Tengo la sensación de que Abril no quiere perderse la cena Navideña. En este punto del embarazo en el que ya estoy de baja, ya tengo la maleta preparada y no me queda nada pendiente por comprar, lo único que hago en este momento es sentarme y esperar, esperar a que nazca mi niña. Tampoco es que pueda hacer mucho más, porque la movilidad ha dejado de ser algo que va conmigo fácilmente a todos lados.
Ayer se me ocurrió ir al centro de Madrid a ver un mercadillo artesanal de jóvenes diseñadores, y aunque me lo pasé genial y me encantó, fue toda una aventura. Para empezar, nada de lo que llevaba puesto era de mi talla. Todo me cabía, con lo cual no hace falta que me compre tanta ropa nueva, pero todo era al menos tres tallas más pequeño, desde la ropa interior hasta el abrigo, que no me lo puedo cerrar ni de cachondeo. Con lo cual el resultado es bastante similar al de una salchicha envasada al vacío. Pero bueno, no pasa nada, llevo unos meses así y estoy a punto de volver a metamorfosearme de nuevo en una persona y abandonar mi estado de ballena, no me voy a quejar ahora.
La siguiente circunstancia que antes podía hacer con normalidad es meterme por el centro de mi Madrid en plena avalancha navideña. El mercadillo estaba a rebosar, y yo con esta tripa me iba dando con todo el mundo. A parte del calor insoportable que generan las masas, el cual antes llevaba de maravilla e incluso agradecía después del frío invernal de la calle, pero ahora me causa un inmenso agobio. Pero no pasa nada, ahí estaba yo, buscando un regalo para mi cuñada, con un par. Espero que cuando lo reciba se haga cargo de la odisea que pasé para que tuviera su regalo a tiempo, cuando además, seguramente tenga que recibirlo en el hospital, porque a este paso que llevo me da que Abril está presente antes de que llegue la Nochebuena, y todo apunta a que se planta en el mundo justo en esas fechas tan señaladas como son la Nochebuena o la Navidad.
Total, que estoy muy feliz con mi embarazo, es una experiencia maravillosa que todas las mujeres del mundo deberían vivir y disfrutar etc etc... pero lo reconozco, no puedo más. Es curioso como una persona como yo, algo parecido a una control-freak de mi futuro a corto plazo que siempre tiene que tener perfectamente controlado lo que va a hacer en los próximos días, tengo que reprimir ese instinto con todas mis fuerzas, especialmente en estas fechas en las que tienes que tener muy bien agarrados los planes de cada día, porque los planes de toda tu familia por ambas partes depende de ello, y bastante difícil es coincidir el mismo día con todos como para que encima tú no puedas confirmar asistencia en nada. Pero sí, no me queda más remedio que decirle a la gente que conmigo no cuente mucho, que ya si veo que puedo me pasaré, pero que hay una enorme probabilidad de que la Nochebuena y la Navidad me pillen en una habitación de hospital. E incluso más allá de eso, mucho más allá de dónde vas a estar en Navidad. En este momento no puedo hacer planes a corto plazo en ningún campo. Hay un programa que emiten los viernes por la noche que me encanta, y el de la semana que viene me interesa muchísimo, pues nada, tampoco sé si lo voy a ver. Y ya no sólo porque quizá sea el viernes el día que esté en el hospital, si no porque ¿quién me dice a mí que el viernes que viene me va a seguir interesando? mi vida está a punto de cambiar uno de estos días, y realmente me planteo hasta qué punto cambia todo, tu visión del mundo, si influye en ese tipo de cosas. A lo mejor el viernes que viene Abril sigue en el horno y puedo ver el programa tranquilamente. A lo mejor mi pequeña ya ha llegado y estoy en casa... y puedo ver el programa con ella en brazos antes de acostarla. Pero ¿y si mis intereses no tienen absolutamente nada que ver con los que tengo ahora? ¿y si salgo del hospital convertida en una mamá y depronto me da igual ese programa y lo único que me interesa es mi hija, estar con ella, cuidarla y protegerla?. La verdad, es posible, aunque en este momento me cuesta mucho creer que deje de interesarme el resto del mundo.
Al menos hay una cosa que sí que sé, puede que cuando nazca mi hija sólo me preocupe ella y sólo quiera estar con ella todo el tiempo, podría ser, pero desde luego, tengo muy claro que yo no voy a convertirme en una de esas madres que sólo hablan de sus hijos.
Me encanta leer blogs, busco constantemente blogs nuevos a los que engancharme, y por eso sé firmemente que no hay nada peor que los blogs de mujeres que son madres, especialmente madres primerizas con niños muy pequeños. Sus post son exclusivamente sobre "su primera papilla", "su primer corte de pelo", "su primera sonrisa a la abuela", "su primera vez en la playa", "¡me encanta mi nuevo osito de peluche!", "mirad todos cuánto disfruto en el baño!", "¡qué divertido es mi papá!"... y un largo etcétera. Y yo lo entiendo, muy bien, es tu blog y cada uno en su blog habla de lo que quiere, pero me horroriza pensar en que cuando una mujer se convierte en madre no tenga impresiones sobre nada más en este mundo ni le queden ganas para hablar de ninguna otra cosa con la gente, y hable sin parar sobre sus hijos incluso cuando la gente no le pregunta, es verdaderamente bochornoso ver cómo le cuentan las monerías de sus niños a todo el mundo y observar como la persona receptora pone cara de "que alguien me ayude" mientras aguanta el chaparrón intentando que no se le note que no le interesa una leche. ¿Acaso las madres pierden el contacto con la realidad? ¿pierden el sentido común para darse cuenta de que aburren, o simplemente les importa un pito y sueltan su rollo a sabiendas de que a la otra persona le aburre muchísimo la historia de cómo su hijo se parte de risa cuando su padre imita a un mono?. Sé que no me voy a convertir en eso, lo tengo muy claro.
Así que no sé si tendré oportunidad de ver el programa del próximo viernes, o si tendré interés por verlo aunque pueda, sólo sé que en este momento me interesa muchísimo, especialmente si tengo la oportunidad de verlo con mi niña en brazos. La verdad, espero que la maternidad no cambie mi interés por el resto del mundo ni mis ganas de escribir sobre mis impresiones de la vida en general, me horroriza pensar en que voy a dejar de interesarme por el entorno que me rodea y que me voy a convertir en una de esas marujas que le sacan la foto de su hija hasta a la panadera. Así que hago un llamamiento a todas las personas que me conocen o que pasan tiempo conmigo, y autorizo a todos ellos para que si en algún momento me convierto en una de esas madres que sólo hablan de sus hijos, alguien me abofetée. Le estaré eternamente agradecida.
Hace 11 años
1 comentario:
me imagino que la vida si que cambia, tienes menos tiempo, pero creo que se hace más rica, ya no solo seras capaz de ver el mundo a través de tus ojos, sino también a través de los de tu pequeña...lo que te permitirá seguir escribiendo muchisimos post interesantes!
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