me hubiera defendido a mí en su momento y de que ahora dijera una obviedad sobre ella y la defendiera que le respondí. Le dije que aquí si tenía que ceder alguien desde luego eran ellas, y que creo que después de lo que habían hecho me merecía un respeto, algo que desde luego no me estaban ofreciendo. Le recordaba que había sido yo la que les había llamado a ellas para decirles que quería reunirme con ellas, y que yo reuno a quien quiera, no a quien me impongan. Les dije que si Ana quería hablar conmigo, que me llamara ella, y que estaba demostrando ser muy poco lista al hacerle todo el trabajo sucio a Ana y hablar conmigo en su nombre, para que ella no se tuviera que molestar en demostrar una actitud conciliadora en mi cara.

Tuvimos un encuentro cara a cara después del email, pero acabó en desastre, yo llorando y diciéndola que se había comportado como una hija de puta, y ella gritando y diciendo que era una mentirosa, una hipócrita y que ni nombrara a su hijo en mi vida.

Y ahí acabó todo. Estuve rota en mil pedazos mucho tiempo, viéndolas como paseaban juntas como hacían conmigo antes, viendo como delante de mi cara se reían a carcajadas forzosamente o alucinando con que todos ellos me eliminaran del Facebook muy ofendidos. Todavía me pregunto qué les habré hecho yo.

Unos días después todo se extendió a los maridos, y uno de ellos (la pareja de Luismi en el pádel) mandó un email a todos los vecinos diciendo que no quería seguir con su pareja porque había intentado asustar a su mujer con el coche y había estado apunto de atropellarla (¿¿¿???), que Luismi nunca había querido jugar al pádel con él y que se dedicaba a jugar con otra gente y que le dijera a su mujer (osea, yo) que quitara las fotos de su mujer y su hijo del blog, que no le daba permiso para ponerlas.

Luismi y yo llegamos un día de dos calles más atrás en el coche, y como veníamos de tan cerca no nos pusimos el cinturón, así que subimos 30 metros por nuestra calle, por la que no pasa nadie, en dirección contraria hasta casa, y la mujer de este señor y Ana estaban en mitad de la calle con los perros, se apartaron y pasamos. Punto. Y con respecto a lo del pádel, Luismi le mandó mil emails (demostrables) a este señor para jugar la liga de pádel, y este hombre nunca podía (o quería). Luismi quería jugar al pádel, y después de ver que su compañero pasaba tanto, jugaba fuera de liga con amigos suyos. Eso es todo. Por supuesto no quité las fotos de mi blog de su mujer, ya que ella personalmente me dio permiso en su momento para ponerlas, bastante agradecido debía estar de que hablo bien de ella en lo que escribí.

Que mandara un email diciendo semejantes mentiras con copia a todo el mundo para crear una mala opinión de Luismi a toda la comunidad es lo que más me dolió de todo lo que pasó, de absolutamente todo. No sé por qué que tu mujer se haya portado como una cabrona conmigo tiene que hacer que tú arremetas contra mi marido delante de todo el mundo y diciendo mentiras. Si tienes algo que decir, llámale y se lo dices. Pero está claro que lo de esta gente no es precisamente hacer las cosas a la cara.

Días después, viendo que Luismi estaba jugando tantos días al pádel con sus amigos al margen de ellos, decidieron fastidiarle cogiendo la hoja de reservas de la pista y ocupando todas las horas del día durante todo el mes, t-o-d-a-s, con sus nombres, de ellos y de ellas, sólo para evitar que él jugara. No contentos con esa ridiculez tan absurda e infantil, pusieron abajo "y el mes que viene también". En la siguiente reunión (a la que nosotros no fuimos), dijeron que "un vecino no presente" se había dedicado a reservar la pista a todas horas para que los demás no pudieran jugar. Lo que ellos no saben es que nosotros tenemos miles de fotocopias de la hoja que ellos escribieron con sus nombres. No sé cómo se puede ser tan idiota y tan infantil, y desde luego son ganas de enfrentarse con todo el mundo, porque esta hoja la va a ver todo el mundo, de eso ya me encangaré yo, porque reservando ellos la pista todos los días del mes a todas las horas no sólo le prohiben jugar a Luismi, si no también a todo el resto de los vecinos, lo que no creo que les haga gracia.


