miércoles, 28 de septiembre de 2011

La elegida

No sé si alguna vez lo he comentado por aquí, pero tengo un don súper-mega poderoso y que, al parecer, nadie más, al menos a mi alrededor, tiene. Mi don es súper chulo y seguro que todos os morís de envidia: yo, con mi don, atraigo a todos los mongos de alrededor.

Ojo, con mongo no me refiero a retrasados mentales, con mongo me refiero a gente raruna, a peña que se le ha pirao el baifo en algún momento de su vida, a todos los esquizofrénicos que van hablando solos por la calle y esas cosas. Pues sí, si hay algún mongo en dos o tres kilómetros a la redonda, antes o después vendrá a mí y se me pegará cual imán y me hará protagonista de situaciones de lo más surrealistas.



El caso es que últimamente he hecho un descubrimiento apasionante, una verdad que me ha sido ocultada durante años: resulta que es genético. Oh sí, genético, como lo de Melinda y sus fantasmas pero con los mongos. Bueno, eso y que yo normalmente no voy vestida con un salto de cama de raso cuando se me acercan, pero tiempo al tiempo.

El caso es que el otro día iba yo paseando con mi tío y mi primo por León cuando depronto un señor se nos acerca, señala a mi tío con el dedo y le dice todo serio:

- 1939. ¡Alcen la mano!. Hasta luego Aguirre.


Mi tío le dice adiós nosequién y sigue su camino. A lo lejos se oye al señor hablar solo.

- ¡Rusia, 1976, el emperador de China bla bla bla....! (fade out)


Yo flipo en colores y le digo a mi tío "¿¿y ese pedazo de mongo??", y me dice "ah, nada, ese es un señor que le atropello un autobús hace años y se quedó de la olla, y desde entonces vive obsesionado con mis columnas" (mi tío escribe columnas en el periódico de León).


Así que ahí lo tienen, yo atraigo a los mongos de la capital y el mongo oficial de León, que para eso es una ciudad pequeñita donde todo el mundo se conoce, se obsesiona con mi tío. Además, para más grado de mongosidad, resulta que el tío por pura timidez es misógino perdido, y cuando se encuentra con mi tío y mi tía se hace el longui para no saludarla a ella. Osea, que es con mi tío, con mi padrino, con la sangre de mi sangre con quien está obsesionado. Lo que yo decía: genético. Pertenezco a un linaje antiguo de familiares dotados con mi maravilloso y potente don.


El caso es que últimamente he tenido muchas experiencias mongos. La señora que me agarró del brazo para meterme en mitad de la carretera con el semáforo en rojo, el hijo/sobrino/vecino del mensajero que se puso a gritar en mi recepción que se la ponía dura, el funcionario de correos que me repitió 30 veces pensando que me lo decía por primera vez que si necesitaba factura él me la hacía con mucho gusto (entre los funcionarios suele haber mucho mongo, todos lo sabemos)...


Pero esta mañana en el autobús (uno de los escenarios favoritos de mi don), con mi Ipod y mirando por la ventana en plan "¡oh los campos, oh las flores, oh el Ikea de Alcorcón!" tuve mi experiencia mongo del día. Depronto llegamos a una parada así en medio de la nada de esas que tú piensas ¿¿pero quién se baja aquí y para qué??. Total, que saliendo de entre los arbustos, porque no hay nada más, se sube un tío, y como no, se me sienta al lado haciéndome quitar mi bolso. Cagüenlaleche, con lo agusto que voy yo aquí a mi bola y todos los sitios libres que hay, va y se tiene que sentar a mi lado, ¡que son las 11 de la mañana hombre, que el autobús va vacío!.

En fin, que sigo a mi bola con mi ipod y mi Demi Lovato cuando por el rabillo del ojo veo que se gira hacia mí y me habla.

Patricia: ¿Perdón? (quitándome el auricular educadamente)

Mongodelbus: ¿wonchinwonchinwó? (cara de desquiciado)

Patricia: ¿...perdón? (oh Dios no, dime que no eres mongo...)

Mongodelbus: ¿Wonchinwonchinwonchinwonchinwó?

Patricia:... (pensando mientras finjo una sonrisa amigable que me sale fatal) Joder, ¿y ahora qué le digo? ¿¿éste en qué idioma habla??


Disimuladamente me pongo el auricular otra vez y me dedico a ignorar al pobre mongo. Me bloqueé. A lo mejor voy al infierno, quién sabe, pero ¿qué iba a hacer yo?.

Lo mejor fue el momento de bajarme, la última parada leches, TODOS los viajeros nos bajamos, pues él no, él me pone así las piernas de medio lado para dejarme sitio para pasar y cuando ya he pasado me sigue hasta la puerta del bus diciéndome "¡¡wonchinwó, wonchinwó!!", mientras yo me hacía la loca y la gente me miraba con cara de pena.


Experiencia mongo total, vamos, mi don en todo su esplendor.



Vamos, que Dios estuvo años dudando si dotarme con la anticelulitidad eterna o con este don tan útil y tan potente, y se acabó decantando por hacerme capta-mongos, un don al que todavía no he conseguido sacarle mucha rentabilidad, pero no pierdo la esperanza, quizás en un futuro acabe trabajando para una versión remasterizada de "¿Quién sabe dónde?", y cuando tengan que encontrar a gente que necesite medicación me soltarán a la calle y yo lo atraparé cual imán humano, vamos, que lo encuentro fijo. Interesante...

martes, 27 de septiembre de 2011

Begui Boo

Hoy hace 29 años que llegó al mundo una persona maravillosa. Una persona que me maravilla a diario con su inteligencia, su cultura, sus consejos, su amistad. Una persona que ha sido lo mejor que me ha pasado este año. Una persona con una generosidad abrumadora que ha estado conmigo en muchos, por no decir todos, los peores momentos que me ha traído este año. Una persona cuya voz es pura música, y cada vez que la oigo es para recibir avalanchas de amor. Una persona que la primera vez que me habló supe que quería que fuera mi amiga para siempre. Una persona fuerte como nadie que ha superado las mayores derrotas levantándose una y otra vez sin pensárselo. Una persona de la que siempre me siento orgullosa de presentar a la gente, para que se mueran de envidia de la amiga que tengo. Una persona que transmite dulzura y pasión a la vez. Una persona que irradia una espectacular belleza tanto por fuera como por dentro. Una persona que, aunque intente describirla, no hay palabras para expresar lo que ella es.




Hace 29 años, Dios decidió lucirse, porque hace 29 años nació mi amiga Bego.






Feliz, feliz cumpleaños Bego.

domingo, 25 de septiembre de 2011

I love León

Este fin de semana he estado en León. Sí, en León, esa ciudad maravillosa de la que siempre que vuelvo soy una persona completamente nueva y renovada después de mil millones de conversaciones trascendentales con mi tío y unas cuantas tapas de chorizo leonés. Ese León.

León es un rincón del mundo fascinante para mí por toda la buena energía de la que vuelvo cargada cada vez que voy. Mi tío suele ayudar mucho a esa profusión de buen rollo porque siempre me dice lo buena persona, inteligente, madura y maravillosa que soy, y claro, yo me siento súper-mega guay y voy dando saltitos por la calle en plan "soy súper genial que me lo ha dicho mi tío y mi tío sabe mucho la la la la laaaa". Pero aparte de porque mi tío, una de mis personas favoritas en el mundo, vive allí, León mola mil y no se parece a ningún otro sitio del mundo.


Yo creo que es un cúmulo de cositas pequeñas que empiezan desde los muñequitos verdes tan chulis que corren al lado del cronómetro de los semáforos hasta la pastelería increíble del morir donde cada vez que voy descubro algo nuevo que no había visto nunca. Esta tarde he descubierto un gramófono antiguo maravilloso, y la vez anterior que fui descubrí que en los lacitos que le ponen a las cajas de pastas pone "León", así queda patente que esos dulces tan ricos son de la ciudad más guay de toda Europa.

