lunes, 27 de agosto de 2012

Ampliando relaciones

Estoy abriendo mi círculo de amistades, lo estoy abriendo mucho. En las últimas semanas estoy conociendo gente apasionante que estoy segura de que va a aportar muchísimo a mi vida. Por supuesto sigo manteniendo viejos amigos, algunos son del tipo de vernos cada pocas semanas y otros son de esos que pueden pasar meses sin vernos pero sabes que siempre están ahí y cuando te ves es como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez.

Me encanta tener amistades de todo tipo, pero reconozco que necesitaba renovarme, necesitaba frescura, y es justo lo que estoy encontrando, gente nueva a la que le cuentas tus problemas en mayor o menor profundidad y los vive desde este punto, en el que estás, como algo que has pasado, con errores que has cometido y las consecuencias que han tenido, que lo viven con comprensión por todo lo que estás viviendo a raíz de esos errores, no con la necesidad o el derecho de opinar que te estás equivocando y que ellos en tu situación obrarían de manera absolutamente racional y que te juzgan por ello.

Hace tiempo que intento huir de la gente que te da su opinión sin que se la pidas, porque a veces cuando le cuentas a alguien tus problemas no estás buscando ni que te dé un consejo, ni que te digan lo que ellos harían en tu situación y, ni mucho menos, que te digan que te estás equivocando, y eso es lo que mucha gente no es capaz de entender. A veces compartimos nuestros problemas buscando sólo un poco de comprensión, alguien que nos escuche, sentir empatía por parte de nuestro receptor, a veces sabemos la solución a nuestros propios problemas, simplemente no es tan fácil llevarlo a cabo como se ve desde fuera, pero no me estás contando nada nuevo. Ya sé que si discuto con mi marido "debería" separarme, ya sé que si tengo problemas de dinero "debería" encerrarme en casa y no comprar ni un paquete de pipas, ya sé que si me duele estar peleada con mi madre "debería" llamarla. Ya sé que esa es la versión oficial de lo que "debería" hacer. Pero, obviamente si no estoy haciendo nada de eso es porque tengo motivos más que suficientes para no hacerlo, no es porque no se me hayan ocurrido esas soluciones. Mis amigos de verdad entienden que yo y mis problemas estamos por encima de soluciones fáciles y que no voy a llamar a mi madre porque esto no es una cuestión de orgullo, es más que eso, es ella la que no quiere saber de mí, que no voy a encerrarme en casa porque ir a algún lado en coche y gastar algo de gasolina hace mi vida muchísimo mejor y no hacerlo no soluciona mis problemas de dinero, y que, definitivamente, no voy a separarme de mi marido porque todos discutimos, a veces de manera muy salvaje, y mi vida sin él es cuarenta grados de magnitud peor que mi vida con él y todos, TODOS, pasamos rachas difíciles. 


Yo soy una persona inmensamente visceral, todo el que me conoce lo sabe, precisamente por eso mucha gente me juzga porque piensa que mi manera de actuar es tremendamente impulsiva, irracional, irreflexiva, y no es así en absoluto. Los años me ha enseñado que no se pueden tomar decisiones sin pensar en las consecuencias, y por muy lanzada que parezca, le doy una y mil vueltas a las cosas que hago, a las decisiones que tomo, a si esas decisiones son o no reversibles, y pocas, muy pocas veces me permito el lujo de ser impulsiva, con lo que no me gusta que me den la versión racional de las cosas porque, aunque parezca la manera correcta de actuar, a veces también tiene sus consecuencias, y sobre todo, porque es muy probable que yo haya barajado esa opción en mi cabeza, recuerda que soy yo la que tiene el problema y pienso en ello mil veces más que tú, así que no me estás descubriendo América. 

