Hace mucho que no me paseo por aquí. Mucho mucho. Eso nunca es buena señal porque en mi caso, cuanto más animada estoy y mejor me encuentro, más escribo y por ende, lo contrario. Pero ha sido un mes complicado. Complicado y lleno de cosas, de citas, de reencuentros, de cambios de horarios, de imprevistos, de decepciones, de sorpresas agradables y de novedades.
Hace un tiempo que decidí que ya estaba bien, que ya había cumplido mis penitencias, que ahora era mi momento de, dentro de mis posibilidades, darme todos esos pequeños homenajes que no me doy nunca por pura auto-prohibición pero que tan renovadores e inspiradores resultan en mi día a día. Decidí que se acabó estar encerrada en casa todo el día para no gastar un dinero que necesitamos para prioridades, decidí que se acabó el esperar a que las películas que quiero ver salgan en vídeo, que ya estaba bien de reciclar la ropa previamente reciclada de quinta mano de Abril y que ya era hora de ir a alguna tienda y gastarme (¡oh, cielos!) 10 euros en algún vestido de esos que tan preciosos le quedan. Decidí que ya estaba bien, que la vida no para de ponernos trabas, no importa lo duro que trabajemos, pero que yo soy más lista, más fuerte y mucho, mucho más resuelta como para adaptarme a las circunstancias y no por ello dejar de disfrutar de la vida. Así que hice mi lista de cosas que quería hacer. Algunas las he hecho, otras están aún en la lista esperando a ser tachadas, pero estoy muy orgullosa de, a pesar de las dificultades, haber pasado un mes de junio activo, intenso y sobre todo, regenerador.
Éstas son algunas de las cosas que he hecho este último mes mientras no me sentía con fuerzas para escribir en mi espacio:
- Ir al teatro.
No sé cuánto tiempo hacía que eso no ocurría. Creo que la útima obra que vimos fue la de Paco León (MA-RA-VI-LLO-SA) y ni siquiera sé si Abril estaba aún en nuestras mentes. Así que, para celebrar mi aniversario de bodas, compré entradas (por Atrápalo, tampoco hay que derrochar) para The Hole, una obra musical que me moría de ganas de ver, pero que pensaba que jamás podría verla.
Las circunstancias (como siempre) no estuvieron de nuestro lado porque, como todo el mundo sabe, Murphy y su ley son grandes compañeros de aventuras en mi vida y nadie, absolutamente nadie, pudo hacerme el favor de quedarse con mi hija para poder celebrar mi aniversario como Dios manda: con mi marido de mi brazo.
Así que después de un millón de llamadas a todos mis amigos cercanos, después de tirarme de los pelos de desesperación de pensar en la mala suerte que tengo de no sólo no poder celebrar mi aniversario, si no de además haber perdido un dinero que me cuesta muchísimo ganar en unas entradas de las que no iba a poder disfrutar, después de ver como mi ilusión de ir al teatro después de años se iba por el desagüe... decidí liarme la manta a la cabeza, coger mi entrada e irme yo sola.
Una vez allí, sentada en mi butaca punto medio entre las entradas más tiradas y las de posición decente, me puse a observar al público antes de que empezara la obra y me inundó una enorme tristeza de ver todo repletito de felices parejas con dinero suficiente para pagarse una canguro o con unos padres/suegros de esos que yo no tengo que se ofrecen encantados a ayudar a sus hijos para que estos se diviertan un poco.
Pero se apagaron las luces, y el espectáculo empezó. Y jamás había visto una cosa igual. Aplaudí como una niña pequeña, como sólo recuerdo aplaudir en Broadway, y depronto me alegré muchísimo de haber ido, a pesar de las circunstancias. Fue una triste, tristísima manera de celebrar mis tres años de casada, pero he visto The Hole en directo, que me quiten lo bailao.
- Comprar ropa interior bonita.
Parece una tontería, pero con esto de mi eterna crisis económica el Carrefour lleva años y años siendo mi proveedor de ropa interior. Y la verdad es que yo no tengo problema con eso, a mí no me gusta gastarme pasta en algo que va a acabar sucio cada día, y la verdad es que en casa tengo ya poco que demostrar. Pero reconozco que tenía ganas de dejar de buscar los packs de 3x2 y comprar algo agradable. Nada extravagante, porque tampoco es mi estilo, pero qué demonios, algo bonito que me haga sentir bien.
