lunes, 27 de febrero de 2012

Necesito un abrazo

Este fin de semana ha sido un gran fin de semana. He cenado con mi mejor amiga y a su marido, he achuchado a mis sobrinos, he visto dos pelis muy buenas (aunque angustiosas ambas) que me han encantado, he dormido mucho mucho mucho, he disfrutado de mi enana y mi marido...


... sin embargo me siento cansada, terriblemente cansada y sin energías. Es como si día a día el desgaste fuera enorme, pero no consiguiera recuperar lo suficiente para sentirme renovada. Pero esque la cabeza no para de darme vueltas constantemente. Por las noches tengo sueños intensísimos, a veces angustiosos y otras simplemente muy vividos, pero me doy cuenta de que me levanto con la sensación de no haber descansado al cien por cien. Yo quiero soñar con nubes y mariposas y campos y flores. O encefalograma plano, como mi marido.

El caso es que de noche con mis movidas raras (hoy he sido tripulante en un barco al que atracaban, ¡ole!) y de día con mis movidas aún más raras, mis angustias y mis por qués. Por qué mi madre no me habla, por qué mi padre no me quiere, por qué mi cuñada quiere destruirme, por qué por qué por qué, y esque no consigo superarlo.


Se me hace tan duro pensar que no quieren saber nada de Abril, que no les importa cómo estamos, que nosotros estamos pasando por todo lo que estamos pasando y a nadie le importa, a todos les da igual, no quieren saberlo...


Sé que doy mucho la vara con este tema y que soy muy pesada, pero esque no consigo superarlo. Mi vida es maravillosa, y no es maravillosa por ciencia infusa, lo es porque yo lucho todos los días para que lo sea, disfruto de mi marido y mi hija a más no poder, de mis sobrinos, de los fines de semana y del día a día, pero no consigo superarlo, no consigo obviar el gran vacío que me crea el no tener a mi familia a mi lado, y lo peor es saber que es porque ellos no quieren. Y es como si mi cabeza no consiguiera descansar.


Supongo que sólo me hace falta tiempo, tiempo para pasar a la siguiente fase, que espero que sea la de aceptarlo, y tiempo para perdonar, aunque sea sólo en mi cabeza pero perdonar de una vez y descansar la rueda de hamster ésta que tengo por cerebro.


En fin, espero que estas entradas tan sórdidas acaben pronto y me sienta mejor en un corto plazo de tiempo, pero hoy por hoy necesito un abrazo, un graaan abrazo...

jueves, 23 de febrero de 2012

Tocando techo

Recientemente me he dado cuenta de cómo funcionan ciertas cosas en algunas empresas. Mi empresa es muy grande, grandísima, tanto que somos el paraguas de otras cuatro empresas que son el motivo de éxito o fracaso de marcas como Media Markt, Google, Campofrío, Toyota, H&M, L´Oreal, Nespresso, Sanitas, Levi´s, Mercedes, Schweppes... . Mi empresa y sus "hijitas" tienen muchísimo éxito alrededor del mundo, y yo, que estoy en la recepción donde se hacen las reuniones gordas, veo mucho más de lo que la gente cree. Veo actitudes de la gente al saludar y despedirse de un cliente, veo felicitaciones de unas empresas a otra por lo números conseguidos, veo estados de ánimo de los directores de las diferentes agencias..., la recepción es un lugar en el que, si prestas atención, apruebas psicología sin estudiar.

Pero de lo que me doy cuenta es de que la gente se escucha. Me explico, muchas de las reuniones empiezan en una sala, pero terminan en la recepción antes de coger el ascensor o volver al puesto de trabajo. Es decir, la reunión y todos los puntos preparados con anterioridad se exponen y se debaten en la sala, pero cuando llega la hora de despedirse siempre surgen temas relacionados con la reunión que se desarrollan de una manera mucho menos oficial antes de despedirse y cruzar la puerta. Y yo me fijo en la gente que habla y veo que la gente se escucha, la gente se presta atención entre sí, se pone interés en lo que el otro está diciendo. Se toma en serio, en una palabra.


Y esto es algo que en mi puesto echo mucho, mucho de menos.

Yo tengo una jefa estupenda, una mujer todo-terreno capaz de llevar la agenda de 4 directivos distintos y que jamás, jamás en la vida pierde los nervios. Yo aprendo muchísimo de ella y de su manera de funcionar, aparte de que para mí es una delicia trabajar con alguien que te trata con respeto y no paga contigo sus desbordaduras (que es algo muy, muy común en una relación secretaria-recepcionista). Pero también me he acabado dando cuenta de que ella está siempre muy ocupada, muchísimo, y delega mucho en mí, es decir, me deja hacer las cosas a mi manera siempre que le saque el trabajo adelante y no se mete en mi trabajo en absoluto. Eso es algo que yo agradezco muchísimo porque quiere decir que confía en mí y que tiene mi mismo modus-operandi con respecto a la vida, es decir, deja a cada uno ser como es y hacer las cosas a su manera que cada uno tenemos nuestro estilo.


Pero también me doy cuenta de que siempre que me acerco a ella para plantearle cualquier duda, para comentarle cualquier novedad o para contarle cualquier problema que haya surgido, siento que le estoy dando la chapa. Yo siempre entro en su despacho y le pregunto "¿tienes un minuto?" y ella me pone cara de agobio y me dice "no, pero no lo voy a tener, así que dime", y yo le respondo antes de proceder a comentarle mi duda "es medio segundo, de verdad, muy rápido".

Y me cansa. Me cansa el hecho de que se asuma el puesto de la recepcionista como el de persona que no pertenece a ningún departamento y que no debe molestar a nadie. Me agobia el sentir que todas mis dudas, mis cuestiones o comentarios están quitando tiempo a alguien de hacer lo que en realidad debería estar haciendo. Me crea muchísima angustia pensar en que yo no tengo el derecho a poder hablar con alguien sin que tenga que recortar mi discurso a lo estrictamente necesario porque todo lo que sea alargarse más del tiempo estipulado para interrumpir a alguien y dejarle seguir con su trabajo enseguida es morralla que hay que eliminar.

