lunes, 28 de octubre de 2013

Matando moscas

La vida me ha cambiado mucho ahora que soy madre soltera. Mucho mucho mucho.


Hace tiempo que asumí que mis relaciones amorosas vienen de antemano con fecha de caducidad, y al parecer aunque una se case las normas no cambian. Y que nadie me diga que esque no he encontrado al hombre adecuado porque sí, sí que lo encontré, pero luego lo perdí, igual que mi aparato de los dientes o las llaves de repuesto. Ni es su culpa ni es la mía, porque ambos lo intentamos todo lo que pudimos, pero la vida nos puso en una situación que ya me gustaría a mí ver a Antonio y Melanie.


El caso es que cuando una se separa, depronto y sin que sea por elección propia, se convierte en mujer objeto. De repente todos los hombres del entorno (todos no, no hay que ser injustos, sólo un porcentaje preocupantemente alto) se interesan por nuestra vida y actúan tremendísimamente sorprendidos cuando les cuento que me he separado recientemente. "¡¡Oh!! ¿de verdad? ¿¿que te acabas de separar?? ¡¡fíjate qué casualidad de la vida que aunque te tengo en el Facebook hace como desde el instituto que no hablamos, y juuuusto ahora que me acuerdo de ti y me decido a contactarte, resulta que te acabas de separar!! ¿y dices que lo publicaste en Fb y que has cambiado tu estado civil a "separada"? ¿¿y cómo es posible que se me haya pasado por alto ver eso?? bueno, pero tus autofotos de Instagram no se me han pasado por alto, estás estupenda, a ver si nos tomamos unas cervecitas y nos ponemos al día, ¿¿no...??". Sí. Por supuesto que sí. Llámame si eso que te hago un hueco en mi agenda de madre soltera pero ya, que la tengo muy vacía, no te preocupes...


El tema es que si fuera un caso aislado, pues me haría hasta gracia, pero de verdad, cuando los hombres confabulan para ser todos tan de Marte me pongo un poco tensa, porque oye, perdóname pero estoy pasando por un divorcio, ¿quién te dice que no estoy todo el santo día en casa poniéndome películas de Meg Ryan en los 90, lloriqueando y comiendo helado en cantidades industriales? un poquito de respeto a mi momento luto, ¿no chaval?, cada uno que aguante su tara que yo bastante tengo con las mías y el cartelito de "busco miembro viril desesperadamente sin necesidad de que venga con otro tipo de aptitudes corporales, véase cerebro o sentido común. Abstenerse tíos a los que realmente les intereses como persona. Premio para las 100 primeras llamadas" todavía no lo he colgado...


El caso es que estoy sufriendo una serie de placajes pico-pala de hombres de todo tipo y de cercanías diversas, pero eso sí, la mayoría de ellos con el intelecto de una paloma, así que todos ellos de un modo u otro, aumentan mi capacidad de producir bilis hasta tal punto que a veces echo espuma por la boca, especialmente con los que utilizan la estrategia del reproche constante, porque así es como entienden una relación (de cualquier tipo, ya sea personal, laboral o con el quiosquero) y como consideran que van a tener más éxito. "Claro, esque como no me quieres nada...", "claro, esque como te habrás echado algún noviete o algo y no quieres saber nada de mí...", "claro, como yo, que lo único que te pido es un guasapillo de vez en cuando, soy el último del que te acuerdas...". Sigue así chaval, que no puedo más de ganas de ir a tomarme una cerveza contigo y que me hagas pagar a medias la cuenta...





Pero vamos, que tenemos tácticas de todo tipo en el muestrario, desde los que se dedican a menospreciar a mi ex diciendo que siempre han sabido que yo valía mucho más que él (muérete imbécil, algo tendría para que me casara con él, y más te vale lavarte la boca para hablar del padre de mis hijos al que siempre querré, pedazo de mamarracho...), los que aprovechan cualquier mínimo detalle para hablar de sexo contigo y te incordian constantemente con dobles sentidos, "uy a mí no me digas eso de que eres muy activa en redes sociales, que me pongo muy nervioso de que me digas que eres muy activa...", (PE-RE-ZÓN, a las tías nos encanta ese rollo, a todas todas...), y hasta uno que me dejó clarísimo que "no quería ser el único para mí, con ser uno más me vale". Muy bien chaval, bonita manera de llamarme pendón, probabilidades de éxito conmigo aseguradas...



