En mi barrio casi todos tenemos perro, de hecho, los perros han sido el motivo de que nos conozcamos casi todos y hayamos hecho tanta piña.
La pasada Nochebuena, alguien tiró un petardo en el barrio y el perro de una familia muy amiga mía, Roy, salió corriendo lo más lejos que pudo, asustado por el ruido.
Roy estuvo varios días perdido, y muchos de los vecinos salimos a buscarlo con el coche por los alrededores, pensando que no podía haber ido muy lejos, además, el perro conoce de sobra la zona, así que seguramente volvería después de que se le pasara el susto. Pero Roy se había ido demasiado lejos como para saber volver.
Al cabo de unos días la policía llamó. Roy había aparecido, atropellado por un coche. Estaba vivo, pero tenía la cadera completamente destrozada del golpe. Los vecinos que acompañaron a sus dueños al veterinario me han contado que la radiografía parecía un Tetris.
En el hospital de animales les recomendaron que le operaran, que le hicieran una intervención que si te la cuentan, suena absolutamente espeluznante, pero que según los médicos, está dando muy buenos resultados. Consiste en cortar un trozo de fémur.
Total, que operaron a Roy.
Esta mañana he sabido que se le ha infectado la pata de la operación y que temen que se le gangrene. Sus dueños están pasando por una temporada tremendamente angustiosa, porque llevan desde que Roy apareció sin poder dormir porque las noches se las pasa gritando de dolor, hay que limpiar constantemente todo porque no controla los esfínteres, y además, hay que llevarle todos los días al veterinario, y con lo que pesa, tienen que ir más de dos personas para poder movilizarlo. Todo eso sumado a la pena de ver a tu perro en ese estado, y sobretodo no saber si va a poder salir adelante, asumiendo que nunca va a volver a ser el mismo perro que era antes. Sin mencionar el dinero que llevan gastado hasta ahora.
Todo eso gracias a que alguien tiró un petardo y dejó la puerta abierta.
Y yo me pregunto, ¿para qué?, ¿cuál es el objetivo de tirar petardos?, ¿cuál es la diversión?, los perros lo pasan fatal, sufren muchísimo con los petardos, y para los demás, la gente que estamos tranquilamente en nuestras casas, es terriblemente molesto. Eso aparte de ser extremadamente peligrosos.
No lo entiendo, no puedo entender cuál es el sentido de los petardos, tiras uno, suena muy alto, ¿y qué?, ¿ya está?, ¿esa era la gracia?. No me explico como algo tan primitivo, tan rústico y tan ordinario no pasa de moda nunca, siempre que hay un día de celebración, todos los años, ahí está el listo de los petardos animando al vecindario, en todos los barrios hay uno. Puedo incluso entender los fuegos artificiales, pero los petardos no, desde luego que no.
Así que esta vez le ha tocado a Roy sufrir las consecuencias de una gamberrada tan estúpida. Espero que pueda salir de ésta y pueda pasear su cicatriz, así cada vez que la veamos nos acordaremos de la moraleja de la historia y nos lo pensemos dos veces antes de encender uno de esos chismes la próxima vez.
Hace 10 años
2 comentarios:
¡Qué pena! Me puedo hacer una idea de lo que están pasando Roy y su familia...y me entran ganas de llorar...espero que el dolor pase pronto...
Seguro que todos podemos contar alguna historia negativa relacionada con los petardos... pero, ¿alguien sabe alguna positiva? ¿Puede un petardo traer algo bueno?
En fin, lamento tener ahora mi propia historia.
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