martes, 12 de abril de 2011

Mi abuelita

Mi abuelita cumple dentro de un par de meses 80 años. Esto, lejos de avergonzarla, le da mucha vidilla. Tanta, que está preparando una comida en un restaurante para todos sus amigos y toda la familia que pueda venir. Vamos, que a la comida va a ir tanta gente que va a parecer una boda, pero ella feliz de celebrar tan grandioso evento junto a los que la quieren.

Hace 8 años que es viuda. Mi abuelito era una persona buena, cariñosa e inteligentísima, pero estaba viejito, muy viejito. Mi abuelita es de esas personas que cumplen para atrás y según va avanzando su vejez le van entrando más ganas de hacer planes, de conocer gente afín, de hacer algún viaje..., pero mi abuelito estaba muy mayor y ya no le apetecía ir ni al supermercado sin el coche.

Así que cuando él murió, mi abuelita, en lugar de venirse abajo como muchas otras viudas habrían hecho, decidió dedicarse a todo lo que no pudo hacer porque cuando él vivía no quería hacer planes sin él. Dicho y hecho, en estos últimos años mi abuelita se ha ido a un crucero por las Islas Griegas e Italia con tres amigas, ha hecho el camino de Santiago, ha visitado todas las comunidades autónomas que le quedaban por conocer, se ha ido a París, se ha apuntado a la universidad para gente de su edad (¡eh, que es la delegada de la clase, cuidao!), se ha cogido un avión ella solita para ir a ver a mi madre a USA y está planeando un viaje por Florencia, que siempre ha sido su ilusión. Y entre medias todavía le queda tiempo para hacer voluntariado en una tienda que recauda fondos para gente con alzheimer y para dar clases de español a inmigrantes marroquíes. Mi abuela, la que tenía colgada una foto dándole la mano a Franco, la misma abuela que me dijo hace unos años que el único país al que no iría era a Marruecos porque no quería saber nada de moros. Esa abuela. Pero esque mi abuela es mucha abuela.


Mi abuela es conocida en Torrevieja, donde vive. Todo el mundo la adora, todo el mundo la quiere y la admira. Es la abuela de todo el mundo. Recuerdo que cuando volvió de su crucero le pregunté que qué tal, que qué había hecho. Ella me dijo: "¡uy, de todo, hemos hecho de todo!, ¡vamos, menos un maromo, de todo!".


¿Perdón?, ¿un maromo?. Mi abuelita NUNCA ha hecho ese tipo de bromas ni ha usado ese tipo de jerga. Y a mí me encanta que sea así, porque eso demuestra que verdaderamente está más abierta de mente que nunca y se está quitando prejuicios más dignos de otra época.

Ella dice que al estar tan bien a la gente le da la sensación de que se liberó al morir mi abuelo, pero que la gente no entiende que la vida son etapas. Yo le pregunté si le echaba de menos, y ella me dijo que sí, que muchísimo. Que a veces se iba a acostar y pensaba en dejar la luz del pasillo encendido porque si no "el abuelito cuando se vaya a la cama no va a ver nada". Me contó que habla mucho con él por las noches y que ella siente que él está muy orgulloso de ella, porque a él no le gustaría verla encerrada en casa. Me dijo que él sufría mucho porque sabía que ella quería ir a ver a mi madre a Estados Unidos y con él no podía pegarse ese viaje, así que me contó que no se sentía nada culpable de no estar llorándole por los rincones.

Mi abuelita está apunto de convertirse en octogenaria y afortunadamente no tiene ningún achaque serio. Yo no sé si es que ha vendido su alma al diablo o simplemente que le pide prórrogas a Dios en forma de "no me quiero morir sin ver a mis nietos hacer la comunión", "no me quiero morir sin aprender inglés", "no me quiero morir sin ir a Florencia..." y él se las va concediendo por su buena conducta. Yo personalmente creo que nos enterrará a todos a menos que le cortemos la cabeza o le clavemos una estaca en el corazón.

Con ella me quito la espina que se me creó con mi abuelo de que no conoció a mi marido y a mi hija, porque mi abuela ya me ha dicho que él es un hombre estupendo, "¡no hay más que verle la cara!" (de pasmao, supongo que se refiere). Y Abril es famosa en toda la costa levantina porque no hay compañero de su clase, amiga de jugar a las cartas, dueño del chiringo de los helados o negro que pasee por la playa vendiendo gorros y DVD piratas que no haya visto la ristra de fotos de su bisnieta.

En fin, que para el 4 de junio no cuenten conmigo porque estaré celebrando que tengo los mejores genes del planeta, y que cabe una posibilidad de que si he salido a ella, pueda llegar a ser inmortal.


1 comentario:

Unknown dijo...

Chapo al comentario,se me ponen los pelos de punta .Que suerte tienes de poder contar con ella ,yo mataria por poder estar un segundo con mis abuelitos.Gracias Patri por este comentario y un besazo para todos los abuelos del mundo.

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