Dan Povenmire y Jeff "Swampy" Marsh
Cuando estuve de baja en casa después de nacer Abril descubrí Phineas y Ferb. Después de muchos capítulos (yo creo que en este punto ya no queda ninguno que no haya visto), me enganché a la serie, la cual considero inteligente, divertida y profundamente ingeniosa.
Como yo tengo una personalidad obsesiva con las cosas que me gustan, me metí a investigar quién era el cerebro creador de algo tan distinto a lo que estamos acostumbrados en lo que a series para niños se refiere, y la respuesta fueron estos dos nombres: Dan Povenmire y Jeff "Swampy" Marsh.

Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que estos dos individuos no sólo son los creadores de la serie en el sentido de los que tuvieron la idea, no señor. Lejos de ser meros directores del proyecto, Dan Povenmire y Jeff "Swampy" Marsh son los dibujantes de los personajes, escriben todos los guiones, componen la letra y la música de todas y cada una de las canciones del show (cada capítulo tiene al menos una canción nueva) y, por si todo eso fuera poco, ambos están detrás de las voces de dos de los personajes principales, Dr. Heinz Doofenshmirtz en el caso de Dan Povenmire y Major Monogram para Jeff "Swampy" Marsh. Las voces de la serie son sin ninguna duda lo mejor del programa, y me da mucha rabia que en España estén dobladas, porque los niños españoles se pierden la mejor parte de la serie al no saber que Ferb y su padre tienen un melódico acento inglés, Baljeet es indio y habla tipo Apu o que el Dr. Doofenshmirtz tiene un intensísimo acento alemán, entre otras muchas curiosidades sobre los actores de doblaje originales.

Me impresiona mucho que alguien pueda tener tanto talento para cosas tan diferentes entre sí, porque el hecho de dibujar muy bien y de manera tan original no quiere decir que seas buen compositor de música en absoluto, pero lo cierto es que todos los pequeños detalles de la serie son increíblemente ocurrentes, desde las letras de las canciones (que son buenísimas, le pedí a los reyes la banda sonora y es un must en mi coche) hasta la personalidad tan desarrollada que tiene cada personaje, incluso los que no son tan principales.


Admiro muchísimo a la gente con tanto talento, especialmente cuando transforman todo ese ingenio en algo tan bueno y, para mi gusto, tan educativo, ya que la mayoría de las series de dibujos animados tienen el problema de que o sus personajes son muy planos (véase Bob Esponja, que también es una buena serie pero no tiene nada que ver) o si es una serie para niñas, es absurdamente cursi hasta el punto de ser ridícula (los reyes nos trajeron Barbie el Lago de los Cisnes y vomito estrellitas y arco iris cada vez que veo la caja).
Mi aplauso a los creadores de Phineas y Ferb, ya me gustaría a mí que el mundo estuviera un poquito mejor repartido y me hubiera tocado alguna de todas esas habilidades, no sé, dibujar así de bien o ser capaz de escribir guiones tan agudos. En fin, ya que no tengo la suerte de tener ninguno de todos esos talentos, no me queda más que disfrutar de que haya gente que los tenga todos juntos y nos traiga proyectos tan buenos como Phineas y Ferb.
Taylor Swift
Descubrí a Taylor hace poco, pero esta jovencita lleva ya tres discos publicados y muchos, muchos premios a sus espaldas.
Sólo con esos datos de primeras no resulta muy diferente a otras muchas "artistas del momento" que se inflan a Grammies sin ser responsables ni del 10% de su éxito. Sin embargo, Taylor Swift no tiene absolutamente nada que ver con ninguna artista actual de sus características, ya que ella es la responsable de toda su música, desde el primer hasta el último acorde de sus canciones y por supuesto de todas, absolutamente todas sus letras sin ningún tipo de ayuda de compositores profesionales. Ni la mismísima Madonna puede decir lo mismo.
Sus letras son tan intensamente auto-biográficas que escuchar su música es una auténtica delicia, a mí me encanta escribir y no me corto un pelo a la hora de abrir mi corazón y contar todo lo que se me pasa por la cabeza, y por eso precisamente sé que hay que tener mucha clase para que toda esa información resulte armoniosa y no un simple barullo de palabras desordenadas.

