miércoles, 1 de agosto de 2012

La lucha estival anual

... Y llegó ese horrible momento por el que tengo que pasar año tras año: comprarme un bikini nuevo.



 Sé que para todas las mujeres el momento de comprarse un bikini es motivo de mucha satisfacción, como un pistoletazo de salida hacia el veranito, un homenaje obligado que nos tenemos que dar porque los bikinis del año pasado se nos han quedado pequeños/grandes, están desgastados por el cloro, ya no se llevan etc. Bueno, pues esa alegría tan grande que tenéis todas os pasa porque vosotras tenéis un pecho estupendo, compensado y socialmente aceptado como "dentro de lo normal". Sí, lo sé, vosotras lo odiáis. Soñáis con que fuera más grande, más pequeño, menos caído, que no tuviera estrías, que estuviera más junto... ninguna mujer en su sano juicio está contenta con su pecho, y la que lo está, es porque odia su culo, probablemente.

 Pues dejadme deciros, queridas insatisfechas con vuestro pecho, que no sabéis lo que tenéis. Dejadme contaros mi aventura de esta mañana al ir, como cada año, a pasar por ese trago que es comprarme un nuevo bikini...

 Torrevieja, 11 a.m. Mi abuela necesita ir al Carrefour y yo me ofrezco a llevarla para, mientras ella hace la compra, acercarme al Decathlon a comenzar mi batalla. Ya en el Carrefour con mi abuela y con su carro, pregunto al de seguridad dónde queda el Decathlon. El de seguridad me informa, en un acento y un tono muy pero que muy poco urbanita, de que Torrevieja no posee un Decathlon como tal, que si quiero un Decathlon una de dos, o me espero a octubre, o me voy a Pilar de la Horadada, pueblo de los alrededores al que no me apetece un pijo (término autóctono de la zona) ir. ¡Pero si yo juraría que vi carteles de un Decahlon de camino a Torrevieja desde Madrid!, nada, será que pasé por Pilar de la Horadada... ¿y ahora qué hago?, a lo que mi abuela responde que aquí en Carrefour hay unos bikinis muy monos. Bueno, pues démosle una oportunidad al Carrefour...  mando a mi abuela a hacer su compra, a sabiendas de que esto es algo que no va a ser rápido, encontrar un bikini va a ser una ardua tarea que prefiero hacer en soledad sin marear a nadie. 


 Me coloco frente a frente con todos los bikinis, que me miran desafiantes. A ver, vamos a empezar por lo optimista: los de oferta. Uy, qué monos, mira qué estampado hawaiiano más mono, ¡justo el que se lleva este año! ¡y sólo 9,99€!, a ver si hay suerte con las tallas... pues no, no hay suerte. De hecho ni siquiera tienen tallas, unas simples S, M y L de las cuales sólo quedan S. No, está claro que no ha habido suerte. Sigamos. 


 Me voy a los normales, a los que no están de oferta. Pues gustarme gustarme no me gusta ninguno, pero yo qué sé, a ver éste naranjita, que siempre queda bien con el moreno. Talla 38, talla 36, talla 36, talla 36, talla 34, talla 36, talla 38... pues va a ser que no, que el naranjita tampoco cuela, y eso que fabrican hasta la 46, que lo pone aquí, pero vamos, preguntarle a la chica que si tienen más tallas en el almacén es provocarle una carcajada, así que mejor miro otros.


 Sigo. Todos son un horror, y además lo de que casi ninguno venga con aro es la caña, ¿la gente es que no le hace falta que le sujete o qué? porque vamos, a mí no me mola un pijo que, encima de que me va a ver casi en bolas toda una playa entera, encima me vea que me las piso vamos, no no no, por lo menos que estén bien puestas, tiene que ser con aro. A ver éste de puntitos. Talla 38, talla 36, talla 36, talla 34... ¡¡talla 44!! Yo no tengo ni idea de mi talla de pecho porque me compro siempre el que veo que me vale y cada vez es una talla distinta, pero visto así parece que me caben... vamos al probador. 


 Una vez en el probador cara a cara con el bikini de la talla 44 (talla 44, ya está bien), según me  desnudo y hago un amago de acercármelo a la zona correspondiente... me doy cuenta de que esto va a ser más difícil de lo que ya de por sí parecía. Nada, como si fuera para la Nancy vamos, ahí no meto yo ni una oreja. En fin, tendré que buscar uno de la talla 80 a ver si estos del Carrefour dejan de tomarme el pelo...