Estos pequeños viajecitos cada X tiempo me hacen súper feliz, cada vez que voy descubro que mi primo "pequeño" es cada vez más guapo, más majo, más listo y mucho, mucho más alto que yo, y además siempre voy con la ilusión de adivinar esta vez cuál de todas las manos que hay plasmadas en la estatua de bronce que hay en la plaza al lado de la catedral es la de mi tío. Retos personales que tiene una, mire usté.

El caso es que adoro León y lo adoro porque Dios cuando estoy en León me quiere más y hace que mi suerte se triplique, y también porque he comido un cordero, una cecina, una morcilla y un queso que se me saltaban las lágrimas y me daban ganas de bendecir la mesa y dar gracias por los alimentos. Y todo ello al lado de Mr. Rossi, Mini-yo y Bego y Chechu, a los que adoro y quiero mil y cada día que pasa me siento más cerca de ellos. Siento de sentir y de sentarse, los dos.

Pues eso, que León está inmediatamente debajo del cielo, y yo he estado allí este fin de semana.

Ah, y como anécdota maravillosa del viaje, Mini-yo se lo ha pasado de muerte, no ha parado de reírse, se ha portado muy bien, no ha llorado (¡oh!) y ha salido del armario:




(lo que se ve en el espejo no es para nada que mi marido tenga una chicha mortal, no señor, es un efecto óptico, que mi marido tiene tableta de chocolate)

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mi oficina y yo

Estos días en que mi horario consiste en estar todo el santo día en la oficina me hace tener muchas horas de soledad para pensar. Pensar, ese acto del demonio que siempre empeora las cosas y las amplifica por mil.


El caso es que todo el mundo me dice sin parar que me lo piense dos veces y me vaya a la otra oficina donde tendría un horario mucho mejor, pero hay algún motivo no escrito por el que quiero quedarme en esta oficina con estos compañeros y con la rutina a la que ya me he acostumbrado a toda costa.


El horario es terrible, lo sé. Me levanto por la mañana y visto a mi niña bostezando y desperezándome una media de 10 veces por minuto. La llevo al cole, y mientras ella va saltando, cantando, gritando y corriendo (a mi niña le gusta muuucho el cole), yo no puedo dar más de tres pasos sin parecer una de las mascotas del Facebú que llevan 3 días sin comer. Me arrastro hasta la sala de desayunos, donde la profesora (ah no, que ya no son profesoras, que ahora son son "educadoras") intenta evitar cualquier contacto visual conmigo por recordarle a la serie esa de los zombies.


Por la noche cuando llego a casa suelo llegar tan cansada que ni me desmaquillo antes de meterme en la cama, lo cual hace que cuando me levanto sea lo más parecido al Grito de Munch. Sin embargo, aunque esta rutina es matadora, por algún motivo yo me siento enormemente feliz de trabajar en la empresa en la que trabajo y tener los compañeros que tengo que me valoran tanto como lo hacen. Lo llevo bien, creo que esta disciplina me hace feliz (y resalta más mis preciosas ojeras) aunque mi estado diario parezca un poco pusilánime.



Espero no tardar mucho en tener un horario un poco más de persona normal, porque esto de ver a diario como todos mis compañeros desfilan por mi cara despidiéndose hasta el día siguiente mientras yo les saludo cual infanta pensando en que todavía me quedan un par de horas de conversaciones conmigo misma es una tortura para el ser humano. Y eso sin mencionar cuando empiezas a contar el tiempo que te queda hasta tu hora de salida en campanitas del reloj del Palace...

domingo, 18 de septiembre de 2011

7 razones por las que me encantan los domingos

- Porque tiene mala fama, porque nadie le quiere. Porque la gente está de mejor rollito los viernes, y no se da cuenta de que los viernes se trabaja y los domingos se descansa.

- Porque es el día de los dominicales, y cuando era pequeña me encantaba leer El Pequeño País, el Blanco y Negro...

- Porque al día siguiente es lunes, y a mí, querido lector, me gustan los lunes.

- Porque suelen ser el día de juntarse a comer con la familia, y para mí eso es motivo más que suficiente para esperar el domingo con entusiasmo.

