Mi conclusión

Abril está más maravillosa que nunca, es un hecho. Es cariñosa, es simpática y es preciosa, ¿qué más se puede pedir?. Cuando cumplió 3 meses noté un cambio inmenso, empezó a responder a mis tonterías, empezó a tener personalidad sobre lo que le gusta y lo que no, enseguida cambió de alimentación, con lo que todo era más fácil, aprendió a coger cosas con las manos... en definitiva, dejó de ser un "recién nacido". Ahora que ya ha cumplido 6 meses, estoy notando otro cambio enorme. Está aprendiendo a sentarse, le empiezan a interesar los dibujos animados, hace intentos de "reptar" (el primer paso antes de gatear), incluso ayer empezó por primera vez a disfrutar de la piscina. Lo que quiero decir con esto es que Abril, ahora más que nunca, es una delicia de bebé y este es el momento en el que más se disfruta de ella, y además, va a más.

Y todo esto me lleva a plantearme... ¿qué tipo de prioridades puede tener una persona que prefiere serle fiel a una mentira, a una farsa, a una forma de pensar que tú mismo admitiste en el pasado lo que realmente era... antes que hacer las cosas bien, admitir tus errores, pedir perdón por ellos y disfrutar de una harmonía familiar con tu nieta?. Siempre he sabido que para mi padre no he significado nada, ni bueno ni malo, que sentía una gran indiferencia hacia mí, aunque bueno, en realidad no lo he sabido siempre, me llevó años darme cuenta y tragarlo, pero a estas alturas ya lo había asumido y vivía en paz con ello. Es por eso que cuando nació mi hija su reacción me pilló tan de sorpresa, siempre pendiente de ella, siempre con ganas de verla y muy implicado en cada cosita pequeña que le podía pasar. Vamos, lo que se dice un abuelo, algo que la verdad no me esperaba de él, porque hace muchos, muchísimos años que no es un padre para mí.

Hubo un momento, un par de décimas de segundo, en las que sentí algo de culpabilidad de estar privando a mi hija de su abuelo que tanto la quiere, ahora que por fin estaba mostrando un poquito de interés por mi vida, pues por qué no cerrar puertas del pasado. Pero luego me acuerdo de todas las veces que no me ha apoyado, todas las veces que no me ha cogido el teléfono, que le he llamado al timbre y no me ha abierto la puerta para luego decirme que pensaba que era el cartero, me acuerdo de cuando le mandé un email larguísimo hace años explicándole que había decidido estudiar maquillaje y contándole todos mis planes y nunca recibí respuesta por su parte, me acuerdo de que ni siquiera me preguntó nunca qué tal me estaban yendo las clases, simplemente nunca mencionó el tema del maquillaje, supongo que le pareció algo muy mediocre. Me acuerdo también de cuando su hermano se puso a insultarme en mi propia casa y él no movió un dedo, o de cuando se sentó en la última fila en mi boda en representación de lo lejos que está de mí en los momentos importantes de mi vida.

Me acuerdo de todas esas cosas y la verdad es que pienso en que puede que ahora se le caiga la baba con su nieta, pero quizá llegue el día en que se lo haga a ella también. Quizá llegue el día en el que ella quiera verle y él no le coja el teléfono, y le ponga la misma excusa una y otra vez durante años, "uy, esque no lo he oído" sin darse cuenta de que no cuela, y que lleva sin colar unos cuantos añitos. Quizá llegue un día en el que ella le cuente con toda su ilusión lo que quiere estudiar y él lo ignore por completo, porque después de todo, cuando yo era pequeña mi padre también era el padre 10.

Abril es mi hija, yo soy su madre y es mi obligación protegerla de la gente dañina. Además, no tengo la sensación de que la esté privando de nada porque tiene unos abuelos maravillosos y que la adoran por los dos lados, yo he disfrutado muchísimo de mis abuelos y a día de hoy todavía tengo una relación bastante estrecha con mi abuela, la única que me queda, así que toda mi obsesión es que ella viva su vida teniendo la misma sensación que tuve yo, la de que tiene unos abuelos que harían cualquier cosa por ella, y como eso no le falta, creo que he hecho bien eliminando a su abuelo de su vida, porque yo sé mejor que nadie que es una persona capaz de hacer muchísimo daño sin siquiera pestañear, y más vale ahora que cuando sea demasiado tarde y sea doloroso para mi niña.

Le dije que saliera de mi vida y él me dijo: "así será". Y así ha sido. Ni rebatió, ni pidió perdón y ni siquiera ha vuelto a llamar en frío, así que quizá tampoco Abril le importaba tanto. Quizá tampoco la quería tanto. Que no le importamos un carajo ni yo ni mi familia ha quedado demostrado.

Con todo esto he entendido que nunca he conseguido llevar una buena relación con mi padre porque yo estoy muy por encima de él. Pero qué quieres que te diga, vaya un estúpido, qué prioridades más equivocadas. Si él supiera la delicia que se está perdiendo por no saber pedir perdón...