Y el caso es que si miro para atrás, siempre ha sido así. Siempre he trabajado para gente ocupadísima a la que le hago perder el tiempo si necesito consultarle cualquier cosa. Pero eso sí, la recepcionista no puede hacer nada sin que le interrumpan para cualquier cosa, cualquier dato pequeño, cualquiera puede venir a pedirnos información mientras hablamos por teléfono, a pedirnos un recado urgente cuando estamos sumergidos en otro recado urgente o llamarnos por teléfono e interumpir nuestra concentración en lo que estábamos haciendo. Eso está totalmente aceptado. Y yo lo asumo, sé que mi trabajo es así, sé que no puedo mantener una conversación con un compañero sin que suene 3 veces el teléfono, sé que no me puedo ir a hacer fotocopias a la otra punta de la oficina sin tener que pasearme un par de veces hasta la entrada porque llama al timbre gente de otras agencias que viene a tomarse un café en nuestra cafetería (algunas agencias no tienen máquina de café), sé que si viene una visita y quiere una botella de agua, un cuaderno de la empresa o que avise a otra persona más aparte de a quien vienen a ver es absolutamente prioritario ante cualquier otra tarea que pueda estar haciendo y lo debo realizar en el momento. Yo lo asumo, sé que mi trabajo es así y no me molesta, estoy acostumbrada a ello y creo que sé llevarlo, no me incomoda tanto como para exponerlo aquí como una queja, tengo muchas ventajas que gente con puestos superiores desde luego no tiene.


Mi problema es que yo sé que mi puesto de trabajo es el de una "mandada". Yo, para ser una buena profesional, debo hacer las cosas tal y como me dicen que las haga pero eso sí, quedarme con las cosas a la primera, que no me surjan dudas y si me surjen, ser resolutiva y solucionarlo todo sin molestar a mis superiores, que tienen mucho trabajo y no están para perder el tiempo. No se me permite ser sosegada ni ser alguien a quien hay que explicarle las cosas paso a paso, no, hay que ser espabilada y pillarlas al vuelo, leer entre líneas y saber exactamente lo que se espera de ti, aunque no te lo digan. Y bueno, qué quieren que les diga, las recepcionistas también tenemos nuestros días en los que estamos espesas y también necesitamos que se tomen su tiempo para dejarnos las cosas claras para poder dar exactamente lo que se nos pide.


Y reconozco que llega un momento en el que me agoto y me gustaría que mis opiniones se escucharan como las de cualquier otra persona, porque yo sé que hago bien mi trabajo y tengo muchísimas ideas para mejorarlo, pero exponerlas supondría quitarle un tiempo del que no dispone a la persona que te las tenga que aceptar. Y en el fondo sé que esto va a ser siempre así, que la recepción es lo que tiene y que su función es quitar trabajo a los demás, no darlo.


Y me siento mal, me siento como Rachel cuando llevaba años en el Central Perk y decía que sabía que no valía para ese trabajo pero que nunca había hecho ninguna otra cosa como para cambiar ahora, como cuando le decía a los demás que necesitaba sentir que estaba haciendo algo que realmente supiera hacer, trabajar en algo que hiciera bien. Eso es justo lo que siento. Sé que tengo mucho más potencial del que el trabajo de recepción me deja expresar, pero por otro lado es imposible llamar a las puertas y decir "¡hey, contrátame, soy una esponja y si me enseñas sé que voy a trabajar muy bien!", porque esto, la recepción, es lo único que he hecho en mi vida (hablamos de oficina) y no sé cómo sería empezar de cero en algo nuevo, no sé si tengo fuerzas para adaptarme a una nueva forma de trabajar más allá de lo que ya conozco, aunque por otro lado me encantaría saber que mis opiniones son escuchadas. No digo ser importante y que la gente tome nota de lo que digo, sólo pido saber que puedo hablar y no va a ser "la corta, resumida y trivial opinión de la recepcionista".




Me gusta mi trabajo y me encanta mi empresa, pero no sé, siento que estoy tocando techo y que esto se me empieza a quedar corto. Yo me escucho mucho a mí misma y me doy cuenta de que últimamente tanto los temas en los que pienso como los que comento por aquí son todo quejas y harturas, reivindicaciones de cosas que me parecen mal y no me gustan, y ése no es mi estado normal, sé que estoy en este estado porque me doy cuenta de que algo no termina de llenarme (laboralmente hablando, por supuesto).



En fin, que esta pequeña crisis existencial está dando pie a posts más largos de lo normal. Menos mal que tengo mis vías de escape y afortunadamente en mi vida diaria soy muy, muy escuchada. Veremos cómo va evolucionando todo esto...

miércoles, 22 de febrero de 2012

Así funciona a veces la justicia

Hombre: Hola, me gustaría denunciar un atraco

Agente: Un atraco ¿eh? ¿dónde tuvo lugar?

Hombre: Yo iba andando por la calle y un hombre sacó una pistola y me dijo "dame todo tu dinero"

Agente: ¿Y usted lo hizo?

Hombre: Sí claro, yo colaboré

Agente: ¿Así que usted por voluntad propia le dio su dinero a ese hombre sin oponerse, intentar escapar o pedir ayuda?

Hombre: Bueno... sí, pero estaba aterrorizado, ¡pensé que iba a matarme!

Agente: Mmmm... pero cooperó con él. Y me han informado de que es usted bastante filántropo

Hombre: Colaboro con la caridad, sí

Agente: Así que usted le gusta dar dinero. Tiene usted el hábito de dar dinero.

Hombre: ¿Y eso qué tiene que ver con esto?

Agente: Usted, con conocimiento de causa, pasea por la calle con su traje cuando todo el mundo sabe que a usted le gusta dar dinero, y no se enfrenta cuando alguien se lo pide. Suena a que usted le dio dinero a alguien, pero ahora está teniendo arrepentimiento post-donación. Dígame, ¿realmente quiere usted arruinar la vida de esta persona sólo por su error?

Hombre: ¡¡Esto es ridículo!!

Agente: Esto es la analogía de una violación. Esto es a lo que las mujeres se enfrentan cada día cuando intentar hacer justicia contra sus violadores.

lunes, 20 de febrero de 2012

Y otra vez lunes...

... pues sí, otra vez lunes.

A mí me gustan los lunes. Sí, soy así de rara, me gustan los lunes. Los lunes vengo con la pila cargada, me suele costar menos levantarme por la inyección de sueño que me meto durante el fin de semana, vengo con ganas, con ganas de empezar una nueva semana con nuevos proyectos. Obviamente no proyectos trascendentales a largo plazo, si no proyectos de quedar, de salir, de planear, de organizar...

A mí lo que me cuestan son los martes. Los martes estás todavía a principio de semana y el finde te queda de lo más lejos, pero ya no tienes esa energía tan arrolladora de los lunes. Los martes son días que deberían eliminar del calendario ¿no les parece?, deberíamos pasar directamente al miércoles, que ya empieza a invadirnos el espíritu del "ya queda menos", ya vemos el viernes acercarse y ya pensamos en que mañana es jueves. Y los jueves molan, no me digan que no.


Lo animada que llegue el lunes a trabajar es directamente proporcional a lo bueno que haya sido mi fin de semana. Y hoy he venido muy happy, y esque este fin de semana ha sido muy, muy guay.