Lo que más admiro de Taylor Swift es que ha usado su éxito y su popularidad para seguir formándose y mejorar cada día, al contrario que la gran mayoría de sus compañeras de profesión, que una vez que triunfan y ganan pasta se dedican poco más que a salir de fiesta, a dar escándalos y a intentar captar la atención mediática por todos lados menos por el de la música. Taylor Swift es lo que yo entiendo por una auténtica "artista", alguien que tiene su estilo propio y no es simplemente un producto de miles de profesionales que le dicen lo que tiene que cantar y cómo lo tiene que cantar y que está ahí sólo porque es mona y pasó un casting (se me nota mucho que no puedo ni ver a Rihanna, ¿no?).
Si aún no han tenido ustedes el placer de escuchar su música (en este país de pachanga hortera nos cuesta promocionar la música country), háganse un favor y bájense
Speak Now, el disco que llevó a esta jovencísima artista a ganar el Grammy al álbum del año, pisoteando así a artistas tan de moda como Lady Gaga con el álbum que incluye
"Poker Face", Beyoncé con su
"Halo" o hasta Black Eyed Peas con su todo-poderosa creación junto a David Guetta
"I Gotta Feeling".
Taylor Swift es auténtica música, música para los que de verdad nos gusta la música. Mi más profunda admiración a alguien que alimenta mi gran pasión poniendo todo su corazón en ello.
David Letterman
Letterman lleva haciendo su programa desde antes de que yo naciera, siempre en el mismo formato. Y desde luego su programa funciona, de eso no le cabe ninguna duda a nadie. Hace años que me gusta ver entrevistas por internet, y precisamente por eso sé diferenciar a un buen entrevistador de uno malo.
Como ya he dicho antes, disfruto mucho de diálogos perspicaces, y el sentido del humor de David Letterman es algo más que simple "humor inteligente". Sus entrevistas son tan agudas que no tienen nada que ver con cualquier otra entrevista promocional del invitado en cuestión. De hecho, como bien decía Julia Roberts en su última aparición en el programa,
"no creo que nadie venga aquí con el fin de promocionar su película". Pero precisamente por eso, llegas a conocer una parte del invitado que normalmente no se muestra, porque los artistas suelen ir a los programas con máscaras, se ponen su cara de
"tengo que resultar gracioso" y lo único que vemos de ellos es una pose absurda que nos hace creer que todos viven en un mundo frívolo donde se convierten en máquinas de sonreír, de decir que el rodaje fue como formar parte de "una gran familia", que éste es su disco "más personal" o de rehuir preguntas relacionadas con su vida privada. David Letterman consigue mostrarnos con toda la naturalidad cómo es la persona a la que está entrevistando.
Cuando alguien es EXTRA-superficial, se nota...
Cuando alguien es totalmente natural, también se nota...
Y cuando alguien es demasiado "cool" y está por encima de ir a programas de entrevistas en su propio país pero pierde el culo por el glamour americano, pues también se le ve el plumero junto a David...

Viendo vídeos de Late Show with David Letterman he visto a Julia Roberts hablar sobre sus hijos, a Jessica Biel hablar sobre su relación con Justin Timberlake o a Madonna contarnos lo complicado que fue la adopción de su hijo David, hasta he conocido al perro de Natalie Portman, y todo ello sin resultar agresivo, sin tener esa sensación de que se están tocando temas demasiado privados y que el entrevistado está incomodísimo, forzando la sonrisa y deseando que la entrevista termine. Aparte de que Letterman nos ha regalado momentos tan legendarios como la famosísima y extremadamente bizarra entrevista a Joaquín Phoenix que luego formó parte de su documental I´m still here o aquella vez en la que Madonna dijo "Fuck" en directo como un millón de veces...


Letterman es una de esas personas a las que me encantaría conocer, y aunque no tuve suerte asistiendo como público a su programa porque cuando fui a Nueva York no estaban grabando (aunque lo intenté, por supuesto), todo el mundo sabe que yo no soy una persona que se dé por vencida fácilmente en absoluto, y tengo claro que algún día volveré a la ciudad que nunca duerme y ahí me veréis, haciendo cola en el Teatro Ed Sullivan a ver si soy una de las afortunadas a las que le dejan comprar una entrada y puedo asistir al programa que llevo años viendo en mi pequeña pantalla.