miércoles, 23 de noviembre de 2011

Otro nuevo comienzo más...

Hoy hace que entré en mi empresa una semana.



Cuando entré en Tuenti estaba impresionada, como una niña pequeña en Cortilandia. Los viernes piden miles de pizzas y cervezas, se hacen escapadas a sitios chulísimos como Paintballs, Karts o al Parque Warner para unir a los equipos, los jefes van en chanclas, toda la oficina está llena de muñequitos, se hacen emoticonos de ellos mismos...., es realmente como un gran parque temático. Y yo estaba impresionada, realmente impresionada. Yo venía de una empresa donde había muchísima jerarquía de equipos, donde había piques y malos rollos entre los trabajadores porque habían ascendido a uno sí y al otro no y éste se dedicaba a putear a su nuevo "súbdito", a mí me tenían como la señora de la limpieza de los ingenieritos..., así que entrar en Tuenti fue como una fiesta para mí. Todos los días había algo nuevo que celebrar, algún motivo de diversión.


Pero poco a poco me fui dando cuenta de los entresijos del día a día. Por supuesto y como en cualquier otra empresa que se tercie, tenía su víbora oficial, y como yo suelo ser el blanco de todas las víboras, me toco a mí. Mi responsable no sólo no me apoyó, si no que además me acusó de ser yo la víbora. Algo que suele pasar cuando te ataca la víbora, que como intentes defenderte se vuelve contra ti, exactamente igual que me pasó con mis vecinas cuando me atacó la víbora de turno.

Intenté obviar ese tema, pero las cosas se empezaron a poner feas. Todos los equipos se llevaban genial y estaban muy unidos (o al menos eso parece desde fuera), pero en el mío había envidias, desprecios, puñaladas traperas y mal rollo en general.

Yo pensaba que estaba integrada, pero enseguida me di cuenta de que no. El horario afectó muchísimo a mi rendimiento y empecé a estar al 20% de lo que yo soy, y no sólo la víbora y sus hienas se aprovecharon inmediatamente de esa carroña, si no que yo, al darme cuenta de eso, empecé a estar triste, muy triste. No veía a Abril más que media hora al día cuando la llevaba al cole, llegaba a casa directamente para meterme en la cama, echaba de menos desesperadamente a Mr. Rossi y me sentía inmensamente sola, pero imaginaba que las cosas mejorarían antes o después y seguía en mi obsesión por mantener ese trabajo y adaptarme a sus necesidades.


Pero eso nunca ocurrió, y un día, sin ninguna explicación ni motivo ni mucho menos preaviso, me dijeron que me levantara y me fuera. Y depronto la gente dejó de poner "Me gusta" en mi estado cuando actualizaba. Y depronto dejaron de abrirme ventanita en el chat para ver qué tal me iba el día. Y dejaron de responder a mis mensajes cuando me interesaba por alguien con quien consideraba que había tenido una relación más allá del trabajo. Nada. Como si no hubiera existido.


Y lloré y lloré y lloré durante una semana, porque de verdad, no me lo esperaba en absoluto. No me esperaba que me dijeran "recoge tus cosas que te vas" mientras esperaban a mi ladito mientras recojo vigilando que no me apuntara el número de las tarjetas de crédito de la empresa.



Ahora estoy fuera y veo que después de todo no era tan buen trabajo como creía por todo lo que conllevaba y me alegro de no seguir ahí, pero a veces entro en mi Tuenti y veo las fotos de todos juntos posando disfrazados para Halloween, con la víbora ahí sonriente entre medias y pienso ¿realmente creéis que despidiéndome se ha acabado el problema del mal rollo en recepción?. Me parece increíble que alguien sea tan idiota como para no darse cuenta de quién es realmente la que está creando el conflicto. Pero ése ya no es mi problema, a mí me han fastidiado, pero el problema real se lo han quedado ellos. Ese problema, y por supuesto el problema de la que solía ser mi responsable, que es una persona tóxica que contagia de su negatividad y su odio a toda la empresa, pero ése ya es otro tema que merecería otro post.


Supongo que me impliqué emocionalmente con la gente sin darme cuenta de que era algo meramente laboral. Invité a mi casa a mis compañeras, les presenté a mi familia, les hice regalos por su cumpleaños, y nada. Depronto es como si no hubieras existido nunca. No les importa si ya encontraste trabajo, si estás bien o si económicamente te ha supuesto un agujero. Nada, no existes más. Y por supuesto entré en cólera cuando me dijeron que ya había una persona nueva (al mismo día siguiente) y la odié con todas mis fuerzas. Irracional, lo sé, pero esque es más fuerte que yo desear que trabaje mal para que se arrepientan de haberme despedido (algo que jamás va a ocurrir).



