lunes, 7 de noviembre de 2011

Preparando un nuevo año

Los años son un tiempo mental. No por que cambie el año te va a ir mejor ni peor, eso está claro. Pero no deja de ser un límite, una línea de salida y otra de meta. Y como a mí me gustan los propósitos, me gusta encerrar mis esfuerzos entre esas dos líneas.

Tal y como acabó (de mal) el 2010, me prometí a mí misma que el nuevo año me dedicaría a disfrutar de la vida, que prácticamente no pararía en casa, que gastaría todas mis energías en llevar a mi hija a todos los lugares que se me ocurrieran, a disfrutar los tres juntos de cada minuto. A divertirme, básicamente a divertirme. Y así ha sido.

Este año ha sido increíble en muchos sentidos, he hecho mil cosas que no había hecho nunca y me he sentido genial haciéndolas. Éstas son algunas de ellas:


- Me he ido de vacaciones a la playa sola con una amiga.

- He empezado a disfrutar de las bebidas con alcohol.

- He hecho dos súper fiestas en mi casa (y una que me queda).

- He hecho un montón de manualidades.

- He llevado a mi hija a un montón de parques, al Zoo, al Parque de Atracciones, a todos los centros comerciales que tienen cosas para niños, a las barcas del Retiro...

- He aprendido a cocinar pastelería.

- Me he disfrazado mucho.

- Me he librado de prejuicios y me he cortado mi larga e incómoda melena. Y he adorado el resultado.

- He aprendido el placer de leer un buen libro. Suena estúpido, pero es algo que yo no conocía.

- He hecho un total de 6 viajes por España.



Todo eso por nombrar sólo algunas de las cosas que he hecho y que no había hecho nunca antes.

Pero también, como todo el mundo, he sufrido un montón. Vale que he sufrido a modo de supurarlo, no de "ay diosito qué desgraciada soy", pero sé que aún me queda mucho camino por recorrer hasta que consiga la paz mental que tanto busco en mi vida. Pero leches, ¿qué paz mental voy a tener con tanto cambio?, ¿cómo voy a tener tranquilidad si año tras año es imposible estabilizarnos?.




Así que lo he pensado mucho y éste va a ser mi propósito para este nuevo año que viene:


En el 2012 voy a poner todas mis energías en librarme de todos los tormentos que llenan irremediablemente mi cabeza día a día y que no tienen solución alguna.


Este año voy a superar todo lo de mi familia y a olvidarme por completo de ellos, voy a olvidarme de lo increíblemente fácil que ha sido ignorarme en el trabajo y voy a dedicarme exclusivamente a las cosas que sí están, que son reales. Mi maravilloso marido que nunca, nunca jamás me decepciona, mi familia política, que cada día me demuestra más lo mucho que me quieren, mis amigos, todos los maravillosos y nuevos amigos que he hecho este año, y por supuesto mi hija, la alegría de mi vida que es realmente quien más se merece que le dedique toda mi energía mental.


En el 2012 voy a trabajar mucho para que ciertas personas sólo sean manchas dolorosas en la memoria. Como cardenales, que sólo duelen si los aprietas.





El 2011 ha sido pura y dura diversión. El 2012 va a ser superación.



Y que me acompañe el que quiera en mi viaje.

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