Reconozco que todo esto me ha hecho sufrir mucho, saber que hay alguien que tiene tantas ganas de hacerte daño sólo porque cometiste el error de pillarlas en sus trapicheos absurdos ha sido un golpe duro para nosotros, y especialmente que metan a mi hija en todo esto, que es lo que más me ha dolido de todo. No contenta con todo el daño que ha hecho, Ana sigue entrando a escondidas en mi blog a meter las narices en mi vida y enterarse de lo que hago o de lo que no hago (un saludo desde aquí para Ana, que sé que me está leyendo), y se dedica a dejar comentarios estúpidos como el que dejó en la entrada de Clint Eastwood poniéndome verde en mi propio blog.

Al principio me dolió mucho y tardé meses en perder la rabia que todo esto me causó ante la injusticia, pero reconozco que hace tiempo que me he dado cuenta de que me hicieron un favor poniéndomelo tan fácil. Gente tan mala y con tantas ganas de hacer daño, cuanto más lejos mejor. Todavía recuerdo el día que íbamos tres de ellas (incluída Ana) y yo en mi coche antes de salir a cenar y se dedicaron a reirse de una de las vecinas que iba a venir con nosotras a la cena (que no está en este cotarro) diciendo que era horrorosa, que al lado de esa tía seguro que ligábamos todas y que ellas no se iban a poner al lado de ella porque era un muermo, todo en tono jocoso, riéndose de ella. Yo no saba crédito ante tanta perversidad cometida hacia una persona que ni está delante para defenderse, ni se ha metido nunca con nadie, y sobre todo, que ellas mismas han invitado y que charlan amablemente con ella a diario como si nada, y se lo dije, les dije que se estaban pasando tres pueblos con la pobre Esther, y que si una persona por ser fea acaso no tenía derecho a salir a cenar, aparte de que la pobre mujer ni es tan fea como dicen ni nada, pero en fin, basta que una lance la caña de la hipocresía (que fue Ana, por supuesto) para que las demás piquen sin pensárselo.

Sé que Ana está leyendo esto, sé que se lo va a enseñar a todos y sé que se van a indignar muchísimo y van a intentar arremeter hacia mí de alguna manera, porque así funcionan ellos, maquinando cómo hacer sufrir al de al lado sólo para sentirte más fuertes. Hace poco me encontré una pegatina de la policía en mi coche que decía que ese coche tenía abierto un expediente por mostrar signos de abandono, y que nos pusiéramos en contacto con el ayuntamiento o si no lo retirarían. Cuando llamamos al ayuntamiento, nos dijeron que "alguien" había llamado para dar el aviso. Oops, ¿quién habrá sido...?.

En fin, todo esto pasó hace mucho tiempo, y no he querido hablar de ello en mi espacio hasta que no me produjera un sentimiento bueno en lugar de malo sacarlo. Ahora me siento feliz de verles tan lejos de mí y de mi familia, porque en el fondo no eran buenos amigos en absoluto. No gasto ni medio segundo de mi tiempo en observarles, pero cuando por lo que sea nos cruzamos, veo cómo ellos se esfuerzan en reír más alto y en hablar a gritos para que le oiga sobre sus planes de salir, quedar, juntarse o lo que sea y me entra la risa. Cuando nos encontramos se ponen lo más cerca de mí que pueden sólo para incomodarme. Me resulta tan patético pensar en que alguien lleva 7 meses intentando demostrarme que estoy sola y ellos no...

...porque sola, sola sola, he estado toda mi vida. Pero desde que vosotras salísteis de mi vida me he sentido más arropada que nunca. Pero ellas se creen que me han dejado sola...

...ay amigas, si vosotras supiérais...

¿¿sola yo??

domingo, 24 de abril de 2011

Quién me pone la pierna encima...






Unas fotos muy representativas de la personalidad de mis perras.

viernes, 22 de abril de 2011

Vacaciones

Acabamos de volver de vacaciones. Estos son algunos de los momentos más representativos:






Haciendo una procesión de Pinipones con el abuelo






Las vistas desde nuestra casa






Barry, el nuevo Martínez







El Cristo del silencio







La idea de tomar el sol de mi familia









... y lo mejor del viaje sin ninguna duda...







Mal tiempo, mucha familia, poca playa y muchas risas con amigos. Estas vacaciones han sido muy distintas a lo que esperábamos.


