Ya es oficial: estoy sana como una manzana.
Ocho meses después de la operación, mi cuello del útero está como siempre, o mejor dicho, como nunca. Nada, no queda absolutamente nada, como nuevo, como si nunca hubiera existido ese virus que por poco me mata del susto cuando me dijeron que era el segundo paso a un cáncer invasivo de útero.
Después de tres doctores, miles de pruebas y días y días de angustia hasta que por fin un me explicaron lo que realmente tenía de manera esperanzandora, por fin puedo decir que estoy recuperada al 100%.
Se acabó. Ufffff........
Hace 10 años
2 comentarios:
¡qué alegría, hija!
un beso
mamá
Genial...ahora el que está pachucho con los ojos ( para variar) es Banji... que tiene una inflamación gorda en la cámara anterior... y el ojo es pura pupila...de lo más raro, no?
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