Siempre he dado muchísima importancia a tener buenos amigos. He pasado distintas épocas, a veces he tenido amigos más íntimos, a veces me he sentido más sola y otras veces he tenido que romper relaciones con amistades que consideraba buenas por sentir que me daban la espalda en momentos vitales para mí. Sé que soy muy radical, pero nunca he podido tolerar el sentir que mis amigos no están conmigo cuando les necesito. Cuando uno necesita a alguien es porque está fastidiado, y cuando uno está fastidiado es más fácil tomar decisiones radicales. De cortar algunas relaciones me he arrepentido, de otras el tiempo no ha hecho más que reafirmar que tomé una buena decisión. 

Ojo, con esto no estoy diciendo que yo sea una amiga maravillosa y perfecta que esté ahí para todos cuando me necesitan, ni mucho menos, pero lo que no he hecho ni haré nunca es dar la espalda a alguien en sus malos momentos (a menos que me sintiera traicionada por esa persona y sintiera que volvía cuando él o ella estaba pasando un mal momento después de dejarme a mí tirada). He cometido muchísimos errores como amiga, de algunos me doy cuenta y me imagino que de otros miles no tengo constancia, pero me esfuerzo muchísimo en ser una amiga comprensiva, en no juzgar los errores de mis amigos y en estar siempre disponible cuando me necesiten, y eso es ni más ni menos que lo que exijo por la otra parte en el mismo grado en el que yo lo esté dando, pero a lo largo de mi vida me he sentido muy juzgada por todas esas desafortunadas equivocaciones y he sentido que un gran número de amistades me crucificaban por ello, olvidando así todo lo bueno que he aportado. 

Yo siempre he pensado que las relaciones humanas verdaderas, la amistad, el amor, la familia etc, permiten cierto margen de error, que todos fallamos en algún momento y que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, y es por eso que he permitido que entre gente de nuevo en mi vida a la que le cerré la puerta en su momento al comprobar que hay buenas intenciones, al igual que he sentido que me abrían las puertas a mí después de años de perder la pista considerando que no éramos afines para nada al tener en el pasado conceptos distintos de la amistad. 

El caso (que hay que ver si me lío) es que, aunque tengo amistades increíbles, he decidido ampliar mi círculo y eso ha hecho que conozca a gente maravillosa que me ha abierto las puertas de su amistad de par en par y que promete aportar muchísima frescura y originalidad a mi vida, ya que muchos de ellos son gente con la que no me habría cruzado en ninguna circunstancia cotidiana de mi vida. Me siento feliz de haber dado el paso, me siento feliz de estar conociendo gente tan interesante y me siento feliz de ser una persona en constante fase de renovación que no se cierra a abrir su corazón a gente que lo merece. 


Bienvenidas a mi vida a todas mis nuevas amistades...

3 comentarios:

Pitufi Sariya dijo...

Espero formar parte de aqui en adelante de ese grupo de "gente increíble" que has conocido, Patry! porque una persona tan genial como tú se merece gente especial y genial a su alrededor!!

Un besito y aqui tienes una amiga y fan de tu blog, you know!

Anónimo dijo...

Patricia,

No sabes todo lo que te entiendo, estoy pasando por una época creeme, bastante mala y es en ese momento cuando te das cuenta quienes están a tu lado y quienes no; no para juzgar sino para escuchar y son en estos momentos cuando ves detalles muy malos de quien jamás ta los esperarías y cosas muy buenas de quien ni te imaginas.

De mando todo mi apoyo y bueno como se dice en estas ocasiones "todo a las costillas y pa alante"

Muchos besos,
Mari.

Anónimo dijo...

Patricia,

No sabes todo lo que te entiendo, estoy pasando por una época creeme, bastante mala y es en ese momento cuando te das cuenta quienes están a tu lado y quienes no; no para juzgar sino para escuchar y son en estos momentos cuando ves detalles muy malos de quien jamás ta los esperarías y cosas muy buenas de quien ni te imaginas.

De mando todo mi apoyo y bueno como se dice en estas ocasiones "todo a las costillas y pa alante"

Muchos besos,
Mari.

Web Statistics