viernes, 18 de noviembre de 2011

Bocas. Muy bocas.

Hoy ha habido catering en mi empresa. ¿Esto qué quiere decir?, todos los que trabajáis en oficina lo sabéis: cuando se acaba la reunión, todo el mundo va en plan gumia a arrasar con las sobras.


Bien, pues en esas lindes me encontraba yo en una sala inmensa poniéndome ciega de mini-montaditos de tortilla, zumo de algo-que-no-sé-pero-que-estaba-de-morir, jamoncito etc junto a todo el resto del personal. Yo estaba bien calladita, que con la boca llena no se habla no vaya a ser que sueltes algún misil a alguno de tus nuevos compañeros y eso está muy feo, me encontraba de espaldas a la puerta (nota: yo NUNCA me pongo de espaldas a la puerta, no sé, me da mal rollo) escuchando la amena conversación de todos mis independizados compañeros sobre lo terrible que es tener a tu madre en casa después de llevar mucho tiempo sin vivir con ella, que si te coloca el cuarto, que si te regaña porque la comida se te va a poner mala, que si te cose las cortinas, que si no le gusta que tus compañeras de piso vayan tan frescas, etcétera etcétera etcétera, cuando de repente yo, en un arranque de inspiración, decido aportar mi opinión a tan entretenida conversación, y en ese tono de voz tan susurrante que yo suelo usar cuando hablo hacia un grupo de más de una persona y estoy "ligeramente" nerviosa por la novedad, aporto lo siguiente:


Jo, pobres madres, cómo os pasáis, vamos, ¡anda que me iba a quejar yo de que la mía me pusiera la lavadora, que vamos, yo esque hasta que no tengo ahí toda mi ropa en el cesto no la pongo porque soy una vaga!,¡¡ que al final siempre tengo que bajar ahí en pelotas al tenderete después de salir de la ducha porque no tengo ya ni bragas limpias que ponerme!!


Silencio.


Caras de ¡Glup!.


Miradas a mi espalda.



Miro para atrás y veo al PRESIDENTE DE LA EMPRESA asomado a la puerta que echa una sonrisa de "qué interesantes las conversaciones del proletariado", se da la vuelta y se pira.



Todos mis compañeros estallan en carcajadas, yo supongo que empiezo a parecer un camaleón pasando por todos los colores del arco iris hasta llegar a mimetizar con el sofá rojo intenso de la sala, y el compañero de justo enfrente me dice "¡¡si esque yo le estaba viendo ahí asomado, pero a ver cómo aviso!!".




Qué bonita manera de finalizar mi primera semana en un nuevo trabajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaja me sumo a la panda de vagos que vamos a arrasar la comida después de la reunión y ME SIGO RIENDO... yo también vi la cara del Director...!! Pero fue muy bueno :) saludos!!

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