martes, 2 de noviembre de 2010

Gracias a ti





El domingo pasado estuve en el concierto de Michael Bublé, y la verdad es que aún no he dejado de flotar.

Vi a Michael hace 3 años en su anterior gira, y me enamoré de su música, tanto que elegí una de sus canciones, la única hasta el momento que no era una versión y había escrito él mismo, para sonar justo en el momento en que nos declararan marido y mujer en nuestra boda.

Estos tres años he seguido escuchando su música sin parar, y levité cuando escuché su nuevo disco hace casi un año.

Y entónces vi que volvía a Madrid, y aunque estábamos sin un triste céntimo, sabía que tenía que ir a su concierto. Y fuimos.

Por comprar las entradas en el último momento nos dieron sitios separados y atrás del todo, pero afortunadamente nadie se dio cuenta de que mi pobre marido estaba sentado en las escaleras y apretujado hacia mí.

Cuando un artista como Michael Bublé, que su música no da pie para nada a hacer cambios de vestuario o parafernalia en el escenario, da un concierto, como él mismo dice, suele ser un poco aburrido, en el sentido de que lo único que puedes hacer para amenizar un poco el cotarro es hablar entre las canciones, pero poco queda que decir cuando son versiones de canciones de los 50 aparte de su compositor, el año, quién la popularizó etc. Sin embargo Michael Bublé intenta hacer reír a su público todo lo posible, y es un auténtico entertainer. Pero después de haber visto el DVD de su concierto un millón de veces, pensé que no podría sorprenderme mucho. Sin embargo es increíble lo distinto que fue un concierto del otro. Es una maravilla descubrir por fin un artista que sabe que en este país el inglés es nuestra asignatura pendiente y se preocupe en hablar muy muy despacio y sobre todo, se aprenda algo más que "hola Madrid, buenas noches, muchas gracias, locos y viva España". Michael nos deleitó hablando mucho, mucho mucho en español, dejando muy claro que no tiene ni idea del idioma pero que se había esforzado para la ocasión. Nos contó que en estos tres años sin pasar por aquí su vida ha cambiado mucho, tanto que se ha comprometido, y también quiso compartir con nosotros que su novia es argentina, y que al empezar a salir le dijo mirándole a los ojos : "if you cheat on me I´m gonna cut your pito".

Michael Bublé es un fantástico cantante, lleva una banda increíble detrás y sabe muy bien elegir las canciones que va a interpretar, pero sobre todo, es capaz de conseguir lo que muchos otros artistas buscan: hacerte reír y hacerte llorar. Me reí a carcajadas con su imitación de Michael Jackson a ritmo de Billie Jean, cuando cantó I gotta feeling de los Black Eyed Peas o cuando se arrancó con Twist and shout. Me reí sin parar con la presentación que hizo de cada uno de sus músicos, y me emocioné cuando puso en la pantalla el bebé de su trompetista, de sólo unos días de edad. Me emocioné cuando cantó una versión acústica de Home entre el público, dejando que todo el mundo le tocara y le hiciera fotos, y me emocioné cuando repitió el colofón del anterior concierto, cantando Song for you a capella y sin micrófono.

Aún no he podido quitarme de la cabeza el concierto, porque cuando algo te produce sentimientos tan fuertes se queda dando vueltas en tu cabeza mucho tiempo, y eso es lo más maravilloso de la música. Tengo la suerte de que mi marido vive ese sentimiento igual que yo, así que poder experimentar un concierto así al lado de mi persona favorita en el mundo amplifica aún más la grandeza de ser una de las personas que estábamos allí con Michael.

Michael Bublé publicó en la pantalla cuando salió del escenario una foto enorme de la plaza de toros acompañada de una frase que decía : "Muchas gracias Madrid". Y la verdad, qué paradoja.





¿Gracias?, no, gracias a ti, Michael Bublé.

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