El viernes, después de llevar a la enana al cole vestida de princesa (a ver, traje de princesa rosa súper-mega veraniego al que le tuve que añadir una camiseta blanca debajo y unos leotardos y como ya no le valen sus manoletinas blancas y ante la falta de tiempo para planearlo llevó sus Crocs del Primark... azules, FAIL) y con su abrigo violeta con alas de mariposa. No quiero ni contar la cara de emoción de mi hija cuando vio que no iba a ir al cole con su insípido uniforme azul marino y en su lugar iba a ir llena de velos, purpurina y gasa y con unas alas. Después de hacerle un montón de fotos que, por supuesto, adornan la pantalla de mi móvil haciéndome así sonreír cada vez que chequeo mis mensajes, me fui a trabajar y después, a cenar con mi preciosa mejor amiga (digo preciosa porque ES preciosa, pero esque el viernes estaba aún más preciosa con su pelo de peluquería) y con un gran amigo que salió de Tuenti (junto con una persona más, lo único bueno que salió de allí), y por supuesto con nuestras respectivas parejas y con Mini-yo y sus alas.

Hamburguesón, risas, aros de cebolla, disfraces, mojitos, más risas, las vecinas de Valencia, muchas más risas.... fue una gran noche, como era de esperar.


El sábado nos tocó día casero. Hicimos algo de compra y fuimos al vídeo club, y eso ha sido más o menos todo lo que salimos. Vimos un par de pelis a las que le tenía muchas ganas (y me encantaron las dos), hicimos algo de limpieza, yo hice galletas de chocolate (galletas por decir algo, porque se me fue la mano con la levadura y salió una enorme galleta tamaño bandeja) y quitando una conversación con mi abuela que me reveló una nueva puñalada trapera por parte de mi familia que me rajó hasta los intestinos, fue un buen día. Por un momento pensé que iba a arruinar mi fin de semana, pero afortunadamente fui capaz de estar por encima (tenía mis dudas) y lo olvidé rápido. O al menos lo escondí en algún lugar de mi cerebrito.


Y el domingo todo lo contrario al viernes y al sábado. Por la mañana fuimos al parque de al lado de casa a montar en el tobogán, donde descubrí que tengo una súper pista de patinaje a 3 minutos de mi casa, ¡YAI! y nos dimos un paseo por el barrio. Para comer me marqué una ternera Strogonoff que me quedó de maravilla, y después de comer fuimos al parque Juan Carlos I a que Juno hiciera amigos. No hizo amigos, como era de esperar en Juno, pero eso sí, mi hija se lo pasó increíble jugando con los aparatos de ejercicios para perros. Y yo abracé tres galgos divinos y maravillosos y le lloré un poco a mi marido para que me dejara tener uno. No funcionó.

Y por la noche, después de acostar a Abril y que mi marido me preparara unos huevos con patatas y jamón serrano (que debe ser la comida que dan en el cielo)... los Goya. Una gala que me encantó (novedad para mí en esa gala), no sólo porque la presentadora estuvo genial, si no porque, contra todo pronóstico, la súper-mega triunfadora de la noche fue la película en la que sale Berna, mi maravilloso amigo Berna. Y el director le dio las gracias a "todos y cada uno de los actores que han trabajado en la película", con lo que esos 6 premios no pudieron hacerme más feliz.



Así que ése ha sido mi fin de semana, intenso y muy bien acompañada. ¿Cómo no voy a estar hoy contenta?.

jueves, 16 de febrero de 2012

Artistas y sus artisteos



Me encanta Adele. No soy fan, porque no he escuchado más que los singles que ha sacado, pero me parece que tiene muchísima clase. Suelo admirar a los artistas que escriben ellos mismos, especialmente cuando son tan jóvenes, y Adele escribe todas sus canciones, desde la primera hasta la última de sus dos discos, y eso para mí es digno de aplaudir, porque hoy en día tenemos a muchos artistas comerciales que son producto de todo lo que los expertos les dicen que canten, como Rihanna, que ni las canciones son obra suya, ni las coreografías, ni siquiera los estilismos, y eso por no mencionar que su voz está tan retocada que podría cantar yo sus canciones y nadie se daría cuenta. Así que Adele para mí es una gran artista con una voz impresionante y una mezcla de dulzura, fuerza y elegancia muy merecedora de todos los premios y las buenas críticas que está cosechando.

Pero, como buena artista que es, tiene sus excentricidades: Adele, menos de una semana después de cubrirse de Grammys, con menos de 6 años de trayectoria musical y justo en el momento en el que su carrera empieza a despegar a lo grande... decide que lo ha pasado muy mal en esta vida y que se va a tomar 5 años libres para dedicarse "a amar" a su pareja. Y se queda tan pancha.


¡Ole! 5 años nada menos, no se crean que con un añito disfrutando de su éxito y descansando tenía suficiente, ¡no señor!, Adele se nos ha enamorado hasta las trancas y quiere dedicar 5 años de su corta vida a "amar", nada más que a eso.

Pero bueno Adele por favor, que es muy bonito que quieras amar incondicionalmente, pero hija, hay que saber estar enamorada, yo también quiero a mi príncipe más que a nada en este mundo y no por estar 8 horas en una oficina mi relación es menos relación, vamos, que me parece muy bien que te tomes un tiempecito libre porque has sufrido mucho (recordemos que Adele ha estado a punto de perder su voz por un problema en las cuerdas vocales que le obligó a estar de baja mucho tiempo) y que el mal de amores te deja hecha polvo (sus dos canciones más famosas, Rolling in the Deep y Someone Like You son autobiográficas), pero 5 años me parece una exageración. Además, seré una egoísta, pero creo que te debes un poco a tu público, que te ha llevado hasta donde estás y quiere más material.


Vamos, que desde mi humilde opinión, si realmente se tira 5 años sin hacer ni el huevo más le vale salir en todas las revistas pillada por paparazzis porque si no cuando quiera volver no se va a acordar de ella ni Perry el ornitorrinco y habrán salido un millón de artistas con un estilo similar que estarán en lo más alto en ese momento y a ver quién te devuelve a ti tu trono. Eso por no mencionar que lo tuyo me huele al típico enamoramiento de celebrity que te va a durar un suspiro y más aún si ambos abandonáis vuestros trabajos durante 5 años para "amaros" únicamente durante todo el día. No sé yo qué tipo de pareja se mantendría firme si no podéis siquiera trabajar porque necesitáis estar el uno con el otro, vamos, que si realmente sobrevivís a esos 5 años, no sé cómo llevaréis el volver a cotizar en la Seguridad Social...


