miércoles, 28 de septiembre de 2011

La elegida

No sé si alguna vez lo he comentado por aquí, pero tengo un don súper-mega poderoso y que, al parecer, nadie más, al menos a mi alrededor, tiene. Mi don es súper chulo y seguro que todos os morís de envidia: yo, con mi don, atraigo a todos los mongos de alrededor.

Ojo, con mongo no me refiero a retrasados mentales, con mongo me refiero a gente raruna, a peña que se le ha pirao el baifo en algún momento de su vida, a todos los esquizofrénicos que van hablando solos por la calle y esas cosas. Pues sí, si hay algún mongo en dos o tres kilómetros a la redonda, antes o después vendrá a mí y se me pegará cual imán y me hará protagonista de situaciones de lo más surrealistas.



El caso es que últimamente he hecho un descubrimiento apasionante, una verdad que me ha sido ocultada durante años: resulta que es genético. Oh sí, genético, como lo de Melinda y sus fantasmas pero con los mongos. Bueno, eso y que yo normalmente no voy vestida con un salto de cama de raso cuando se me acercan, pero tiempo al tiempo.

El caso es que el otro día iba yo paseando con mi tío y mi primo por León cuando depronto un señor se nos acerca, señala a mi tío con el dedo y le dice todo serio:

- 1939. ¡Alcen la mano!. Hasta luego Aguirre.


Mi tío le dice adiós nosequién y sigue su camino. A lo lejos se oye al señor hablar solo.

- ¡Rusia, 1976, el emperador de China bla bla bla....! (fade out)


Yo flipo en colores y le digo a mi tío "¿¿y ese pedazo de mongo??", y me dice "ah, nada, ese es un señor que le atropello un autobús hace años y se quedó de la olla, y desde entonces vive obsesionado con mis columnas" (mi tío escribe columnas en el periódico de León).


Así que ahí lo tienen, yo atraigo a los mongos de la capital y el mongo oficial de León, que para eso es una ciudad pequeñita donde todo el mundo se conoce, se obsesiona con mi tío. Además, para más grado de mongosidad, resulta que el tío por pura timidez es misógino perdido, y cuando se encuentra con mi tío y mi tía se hace el longui para no saludarla a ella. Osea, que es con mi tío, con mi padrino, con la sangre de mi sangre con quien está obsesionado. Lo que yo decía: genético. Pertenezco a un linaje antiguo de familiares dotados con mi maravilloso y potente don.


El caso es que últimamente he tenido muchas experiencias mongos. La señora que me agarró del brazo para meterme en mitad de la carretera con el semáforo en rojo, el hijo/sobrino/vecino del mensajero que se puso a gritar en mi recepción que se la ponía dura, el funcionario de correos que me repitió 30 veces pensando que me lo decía por primera vez que si necesitaba factura él me la hacía con mucho gusto (entre los funcionarios suele haber mucho mongo, todos lo sabemos)...


Pero esta mañana en el autobús (uno de los escenarios favoritos de mi don), con mi Ipod y mirando por la ventana en plan "¡oh los campos, oh las flores, oh el Ikea de Alcorcón!" tuve mi experiencia mongo del día. Depronto llegamos a una parada así en medio de la nada de esas que tú piensas ¿¿pero quién se baja aquí y para qué??. Total, que saliendo de entre los arbustos, porque no hay nada más, se sube un tío, y como no, se me sienta al lado haciéndome quitar mi bolso. Cagüenlaleche, con lo agusto que voy yo aquí a mi bola y todos los sitios libres que hay, va y se tiene que sentar a mi lado, ¡que son las 11 de la mañana hombre, que el autobús va vacío!.

En fin, que sigo a mi bola con mi ipod y mi Demi Lovato cuando por el rabillo del ojo veo que se gira hacia mí y me habla.

Patricia: ¿Perdón? (quitándome el auricular educadamente)

Mongodelbus: ¿wonchinwonchinwó? (cara de desquiciado)

Patricia: ¿...perdón? (oh Dios no, dime que no eres mongo...)

Mongodelbus: ¿Wonchinwonchinwonchinwonchinwó?

Patricia:... (pensando mientras finjo una sonrisa amigable que me sale fatal) Joder, ¿y ahora qué le digo? ¿¿éste en qué idioma habla??


Disimuladamente me pongo el auricular otra vez y me dedico a ignorar al pobre mongo. Me bloqueé. A lo mejor voy al infierno, quién sabe, pero ¿qué iba a hacer yo?.

Lo mejor fue el momento de bajarme, la última parada leches, TODOS los viajeros nos bajamos, pues él no, él me pone así las piernas de medio lado para dejarme sitio para pasar y cuando ya he pasado me sigue hasta la puerta del bus diciéndome "¡¡wonchinwó, wonchinwó!!", mientras yo me hacía la loca y la gente me miraba con cara de pena.


Experiencia mongo total, vamos, mi don en todo su esplendor.



Vamos, que Dios estuvo años dudando si dotarme con la anticelulitidad eterna o con este don tan útil y tan potente, y se acabó decantando por hacerme capta-mongos, un don al que todavía no he conseguido sacarle mucha rentabilidad, pero no pierdo la esperanza, quizás en un futuro acabe trabajando para una versión remasterizada de "¿Quién sabe dónde?", y cuando tengan que encontrar a gente que necesite medicación me soltarán a la calle y yo lo atraparé cual imán humano, vamos, que lo encuentro fijo. Interesante...

1 comentario:

Bego dijo...

Jajaja esto me lo tienes que contar en vivo, creo q el miercoles lo intentaste pero con el chorro de conversación se nos fue jaja... Si tía en Madrid hay mucho mongo, yo no sé que pasa pero que te diga Chech, a mí también se me pegan, y nunca entiendo por qué, con toda la gente que hay por la calle me tienen que venir a mí a joder...
Debe ser porque tenemos pinta de entender a la gente, los ojos grandes y expresivos, no lo sé... Lo he achacado a mil razones jjajaja, bueno y cuando estamos juntas, qué?? Eso si que es un canteo!! El borrracho del otro día sin ir más lejos... El de "toooortilleras!"... Tenemos que hacer un toplist como el de Marsh, ok?? Jajajaja... Mmmuak!

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