Amelia se ha venido con nosotros después de sufrir un mutuo amor a primera vista conmigo desde un pequeño puestecito del Nómada Market.
Nunca he sido muy amiga de los cáctus, porque cualquier cosa que te pueda hacer daño de algún modo me da la sensación de que no trae mucha paz mental. Sin embargo Amelia no sólo no pincha, si no que además desprende una energía y un buen rollo desbordantes.
Amelia habita desde hoy en mi cocina, sonriendo todo el tiempo para que nunca se me olvide que la vida es más bonita si sonríes a todas horas. Amelia es el claro ejemplo del espíritu que quiero que inunde mi casa, donde sólo hay sitio para la buena energía, donde ahora quiero abrir mi mente y dejar entrar todas las cosas contra las que antes tenía prejuicios, como los cáctus. Ahora pueden entrar, entre otras muchas cosas nuevas, los cáctus. Pero eso sí, sin espinas...
3 comentarios:
¡Yo quiero una Amelia! Sí que tiene buen rollo, sí
Qué mooonaaaa!!!
jajaja sí que fue amor a primera vista!
Jo, quería pasarme por el mercadillo éste pero como siempre no tuve tiempo ¿estaba bien?
Publicar un comentario