Vaya, una excentricidad de artista, eso es lo que me parece este tema. Pero Adele no es la única que comete estupideces en el mundillo de las celebrities. Aquí tenéis mi Top Five sobre las excentricidades más ridículas de los famosos:



Prince



Hace muchísimos años vi una entrevista en Lo+Plus (fíjate si hace años) con el fotógrafo de Benetton, el que hizo tan famosa la marca sacando gente de distintas razas, la foto del sidoso muriendo, las de los caballos etc. Contaba que en su trayectoria laboral, la persona más déspota a la que había fotografiado era a Prince. El artista iba de compras con todo su séquito de súbditos detrás y pasaba por las perchas mirando por encima la ropa, y prenda que le gustaba, prenda que cogía y tiraba al suelo mientras seguía caminando como si no fuera con él la cosa. Su asistente tenía que ir a toda prisa recogiendo toda la ropa del suelo y se tenía que encargar de hacer la compra de todo lo que Su Majestad había tirado al suelo. Por supuesto ni hablemos de probarse la ropa, el asistente en cuestión tenía un estricto listado con las medidas del cantante para saber qué talla necesitaba. Ya ven, Prince es tan divino que está por encima hasta de que algo no le siente bien, ya se encargan sus pobres pajes de eso.

Kim Kardashian



Yo de esta mujer no tengo ni idea, pero a mí lo único que me llega de ella es que es una pesetera que lo flipas. De ser una anónima depronto ha pasado a tener miles de fragancias, varias líneas de ropa, otras tantas de accesorios, una biografía familiar y como cuatro o cinco realities. Eso a parte de participar en Dancing with the stars y en no-se-cuántos programas más y vender como mil exclusivas al People, US Weekly, Ok! o la que le pille a mano.



El caso es que para mí que una tía que no es nadie depronto pase a contarnos su vida de cincuenta maneras distintas, pues como que me alucina, pero por si con todo eso no se estuviera haciendo lo suficientemente millonaria, resulta que depronto de un día para otro nos cuenta (vía exclusivón) que se casa con un tío. Ah, qué bien... ¿ y este joven que te lleva al altar quién leches es?, pues este chico es un tal Kris. Ah, mira, qué curioso, su nombre empieza con K, como el tuyo, y como tu apellido, y como tus dos hermanas Khloe y Kourtney... mmmmm... interesante. Y resulta que según nos cuentas que te casas y ganas una pasta por contárnoslo, organizas un reality con todos los preparativos de la boda y te forras. Después de mostrarnos todos tus entresijos, por supuesto organizas OTRO reality y retransmites en directo un bodorrio de agárrate y no te menées... y cobras un pastizal por ello.
Peeeeeero aquí no acaba todo, ¡no señor!, resulta que Kim nos cuenta (vía exclusiva, como no podía ser de otra manera) ¡que se divorcia! ¡después de un mes de matrimonio!. Y claro, ahora se dedica a ir por los programas explicando los motivos de su divorcio y haciendo CLING CLING en su cuenta bancaria.
Vamos, que no me creo nada, que ésta es una de esas personas que para mi gusto se dedican a vivir del cuento y a ir de millonaria por la vida contando sus intimidades y encima inventándoselas. Una excéntrica, ella y toda la familia Kardashian.




Tom Cruise




Todos sabemos que Tom Cruise es bastante bipolar y que se le va la pinza de un modo raruno raruno, eso no es nuevo para nadie. Pero cuando su señora se quedó embarazada y empezaron a dar rienda suelta a todas sus frikadas de la cienciología ya flipé.

El ser humano tiene miedos y movidas en la cabeza durante toda su vida que no sabe de dónde vienen. Bien, pues según Tom y sus marcianos cienciólogos, estos miedos residen en el momento del parto, porque tantos gritos, tanta sangre y tanta historia te mete en la cabeza una violencia que no es natural para nada. Conclusión, que así va el mundo como va y nosotros sin saberlo. Así que él, para que su hija fuera una persona con la cabeza muy limpita y muy pura, organizó el parto de su mujer a lo cienciólogo, es decir, todo con un solemne silencio. La parturienta no puede gritar ni hacer ningún ruido, nadie puede decir nada, si hay que empujar el doctor lo tiene que comunicar por gestos y las enfermeras tienen que limpiar la sangre ipsofacto para que todo sea muy angelical y el bebé nazca en un entorno purísimo y maravilloso. Y luego van todos y para celebrarlo se cenan la placenta.
Yo he visto en las manos de mi médico la placenta que contenía a Abril y prefiero comerme la caca de mi perro, que al menos son bolitas chiquititas y duras, que comerme esa pedazo de medusa viscosa con un montón de venas sangrantes, qué assssco....

Y luego, después de que su hija haya nacido en un entorno tan rebosante de divinidad (no sé qué opinaría la parturienta de lo de no decir ni media, la verdad), pues Tom y Katie sostienen que a los niños no hay que cortarle las alas y hay que dejarles elegir en todo lo que quieran sin influenciarles en nada. Total, que su hija va con tacones con cuatro años y con abrigos que enseñan el ombligo y ellos chitón. Pues cuando se quiera poner los morros rojos y llevar un escote hasta el ombligo y una mini falda con 12 años cuando salga con sus amigas a ver si les parece tan chachi, vamos, que si yo dejo a mi hija ponerse todo lo que ella quiere iría por la calle con las deportivas de su padre, mi bufanda, una pegatina pegada en la frente y con cinco diademas en la cabeza, y seguramente arrastrando por el suelo mi bolso y con los pantalones bajados, que le ha dado últimamente por ahí. En fin, excentricidades de celebrity. En este caso, excentricidades de celebrity un poco schizophrenic. Yo le preveo a la pequeña Suri un futuro de fiesta, desenfreno y rehabilitaciones como vienen haciendo todas las hijas de celebrities que sus papás les dan todo lo que piden.







Jennifer López




Esta mujer tiene que ser insoportable, de eso no me cabe ninguna duda. Esos aires de diva la delatan como una auténtica bitch. Pero mis fiables fuentes me han informado de que cuando JLo acudió a un programa en España para actuar (una canción y en playback, sin entrevista ni nada), exigió que todo, TODO, en su camerino fuera blanco inmaculado. Tuvieron que pintar las paredes, cambiar la alfombra, traerle varios jarrones con las flores que había pedido (que no eran precisamente claveles), pedir al extranjero el agua que bebe porque en España no la venden, cambiar por completo el mobiliario..., y todo ello para que al final llegara nada menos que 15 horas tarde y, por supuesto, ni pisara el habitáculo.



Katy Perry.




Que esta chica es excéntrica no lo duda nadie, pero lo de su boda no tiene nombre. Conoce al maromo en 2008, y un año después empiezan a salir. A los 3 meses de empezar su relación, enamoradísimos de la vida, se comprometen, y menos de un año después se casan en la India con un ritual hindú en una boda que dura 6 DÍAS y que según nos cuenta la pareja, hubo elefantes, caballos y más de 21 camellos. ¡¡Venga, toma bodorrio, 6 días ahí dándolo todo con los camellos!! ufff... vaya pereza de celebración de verdad... y todo para que en menos de un año ya estén diciendo que tienen una crisis matrimonial como una catedral y que se van a tomar un añito en alguna isla paradisíaca para "reconectar" como pareja y, antes de que lo lleven a cabo se separen diciendo que, básicamente, no se aguantan.

