Tener un blog es maravilloso. Es agradecido, reconfortante, satisfactorio y relajante. Es como un bebé al que ves crecer orgullosa de tus méritos. Le ves nacer, le ves crecer, le ves cambiar, adaptarse cada vez más a lo que tú vas haciendo de él...
Pero como todo en esta vida, tener un blog también tiene una cara oculta, con sus cosas malas y frustrantes.
Éstas son 10 cosas que me gustaría haber sabido antes de crear mi primer blog:
- La inspiración es traicionera. Pueden pasar días, semanas o incluso meses sin que te apetezca escribir, y eso no puede ser. Si hay algo que nos molesta a los blogueros y lectores es un blog abandonado, y 7 de cada 10 blogs que leo desde hace años acaba por morir solito ante mis ojos, que me sigo metiendo religiosamente como una ilusa en blogs que no se actualizan desde febrero del 2012.
Escribir en un arranque de inspiración es como dejar que tus dedos hablen solos a la velocidad de la luz, pero intentar escribir cuando estás en blanco es la mayor tortura a la que puedes someter a tus neuronas, pero dejar tu blog en blanco durante meses es algo que los blogueros definitivamente no queremos que ocurra. La inspiración es muy, muy traicionera, y crear un blog es un compromiso con uno mismo y con sus seguidores.
- Escribir un blog es la experiencia más parecida a ser una celebrity que algunos nos podemos permitir. Depronto recibimos emails de gente que no conocemos de nada confesándonos que nos leen desde hace años y que admiran nuestro trabajo, o comentarios de gente de nuestro pasado a la que dábamos por perdida contándonos que nos sigue y que le encanta saber de nuestra vida a través de nuestras letras.
Pero eso sí, al igual que les pasa a los famosos, también tenemos gente juzgando lo que hacemos, lo que decimos, lo que contamos, lo que no contamos, lo que compartimos o lo que opinamos. Y eso NO es guay en absoluto...
- Los trolls. Oh los trolls. Yo tengo la mía particular y en mi caso sé quién es, cómo se llama, dónde vive y cuántas veces entra en mi blog al día por mucho que trate de despistarme. Sé hasta sus motivos para odiarme. Pero también tengo trolls aleatorios que entran en mi blog de forma casual (tengo un controlador de visitas que me cotillea mucha, mucha información) que me dejan comentarios tan bonitos como "sufres problemas mentales, verdad?". Todo ese amor hay rodando por la web, y ya sabemos que el más absoluto de los anonimatos da pie a que la gente haga lo que su falta de privacidad no les permite, y si llegan a mi blog porque han googleado "Scarlett Johansson" y se encuentra con una entrada en la que yo expongo que no me gusta Scarlett Johansson... pues te digo que estás loca y me quedo tan ancho, que para eso soy un troll y nadie sabe quién soy. La libertad de expresión en su estado más puro criticando mi propia libertad de expresión.
- Con los años nuestra escritura va cambiando y vamos encontrando nuestro estilo, así que a veces miramos hacia atrás y leemos antiguas entradas donde todavía no estábamos bajo la presión de que nos lee mucha gente y nos encontramos con frases inconexas, diferencias en la forma de escribir con la forma actual o tonterías varias que demuestran que vamos cambiando con los años. Y es como cuando ves esas fotos de graduación de Cameron Díaz o Kurt Cobain y piensas "oh dios..."...
- Hay muchísima gente que te lee, te comenta, te felicita y no se avergüenza de ser asiduo de tu espacio. Sin embargo, hay mucha, mucha gente que te lee religiosamente pero jamás jamás te lo va a reconocer. Gracias, una vez más, al controlador de visitas le ponemos cara a esa gente, y es muy divertido contarles algo que ya has comentado en tu blog y que sabes que han visto y ver cómo se hacen los sorprendidos. Es gracioso que se crean más listos que tú cotilleando tu vida sin que lo sepas, cuando en realidad la tortilla se da la vuelta al ser tú la que les cotillea a ellos cotillearte sin que sean conscientes. La gran paradoja de vivir...
- A veces te documentas, buscas fotos, te curras una entrada
durante días creyendo que va a ser épica y no tiene ninguna repercusión, y luego escribes una
chorrada sobre un pequeño incidente en la ofi y resulta que a todo el mundo le encanta y se hace una de tus entradas más populares.
- Hay veces que escribes una entrada increíble que te encanta. Con el
paso de los años tienes muchísimos lectores más, y da una rabia tremenda
haber escrito algo tan bueno cuando nadie estaba ahí para verlo.
- Mi controlador de visitas me chismorrea las búsquedas a través de las que la gente llega hasta mi blog, y en serio, hay cosas realmente gore desde los países más pobres. Siempre que veo que alguien ha llegado a mi espacio desde Méjico me echo a temblar.
"Follando el filete a dos super gordas", "me cogí a una vieja viuda" o "me meto al cuarto de mi hijastra y me la cojo" son sólo algunas de las búsquedas de los últimos días. Encantador...
- Hay gente, mucha, mucha, mucha gente que te va a
criticar. Ya hemos hablado de los trolls, que se expresan desde las
sombras, pero hay muchísima gente que te va a decir que les parece fatal
que cuentes lo que cuentas o que pongas fotos de tus hijos.
Yo
soy de la teoría de que si un pederasta se va a emocionar con mis hijos,
lo va a hacer viéndoles por la calle si quiere, no por que yo ponga
fotos de mis hijos estoy animando a la gente a que haga un mal uso de
ellas, pero la gente es muy pesada con la privacidad de la imagen de los
niños, así que muy a menudo vendrá gente a decirte que haces mal, que
haces muy mal haciendo lo que haces, contando tu vida y mostrando tu
intimidad a golpe de click. La gente no tiene ni idea de que tú sólo
escribes y compartes lo que tú quieres, tu blog no es una llave a tu
cabeza ni a tus sentimientos, pero da igual, vendrán a decirte que tu
manera de expresar es mala, muy mala.
- Ver que bastante a menudo entra gente en tu blog porque ha googleado tu nombre es verdaderamente friki. Patricias Bueltas sólo estoy yo en este mundo y una tía en Alemania, así que si alguien me busca desde España es porque me busca a mí, no hay más vuelta.
Es realmente siniestro...
Hace 10 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario