miércoles, 17 de agosto de 2011

Lectores en la sombra

Me encanta mi blog. Me encanta el mundo de los blogs en general. Esa sensación de poder expresarte de manera escrita y que todo el que quiera pueda leerte sin necesidad de trabajar para un periódico o una revista. La libertad de expresión en su máxima potencia.


Por suerte mi blog es exactamente lo que quería. Tengo un número más que respetable de visitas con respecto a otros blogs del mismo estilo, escribo todo lo que quiero cuando quiero, mucha gente me ha dicho que me lee a diario... me siento muy satisfecha con este hobbie que, desde luego, tiene una gran función terapéutica para mí.


Pero como todo en esta vida, tiene su parte mala, y en este caso la otra cara de la moneda es ese porcentaje de lectores, normalmente anónimos, que usan los blogs ajenos para desfogar su frustración de la vida diaria. Esos lectores que permanecen agazapados en las sombras pero que no dudan un momento en usar su maza de la justicia divina para arremeter contra el blogger en lo que les venga en gana. Como si ser el receptor de lo que aquí compartimos diera derecho a expresar su odio sin pensar en las consecuencias, algo que el blogger, en este caso yo, se cuida mucho mucho de hacer en sus entradas y siempre piensa dos veces lo que dice, consciente de que le sigue gente de todas las edades, ideologías y nacionalidades.

Me imagino a todos esos lectores en su casa, sin perfil propio en blogger, porque ésa es la característica que diferencia al que da una opinión del que intenta herir y humillar, que uno lo hace con la cara relativamente descubierta (aunque sólo sea la ciber-identidad) y el otro no, leyendo blogs en los que nunca comenta, porque su función no es dorarle la píldora al blogger, su función es buscarle el punto débil y atacar sin piedad, hasta que encuentra una contradicción, un mal gesto, incluso una falta de ortografía, una falta moral, y entonces ahí si que se molesta en comentar, hirviendo de emoción. Despacio, sin demasiadas palabras desagradables, solo con un tono de infinito desprecio.

Y es algo que me resulta muy interesante en lo que pensar, porque tanto los bloggers como todos los lectores somos la sociedad, o al menos una parte de ella. Y esa necesidad de juzgar, de dañar, de hacer ver a los demás los errores fundamentales que cometen en sus vidas y lo equivocados que están en sus opiniones se ve tan claramente revelada en la gente en general, que a mí personalmente me da miedo, porque si lo aplicamos a la vida real no me queda más que preguntarme... ¿cuántas de las personas que me rodean en realidad por dentro están deseando decirme que lo que pienso, que lo que siento, que lo que opino está categóricamente mal y cuántos de ellos si se vieran en la seguridad del anónimato, darían rienda suelta a esa intolerancia con el más profundo de los desprecios?.


Cuidado, no es que los bloggers tratemos de que nos digan que sí a todo y que qué bonito y qué reflexivo todo lo que contamos. No se trata de eso en absoluto. Pero hay que entender que el que contemos nuestras cosas aquí no significa que estemos sentando cátedra, ni que seamos egocéntricos que pensamos que todo lo hacemos bien ni que no tengamos defectos, simplemente contamos nuestras anécdotas o nuestras opiniones sobre las cosas intentando no herir a nadie, o al menos en mi caso, que suelo hablar de manera informativa sobre mí misma y no hablar de lo que me parece lo que ha hecho el de al lado a menos que sienta que está actuando de manera dañiña para mí o para cualquier otra persona. Es que es algo tan obvio que cada vez que me encuentro con un troll de estos flipo, y pienso que si no te gusta un blog, si no te interesa la persona que está detrás y te parece que dice estupideces como que le gusta pensar en la utópica imagen de cenar una noche con Clint Eastwood (¡oh, qué ofensa la mía!), pues no lo leas, ¿por qué sufres?, ¿por qué te torturas leyendo otra entrada, y otra, y otra?, ¿será que en realidad no sufres tanto y te lucras intentando humillar a la persona detrás de esas palabras y ridiculizarle ante todos sus lectores?.


Yo, por desgracia, tengo mi troll personal, un gusano cibernético que intenta esconderse detrás de comentarios terriblemente ofensivos y no se da cuenta que se le ven los cuernos a leguas. Una vampira emocional que hace como que mira para otro lado cuando me ve cara a cara pero que en cuanto cruza el umbral de su espacio se dedica a cotillear entre mis anécdotas virtuales a ver por dónde puede herirme. Una auténtica frígida afectiva incapaz de sentir ningún placer con lo que tiene, únicamente encontrando satisfacción en fastidiar a su víctima, ya sea diciendo mentiras sobre ella o ridiculizándola a sus espaldas.


Esa es mi cruz virtual, pero soy seguidora de distintos blogs personales y me doy cuenta de que por desgracia no soy la única cuyo blog tiene uno de estos tumores tan dañinos.


No es que con esto quiera pedirle a mi troll que deje de meterse en mi vida, ya que se lo he pedido varias veces de la única manera que puedo, escribiendo, y no ha servido de nada, pero me encantaría que la gente que me lee y que disfruta con ello participara más activamente en mi blog y se convirtiera en algo más común que mis entradas tuvieran comentarios positivos, y poder sentir así que lo que hago tiene a veces también su recompensa.

1 comentario:

VforB dijo...

Pues claro que sí bloggera. Intentaré que mi comentario valga por 11 para neutralizar a los comentarios cancerígenos que deben restar otros tantos.
La vida, nuestro entorno en general, está lleno de gente negativa. Son seres del fango, residuos, personas que se esconden en las sombras y son esclavas de su frustraciones (físicas, económicas, sociales, sexuales...). No pueden soportar que tengas algo que ellos no tienen, y en lugar de elegir aprender de tí, eligen destruirte.
Como todo enfermo (que lo son lo q pasa es que ellos no lo saben), actúan de manera subrepticia, a escondidas, para tenerte lo bastante cerca como para poder clavarte su veneno cuando menos te lo esperes y hacer de tí también un ser frustrado.

Estas personas nos rodean bloggera, y por desgracia cada vez son más por la cantidad de "necesidades" que la sociedad actual nos impone y que son tan difíciles de cumplir. Es por eso que es tan fácil toparse con ellos, y porque además, la estupidez humana abunda.
Sé que se les puede neutralizar... Yo todavía no lo he conseguido, a mí también me han hecho mucho daño y todavía me estoy recuperando porque, como en mi caso, a veces son como los ácaros y les tienes incluso en casa (madres tóxicas, vecinos tóxicos, vecinas...), pero sé que la fórmula es la de siempre, indiferencia y todavía más felicidad. Ésto último es lo que ellos odian así que simplemente con tu bienestar les estás echando ácido en la cara. El tiempo ya se encargará de ellos. Un día empiezan a destruirse a sí mismos cuando se dan cuenta de que nadie les quiere, que son prescindibles, y al poco tiempo su conciencia hace el resto del trabajo, terminando con la famosa y eterna pregunta de: "¿¿Qué he hecho con mi vida??".
Así que tranquila bloggera, que toda mala acción tiene su justo castigo, y ésta tiene el peor de todos que es el que viene de uno mismo. Tú mientras tanto sigue siendo tan feliz y sortea estas experiencias que al final se convertirán en galones. Suerte y felicidades por tu blog.

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