Hace unos días que tengo la sensación de que me vuelven a la cabeza algunos asuntos que deberían estar cerrados. Estoy por casa tranquilamente cocinando o haciendo cualquier cosa, cantando canciones en mi cabeza (o en alto, que yo cuando estoy sola no me corto) o pensando en mis cosas, y depronto, sin que pueda evitarlo y sin que venga a cuento en absoluto me vienen a la cabeza recuerdos, recuerdos malos de un tema en concreto, como queriéndome recordar que la herida fue tan profunda que aún sangra de vez en cuando, que aún duele, que aún no está curada.
Normalmente me meto tanto en la espiral de indignación, odio y dolor que esos recuerdos me crean que me lleva un rato el salir del trance y pensar... ¿pero qué hago recordando esto? ¿pero por qué estoy siquiera pensando en ello? ¿por qué no me pongo a pensar en otra cosa y dejo de torturarme con esa estupidez?. Entonces lo hago, me pongo a pensar en otra cosa, y ya está, se va. Pero el problema es que siempre vuelven, últimamente siempre vuelve ese fantasma, y durante un rato me vuelve a atormentar hasta que me doy cuenta de ello y me impongo.
No sé, supongo que hay cosas que necesitan tiempo, una cantidad de tiempo directamente proporcional al dolor que te creara lo que ocurrió. Me llevó años el poder decir en alto el nombre de la persona con la que mi ex-novio me engañaba frecuentemente y defendía su derecho a hacerlo por todo lo que le debía a aquella persona. Creo que de hecho no lo dije nunca hasta que tuve una amiga que se llama igual, y de hecho enseguida le puse un mote a mi amiga y es mi manera de llamarla, aunque reconozco que ya no me causa dolor nombrar a aquella mujer. Supongo que es porque ya lo he superado, ya he superado con creces todo el dolor que me causó aquella relación, y ahora puedo hablar de ello con normalidad como una cicatriz completamente cerrada.
Me imagino que este fantasma tardará un tiempo en irse. La buena noticia es que todo aquello ya no está vivo. No es un ex-novio que siga llamándote de vez en cuando impidiéndote avanzar. No es una antigua amiga a la que te encuentras de vez en cuando, reavivando así el fuego de lo que os desunió. Esto está muerto, es pasado, con lo que sé que acabará desvaneciéndose como tantas otras cosas que ya no ocupan sitio en mi cabeza pero que en su día fueron el motivo de mi tristeza o de mis preocupaciones.
Tengo suerte de ser una persona que mira siempre hacia delante y no hacia atrás, pero aún así hay piedras que cuesta mucho trabajo sacar de nuestras mochilas...
Hace 11 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario