Eso me ha hecho tener más confianza en mí misma a la hora de maquillar, y la confianza era algo de lo que no andaba muy sobrada, no es que no tuviera, pero tenía ese pequeño pánico escénico ante la idea de maquillar a alguien que espera verse radiante cuando termines tu obra. Y es curioso, porque la gente se pone en tus manos con toda seguridad y te pide con la mirada que las transformes en una diosa, y tú, que te tiembla el pulso de pensar en decepcionar a la modelo, sabes perfectamente que hay muchos factores que afectan a que ella se vea guapa: que la ropa vaya acorde con el maquillaje, que la hora del día vaya acorde con los colores, que la modelo se maquille frecuentemente o sea la primera vez que se va a maquillar vistosamente... y tú rezas para que ella sepa ver más allá de todo eso, para que aunque vaya en chándal, sepa darse cuenta de que el maquillaje que le has hecho es de noche y se va a ver mucho mejor cuando se ponga el vestido.
Pues bien, como decía, he superado esa etapa en la que te da pánico que no te quede bien el maquillaje, porque reconozco que últimamente he estado muy inspirada. Así que me encantaría seguir practicando. Este mes tengo dos amigas que van a una boda, así que no sé, puede que me aventure y pruebe cosas nuevas que nunca antes he hecho.
Y estas son algunas de las ideas que tengo en la cabeza...




3 comentarios:
Hija, hasta me entrando ganas de que me maquilles a mí...así que imagínate...
Me alegro de que sigas mejorando, yo personalmente también me pondría en tus manos. Para la boda si es tarde noche me gustan más el primero y el último, no sé si es que tengo debilidad en profundizar miradas pero me parecen los más attractivos para ser invitada de la ocasión. Mucho ánimo y sigue así.
Mil besos.
Mari.
Pues a seguir! jaja. A mí me gustan todas las fotos menos la segunda! me parece menos glamurosa...
Publicar un comentario