Con esta entrada no es que quiera recrearme en el "oh, soy tan exitosa...", que podría ser, simplemente estoy poniendo en palabras algo que pienso constantemente, que tengo el chiringuito completamente cerrado por vacaciones, que estoy agustísimo como estoy, con mis momentos copa de vino en solitario cuando acuesto a los niños, mis fines de semana a mi bola cuando están con su padre y con mi soltería por bandera. Que no sé otras, pero yo solita estoy muy tranquila y me caigo hasta bien, así que a menos que te apellides Gosling, Bon Jovi o Hamm déjame pasar mi proceso tranquilita y escribe tu teléfono en la lista de espera, que ya si eso cuando necesite un descerebrado que se acueste conmigo porque no encuentro a ningún tío con un mínimo de interés espiritual por mí que quiera hacerlo te pego un toque...

jueves, 17 de octubre de 2013

Parte del orden

Estoy pasando por el momento más difícil de mi vida, todo el mundo lo sabe. La gente me llama, me escribe, se interesa por mí, me ofrece su ayuda, me ofrece su apoyo, me aconseja, me escucha, me ofrece alternativas, me proponen soluciones, me compadecen, hablan de mí entre ellos para buscar en equipo una salida para mí, piensan en mí y algunos hasta rezan por mí. Y yo no puedo sentirme más agradecida, porque sin todo ese apoyo no sé dónde estaría.

Pero lo cierto es que aunque todo el mundo piense que este momento de mi vida por la circunstancia debería ser el peor, el más duro y el más difícil que he pasado nunca, se equivocan.


Yo siempre he sido parte del caos. Mi adolescencia fue triste, solitaria, confusa. Durante muchos años tuve un tremendo sentimiento de vacío, algo me faltaba, y nunca he sabido muy bien si me sentía así desde fuera hacia adentro o alrevés, es decir, no sabía si los demás me hacían sentir así y entonces yo sentía caos dentro de mí, o yo era caótica y como consecuencia de mi comportamiento la gente me apartaba. Pero el caso es que he sido caótica toda mi vida. Intentaba buscar mi sitio y nunca conseguía encontrarlo, intentaba buscar atención a toda costa, porque era lo que no había tenido en todos aquellos años en los que todo fue tan difícil, atención. Y con mi caos personal traía caos a la vida de mucha gente por culpa de mi comportamiento acaparador y demandante. Porque nunca tuve atención de la mayoría de la gente a la que quería, y la atención que tenía era para criticar mi comportamiento, para advertirme de lo mal que me iría todo en la vida con la personalidad que tenía. Y todo eso me llevaba a la más absoluta de las desesperaciones, porque sentía que todo el mundo me estaba castigando por haber nacido siendo así, que me estaban imponiendo el no ser yo misma, me estaban obligando a ser algo que no era, y yo simplemente no sabía ser de otra manera. Lo intentaba, intentaba agradar a la gente intentando ser otra persona, pero ni conseguía ser de otra manera, ni conseguía agradar a nadie. Siempre he sentido que nadie me respetaba, nadie respetaba mis tiempos, nadie respetaba mi confusión, nadie respetaba mi evolución y nadie respetaba mi manera de lidiar con los cambios, los cambios en mi entorno y los cambios dentro de mí, así que era como una bomba de relojería constante. Caos, puro caos.


Y pasaron los años, y perdí amistades, y encontré amistades nuevas, y las volví a perder, y me mudé de país, y me volví a mudar, y tuve una pareja, y tuve otra distinta, y después tuve otra, y un trabajo, y otro, y otro más, y nuevas amistades, y nuevas decepciones, y una casa y un perro y una piscina, y una nueva vida, y otra nueva vida, y otro comienzo, y otro más, y una nueva esperanza, y un nuevo sueño, y un nuevo intento de que todo salga bien........


Y caos. Y más caos. Y nada de lo que tenía lo elegía yo, ni bueno ni malo. Intenté encontrar la felicidad intentando hacer felices a los demás, y no funcionó. Intenté encontrar la felicidad siendo egoísta y mirando sólo por mí, y tampoco funcionó. Intenté encontrar la felicidad haciendo muchas cosas, viviendo experiencias, llenando huecos, llenando mi tiempo sin dejar ningún espacio para pararme y pensar, y por supuesto tampoco funcionó. Nada funcionaba. Los años pasaban, mi vida seguía y nada funcionaba.


Y depronto un día todo paro, yo lo paré. El mundo dejó de ir tan deprisa, miré hacia adelante y pensé en que tengo dos hijos a los que proteger, y que no puedo seguir buscando la paz en los sitios equivocados.