Así que decidí que uno de mis auto-regalos de viernes sería tomarme el tiempo de rebuscar algo que me gustara, olvidarme de las mega ofertas y comprarme algo agradable para variar.
Y lo encontré. No demasiado caro, no demasiado extravagante, justo lo que buscaba.
Y me sentí muy bien, no me sentí como si estuviera tirando el dinero en algo no necesario, como suelo sentir siempre que compro algo no-imprescindible desde que esta crisis empezó a comernos vivos. Y ahora considero que estos caprichos hay que dárselos de vez en cuando porque, como todas sabemos, nunca se tienen demasiados pares de zapatos, demasiados vestidos negros, demasiados tipos de queso en la nevera ni demasiada ropa interior bonita...
- Ir al cine.
Ya está bien. Ahora en mayúsculas: YA ESTÁ BIEN. El cine es mi pasión, mi ilusión, mi único vicio. El cine es algo de lo que aprendo, el cine es algo que me hace pensar como ninguna otra cosa en este mundo, es algo que me encanta, pero es algo a lo que he tenido que renunciar desde que soy madre porque ir a dejarle la niña a los abuelos, ir al cine que nos gusta, volver a casa de los abuelos a por la enana y volver a casa es lo más parecido a irme de viaje a Cuenca que he hecho en mi vida. Y eso por no mencionar que Abril no tiene los típicos abuelos que están encantados de la vida de quedarse con ella unas horas.
Pero ya está bien.
Así que este mes me he quitado prejuicios y he ido al cine ¡¡2 veces!!, ¡toma ya, tirando la casa por la ventana, se acabó la miseria!.
Y vi una película chorra que me encantó, Wanderlust (ah no, Sácame del paraíso, que ésta la vi en español muy a mi pesar), y vi una película no-chorra que me aburrió, Moonrise Kingdom. No entiendo yo este extraño tipo de cine de culto. Será que no sé mucho de cine...
Pero me encantó ver una vez más a Jennifer Aniston haciendo lo que mejor sabe hacer y que hace como nadie. Y qué demonios, su compañero de reparto y novio en la vida real está muuuuuy bueno....
- Ver un concierto maravilloso.
Un buen amigo me invitó vía Facebook al concierto de su chico, un grupo que hace versiones gospel de clásicos del rock y del pop. Una de esas convocatorias de Facebook de las que sueles pasar. Pero por alguna razón me apeteció muchísimo, pero por el mismo motivo por el que no pudimos ir al teatro, ir con mi marido era imposible. A última hora me animé e intenté buscar acompañante sin éxito. No pudo ser, pero ya que estoy en modo "¿obstáculos a mí?", decidí ir yo sola.
El concierto empezó con una versión de Let me entertain you, de Robbie Williams, y justo en ese momento supe que ese concierto me iba a hacer flotar.
I still haven´t found what I´m looking for de U2, Ain´t no mountain high enough de Marvin Gaye o Imagine, mi canción favorita en el mundo, fueron pasando por las voces solistas de 15 personas apasionadas de la música, como yo.
No pude alegrarme más de haber ido, y sobre todo de ver a mis chicos, que hacía demasiado que no les veía.
- Encontrar un buen trabajo.
Hace un tiempo no muy largo me despidieron. Me despidieron por motivos que aún no puedo comentar, pero son motivos totalmente injustos. Injustos, abusivos, irracionales, inaceptables y que atentan contra los derechos humanos de manera aberrante. Pero así era mi trabajo y así era mi contrato, uno de esos contratos en los que firmas que si te vas, tienes que avisar con dos semanas de antelación para que puedan abusar psicológicamente de ti hasta el último minuto por haberles dejado colgados, pero que si ellos quieren librarse de ti, están en su derecho de hacer lo que me hicieron, decirme que mañana me pase por la oficina antes de ir a trabajar que vamos a firmar mi ampliación de contrato con mi correspondiente subida de sueldo, y una vez que estás allí decirte que lo sienten mucho pero que tienes terminantemente prohibido volver a pasarte por la oficina ni siquiera para recoger tus tuppers y la foto de tu hija.
