martes, 9 de febrero de 2010

Viva Las Vegas

Mi marido es aficionado al Póker, muy, muy aficionado, a veces diría que hasta un poco adicto. Como entre nuestros amigos triunfa más jugar al Uno, y cuando hemos jugado al Póker, el nivel es muy bajo y hay más cachondeo que concentración, suele jugar por internet con gente tan aficionada como él.

Cuando empezó a jugar me imaginé que se jugaba de mentira, sin dinero, pero de pronto me di cuenta de que no, de que puedes ganar muchísima pasta porque apuestas con tu dinero, dinero real de tu cuenta bancaria. Por suerte, antes de que me diera un ataque al corazón pensando que estaba metiendo dinero de nuestra cuenta, me dijo que no había puesto dinero porque al registrarse te dan 5 euros, y que lo había multiplicado varias veces, así que ese era el dinero con el que jugaba.

Juega muy a menudo, y de vez en cuando se clasifica para algún torneo. Los premios de los torneos son millonarios, pero francamente, nunca he tenido mucha esperanza en que llegue a llevarse algo gordo porque juega muchísima gente de todo el mundo, y en este tipo de juegos hay mucho friki arrolladoramente invencible.

Sin embargo, esta mañana me ha estado contando que hay algún torneo algo más pequeño que él cree que puede ganar, que no lo ve muy difícil, y que alguna vez se ha quedado a las puertas de jugar en la mesa de los grandes. El premio de dinero no está nada mal, pero el que gana se va nada más y nada menos que a Las Vegas con el viaje pagado.

Las Vegas es un sitio al que, a menos que me toque un viaje gratis, nunca iré. No es porque no apetezca, que la verdad es que me resulta un lugar muy curioso, si no porque hay muchos destinos antes que ése que me gustaría visitar, y como no es fácil hacer un gran viaje, cuando tenga la oportunidad de hacerlo iré a otros sitios. Así que siempre que veo Las Vegas en la tele (y veo muuuuucho Las Vegas en la tele por un par de series que sigo) lo miro desde el punto de vista de "nunca estaré allí". Sin pena, sin amargura, simplemente con realismo objetivo: nunca iré allí.

Sin embargo, al decirme esta mañana que hay una pequeña posibilidad de que algún día gane un torneo y se lleve ese premio, de pronto he pensado "¿¿¿LAS VEGAS??? ¡¡¡WOOOW!!!", y un montón de imágenes han empezado a venir a mi cabeza en avalancha.

Esas fuentes del Bellagio donde los chicos de Ocean´s eleven se quedaban pensando en su victoria, esas réplicas de la Torre Eiffel o de las esfinges de Egipto, esos escenarios que vieron decaer a Elvis en sus últimos años de vida, esa capilla donde se casaron Ross Y Rachel en su noche de borrachera... tantas cosas que hemos visto en las películas toda nuestra vida...

Así que de pronto he pensado: TENEMOS QUE GANAR. Hay que hacer ese viaje como sea. Por un viaje gratis lo que haga falta, aunque sea a Alcantarilla, provincia de Murcia, pero si encima es a Las Vegas, no hay excusa. No importa los meses de práctica y de intentos que hagan falta, si hay que jugar al Póker todos los días un rato, se juega. Antes o después, pero nos vamos a Las Vegas señores.




¿Alguien quiere cartas...?

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