- Porque el domingo es un día para escuchar al cuerpo: si quiero levantarme tarde, lo hago, si quiero comer a las 4, lo hago, si quiero echarme una siesta, lo hago, si me quiero pegar 1 hora y media en la ducha, lo hago. Los domingos son para mimarse sin remordimientos.

- Porque tengo muy buenos recuerdos de ellos. Los domingos era el día en el que mis padres nos llevaban al Retiro y después íbamos a casa de mis abuelos.

- Porque fue un domingo el día que mi hija decidió que ya iba siendo hora de conocer todo esto...

jueves, 15 de septiembre de 2011

Impresiones ninjas

Esta semana tengo horario de tarde, es decir, llego tardísimo a trabajar por la mañana y me voy a casa de noche, y esto quiere decir: me paso unas 2 horas completamente sola en la oficina.

Hoy parece que hay gentecilla, pero ayer por la tarde no había ni el tato, así que ahí estaba yo, toda la santa tarde en una recepción por la que de vez en cuando pasaba algún que otro matojo rodando.


En uno de esos momentos de lucidez que suele brindar el aburrimiento se me ocurrió imprimir unas cuantas cosas que tenía pendientes (de trabajo, por supuesto, ¿personales? nuuuuunca...), y como es normal y habitual en estos casos en los que los chicos encargados de estos temas están hasta arriba de trabajo como para atender tus tontunas o se han ido a su casa como todo hijo de vecino, la impresora-tamaño-nevera se ha puesto a hacer pitidos extraños según le iba enviando documentos y, como no, no me ha imprimido nada.


Me cachis en la mar, ya empezamos. Fijo que ahora lo dejo sin imprimir y mañana cuando llegue están ahí todos mis documentos a la vista de todo el mundo, no no no no, paso paso paso, a ver, esto lo tengo que arreglar yo, no puede ser tan difícil...


Me levanto, le doy a todos los botones que me parecen así como de darle, ¿a ver?, nada, que no imprime, vuelvo a mi sitio, le vuelvo a dar a imprimir a dos o tres de los documentos, vuelve a sonar el pitidito fatídico pero nada, que no sale. Cagüenlamar aparato del demonio... esque no entiendo como un cacharro tan grande puede dar tantos problemas, ¡para cuatro botones mierderos que tiene y hay que ver la guerra que da!.

En fin, mira, paso, que tampoco creo que pase nada por que algún que otro compañerito madrugador vea mis fotos de maquillajes, yo me voy a poner a mis cosas y que le den al cacharro éste de la mierda.


Total, que me siento a mis cosas, lari lari, un poco de noticias Yahoo por aquí, un email por allá... y cuando llevo un rato largo largo en mi mundo, lo suficiente como para haberme olvidado del señor Minolta, oigo depronto un pitido largo proveniente del inútil cacharro asqueroso, y depronto el aparatito empieza a escupir hojas como un condenao, tanto que se salta su programación de ponerlas todas una encima de otras ordenaditas y empiezan a caerse al suelo. Yo me levanto para darle al stop pero según veo las hojas me doy cuenta de que entre mis impresiones sobre maquillajes preciosos hay cosas de alguna otra persona, con lo que claro, no lo voy a parar, así que empiezo a recoger los papeles, pero la máquina cabrita sigue escupiendo. Paro y decido esperar a que la máquina termine su función y recoger entonces.


Miro a mi alrededor y la imagen es desoladora. Árboles. Árboles muertos por toda la recepción. Papeles que seguro que la persona que los envió ha dado por perdidos en el ciber espacio que se crea entre tu botón de imprimir y la bandeja de la impresora.


Así que ahí estoy yo, a las 8 de la tarde prácticamente sola en mi oficina, monísima con mis tacones y mi vestido y recogiendo un montón de caretos de Julia Roberts y documentos en distintos idiomas, y preguntándome cómo el señor Konica Minolta no tiene el premio Príncipe de Asturias al aparato más complicado y difícil de entender de la historia.