Vamos, le voy a explicar yo a Katy Perry y al de la cara de "me estoy giñando" cómo solucionamos las crisis matrimoniales el resto de los mortales, que lo más que podemos hacer algunos para reconectar como pareja es ir juntos al Vips a tomarnos una ensalada Louisiana a ver si rompemos la rutina.



La estupidez realizada, el despliegue de dinero y la poca cabeza con la que esta chica y su ex-maromo han hecho las cosas catapultan su excentricidad al número 1 de mi lista de artistas que se pasan de rosca. Y esque en una boda, el protagonista debería ser el AMOR. Está claro que no fue el caso.

martes, 14 de febrero de 2012

Villa Farfalla Updated

Hace días que quería compartir por aquí algunas fotillos de Villa Farfalla, pero aunque hace ya más de un mes que nos mudamos, entre medias Mr. Rossi ha estado de viaje, llegamos tarde de trabajar y bla bla bla... pues vamos, que la casa sigue llena de cajas que nos salen por debajo de las piedras y como que todavía no está lo suficientemente bella como para ser fotografiada.

Peeeero... mis dos estancias favoritas de la casa están libres de trastos, así que aquí tenéis un pequeño trocito de mi cada día más acogedor hogar:


Mi preciosa cocinita roja que nunca se ensucia











Ducha teletransportadora modelo Halloween








El water no se ve, pero es de esos que sueltas la tapa y cae despacito. Más de un golpazo he pegado ya con el water del curro...




¡No me digan que no es la ducha más maravillosa de este mundo por favor! ¡con sus dos alcachofas para ducharse en pareja y a lo que surja...!





Y hasta aquí la entrega de hoy de MTV Cribs, Mansiones. Próximamente, mi saloncito súper precioso con su pared roja mega-acojedora y mi cuarto, where dreams are made of...

domingo, 12 de febrero de 2012

2 años después

Mi niña ya tiene 2 añitos. Madre mía, cómo pasa el tiempo. Cuesta creer que alguna vez en mi vida haya podido vivir sin ella, pero por otro lado realmente me parece que fue ayer cuando tenía un bombo tremendo y estaba preparándolo todo para su llegada.



En todo este tiempo ha habido momentos muy malos, horribles. Pero obviamente los buenos te compensan con creces todos esos ratos en los que te tiras de los pelos porque no sabes ya qué hacer para que deje de llorar.


Mi niña es de armas tomar, pero también es una auténtica dulzura, y en conmemoración de estos 2 añitos, he decidido hacer una lista con los momentos que más me han derretido el corazón y me han hecho sentir la persona más feliz del mundo:



- Cuando nació, mientras estaba en el hospital, todo fue muy raro. Es una personita a la que acabas de conocer, es lógico que el amor del primer momento no sea el mismo que sientes después. Además, las primeras noches en casa fueron como una pesadilla. Pero un día, cuando tenía como una semana, me senté al lado del cojín donde la tenía apoyada y me puse a acariciarla, y depronto sentí algo completamente distinto, me inundó un amor infinito, sentí que era mi hija, mi niña de verdad, un ser vivo al que tenía que cuidar y proteger. Fue muy intenso. Todavía no se me ha ido esa sensación, pero tardé un pequeño tiempo en sentirla.


- La primera vez que oí a mi niña reírse, pero reírse reírse, no de sonrisilla. Estaba cambiándole el pañal y algo se me cayó al suelo, así que me agaché a cogerlo y me levanté muy rápido ondeando el pelo. Soltó una carcajada de ésas de los niños de los vídeos de Youtube, y yo sentí que nunca había escuchado un sonido tan bonito en mi vida. Me pasé semanas haciendo la misma tontería una y otra vez, pero ya no le hacía la misma gracia.


- Un día salí a sacar a los perros y me quedé en la puerta de la calle ahí parada mientras los perros corrían por el descampado de enfrente de casa. Abril estaba dentro jugando, pero dejé la puerta de casa abierta de par de par para que no se asustara. Mientras estaba obtusa mirando al horizonte pensado en mis cosas, depronto noté una manita diminuta que se agarraba a la mía. No la había oído llegar. Se quedó ahí conmigo quietecita cogida de mi mano hasta que entré con los perros.



- Un día estaba sacando la compra del coche y ella andaba por ahí revoloteando. En un momento, pasé por delante de ella con una bolsa de gusanitos en la mano, entre otras cosas, y ella se quedó helada, la cara se le iluminó y se quedó toda quieta con los ojos muy abiertos y mirando fijamente la bolsa de gusanitos pasar por su lado sólo con los ojos, sin moverse. Fue genial, me pasé una semana riéndome de su reacción.


- En una de esas mañanas que te levantas zombi, fui a su cuarto para ir despertádola mientras yo me iba arreglando. Yo estaba tan dormida que entré en su cuarto directa a abrir su persiana sin darme cuenta de que ella ya estaba despierta y de pie en su cuna. Al ver que no la saludé, levantó los dos brazos y dijo muy feliz y muy alto "¡¡¡HAYA!!!". Me alegró el día.



- Un día mientras se bañaba descubrió que lo que la rodeaba era lo mismo que le daba de beber en su bibe, así que pensó... "¿por qué no beber de aquí?", y se fue agachando hacia delante despacito con la boca abierta hasta que metió toda la cara en el agua. La cara que puso de flipe cuando eso ocurrió fue genial, flipó en colores en plan "¿¿pero que demonios ha pasado??". Se puso a reírse de verme reírme a mí, aún alucinando. Supongo que todos los niños del mundo han tenido la misma experiencia, pero de verdad, su cara de alucine fue de traca.



- Un día estaba comiéndome una zanahoria tranquilamente en el sofá. Depronto miré hacia abajo y la vi con la boca todo lo abierta que le daba intentando pegarle un bocado a mi zanahoria. No sé si quería morderla sin que me diera cuenta o en realidad me estaba queriendo decir "¡¡dame dame dame dame!!".



- Apunto de cumplir 1 añito toda su obsesión era aprender a andar. Un día estábamos en Toys´R´Us para comprarle su regalo de cumpleaños y ella estaba muy concentrada de la mano de papá dando pasitos. Cuando terminé de pagar le dije "¡Abril mira, mira tu regalo de cumpleaños!", y cuando lo vio hizo "¡¡OOOOOOOOOOOHHHH!!". Le hizo una enorme ovación a su triciclo rosa abriendo muchísimo los ojos y la boca, fue genial.



