Una delicia

Ayer Abril cumplió 8 meses. Entre los viajes que hemos hecho este mes (dos a La Manga y uno a León) y que está aquí la abuela, este mes le hemos hecho más fotos que ningún otro, porque la verdad, aunque todos los meses digo lo mismo, está más preciosa que nunca y cada mes se supera en cuanto a simpatía.

Este mes hemos descubierto que se parte de risa con los perros, para la desgracia de la pobre Juno, que se ha convertido en su objetivo. También ha aprendido a decir papapapapapapa, mal que me pese a mí, que me paso el día repitiendo mamamamamamamama sin ningún éxito. Pero bueno, mirándolo desde otro punto de vista, cuando hay que cambiarla, darla de comer o cuando se despierta de la siesta diciendo papapapa, puedo decirle a Luismi "ve tú, que la niña te está llamando". Es lo que tiene.

La segunda vez que estuvimos en la playa con ella no hubo ningún susto con respecto al oleaje, aunque tampoco se puede decir que disfrutara como una enana, la verdad, pero al menos pudimos bañarla tranquilamente y jugar con la arena. Aunque en realidad ella estaba más pendiente de comerse los cordones del bañador de su tía (los cordones, otra de sus obsesiones) que de otra cosa, pero en fin, le dimos una segunda oportunidad a la playa y la cosa no fue mal del todo. Tiempo al tiempo...

Mi hija cada día me sorprende más con su simpatía y su entusiasmo por las cosas nuevas. Supongo que todas las madres verán a sus hijos maravillosos, pero Abril es una niña que derrocha simpatía por los cuatro costados, y allá donde vamos va haciendo amigos por todos lados porque en cuanto alguien le hace cualquier tontería por la calle, ella le deleita con una sonrisa de oreja a oreja.

Cada día que pasa me pregunto cómo podía vivir antes sin ella, porque aunque suene cursi a tope, mi hija es el mejor regalo que me ha podido dar la vida, y no sé si será porque es mi hija, pero qué quieren que les diga, mi niña es una delicia.

Aquí dejo las fotos de este mes. Que las disfruten...