Los valientes trabajadores de Abengoa Solar

Cambio de ascensores. Fecha prevista para su finalización: finales de mayo.

Dolor de cabeza, dispersión mental y zumbido en los oidos incluso cuando no tienen conectada la máquina son sólo algunos de los síntomas que me produce el terrible y constante ruido que hace la maquinita, que, para mi suerte, desde donde más se oye es desde la recepción, por supuesto.

Pero lo peor no son las obras ni los ruidos, ni muchísimo menos. Lo peor es que de los cuatro ascensores que hay normalmente, ahora solo hay dos, y y de esos dos, uno es bastante inestable, y varios de mis compañeros y gente del edificio ya se han quedado encerrados en el ascensor durante por lo menos media hora.

El lector pensará, "¡qué horror!", pero no, ahí no acaba todo. Lo peor es que, por si quedarse encerrado fuera poca angustia, mientras las puertas no se abren, el ascensor esporádicamente da enérgicas sacudidas para arriba y para abajo.

Supuestamente están en ello, esta situación no va a durar mucho, están haciendo todo lo que pueden para que los nuevos ascensores estén listos lo antes posible bla bla bla...pero ¿y mientras tanto?, ¿con qué valor se mete una en el ascensor todos los días cuatro veces? porque subir cinco pisos andando tampoco es la opción más tentadora, la verdad...

Así que a los trabajadores del Edificio Pirámide no nos queda más remedio que hacer uso de nuestra intrepidez desde el primer momento de la mañana, y embarcarnos en la aventura de subir cinco pisos en un ascensor que elige al azar a sus víctimas para hacerles pasar un muy mal rato.

Desde luego, me pagan muy, muy poco para lo que yo me entrego a esta empresa...