Mi casa es preciosa, es perfecta para nosotros, pero necesita pasta, necesita mucha pasta. Dadas sus mil posibilidades y sus muchísimas estancias, necesita muchos muebles, muchas lámparas, muchos cuadros y muchos adornos. Y la verdad es que ir a Ikea para comprar un total de 21 lámparas de una sola vez... pues más te vale que sean las más tiradas de precio que encuentres. Y llevamos más de 2 años viviendo con muebles, lámparas, mantas y muchas más cosas lo más baratas que encontramos, con la esperanza de poco a poco poder ir mejorando nuestros espacios. Pero esta crisis no avanza, y Mr. Rossi y yo estábamos quemados de no poder dar un buen empujón a Villa Farfalla.
Hasta ahora.
Seguimos sin poder darle un buen chute de dinero, pero hemos decidido que aunque no tengamos pasta para poner bonito el césped o amueblar mi preciosa buhardilla de 70 metros cuadrados (70 metros, yo me crié en una casa más pequeña que mi actual tercer piso [sic]), vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano y en nuestra imaginación para que Villa Farfalla luzca preciosa gastando el mínimo de los mínimos.
Así que hemos empezado por ponerle un precioso nombre italiano y llenarla de color. Todavía estamos en ello, pero esto es un pequeño ejemplo de nuestros recientes avances en Villa Farfalla:
Mi terraza de las flores:
La buhardilla, espacio para jugar de Abril:
Y éste es mi espacio para leer, usar el portátil o simplemente relajarme desde donde tengo vistas a mi marido en el ordenador y a mi niña jugando:
Y esos son sólo algunos de todos los avances que ya le he hecho a mi casa. Las letras de la entrada donde se lee el nombre de la casa y las de la buhardilla las he diseñado yo, las ha cortado mi marido con sus manitas y las hemos pintado nosotros, más artesanal imposible, puro arte familiar :)
Estoy taaan orgullosa estoy de Villa Farfalla...
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