viernes, 23 de julio de 2010

Surrealismo





Esta noche he soñado que me iba al monte Rushmore, el cual no creo que haya tenido sitio entre mis pensamientos desde hace 20 años que me enteré que existía cuando vi la película Niño Rico, y cuando estaba arriba observando su belleza descubría que estaba todo hecho de metal y, oh sorpresa, resulta que iba en tacones por un sitio muy estrechito que si te tropezabas te ibas al vacío de cabeza. Y era justo en esos momentos cuando una de las avestruces que campaban a sus anchas por ahí por la nariz de Roosevelt la tomaba conmigo y decidía perseguirme para picotearme el melón mientras uno de los elefantes que casualmente pasaba por allí cogía y le seguía el rollo al avestruz y me curtía a trompazos. Así que ahí iba yo, con mis tacones y haciendo malabares por la oreja de Lincoln con un avestruz y un elefante jugando al pilla-pilla detrás de mí, y en esto que me encontraba yo con un antiguo compañero de trabajo que fíjate tú, no ha tenido jamás nada de relevancia en mi vida, pues ahí estaba, en el Monte Rushmore de fin de semana, y me cuenta el tío que se está tomando un café, y yo le digo: "pues nada chico, yo aquí, que me he venido al Monte Rushmore de vacaciones pero fíjate qué mala suerte tengo que me persiguen un avestruz y un elefante con ganas de tirarme al precipicio. Por lo demás sin novedades". Y ahí le dejaba yo a él, en su chiringo con su café disfrutando de sus vacaciones en las alturas del Monte Rushmore.

Si alguien me quiere contar qué leches significa mi sueño que me lo diga, porque yo alucino en technicolor.





En fin señores, ahí les dejo Madrid, yo me voy a la playaaaaaaaaaaaaaaa..............

1 comentario:

Banjo dijo...

entre la oreja de Lincon y la nariz de Roosvelt pueden pasar un millón de cosas!
buen viaje!

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