- El día de la cena de Acción de Gracias se puso a revolotear a mi lado mientras yo me maquillaba y me peinaba. Le encanta toquetear todas mis cosas, y yo siempre la dejo porque no tiene ningún peligro. Cuando me quise dar cuenta, había cogido un lápiz igual que el que yo estaba usando y se había pintado los dos párpados imitándome. Me dio muchísima ternura.



- Le encanta ponerse diademas, y le gusta ponérselas ella misma, pero obviamente no sabe bien. Cada vez que la veo aparecer con alguna diadema que se ha encontrado por algún lado me meo de la risa. Es un desastre, pero nunca le pienso enseñar a que se la ponga bien para que esté todo el tiempo posible poniéndoselas en la frente y con los pelos de punta por las orejas. Me encanta que no te pida ayuda para algunas cosas, que las haga ella a su manera.



Esos son sólo algunos de los momentos que más ternura, amor y sentido de felicidad plena he sentido con ella, pero hay millones y millones, nuevos cada día. Mi hija es lo mejor que he hecho en toda mi vida, y esa sensación va cada día a más.


Pero mírenla, ¿cómo no vamos a ser felices al lado de una niña tan alegre?:


























sábado, 11 de febrero de 2012

Thrill killers

Leo en el periódico que una niña de 18 años ha sido condenada a cadena perpetua por matar a una niña de 9 y estrangularla "para ver qué se sentía". Bien, menos mal que algunos jueces hacen justicia aunque el acusado sea menor.




Yo creo en las segundas oportunidades. Me cuesta aceptar una cadena perpetua o una sentencia de muerte como condena, porque creo que realmente hay gente que está muy perdida pero puede encontrarse. Creo que todos hemos hecho cosas horribles (vale, no asesinar, pero horribles de todos modos) y que vagaríamos por el submundo eternamente si nos condenaran y nos pusieran una etiqueta por ello, arrebatándonos así la posibilidad de arrepetirnos, aprender la lección e intentar remendar el dolor causado.


Pero reconozco que cuando los crímenes implican crueldad, cuando no son con un fin concreto como pueda ser robar dinero, no, cuando los crímenes son como el de esta jovencita, para ver qué se siente matando a alguien, o cuando implican tortura, agresiones sexuales violentas o cualquier caso moralmente injustificado, reconozco que ahí mis demonios me pueden y no les sentaría en la silla eléctrica, no señor, les metería en una celda de 2 metros cuadrados y no les dejaría ver la luz del sol ni un segundo por el resto de sus vidas hasta que me suplicaran que les matara haciéndoles lo mismo que ellos hicieron. Como Dexter, igual.


Después de leer la noticia de esta dulce jovencita, he pinchado en un enlace que me llevaba directamente a otros casos de asesinos adolescentes. ES-CA-LO-FRI-AN-TE. Desde dos chavales de 14 años que irrumpieron en la casa de una mujer anciana y la mataron a golpes con su propio bastón, grabando un vídeo de ellos mismos comiendo pizza tranquilamente al lado del cadáver, hasta un niño de 8 años (con una cara de pirado que flipas, como se puede ver en la foto) que asesinó a ladrillazos a un niño de 2 años, ¡¡2 añitos!!, y después le violó con un palo.


(Qué angelito, con sus gafas oficiales de asesino en serie y todo, y matando niños de 2 años, ¡qué listo nos ha salido!)



Eso es horrible. Eso es realmente inhumano. Pero obviamente esas cosas no nacen porque sí. Tú no crías a tu hijo en un entorno familiar de amor y te sale un psicópata. No. Y esque para ser padre en esta vida es para lo único para lo que no hay que examinarse. No digo que los padres de estas joyas les enseñen a matar, pero lo que tengo claro es que a estos niños nadie les ha enseñado lo que es el amor, la bondad, nadie les ha enseñado a desarrollar una empatía, algo que si realmente abundara en el mundo, otro gallo nos iba a cantar.

Pero lo que tampoco entiendo es qué hace tu hijo de 2 años sin que tú sepas dónde está. La chica de 15 años que mató a la de 9 era una vecina y llamó a la otra para ir a jugar a su casa. Vale, eso es natural. ¿Pero un niño de 2 años?, alguien le está asesinando por ahí y, ¿tú mientras tanto dónde estás?, porque algo más mayores pues ya tienen cierta libertad, pero ¿2 añitos?, mi hija tiene 2 años y o está en la guarde, o está con los abuelos, o está con su padre o está con su madre. Punto, no hay más.


De cualquier manera, como decía al principio, creo en las segundas oportunidades, pero cuando chavales tan jóvenes demuestran tantísima sangre fría, me cuesta creer que de ahí se pueda sacar una persona de provecho. Porque no, porque es un problema de base, porque hay algo que a esos chicos no les han enseñado a desarrollar, y si ni en tu propia infancia o juventud tienes ternura, ¿qué será de ti cuando tengas que ganarte la vida y competir con el resto del mundo para poder destacar, cuando la vida empiece a cerrarte puertas en la cara, cuando empieces a llevarte decepciones?. No lo puedo evitar, no lo veo.


(oh, ¡qué mona!, qué auto-fotos más simpáticas se hacía, no puedo entender cómo pudo ocurrir, ¡se la veía tan buena chica!)



Mi fe en el ser humano se derrumba un poquito cuando veo crímenes tan brutales en cualquier persona, pero cuando encima es un niño el causante de todo este desastre, me cuesta un mundo volver a recuperar mi fe perdida.



Creo que sólo hay una cosa peor en el mundo a que tu hijo sea brutalmente asesinado. Me cuesta encontrar algo peor que eso, pero lo hay. Lo único peor a perder un hijo de esa manera, es ser tú la madre de quien arrebató a otra madre su tesoro más preciado.

viernes, 10 de febrero de 2012

Maduricismo

Estamos en crisis. Pues sí, pero esta crisis no es igual para todos en absoluto. Y no me refiero al tópico (real, por otro lado) de que los ricos se enriquecen más y los pobres se empobrecen más. No. Me refiero a que todo esto está afectando a gente por su género, su nacionalidad, su lugar de residencia, su edad, su manera de hablar o su situación familiar.

Es difícil encontrar trabajo, muy difícil. Pero todo el mundo sabe perfectamente a quién van a seleccionar en un proceso de selección entre dos candidatas, una con sobrepeso y otra no. O entre dos candidatos, unos con 30 años y otro con 50. O entre otros dos candidatos, uno que vive en el centro de Madrid y otro que vive en Aranjuez. Eso es así, o por lo menos por mi experiencia en entrevistas de trabajo (que es mucha) son detalles que he podido observar como algo totalmente generalizado. Tus valores, tu experiencia, tu capacidad de aprendizaje y adaptación han quedado totalmente desterrados a un segundo plano con respecto a otros aspectos que valorar.


