domingo, 14 de febrero de 2010

Reflexión

Esta tarde después de comer me he dado un baño. Me lo merezco, que para eso es San Valentín. Normalmente los baños relajantes tienen como objetivo relajarse y dejar la mente en blanco. Como yo no sé hacer eso aunque lo intente, lo único que consigo es crear pensamientos mucho más intrascendentes de lo normal y, eso sí, a cámara lenta.

Mi pensamiento banal de esta tarde ha consistido en esto:



Éstas son las cosas que necesito para el cuidado cotidiano:

- Crema hidratante día
- Crema nutritiva noche
- Leche desmaquillante
- Tónico
- Protector labial
- Gel exfoliante
- Crema corporal
- Elixir bucal
- Jabón corporal hipoalergénico
- Mascarillas y acondicionadores capilares

Esto es lo que necesita un pepinillo para conservarse:

- Vinagre



Decidido. Tengo que hacerme budista para poder creer en la reencarnación. Y ya tengo muy claro lo que quiero ser en mi próxima vida.

2 comentarios:

mamá dijo...

Y luego está tu madre, que sólo necesita pasta de dientes y el cepillo...

Anónimo dijo...

Que bien con todos esos menjurges como decimos aqui, todo lo que pones lo tengo y que delicia al ponermelos.
ADELANTE.
Enma.

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