miércoles, 26 de septiembre de 2012

Quién me lo iba a decir...

Quién nos lo iba a decir. Quién nos iba a decir cuando viniste a verme al pueblecito donde estaba escondida, cuando te metiste 8 horas en un avión para después alquilar un coche y conducir 6 horas para venir a verme, cuando pasamos 15 días juntos sin ninguna preocupación aparte de pasear, montar en bici, visitar cataratas, celebrar Halloween y, en definitiva, conocernos... quién nos iba a decir que todo acabaría así, tomando este camino.

Quién me iba a decir a mí que aquel hombre que decía estar loco por mí a solo unas semanas de conocerme, que decía ser capaz de dejarlo todo y esperarme, esperar a que volviera de mi retirada al otro lado del océano, esperar a que toda su situación estuviera libre de cargas para poder ofrecerme todo su amor, esperar a que yo aclarara mi cabeza... quién me iba a decir que lo decía en serio, que no era un capricho ni una locura post-divorcio, que era todo, todo verdad.

Quién iba a saber toda la montaña rusa por la que pasaríamos. Quién iba a decirnos entonces que todo esto iba a ser tan difícil, que nadie creería en nosotros, que tendríamos que demostrar constantemente que sabíamos lo que hacíamos, que la gente nos daría la espalda sólo por pura envidia de que nosotros teníamos lo que ellos nunca jamás habían tenido. Quién nos iba a decir todos los problemas por los que pasaríamos, todas las pruebas que viviríamos y todas las veces que pensaríamos en abandonar el barco. Quién nos lo iba a decir. Y sobre todo, quién nos iba a decir que todo, todo todo, lo superaríamos haciéndonos más fuertes.



Quién me iba a decir que detrás de ese hombre tan tímido que superó todas sus propias barreras para atreverse a no dejarme escapar se escondía el hombre más increíble, más bueno, más comprensivo y más maravilloso de la tierra. Quién me iba a decir a mí que serías la única persona capaz de ver en mí tantos colores, tanto brillo y tanta energía, que conseguirías sacar todo mi potencial a base de demostrarme lo mucho que valgo, que harías de mí una persona con ganas de luchar y no conformarse, que me harías querer luchar por diferenciarme del resto...aunque tú siempre supiste que yo no era para nada como "el resto". Quién iba a decirme que ese hombre sería el mejor padre del mundo, que me enamoraría de ti de nuevo al tener una hija, que jamás tendría que enfadarme como hacen otras mujeres porque sus maridos no dan la talla como padres, al menos los primeros años. Quién me iba a decir al principio, cuando me tratabas como una princesa y besabas por donde pisaba, que te convertirías en el rey de la casa y tendrías a tus dos chicas adorándote como si fueras lo único que existe en el mundo. Quién me iba a decir que podríamos quererte tanto, tanto tanto tanto...


Nadie podría haberme dicho todos los errores que serías capaz de perdonarme. Nadie podría habérmelo dicho porque nadie más me los habría perdonado. En todo este tiempo juntos he hecho cosas horribles, cosas que te han hecho daño y que te han decepcionado. Sin embargo tú jamás has dudado de tus sentimientos hacia mí. Te pedí perdón y escondiste tu dolor, lo borraste y nunca más volviste a reprocharme nada, como si nunca hubiera existido. Pero existió, y tú decidiste seguir adelante y quererme igual.

Pero yo no. Yo no puedo quererte igual después de todo lo que ha pasado. Yo, lo quiera o no lo quiera, te quiero más, mucho mucho más que hace unos meses, porque a pesar de todo el dolor que hemos sentido este último año, tú siempre me has demostrado que estamos por encima de todo eso, que soy para ti y tú eres para mí, y da igual que siga habiendo gente que piense lo contrario, tú y yo somos mucho más de lo que la gente piensa. Así que después de toda la tormenta, no puedo evitar sentirme más cerca de ti que nunca y admirar tu manera de quererme incondicionalmente, esa manera de querer a alguien que todas las mujeres buscan desesperadamente sin éxito y yo lo tuve sin pedirlo.


Así que ahora, un siglo después de conocernos y un millón de experiencias, buenas y malas, después de aquel día que volviste a trabajar de tu viaje de novios y te vi por primera vez... ahora sé lo que es sentirme tan segura de algo que hasta resulta cómico. Eres el amor de mi vida, estoy segura de eso.






Feliz quinto aniversario, Mr. Rossi....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin reproches y sin nada, !qué envidia! da gusto ver a parejas así de felices.

Muchísimas felicidades !y por muchos años!

Te mereces lo mejor y tienes un gran tesoro cuya riqueza no es un bien material disfrútalo, te deseo lo mejor.

Un besazo guapa,
Mari.

Web Statistics