 Me visto y vuelvo fuera. Rebusco más tallas en tres o cuatro binikis que no me parecen horribles pero nada, sigue sin haber suerte. Entonces me planteo buscar en la zona de Tallas Grandes. Sí, es horrible, necesito buscar ropa de tallas especiales, me siento una freak de pecho descomunalmente enorme, pero en fin, con dignidad. Voy al pasillo de las tallas especiales y me horrorizo descubriendo los bikinis que el Carrefour ofrece a los monstruos como yo. ¿Esque acaso las que no tenemos una talla habitual tenemos que llevar obligatoriamente estampados de safari, bañadores tipo faja, pedrería cutre para quitarle protagonismo a nuestras lorzas...? ¿acaso el hecho de no tener una talla como la que "supuestamente" tiene todo el mundo tenemos que convertirnos en... ¡¡¡Anita Obregón!!!?, no no no no... descartamos buscar algo en esta sección, paso de llevar un bikini caqui que tiene esa cara de "es lo que había". 


Me vuelvo al otro pasillo y por mis lorzas que encuentro algo que me valga, aunque tenga que aguantar la respiración desde que me lo ponga hasta que me lo quite. Me vuelvo loca buscando entre todos los bikinis, ya sin filtrar los que me gustan más o menos. Encuentro cosillas de la 46, pero casi todo con formas raras de esas que están de moda, que si sin tirantes (ay sin tirantes... quién pudiera...), que si de los del cordoncito que se ata en el canalillo, que si de triangulito minúsculo (repito, no soy Anita Obregón, ¡quiero que me TAPE!)... y por fin encuentro uno, ¡UNO!, de la talla 46, con aros y que parece un paracaídas, es decir, ¡aquí me caben fijo!, pero además, la mejor parte es que hay talla 46... ¡en dos colores distintos! ¡eso quiere decir que tengo un mínimo de elección!, bueno, rojo o azul... mmmmmm... ¡ROJO! ¡¡me voy al probador!!. Una vez en el probador, eufórica, me despeloto en 0,5 segundos y me lo pruebo. 


A ver, caberme me caben. Si me muevo, se me salen, con lo que voy a tener que estar constantemente colocándomelas si no quiero que ocurra un desafortunado accidente, pero me caben. El problema número dos es que para que el aro haga su función tengo que atar el nudo del cuello MUY fuerte, con el dolor que eso produce. En fin, no me importa, no me importa en absoluto, tengo bikini, ¡tengo bikini!, estoy feliz y los pequeños problemillas ahora mismo no me preocupan, ¡me voy a pagar!.


 Oh... espera... me estoy llevando un bikini de la talla 46... pero yo de culo no tengo una talla 46 ni de broma... oh mierda, por ESTO me gusta comprar bikinis en el Decathlon, porque compras por separado las dos partes...


Total, al final me llevé el bikini de cuadritos rojos y blancos rollo pin up pero a lo cañí, que era de los más carillos, aunque en el Carrefour que sea de los más caros no es tan grave, pero eso sí, al ir a pagarlo tenía un descuento de 8 euros, así que me llevé una alegría, y como tengo una abuela genial que cose de maravilla, pues me apañó la parte de abajo, y digamos apañó porque milagros tampoco se pueden hacer, así que más me vale bajar por las escaleras en la piscina porque como se me ocurra tirarme de cabeza la lío... 


 En fin, que a mí cuando algunas chicas me dicen que me envidian por mi pecho y que debería estar agradecida siempre me acuerdo de estos momentos y pienso en lo bonito que sería por una vez en la vida comprarme un bikini que me guste, NO el que me valga, poder estar cómoda con él sin romperme la nuca con el nudo y sin tener que estar pendiente cada 30 segundos de que esté todo en su sitio sin tener que colocármelas delante de toda la playa. Con los bikinis tan bonitos que hay en las tiendas y que no estén a mi alcance... 




 Chicas, no sabéis lo que tenéis....





2 comentarios:

La nueva vecina dijo...

Jajaja... me parto de risa!!!

Según iba leyendo los primeros párrafos, iba pensando: "Joe, pues yo sí que estoy contenta con mi pecho, la verdad"...
Para seguir leyendo tres líneas más y toparme con esa gran verdad: "...¡Pero no con mi culo!"

Y es que a mí me pasa exactamente lo contrario: nunca tengo problema con las partes de arriba... ahora, lo que viene siendo las de abajo...
Eso sí, es más fácil, ya que te los compras de lacitos a los lados y te los adaptas a tu contorno. Es verdad que el dolor de nuca es mucho peor...

Un besote y suerte el próximo verano!

La nueva vecina dijo...

Jajaja... me parto de risa!!!

Según iba leyendo los primeros párrafos, iba pensando: "Joe, pues yo sí que estoy contenta con mi pecho, la verdad"...
Para seguir leyendo tres líneas más y toparme con esa gran verdad: "...¡Pero no con mi culo!"

Y es que a mí me pasa exactamente lo contrario: nunca tengo problema con las partes de arriba... ahora, lo que viene siendo las de abajo...
Eso sí, es más fácil, ya que te los compras de lacitos a los lados y te los adaptas a tu contorno. Es verdad que el dolor de nuca es mucho peor...

Un besote y suerte el próximo verano!

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