Totalmente surrealista, como muchas de la situaciones que vivo a lo largo de mi vida. Pero en fin, el momento impresora forma parte ya de la vida cotidiana de cualquier persona que trabaje o haya trabajado en una oficina, ¿no es así?.

martes, 13 de septiembre de 2011

Pofavó

Llevo una temporada un poco triste. No sé si es que se nos acaba el verano, que me han cambiado al horario malo o yo qué sé qué, pero me siento down down down.

Supongo que esto de ver siempre tantos cambios viniendo a lo lejos y no tener tranquilidad nunca ayuda mucho a este repentino estado de decadencia absoluta en el que me siento como si estuviera constantemente persiguiendo a la gente de mi alrededor buscando amor como una loca y ronroneando como un gatito en buscar de mimos desesperados.

Supongo que es normal estar un poco más de bajón en ciertas épocas y seguro que a todos os ha pasado alguna vez. Eso espero, porque si no debo estar quedando como una energúmena de las chachis.


En fin, no creo que me dure mucho este estado tan deplorable, por mi parte prometo no dar mucho más la vara con mi metamorfosis a oso amoroso/pasteloso, a ver si mi amado lector se va a aburrir y va a pensar "ya no la leo más, por poco original y culo gordo". Pasaré este trago como hace todo hijo de vecino, comiendo mucho chocolate, viendo pelis/series tristes y escuchando a Alejandro Sanz (momento "se me fue el baifo", lo sé).




Aynssss, qué será de mí... (mirada al infinito)

sábado, 10 de septiembre de 2011

Girl´s night out

Hay días que son de brillo y días que son de mate. Ayer, por ejemplo, fue día de mate. Sorpresa detrás de una esquina, tarde de spa, fiesta de pijamas, pizza, jugar a las películas y hablar hasta las mil.


Pero hoy.......
















... hoy es día de más sorpresas apareciendo detrás de una esquina, de regalar picardías, de cenar en un reservado y de paseo por Madrid en limusina. Y, por supuesto, de mojitos, bailes y risas hasta las mil.




Así que creo que hoy es un buen día para que le quite el polvo a mi súper-mega-me-como-el-mundo barra de labios y me olvide de todo lo demás. Dudo mucho que a Araceli le dé por pasearse por mi blog un día como hoy, así que la sorpresa todavía está bien a salvo.






Pues sí señores, hoy es definitivamente un día de brillo. Y para mí, eso es BIG DEAL.

martes, 6 de septiembre de 2011

Viaje en el tiempo. Volúmen II

- Hace 10 años:

Empezaba a vivir sola


- Hace 5 años:

Tocaba fondo en todos los sentidos


- Hace 2 años:

Estaba preparándolo todo para recibir a mi hija en el mundo


- Hace 1 año:

Recibí por error un email que contenía una de las decepciones más dolorosas de mi vida


- Hace 6 meses:

Conocí a Bego. A mi Bego.


- Hace 1 mes:

Me contratabannnn....


- Hace 1 semana:

Me sentía horrible porque alguien a quien adoro estaba triste


- Hace 1 día:

Me reía a carcajadas con mis amigos, mi marido y mi hija en un restaurante del centro


- Hace 1 hora:

Abril y yo aprendíamos un juego nuevo en la bañera


- Hace 10 minutos:

Leía un blog de moda del que soy fiel seguidora




- Dentro de 10 minutos:

Empezaré el ritual de todas las noches para dar por finalizado el día


- Dentro de 1 hora:

Estaré abrazada a mi marido en la camita


- Dentro de 1 día:

Estaré celebrando que por fin se acabó estudiar para el famoso exámen


- Dentro de 1 semana:

Tendré al fin algo de tiempo libre para llamar a gente a quien quiero llamar hace tiempo y ver a gente a quien quiero ver hace tiempo


- Dentro de 1 mes:

Lloraré como una magdalena en una preciosa boda


- Dentro de 6 meses:

Cambiaré unas pastillitas por otras...


- Dentro de 1 año:

Abril tendrá un "juguete" nuevo


- Dentro de 2 años:

Mi casa será mía, mía mía mía...


