Por lo demás, creo que las cosas sólo han ido a mejor. Todos estamos intentando adaptarnos (especialmente Juno, que tiene una auténtica depresión post-parto), y las noches están empezando a ser un espacio de tiempo dedicado a dormir, lo cual nos ha costado unas 4 ó 5 noches en vela sin saber cuál era el motivo de los gritos de la pequeña. Pero lo hemos conseguido. Los vecinos que duermen al otro lado de nuestra pared nos preguntan que dónde está Abril que ni se la oye, con lo que intuyo que debemos estar haciendo algo bien.
Así que ésta es mi vida ahora, tranquila y relajada, disfrutando de las tardes en casa y observando cómo duerme mi hija, porque por alguna razón, hay algo en ella que hace que no puedas dejar de mirarla todo el tiempo, aunque lleve horas durmiendo y le queden otras tantas hasta su biberón, mirarla es una auténtica delicia y a veces es lo único que te da tranquilidad en este mundo, verla ahí, durmiendo, saber que no le pasa nada, que está bien. Cambia tanto cada minuto que siento la inmensa necesidad de observarla para no perderme absolutamente nada de ella. No quiero sonar cursi, pero es completamente cierto.
En fin, supongo que eso es la maternidad, plantearte tu vida de manera completamente distinta a cómo la vivías antes y disfrutar de cosas que antes te parecían un coñazo. De todas formas, aquí dejo algunas fotos de la mandarina. Y a ver quién se atreve a decirme que no es una auténtica preciosidad.
2 comentarios:
Lo siento pero no eres una madre cursi. Abril es una baby preciosa. ¡Muchísimas felicidades!!!
Besos,
Mari.
Pero que fotos tan bonitas!!
Q tal va todo??por lo que leo muy bieeeeeeen me alegro!! a disfrutar en casita con la nena y el calorcito...
Abril, niña afortunada!! :-)
Publicar un comentario