Sin embargo, después de un tiempo, mucho esfuerzo y algo de ayuda externa, he encontrado otro trabajo. No es el colmo de la abundancia en cuanto a sueldo, pero es una muy buena empresa.



Y resulta que mi destino, para ayudarme a entender la lección de todo esto, me pone en la situación opuesta. Soy la persona a la que han contratado porque han echado a alguien que llevaba trabajando 4 años en la empresa. Y viéndolo desde este lado, me doy cuenta de lo fácil que es olvidarse de alguien.


Aún no tengo mi propio correo, así que utilizo el suyo, y me llegan a diario correos dirigidos a ella solicitándome cualquier cosa, a lo que yo siempre respondo que ella ya no trabaja aquí, que yo estoy en su puesto, y que yo seré quien le ayude. Y la gente ni pregunta, ni se preocupa ni prácticamente se sorprende de que le digan que alguien con quien llevan compartiendo tareas 4 años se ha ido para siempre. Nadie me ha preguntado si le ha salido algún trabajo mejor para alegrarse por ella o si es que la han echado para al menos soltar un "¡pobrecilla!". Nadie, ni una sola persona.


Y me da pena, me da mucha pena por ella aunque ni siquiera la conocí, pero ¿qué voy a hacer en mi situación? pues aprovecharme de lo rápido que la gente pasa página y sentirme integradísima en el grupo a sabiendas de que si mañana (o dentro de 8 años) me marchara, no preguntaría por mí ni el tato.


Mi empresa mola muchísimo, es una grandísima gestora de publicidad, así que todas las empresas que hacen publicidad con el grupo vienen a la ofi y organizan eventos súper chulos con catering, merchandising y ponencias súper interesantes. Hoy ha venido un tío americano de Yahoo y ha dado una conferencia sobre el impacto de la publicidad en nuestras mentes. Yo no he podido entrar, pero al menos he chingado un par de bolis y de libretas de Yahoo, ¡ja, no contaban con mi astucia!.



Y yo, pues he cambiado bastante. Me estoy esforzando a tope y no estoy dejando que mi atolondramiento mental afecte a mis aptitudes, que sé de sobra que son muchas. Estoy dando todo lo que tengo y tengo la suerte de tener una responsable genial que es muy comprensiva, además de estar tremendamente abierta a todo lo que yo pueda aportar por mi parte. Y eso es muy importante para mí. Ya me ha dicho varias veces que está muy contenta conmigo, que es exactamente lo contrario a lo que recibía en Tuenti, y eso no hace más que empujarme a seguir haciéndolo cada día con más entusiasmo.


También estoy contenta porque estoy conociendo gente muy agradable. Tengo un grupo de compañeros con los que como a diario que me encanta, porque son gente agradable e inteligente que no rehuye una conversación profunda y trata el tema con naturalidad, y lo mejor de todo (y algo que no he visto mucho en mi vida), no dedica toda la comida a criticar y/o a reírse de jefes, compañeros, ex-trabajadores y similares. Son gente que le gusta lo que hace y tienen una conversación muy interesante. Me apasiona eso, gente que no es fan de criticar a las espaldas.

También hay algunas otras cosas pequeñitas que te hacen la vida más fácil y que molan mil, como un servicio a tu disposición llamado Easylife, que sirve básicamente para hacerte de secretaria personal. Es una tiendecita pequeñita dentro del complejo a la que puedes acudir para cosas tales como llevarles ropa y que te la lleven al tinte, dejarle tus llaves para que te lleven el coche al taller, llevarles cartas para que las franqueen y te las lleven a correos, hacer copias de llaves, pedir algo del supermercado/ferretería/veterinario etc.... Y la verdad, mola trillones.





Supongo que en Tuenti hubo muchas cosas que no hice bien y al final me pasó factura. Creo que fueron muy duros conmigo, no sólo por darme la patada si no porque tanto jefa como compañera me dijeron que no curraba absolutamente nada y que todo lo hacía mal, aparte de acusarme de poner zancadillas, pero yo reconozco mi parte de culpa. Tuve que renunciar a pasar tiempo con mi familia para mantener mi puesto y eso hizo que entrara en piloto automático y dejara de ser una persona competente. Sé que eso es mi culpa, pero creo que se podría haber solucionado hablando y que deberían haberme dado una segunda oportunidad.





Llevo muy muy poquito tiempo aquí y me lo estoy tomando con calma antes de dar cosas por sentado, buenas o malas, pero la verdad, ahora, al contrario que en Tuenti, tengo tranquilidad interior. Me esforzaré para que dure.













P.D: Y no, no estoy escribiendo esto en horas de trabajo, mal pensados, que es mi hora de comer.

No hay comentarios:

Web Statistics