Así que me moví, hice como un millón de entrevistas, y al final he encontrado algo en lo que parece que quieren que me quede muchos años. Un contrato indefinido desde el primer momento, así, sin intermediarios, directamente con la empresa, una empresa que me ofreció una (creo que) sincera sonrisa en la boca cuando dije que tenía una hija en lugar de una subida de ceja con su correspondiente equis justo al lado de mi nombre en sus apuntes. Veinte minutos después de la entrevista me llamaron con buenas noticias. Aún no he empezado y ya tengo cuenta de correo propia con mi contraseña creada y todo. Toma ya.
No quiero cantar victoria, pero la verdad es que hace más de 10 años que no sé lo que es un contrato indefinido, así que tengo muchas, muchas ganas de empezar, de hacerlo bien y de echar raíces. Espero que esto sea definitivamente lo que me merezco después de tantos años de esfuerzo no reconocido.
Y entre medias de todo eso, he pasado dos (horribles) semanas haciendo una sustitución en Samsung, mi hija se ha graduado en la guardería, mi marido me ha llevado a comer a un buffet argentino IN-CRE-Í-BLE y he desplumado a dos caballeros jugando al póker, subvencionando así mi disco de Madonna.
Espero que después de este mes tan intenso todo vaya mucho mejor gracias a mi nueva mentalidad anti carcelera. Espero que julio sea el principio del resto de mi vida...
Hace 10 años
5 comentarios:
Pero bueno, no tenía ni idea!! Ya has encontrado curro?? Enhorabuena!!
Ya me contarás dónde y los detalles, y cómo acabó todo con tu anterior trabajo -impresentables!- pero vamos, que tal y como están las cosas, has sido rapidísima en encontrar.. e indefinida!!
Mucha suerte.
Un besazo!
los suegros/padres no tienen ninguna obligación de cuidar de los hijos de sus hijos. Cada uno es responsable de sus decisiones, si sale de ellos hacerlo, bien, sino, no veo aceptable en absoluto que se lo recrimines en un espacio público. Así no creo que llegues nunca a tener una relación normal con nadie, si a la mínima les pones a parir en "tu espacio".
Hombre Ana, ya tenía que salir el troll a predicar con el ejemplo, no creo que una persona como tú, que le encasqueta el niño a su madre en cuanto se da la vuelta tenga mucho derecho a opinar de esto precisamente. Pero vamos, que por lo que veo ni llenando tu casa de mascotas ni teniendo más hijos tu vida deja de estar tan vacía como para estar todo el santo día metida en mi blog a criticarme desde ese anonimato que te crees que tienes, haz el favor de currarte un poquito tu vida, hacer caso a tus hijos y dejar de ser una amargada que se mete en mi blog a diario y déjame en paz de una puta vez, que ya hace casi 2 años que no hablamos y no consigo librarme de ti ni yéndome a vivir a la otra puta punta de la ciudad. Te juro que eres el caso más patético de amargamiento y envidia corrosiva que he visto en mi vida, llevándote los demonios si cuento en mi espacio que hago cosas que tú no tienes el valor de hacer. Es acojonante, de verdad...
Por cierto, tu bebé ya tiene nombre o quieres que te cuente cómo se va a llamar el mío...?
Claro que no tienen obligación de cuidar de los hijos de una, nadie la tiene, salvo los padres, que para eso la han traído al mundo. Pero lo NATURAL, lo NORMAL, es que, de vez en cuando, los abuelos se queden con los nietos y que, de hecho, se quieran quedar con los nietos, porque los abus disfrutan mucho de los nietos, pero es que los nietos, además de disfrutar de sus abuelos, APRENDEN muchísimo de ellos, que son mucho más sabios y son mucho más pacientes, sin mencionar el favor que les hacen a los padres que, de vez en cuando, también necesitan recuperar su tiempo de pareja. Creo que todo lo anterior es ley de vida. Y además alimenta y enriquece mucho las relaciones familiares: tú se lo agradeces eternamente a tus padres, tus padres agradecen poder pasar tiempo con los nietos, y los nietos pueden llegar a querer muchisimo a los abus!
Pero vamos, que el que no le haya pedido nunca un favor a sus padres, que tire la primera piedra...
claro, claro... no te duran ni los amigos, ni la familia (ni la propia ni la política) ni los trabajos..... será casualidad....
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