Decidí intentarlo de otra forma. Decidí poner en práctica por primera vez en mi vida el no tratar a nadie de la forma en que a mí no me gustaría que me trataran. Soy una persona muy enjuiciadora, extremadamente crítica, siempre he sido así y no puedo evitarlo. Tiendo a ponerle a la gente y a su manera de actuar etiquetas, actúan de forma errónea o egoísta o inconsciente, y rápidamente quiero decir de ellos que son unos idiotas, o unos insensatos, o unos canallas. Y ya no quiero ser así más. Estoy intentando hacerme aprender a mí misma que nunca sabes, nunca sabes sobre la gente, nunca sabes sobre lo que llevan detrás, nunca sabes qué les lleva a actuar así, y quiero con todas mis fuerzas dejar de pensar en la gente como seres malintencionados e irresponsables. Me hace daño ser así, me hace daño ir con esas gafas por la vida, y es algo que quiero enseñar a mis hijos desde su cortísima edad.


Ahora me gusta pensar en mí misma como una persona despierta. Puede que mi vida, lo que me rodea, esté atravesando por el peor momento de toda mi existencia, la mayor tormenta de arena que he vivido nunca, eso es cierto, pero tengo que admitir que por dentro, dentro de mi cabeza todo está en orden por primera vez en mi vida. Sé quién soy más que nunca. Soy consciente de que suena al típico mantra que la gente se repite a sí mismo a ver si así se lo cree, pero no, no es así. Siempre he sido muy consciente de que todo dentro de mi cabeza era distorsionado, siempre he buscado otras maneras, he leído, he investigado y he trabajado muchísimo buscando inspiración, buscando algo a lo que agarrarme, y ahora por fin siento que estoy tranquila, que el caos ya no está dentro de mí, ya no formo parte de él.


Aún estoy aprendiendo, sigo necesitando mucha ayuda y apoyo, estoy pasando un momento de auténtico infierno que no me deja disfrutar de absolutamente nada, ni de mis hijos ni de las cosas bonitas de la vida. Pero sé que pasará. Porque al menos ahora por primera vez, me gusta lo que soy, lo que he conseguido y a lo que he llegado. Por primera vez siento que formo parte del orden, y no del caos nunca más.






lunes, 7 de octubre de 2013

Algunas facetas del machismo

Hay algo de esta sociedad que me inquieta profundamente, llevo tiempo queriendo escribir sobre ello pero reconozco que es un tema pelín escabroso que nunca sé muy bien cómo abordar, porque cada vez que lo veo con mis propios ojos tengo muy claro lo que opino, pero ponerlo en palabras es medio delicado.

Me estoy refiriendo al machismo tan grande que hay relacionado con el cuerpo de la mujer y su manera de utilizarlo, especialmente cómo algunas mujeres en concreto usan su cuerpo y a lo que ello da pie. Cosas como éstas:


  ...no quiero ni contar las cosas tan bonitas que me he encontrado en Google intentando encontrar una imagen que ilustrara adecuadamente esta entrada...



Confieso que desconozco por completo el motivo por el que estas chicas hacen eso que están haciendo, entiendo que lo hacen por propia voluntad y que es una parte más de la fiesta, del desfase y del dejarse llevar por la emoción del momento. Vale, hasta ahí bien.


Pero tengo que admitir que todo lo que conlleva ese tipo de comportamientos me parece absolutamente deplorable. Simplemente no entiendo por qué una tía tiene que sacarse las peras de forma gratuíta, y mucho menos entiendo que todos los que están alrededor se sientan en el derecho (o hasta se vean en la obligación) de sobárselas a muerte de forma agresiva, hacerle fotos a mansalva y por lo que he visto en algunas fotos de los San Fermines, ya que la tía está en tetas vamos a intentar entre todos quitarle los pantalones y dejarla en bolas, que parece que a la tía le va el rollo.


Me resulta repugnante el comportamiento masculino en este tipo de situaciones, y en ningún caso apruebo ni justifico ese tipo de reacción ante una tía en pelotas delante tuyo. Pero lo que de verdad de verdad no entiendo es a la tía. Ya he dicho que desconozco el motivo por el que una tía tiene que enseñar sus tetas así, sin venir a cuento y de manera tan injustificada. Supongo que así, de primeras, no piensan que porque lo hagan les vayan a meter mano, segundo porque a lo mejor le apetece lucirlas, tercero porque quizás le apetece que le toquen las tetas, cuarto porque va borracha, quinto porque se lo dijo su horóscopo o se lo recomendó su psicoanalista. No tengo ni idea, y en ningún caso estoy diciendo "si te soban las tetas y te degradan es porque te lo mereces, bonita, que menuda guarra estás hecha ahí enseñando todo...". No, en absoluto. Todo esto no tiene nada que ver con el puritanismo, y para nada considero que enseñar las tetas convierta a esa chica, que a lo mejor no sabe ni lo que hace (a parte de quedar registrada en internet desde varios ángulos para los restos) en una guarra, en menos persona o en tu propiedad. Eso sí, sobarle las tetas, apretárselas, arrancarles la ropa sí que te convierte a ti en un maldito animal. Y oh, querido, créeme, no lo eres, no engañas a nadie, lo haces plenamente en tus cabales.