- Dentro de 5 años:

Habré viajado una vez más al nuevo continente en compañía de mi familia


- Dentro de 10 años:

Tendré una familia súper-mega grandísima



Hace 3 años hice este mismo exámen del tiempo y desde entonces no lo había leído hasta hoy. Es maravilloso tener objetivos a través del tiempo y ver que no vas nada desencaminada con respecto a lo que quieres que sea el resto de tu vida. Todas mis pequeñas predicciones se cumplieron, y dada la velocidad a la que voy cumpliendo mis propósitos a corto y largo plazo, creo que puedo decir que voy a ser muy, muyyyyyy feliz en mi vida futura. Justo como hasta ahora.


Y nadie, nadie puede cambiar eso, por mucho que lo intenten...

viernes, 2 de septiembre de 2011

Farewell....

Una nueva etapa ha empezado en nuestras vidas.

Ésa es la versión "vaso medio lleno" de la historia, porque lo cierto es que ha ocurrido un drama enorme que cierra un ciclo y abre otro:

Chispy, el muñeco favorito de Abril sin el que no puede salir de casa, dormir, estar tranquila en el sofá y muchas otras cosas, se ha perdido para siempre.


Pues sí, no sé cómo ocurrió, fue todo un misterio, pero estábamos en el zoo, Chispy estaba en el carro, avanzamos 10 metros, y depronto ya no estaba. Lo buscamos por todos lados, por los pingüinos, por las focas, por los flamencos y por todos los sitios donde habíamos estado, pero como si se lo hubiera tragado la tierra, Chispy se perdió.


En ese momento puse toda mi esperanza en la bondad humana, pensando que alguien lo habría encontrado y lo habría llevado a Objetos Perdidos, o en su defecto que aparecería por ahí tirado, los de la limpieza lo encontrarían y al día siguiente cuando llamara al zoo me dirían que Chispy estaba ahí, esperando a que viniera alguien a buscarle, y yo me imaginé el reencuentro entre Chispy y Abril a cámara lenta. Así que en ese momento lo asumí muy maduramente después de correr y gritar mucho por todo el zoo. Oh, qué sería de la vida sin el drama.


Pero no, nadie lo llevó a Objetos Perdidos, ni lo dejaron tirado por ahí ni lo tiraron a un cubo de basura ni nada, Chispy no apareció. Esto quiere decir: Chispy fue vilmente robado por alguien sin corazón durante los 30 segundos que pasaron desde que se cayó del carro al subir las escaleras y nos dimos cuenta de que ya no estaba hasta que fuimos a por él.



El momento de meter a Abril en la cama fue bastante triste, ella flipaba mientras yo le daba otros peluches monísimos del morir que tiene, pero ella, con mucho cariño y mucho amor, los tiraba fuera de la cuna y me decía con su preciosa carita que me metiera los ositos por donde me cupieran. Lo intenté, pero no me cabían en ningún sitio.


Esa noche durmió fatal (de verdad, Chispy es MUY importante para mi hija) y yo sufrí muchísimo pensando que mi niña había perdido su objeto más preciado y le costaría muchísimo dormir sin él a partir de ahora, porque ya hemos comprobado otras veces que si está muy cansada puede meterse en la cuna sin darse cuenta de que Chispy no está, pero antes o después durante la noche se despertará llorando pidiendo a gritos la compañía de su conejito.



Llegué a trabajar al día siguiente como un alma en pena, en plan "oh, con qué cara voy a mirar a mi hija el día de mañana cuando me pregunte: mamá, ¿qué fue del conejito que sale conmigo en todas mis fotos desde que nací hasta que cumplí un año y medio?". Y entonces, esperando un poco de comprensión, amor y compasión, le conté mi terrible desgracia a Alina, mi compañera, que es un sol, una persona muy empática y muy, muy comprensiva:


- Ali tía, no sabes lo que me ha pasado

- ¿¿Qué te ha pasado??

- Una cosa horrible tía, lo peor

- ¡¡Qué dices!!

- Sí tía

- ¡¡¡Cuéntame!!!

