viernes, 16 de abril de 2010

Miscelánea

Es gracioso, esto de no ser ni pija, ni friki, ni grunge, ni hippie ni moderna hace que todas las personas que me encuentro que forman parte de algunas de esas tribus me consideren integrante de la tribu opuesta a la suya.

Tengo un compañero de trabajo súper pijo que me considera grunge perdida porque llevo tatuajes y algunas veces llevo pantalones anchos y deportivas.

Mi prima la de las rastas me considera el colmo de lo pijo porque llevo las uñas con manicura, me encanta llevar tacones y soy muy maniática con llevar el pelo peinado.

Mis amigos frikis me consideran del montón porque me gusta escuchar música comercial tipo Rihanna o Madonna y porque veo cine americano.

A mis amigos a los que les gusta salir de copas y les encanta la música tipo canción del verano y Disco Estrella piensan que soy una friki porque escucho country o grupos que no son conocidos en España como Fountains of Wayne.

Los más tradicionales opinan que soy una rebelde porque pasé por completo de estudiar y estaba independizada y trabajando muy prontito.

Los que van de anti-sistema piensan que soy una anticuada y no tengo personalidad ninguna porque me he casado y considero que no es lo mismo el compromiso de vivir juntos que el compromiso de vivir juntos y casarse.


Todo esto soy yo a los ojos de la gente, o al menos así es como me hacen sentir.

Y yo, que paso de todo. Es decir, a mí no me interesa pertenecer a esto o a lo otro, y tampoco me interesa en absoluto diferenciarme y poner todas mis energías en ser única y hacer lo que nadie hace y no hacer lo que hace la masa sólo para sentirme diferente. A mí no me importa ser una oveja más del rebaño en esta sociedad, yo simplemente me preocupo de hacer lo que me apetece, escuchar la música que me apetece y llevar mi vida por el camino que me apetece, sin preocuparme de si es lo que hace todo el mundo, es la música que escucha la mayoría o si soy rara porque mi actitud no es la corriente o a la que el resto del mundo está acostumbrado.

No entiendo a la gente que vive poniéndole cruces a las cosas. "Esto no lo escucho porque es comercial y lo comercial es malo", "esto no me lo pongo porque es de pijos", "no me caso porque llevamos muy poco tiempo de relación y la gente no lo va a entender". Sinceramente, me parece complicarse la vida. Yo no me considero ni especialmente auténtica, ni especialmente única ni nada parecido, pero sé que hago lo que me da la gana y no le voy poniendo calificaciones a las cosas para valorar si entro dentro de esa casilla y puedo permitirme el lujo de actuar de esa manera. Y creo que si la gente hiciera lo mismo disfrutarían mucho más de miles de cosas que se pierden y no prueban por ponerles una etiqueta.

En fin, que yo siempre he querido ser normal, como la gente normal y no ir de nada por la vida, pero parece ser que precisamente por eso, me he convertido en un poco de todo y en nada en realidad.

Pues qué quieres que te diga, mejor para mí.

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