Todo esto me lleva a pensar en la idea tan equivocada que nos estamos haciendo de la liberación sexual de la mujer.  Me he dado cuenta de que mucha gente, hombres y  mujeres, interpretan el feminismo como un "vamos a f*llar como locas". Puedo entender parte de esa confusión porque una parte del feminismo consiste en que si te apetece acostarte con muchos tíos puedas hacerlo sin ser juzgada, rechazada, etiquetada etc. Pero a ver, eso no significa que todas lo queramos, o que lo queramos todo el tiempo, o que nuestra mayor ilusión sea ser la más guarra del universo. Al menos no necesariamente, y me parece muy bien la que quiera llevar su liberación sexual y su feminismo por ese camino, pero simplemente este tipo de comportamientos en público, enseñar las peras y dejar que te las soben y tal, no lleva precisamente a los caballeros testigos de la escena a pensar "oh, qué mujer más liberada sexualmente, qué maravilla". Pues no, a mí lo que me da la sensación es que se van todos de ahí pensando"pero qué guarras son todas, ¿no?"


Cada año en los San Fermines hay, de media, 9 violaciones. Pero hey, no pasa nada, estamos de fiesta, estamos borrachos, buen rollito, si total la tía ya se estaba sacando las tetas ella sola, ¿para qué vamos a darle importancia?.



No sé si alguna de estas chicas disfrutan de que las toquen o no, es cierto. Algunas salen riéndose, otras salen asustadas, pero el caso es que llevamos viendo estas imágenes de tías levantándose la camiseta desde Woodstock, da igual que sea en partidos de fútbol, en festivales de música, en fiestas del pueblo, hasta para protestar contra los maltratos a las focas del Ártico nos sacamos las tetas, y seguimos sin avanzar. Yo no me considero mojigata en absoluto, nada más lejos, pero nunca he entendido la gratuídad de enseñar tu cuerpo sin venir a cuento, y tampoco me parece muy lógico que finalmente esté socialmente aceptado y totalmente normalizado que para anunciar un desodorante nos tengan que enseñar una teta. Como digo, no me escandalizo para nada, pero esque eso nos lleva a que ver tetas sea lo más normal del mundo y muchos tíos (pero muchos) consideren que las tías vamos por la vida queriendo enseñar las tetas al primero que pasa, y considero que intrínsicamente y de manera subliminal, gracias a esa imagen a las tías se nos respeta mucho menos, se nos toma mucho menos en serio y a la hora de la verdad lo primero que importa es lo buena que estés, y después ya veremos si eres inteligente o no, pero de primeras a ver qué tetas y qué culo tienes.



Hace muchos años que ya no existe el machismo desde el punto de vista de "la mujer a la cocina y a tenerme la cenita preparada". Existir existe, pero un tío que piensa así está fatalmente visto por la sociedad, así que afortunadamente nos hemos librado de eso casi por completo. Pero no se equivoquen señores, el machismo no ha desaparecido, ni siquiera se ha reducido, simplemente ha evolucionado y se ha re-inventado. El machismo del siglo XXI es entrar en una sala de espera donde vas a hacer una entrevista de trabajo, ver que tu contrincante, que también está esperando, pesa 10 kilos más que tú, y que matemáticamente sepas que has ganado la batalla, antes de hacer la entrevista, antes de conocer el currículum de la otra persona o antes incluso de cruzar una sola palabra con ella. El puesto es tuyo. Ése es el machismo que nos invade hoy en día, independientemente de si a algunas nos beneficia. Porque no, no nos beneficia en absoluto, ni a la larga ni a la corta. Eso es una injusticia, es machismo en estado puro, y es una auténtica mierda.




Lo que más gracia me hace de todo esto es que me encantaría ver a todos esos tíos que están ahí sobando tetorras y babeando observando en esa misma escena a su hermana, a su hija o a cualquier mujer a la que respeten y admiren.



A nuestra hermanita no, ¿verdad?. Buffet libre son sólo las demás...
Web Statistics