Si tienes entre 45 y 55 años, ya puedes empezar a rezar. Porque en este país se mira antes el DNI que el currículum. Cuando vas a otros países muy por delante de nosotros en cifras, entras en una agencia y te encuentras con gente que peina canas y no son los presidentes de la empresa, ni siquiera los directores de departamento, no señor, son trabajadores con experiencia en mil batallas a los que se tiene muy en cuenta, y que empiezan desde abajo. Porque en España, hoy en día, si una empresa necesita un nuevo jefe de departamento, lo coge de fuera, pero en prácticamente ningún caso asciende a alguien que lleva años en el departamento. Total, que los directores siguen siendo directores y los curritos lo seguirán siendo toda la vida. Pero eso sí, cómo mola decir que tu empresa es una empresa "jóven, fresca, adaptada a los nuevos tiempos". Sí, por supuesto que sí, pero no creo que un trabajador haga peor su trabajo por no haber nacido con un Twitter bajo el brazo.
Mi padre tiene 54 años y no tiene ni idea de Facebook, pero la verdad, ¿qué falta le hace en su vida personal a sus años? si lo necesitara para su trabajo porque la empresa se ha creado una cuenta y hay que ir actualizándola, no creo que le costara más de lo que le puede haber costado aprender sus funciones ponerse al día y estar cien por cien al loro de las nuevas tecnologías. Pero eso sí, a su edad no me quiero ni imaginar lo que le supondría que le despidieran.

Creo que, como todo en esta vida, las empresas deben encontrar un balance. Está muy bien que haya gente joven que aporte nuevas ideas, que aporte las ganas que te da el estar recién salido de la carrera con ganas de empezar a ser eso por lo que te has estado preparando tantos años. Sí, claro que sí. Pero también opino que no puedes sacar una gran empresa adelante y dar unos estándares de calidad sólo con pipiolos con ganas de sobra pero verdes como una lechuga.

A mí esa discriminación en concreto todavía no me afecta, pero por supuesto me afectan muchas otras estupideces que me han cerrado muchas puertas. Me encantaría que algún día este país dejara de ser tan pueblerino en tantos campos y nos dedicáramos a imitar actitudes exitosas de otras países a los que no hacemos más que criticar porque nos mueve la envidia. Me encantaría que los departamentos de Recursos Humanos (o más bien inhumanos) fuera más coherente en sus valores y de esa manera dejáramos de ser la vergüenza de Europa en tantísimas cosas. Por suerte tenemos buena materia prima y eso nos salva, pero nuestro problema es que no sabemos explotarla.


En fin, que dudo mucho que esta mentalidad retrógrada vaya a cambiar de aquí a corto. Yo por suerte actualmente me considero bien posicionada (mi trabajo me ha costado) y no me puedo quejar, pero desde luego, no me lo pensaría dos veces a la hora de hacer mi maleta como ha hecho mi familia si esto sigue así y en lugar de ir estabilzándome con los años comienzo poco a poco a ir perdiendo posibilidades de tener el status que me he ido ganando con sudor y sangre.

lunes, 6 de febrero de 2012

La nueva Villa Farfalla

Mañana hace un mes que entré en mi casita nueva y no puedo ser más feliz.


Hemos tenido que renunciar a muchas cosas, eso está claro, pero la calidad de vida que nos está dando vivir aquí no es comparable en absoluto.

Mi casita nueva es un pisito en medio de un pueblo. Un pueblo que está a 20 minutos, 25 con atasco, de mi trabajo, con lo que he pasado de dormir 6 horas, levantarme siempre con prisas y pasar 2 horas sobando en transporte público con un total de 5 transbordos para acabar siempre llegando 15 minutos tarde... a dormir 7 horas y media y pasar un ratillo muy agradable escuchando a Javi Nieves y llegar con tiempo de sobra para desayunar en el trabajo y por la tarde llegar con tiempo para hacer VIDA y ver a mi hija antes de irse a dormir.

La nueva Villa Farfalla no tiene piscina ni pádel, pero me ahorro más de 500 euros en mantenerla entre lo que cuesta el alquiler (no se paga comunidad), lo que cuesta calentarla, el abono transportes (es una zona menos) o la gasolina en ir a Madrid.

La nueva Villa Farfalla no está en una zona residencial como la anterior, está en el centro del pueblo y no tengo que coger el coche para ir al vídeo club o al banco, y Abril y yo vamos de la manita cantando todos los días al cole mientras paseamos a Juno.

La nueva Villa Farfalla está en un edificio viejito, pero sus propietarios se esforzaron muchísimo y no escatimaron para dejarlo como nuevo y poner las mejores calidades en cada pequeño detalle. He pasado de ducharme con muy poca presión en el agua a una ducha ultrasónica con alcachofa enorme y también una alcachofa normal de las de toda la vida por si me quiero duchar con mi marido (hummm...), de tener una cocina que se ensucia según la miras porque tanto la encimera como el suelo son los más baratos, recalco, los más baratos (comprobado) del Ikea, es decir, del mercado... a tener una preciosa cocina lacada en rojo de Silestone, de que la casa esté siempre sucísima por tener un descampado delante o de tener la casa siempre fría porque las ventanas eran mega cutres... a vivir en un 2º con lo que la casa siempre está súper limpita, a tener toda la casa aislada con ventanas de climalit y vivir súper calentita y súper fresquita en verano porque tengo aire acondicionado en mi cuarto y en el salón, y a tener control de temperatura en los dos baños para que ni mi niña ni yo tengamos que estar esperando a que salga la temperatura que nos agrada para no quemarnos el culo.

La nueva Villa Farfalla es chiquitita, pero cuando te dejas el móvil en el cuarto o tienes que coger un pañal para cambiar a la peque mientras ve los dibujos no tienes que subir uno o dos pisos, así que no da nada de pereza y por lo tanto, todo está en su sitio y recogido.

La nueva Villa Farfalla tiene vecinos de clase obrera que se levantan temprano para ir a trabajar, no nuevos ricos que se creen con derecho a juzgarte, criticarte y mirarte por encima del hombro porque eres mileurista.

La nueva Villa Farfalla tiene vistas por un lado de la casa a un descampado con gatitos a los que Abril le encanta saludar por las mañanas y dar las buenas noches, así que en las habitaciones no tenemos a nadie al otro lado y no tengo que dormirme escuchando los ronquidos del vecino noche tras noche. Y eso por no hablar de recuperar en mi habitación algunos ruidos de los que no solía preocuparme antes de saber que se me oía todo...

La nueva Villa Farfalla es cómoda, es espaciosa, es barata, es moderna y tiene todo lo que nosotros necesitamos, tres habitaciones, dos baños, una cocina grande y un salón precioso donde me cabe todo lo que tenía en la antigua Villa Farfalla.

Obviamente hay muchas cosas a las que hemos tenido que renunciar, vivíamos en un chalet muy chulo con muchísimo espacio que te daba una calidad de vida espectacular... pero no podíamos mantenerlo, y aparte en nuestro caso los pros eran mucho menos prominentes que los contras, así que puedo decir con toda seguridad que trasladar Villa Farfalla ha sido la mejor decisión que hemos podido tomar.


¡Así que ya sabéis dónde está vuestra casa para lo que queráis!

viernes, 3 de febrero de 2012

5 sueños realizados y 3 por realizar

- Hacer algún acto solidario.

Siempre he querido hacer cosas que pudieran ayudar a cualquiera que tuviera problemas.
He adoptado 3 perros de albergue a lo largo de mi vida, pero quería hacer más cosas, porque algo como eso me llena muchísimo y necesitaba seguir sintiéndome útil. Pensé en apadrinar un niño, y no lo he descartado, pero creo que las ONGs son muy populares y hay mucha gente que las ayuda, así que en estos días me he convertido oficialmente en colaboradora mensual de un albergue de perros que hacen una magnífica labor, pero que desafortunadamente no mucha gente les hace donativos. Es muy poquito dinero al mes, pero con lo que yo aporto pueden suturar dos heridas al mes, castrar un gato cada 6 meses o pueden operar un tumor una vez al año. No es gran cosa, pero me hace inmensamente feliz saber que estoy contrarrestando la crueldad del que abandona un animal para que le atropelle un coche.
Aparte de mi pequeña contribución al mundo de los animales, ahora soy donante de órganos, y pensar en que si yo, por cualquier motivo, me voy al otro barrio y gracias a eso alguien puede recuperar su visión con mis córneas o desconectarse de una máquina gracias a mi pulmón, me hace inmensamente feliz. Y ya estoy maquinando mi próxima aportación al mundo de la filantropía...




- Conocer a alguno de mis ídolos.

Gracias a un cliente del estanco (que quería tema, las cosas como son) pude conocer a uno de mis ídolos y decirle personalmente lo muchísimo que le admiro y que me gusta su trabajo. Lo agradeció enormemente. Y a mí me temblaban las piernas. Yo, que he estado en casa de Liam Neeson, que Bryan Adams me invitó a subir al escenario. Y me pones delante a un argentino cuarentón y me pongo a tartamudear.






- Aprender grafología.

Siempre me ha interesado muchísimo la psicología, y tengo comprobado por mi propia escritura que tu letra y tu firma dicen muchísimas cosas de ti, de tu estado de ánimo y de tu manera de ver el mundo, así que siempre había querido zambullirme en ese mundillo.
Cuando estuve en USA me iba con mi madre a su universidad y mientras ella daba clase yo pasaba 4 horas en la biblioteca leyendo libros sobre grafología y estudiando el tema. No soy ninguna experta, pero esa misma rutina durante 3 meses dan para mucho y hoy puedo decir que me defiendo bastante bien en el asunto y que he sacado conclusiones bastante valiosas a raíz de documentos escritos...



- Ver el musical Wicked.

Cuando estuve en Chicago la primera vez vi que lo anunciaban. Leí de qué iba e inmediatamente deseé con todas mis fuerzas poder ir a verlo algún día. Fue la época en la que en España empezaron a florecer los musicales, pero Wicked nunca lo han traído. Además, ver una adaptación en español de un musical americano es una historia completamente distinta. Gracias a un regalo de boda no sólo pude verlo si no que lo vi nada menos que en Broadway. Un espectáculo como ningún otro en este mundo, de eso estoy segura.






- Leer muchos libros.

Nunca he sido nada lectora, pero siempre he querido aprender a disfrutar de la lectura, porque es cultura, porque yo soy una persona profundamente de letras y porque muchas, muchísimas de mis películas favoritas primero fueron libro. Así que intentaba leer pero me aburría, no conseguía mantener la rutina sin abandonarlo. Hasta que, gracias a Bego, llegaron a mi vida Preston y Child y me descubrieron el maravilloso mundo de soñar con llegar a casa para continuar con la historia. Empecé con un par de libros de ellos y ahora leer es una de las cosas que más me llenan. Y esque al parecer hay cosas que hay que descubrirlas en cierto momento de tu vida para saber mirarlas con el cristal correcto.










- Viajar a París.

Aaaaahhh.... París, ¿quién no sueña con pasear por las calles de Montmartre o con tomar un café en Deux Moulins, la cafetería donde trabajaba Amelie?. Siempre que he tenido vacaciones he viajado a USA, lo que ha hecho ya un total de 8 viajes allí. Ahora tengo muchas ganas de Europa, y me muero por visitar la Ciudad de la Luz y salir a pasear a media noche, a ver si con un poco de suerte me encuentro con algún Peugeot Landaulet que me quiera pasear hasta Dingo. Y bailar a los pies del Sena, como hacía Gene Kelly...





- Recibir clases de baile.

De más jovencita recibí clases de baile moderno cuando aún nadie hacía baile moderno. Lo disfrutaba con todos mis sentidos, pero era muy joven, tenía mucho tiempo libre y ya me ganaba mis castañas sin tener muchos gastos, así que no era ningún problema. Después llegó la serie Un Paso Adelante, empezó a ponerse de moda el baile moderno, la gente dejó de ir a clase en chándal para bailar en vaqueros con cadenas y enseñando tableta y al ponerse tan de moda depronto me empezó a resultar demasiado superficial y lo dejé. Después de eso empecé a vivir sola, llegaron los gastos y ya nunca pude recuperarlo, pero siempre he tenido la espinita de volver a bailar, aunque sea algo distinto.
Ahora no es el momento, desde luego, pero en un futuro me gustaría aprender a bailar rock&roll de los 50 o bailes de salón.


- Cambiar mi apellido.

Odio mi apellido y todo lo que conlleva llevarlo. No soy una Buelta ni lo seré nunca, y mucho menos desde que mi padre, todos sus hermanos y su madre decidieron que no formo parte de su clan. Sueño con quitármelo y llevar sólo mi segundo apellido, el de mi madre, el de mi abuelo, el de mi tío, gente a la que me parezco física y personalmente y cuyos valores son los que llevo en mi sangre. Los Buelta intentaron inculcarme el vivir en la mentira (si la abuela te pregunta si tengo moto, tú le dices que no), a rechazar a los nuevos (¡que nos haga la foto Isabel [la mujer de mi tío], que ella no es de la familia!) y a desprestigiar y despreciar a todo el que es diferente a nosotros (¡ya puede estar contenta, que se casa con un ingeniero y ella no es más que una "morena"! [boda de mi hermano con mi cuñada Jordana, venezolana]). No quiero ser una de ellos, no lo soy. Yo soy Aguirre, y quiero que así sea oficialmente en mi nombre y en el de mis hijos.
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