- ¿Sabes el conejito de mi niña, Chispy, ése que sale con ella en todas sus fotos, el que siempre os digo que es su mejor amigo, que no puede hacer nada sin él? se ha perdido tía, se perdió ayer en el zoo, ha desaparecido. Para siempre.

- ¡¡Joder Patri, qué susto me has dado!!

- ¿Qué susto te he dado? ¡¡es una súper desgracia!!

- ¡¡Ay Patri!! ¡¡pero si no es más que un juguete!!

- ¿¿Un juguete?? ¡¡un respeto que estás hablando de Chispy, el juguete favorito de mi hija desde que nació, el único capricho que le compré antes de que naciera que me costó una pasta pero me empeñé en comprárselo cuando no teníamos un duro!! ¡¡¡Chispy era uno más de la familia, y se ha perdido!!!

- ¡¡Mira Patri, tu hija es súper afortunada, tiene a sus papás, tiene una casa muy grande, tiene un montón de juguetes, está sana, tiene cariño, tiene amor..., Chispy no era más que un juguete que seguramente mañana ya no se acuerde de él!!, ¡vale, es una pena que se haya perdido porque era su juguete favorito, pero te vas a una juguetería, le compras el que ella elija y punto, se acabó la historia hombre! ¡que pensé que me ibas a decir algo importante leches, pero el conejito no era más que un muñeco!

- ... *sob*...

- ¡¡Que no hombre que no, que no se puede estar tan aferrada a un objeto hombre, los objetos se pierden y se rompen, pues ya está, se perdió Chispy, a otra cosa!!


Y se pone tranquilamente a su ordenador.


...




Y yo me quedo ahí dándole a la cabeza...


...


... y depronto digo...


¡¡PUES ES VERDAD!!



Jolín, pues sí, es una pena que se haya perdido Chispy, pero soy yo la que está haciendo un drama de todo esto, menuda tontería, yo aquí con una pena del morir y mi hija va y hoy esque ni ha hecho un amago de acordarse de Chispy, nada, a su bola, viviendo el momento tan campante. Chispy es, como dice Alina, un simple objeto, ni come ni mea ni habla ni siente ni nada, y yo tratándole como si fuera un hijo más, ¡¡venga hombre!!, se ha perdido, ¡pues ya está, a otra cosa ni que no tuviera yo problemas más graves hombre!.






Y esque a veces necesitamos estas bofetadas en toda la cara para darnos cuenta de que los seres humanos tendemos al idiotismo y buscamos problemas donde no los hay.










Gracias Alina.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Conversación real




- Hola, llamamos de la nueva guardería de Abril Martínez. Le hemos puesto la reunión para conocernos mañana a las 11.


- ¿A las 11? bueno, verá, esque a esa hora estoy trabajando, ¿no puede ser por la tarde?


- No, por la tarde no puede ser, se la puedo poner si quiere a las 12.


- Ya... bueno, esque a esa hora también estoy trabajando... ¿puede ser quizá más temprano, sobre las... 8.30?


- No, la primera es a las 11.


- Ya, eeeehhhh...., pues no sé, no sé qué hacer...


- ....


- Esque claro, me pilla en todo el medio de mi horario laboral, me viene fatal. Me imagino que os pasará con todos los padres...


- No, la verdad que no, los padres suelen venir a la cita.


- Ya bueno, pero esque si yo pudiera ir a la cita sería porque no tengo que trabajar, y si no tengo que trabajar no llevo a mi hija a la guardería...


- ....


- Bueno, no sé, llame si quiere a mi marido, a ver si él puede hacer una excepción y pueden llegar a un acuerdo con la hora...


- Es sólo una hora para conocerles, no le quitamos mucho tiempo.


- Ya, pero esque nosotros entramos a trabajar temprano y luego tardamos 1 hora en bajar a Madrid, si salgo de la guardería a las 12 llego a Madrid a las 13, así que casi me sale mejor pedir el día libre...


- Mejor llamo a su marido a ver si él puede venir.


- Sí, mejor, gracias.







¿¿Me pueden explicar cómo leches lo hace la gente??
Web Statistics