martes, 27 de abril de 2010

Sin avances

Me disponía yo a cortarle las uñas a Juno, que más que un perro empieza a parecer un aguilucho. Por supuesto Juno no se deja coger las patas porque se lo ve venir. Debe ser que ver a su dueña con un enorme corta uñas canino en las manos es una pista bastante premonitoria.

Su primera estrategia es soltarse las patas con todas sus fuerzas. Como ve que persisto, de un salto tan rápido que casi me parece una teletransportación, aparece en el otro sofá lejos de mí. Me transporto al otro sofá, y volvemos a intentar el mismo método durante un largo rato, siendo ineficaz para las dos, ya que ambas seguimos en nuestros trece, coge pata, suelta pata, coge pata, suelta pata.

Juno es una perra muy expresiva, y como tantas veces he contado, fue abandonada y eso hace que esté todo el santo día cagada de miedo porque se cree que le vamos a hacer algo horrible. Total, que mientras sigo intentando cortarle las uñas, se le va poniendo una cara de pena que me recuerda a la foto que había de ella en el albergue, y empieza a entrarle el tembleque. Yo no puedo evitar que me resulte cómico que una situación como ésta, tan simple como cortarle las uñas, le produzca tanto pánico, y me dispongo a fotografiar su gesto por si algún día es un perro normal, liberado de sus temores del pasado, acordarme de que cuando llevaba en casa más de un año todavía estaba igual de cagueta que los primeros meses. Y con tanto tembleque y que ya le ha entrado el pánico y se piensa que le voy a hacer algo ya sea con un corta uñas, con una cámara de fotos o con un sanwich mixto, lo único que consigo es esto:



Imposible hacerle una foto medianamente normal.

Después de varios intentos igual de fallidos de hacer una foto de su careto, la única foto que he conseguido en la que se transmite su gesto es ésta, lejos de mí, resguardada donde ha podido ya que le he cerrado las dos puertas del salón:



Sí, ya lo sé, parece la versión canina de los niños del maíz.

En fin, que ahí sigue, con su tembleque, con su terror y con sus uñas de garza. Creo que voy a tener que buscar otra estrategia...

1 comentario:

Banjo dijo...

Qué pena! si es que la pobre... la pobre tiene uñas de águila, pero corazón de algodón...además, taconeando y todo mientras camina, sigue siendo guapísima.

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