Para bien, por supuesto.

domingo, 17 de abril de 2011

La la la la laaaa.....

... me voy de vacaciones la la la laaa....

jueves, 14 de abril de 2011

Noches al aire libre

Esta noche Reshma se ha puesto a las 3.30 a.m. a dar esos chillidos que dan los perros cuando quieren salir a la calle y no pueden. Hace unas semanas que duerme en el porche porque todos los marcos de las puertas aparecieron misteriosamente mordisqueados. Yo hice la investigación, y la verdad que no fue muy difícil descubrir que las marcas coincidían con el tamaño y el ADN de la loca de mi perra.

Total, que cuando lo descubrí tuve un ataque de estrés que me llevó a coger el coche totalmente histérica y darle la chapa toda la tarde a Araceli sobre lo horrible y angustiosa que es mi vida desde que me levanto por las mañanas con las prisas y tengo que dedicarme a esquivar pises, quitar cacas, fregar, tener cuidado de no pisar lo fregado, recoger todos los destrozos del animalito... y eso si no te levantas y no ves un pis y...¡zas!, pisaste la mina. Mi ataque de nervios y locura fue amplificado por una de esas veces que se escapa y se pasea por tu cara sin que puedas pillarla.

Así que en mi pequeña unidad familiar tomamos la decisión de que queremos mucho a nuestro animalito, pero que va a dormir en la calle hasta que aprenda un poco de modales y deje de ser un cachorro desbocado. Y mi vida ha vuelto a ser la pequeña burbuja tranquila y apacible que solía ser. Cuando estamos en casa está dentro con nosotros (a menos que la líe de alguna forma, que entonces se va a la calle), y cuando nos vamos a la cama la metemos en su acogedora celda de castigo. Ella ya se ha acostumbrado, con lo que ya no se me parte el corazón cuando la dejo, y nosotros somos mucho más felices. Ahora cuando está dentro de casa, aprovecha mucho más el tiempo en cosas útiles y en lugar de subirse a la chepa de Abril, clavarle las uñas e intentar mordisquearla como solía hacer, ahora se dedica exclusivamente a comer, dormir, ser una hija de Satán (otros dicen que es jugar...) y/o perseguir a Juno.

Pero por supuesto, tiene pequeños retrocesos en su avance, y esta noche le ha dado por dar chillidos que me imagino que habrá oído todo el barrio. Así que me he levantado sin saber muy bien quién soy con la zapatilla en la mano, porque la verdad, después de todos los embolaos que me ha liao esta perra, he llegado a un punto en el que ya no me hago responsable de mis actos, ni ganas que tengo. Y menos a las 3.30 de la madrugada. Así que según bajaba las escaleras tambaleándome, pensaba en comprarme una recortada con sus pertinentes cartuchos para momentos concretos como éste... ¿valen mucho las recortadas?, ¿tienen mucho retroceso?, ¿las hay de colores?.


Afortunadamente he conseguido relajarme un poco con este tema gracias a que hemos encontrado una solución, porque durante los primeros meses la falta de control sobre los destructivos instintos de mi cachorro me producían una angustia que se manifestaba con una intensa presión en la mandíbula. En lugar de adelgazar, aclararme el pelo, aumentarme las pestañas, tersarme la piel o retirarme los puntos negros, Dios (siempre tan gracioso) ha decidido que yo manifieste mis nervios apretando con todas mis fuerzas y sin darme cuenta la mandíbula tanto de noche como de día, haciendo polvo así mi preciosa dentadura.

Pues sí, algún punto raro le ha dado a mi perra esta noche que se ha puesto a aullar, pero ya le he enseñado quién manda en casa. Está siendo bastante dura la experiencia de educar a tres pequeños animalitos (cuatro si contamos a Papá Oso), pero en fin, ¡el mundo es de los valientes!.

martes, 12 de abril de 2011

Mi abuelita

Mi abuelita cumple dentro de un par de meses 80 años. Esto, lejos de avergonzarla, le da mucha vidilla. Tanta, que está preparando una comida en un restaurante para todos sus amigos y toda la familia que pueda venir. Vamos, que a la comida va a ir tanta gente que va a parecer una boda, pero ella feliz de celebrar tan grandioso evento junto a los que la quieren.

Hace 8 años que es viuda. Mi abuelito era una persona buena, cariñosa e inteligentísima, pero estaba viejito, muy viejito. Mi abuelita es de esas personas que cumplen para atrás y según va avanzando su vejez le van entrando más ganas de hacer planes, de conocer gente afín, de hacer algún viaje..., pero mi abuelito estaba muy mayor y ya no le apetecía ir ni al supermercado sin el coche.

Así que cuando él murió, mi abuelita, en lugar de venirse abajo como muchas otras viudas habrían hecho, decidió dedicarse a todo lo que no pudo hacer porque cuando él vivía no quería hacer planes sin él. Dicho y hecho, en estos últimos años mi abuelita se ha ido a un crucero por las Islas Griegas e Italia con tres amigas, ha hecho el camino de Santiago, ha visitado todas las comunidades autónomas que le quedaban por conocer, se ha ido a París, se ha apuntado a la universidad para gente de su edad (¡eh, que es la delegada de la clase, cuidao!), se ha cogido un avión ella solita para ir a ver a mi madre a USA y está planeando un viaje por Florencia, que siempre ha sido su ilusión. Y entre medias todavía le queda tiempo para hacer voluntariado en una tienda que recauda fondos para gente con alzheimer y para dar clases de español a inmigrantes marroquíes. Mi abuela, la que tenía colgada una foto dándole la mano a Franco, la misma abuela que me dijo hace unos años que el único país al que no iría era a Marruecos porque no quería saber nada de moros. Esa abuela. Pero esque mi abuela es mucha abuela.


Mi abuela es conocida en Torrevieja, donde vive. Todo el mundo la adora, todo el mundo la quiere y la admira. Es la abuela de todo el mundo. Recuerdo que cuando volvió de su crucero le pregunté que qué tal, que qué había hecho. Ella me dijo: "¡uy, de todo, hemos hecho de todo!, ¡vamos, menos un maromo, de todo!".


¿Perdón?, ¿un maromo?. Mi abuelita NUNCA ha hecho ese tipo de bromas ni ha usado ese tipo de jerga. Y a mí me encanta que sea así, porque eso demuestra que verdaderamente está más abierta de mente que nunca y se está quitando prejuicios más dignos de otra época.

Ella dice que al estar tan bien a la gente le da la sensación de que se liberó al morir mi abuelo, pero que la gente no entiende que la vida son etapas. Yo le pregunté si le echaba de menos, y ella me dijo que sí, que muchísimo. Que a veces se iba a acostar y pensaba en dejar la luz del pasillo encendido porque si no "el abuelito cuando se vaya a la cama no va a ver nada". Me contó que habla mucho con él por las noches y que ella siente que él está muy orgulloso de ella, porque a él no le gustaría verla encerrada en casa. Me dijo que él sufría mucho porque sabía que ella quería ir a ver a mi madre a Estados Unidos y con él no podía pegarse ese viaje, así que me contó que no se sentía nada culpable de no estar llorándole por los rincones.

Mi abuelita está apunto de convertirse en octogenaria y afortunadamente no tiene ningún achaque serio. Yo no sé si es que ha vendido su alma al diablo o simplemente que le pide prórrogas a Dios en forma de "no me quiero morir sin ver a mis nietos hacer la comunión", "no me quiero morir sin aprender inglés", "no me quiero morir sin ir a Florencia..." y él se las va concediendo por su buena conducta. Yo personalmente creo que nos enterrará a todos a menos que le cortemos la cabeza o le clavemos una estaca en el corazón.

Con ella me quito la espina que se me creó con mi abuelo de que no conoció a mi marido y a mi hija, porque mi abuela ya me ha dicho que él es un hombre estupendo, "¡no hay más que verle la cara!" (de pasmao, supongo que se refiere). Y Abril es famosa en toda la costa levantina porque no hay compañero de su clase, amiga de jugar a las cartas, dueño del chiringo de los helados o negro que pasee por la playa vendiendo gorros y DVD piratas que no haya visto la ristra de fotos de su bisnieta.

En fin, que para el 4 de junio no cuenten conmigo porque estaré celebrando que tengo los mejores genes del planeta, y que cabe una posibilidad de que si he salido a ella, pueda llegar a ser inmortal.


domingo, 10 de abril de 2011

Un gran domingo







Definitivamente ha sido un gran domingo.
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