5 maravillosos descubrimientos que he hecho en los últimos meses

Pórtico

Me encantan los objetos que se pueden romper con facilidad porque me obligan a ser cuidadosa. Pórtico está repleta de ellos. El espacio es tan bonito y está todo tan estratégicamente colocado y ordenado que también parece que se pueda romper. Por fin una tienda de decoración de hogar que no parece que esté hecha aposta para que si pasas por un pasillo rompas algo porque lo golpees con tu bolso y tengas que pagarlo obligatoriamente, Pórtico es grande en largo y ancho, y te invita a pasar toda la tarde cogiendo con tus manos cada uno de sus frágiles productos y visualizándolos en tu salón. Un gran descubrimiento, sin duda.

Come, reza, ama.

Sabía que me iba a encantar porque conocía la historia, pero no me imaginaba que me iba a envolver de esa manera. Esta película es la historia de una mujer a la que todos nos gustaría parecernos. Es una de esas películas en las que te metes tanto que las puedes oler, puedes oler esas calles, esos sabores, esos aromas. Y una vez más, vuelvo a descubrir que Julia nunca dejará de sorprenderme, aunque su carrera empezara antes de que yo naciera, siempre que veo una de sus películas consigue fascinarme. Una película a la que se aplica ese adjetivo que tan poco usamos en español y tanto se usa en inglés: "Inspiring". Exquisita película.

Cremas Deliplus

En el mundo de la cosmética hay artículos en los que hay que gastarse mucho dinero porque la calidad se nota (sombras de ojos, labiales, champú...), y hay otros artículos en los que definitivamente no hay que gastarse mucho dinero porque da lo mismo (colorete, máscara de pestañas...). Siempre he pensado que las cremas eran uno de esos productos en los que cuanto más te gastas, mayor es el efecto. Sin embargo, Mercadona ha llegado para revolucionar el mundo de la cosmética para los que vivimos en constante crisis. Nunca he sido muy de cremas, pero la verdad es que con esos precios, con tanta variedad y con ese delicioso resultado, las cremas Deliplus han pasado a compartir lista con los vestidos negros, los zapatos, la ropa interior y los tipos de queso: nunca se tienen demasiados.




Dirt

Ante el rollazo de series y de programas en el actual panorama televisivo, nos empezamos a bajar series de esas por las que lo serie-adictos mueren. The office, 30 Rock, Dexter... y la verdad que ninguna nos convenció. Entonces me acordé de que Courteney Cox, a la que adoro, hizo una serie-crítica sobre el sensacionalismo en Hollywood, y nos la bajamos. El primer capítulo fue tan fuerte, tan agresivo en todo los sentidos que dudamos que nos fuera a interesar algo tan extremo... pero le dimos una segunda oportunidad y ahora estoy más que enganchada. Es exageradamente explícita, eso es verdad, pero ella borda su papel de directora de revista sensacionalista sin escrúpulo ninguno y fría como el hielo, y al final engancha tanto que me paso el día deseando que llegue la noche para ver un nuevo capítulo.

Póker

Al principio empecé jugando sólo para que mi marido pudiera usar de vez en cuando las fichas de profesional que con tanta ilusión se compró y nunca nadie se anima a venir a casa a jugar. Empezamos jugándonos cosas como la colada de la semana o quién hacía la cena, hasta que me di cuenta de que estaba haciendo el tonto porque siempre perdía y me tocaba pringar. Hace poco volví a proponerle que jugáramos un rato para que no tuviera que jugar siempre él sólo con el ordenador, ya que el póker es su hobbie favorito, pero hace falta reunir a más gente para jugar, y la gente suele ir a lo suyo. Esta vez me propuse aprender más en serio para que no me dejara en bancarrota en media hora, y al ser un juego basado más en la psicología que en la suerte, sabía que podría llegar a jugar muy bien. Ahora me encanta jugar con él, he llegado a ganarle con faroles de esos que si pierdes te da un infarto, y disfruto muchísimo pasando tardes enteras jugando juntos porque después de todo, no hay nada que me guste más en el mundo que estar con mi marido, así que me alegro muchísimo de que tengamos un hobbie en común y no necesitemos a nadie más ni un triste juego on-line para divertirnos practicándolo.