miércoles, 18 de febrero de 2009

Los placeres de mi vida...

...los regalices negros, los imanes de la nevera, explotar bolitas de aire de las cajas de embalar, mi nombre, la gente trilingüe, las palabras que tienen significado cuando las lees alrevés, las cajas de música, las bolas de cristal con nieve dentro, recibir muchas llamadas en mi cumpleaños, el acento inglés, los souvenires, porque es lo único que sólo se puede comprar en un lugar del mundo, las personas cariñosas, pintarme las uñas de los pies en invierno, los musicales, las luces de Navidad, las pelis sobre Nueva York, ver cómo explotan las palomitas, observar las manos de la gente para ver si tienen las líneas separadas como yo, levantarme con una canción en la cabeza y pasarme todo el día tarareándola, ver a mis perras corriendo, la gente zurda, las postales, miles de postales, saltar en los charcos, deshojar margaritas, las narices grandes, buscar la estrella que más brilla y quedármela para mí sola, las libélulas, hablar de cine, las jirafas, septiembre, que siempre trae miles de cambios, hacer pompas de chicle, las flores amarillas, mis dedos de los pies, la dulzura en las mujeres y la sensibilidad en los hombres, mirar por la ventana desde el coche en los viajes para ver si veo animales, pensar en cosas, en muchas cosas, las piruletas enormes, pasear por las callejuelas de mi Madrid, conducir, los números capicúa, que me regalen flores, me encantan las flores, que la gente me llame simplemente para saber qué tal estoy, tocar las cosas para sentir su tacto, comer pipas durante horas, las sábanas recién puestas, los chicos que se saludan con dos besos, las películas en versión original, los caramelos de violeta y las bolas de anís, los sombreros de mujer y de hombre, intentar descifrar el significado de las firmas de la gente, hacer listas, el verde manzana y el naranja chillón, mojar el pan en la salsa, las canciones que se inventaba mi tío Eduardo para jugar conmigo (prisionera en un castillo…), darme un baño una vez cada mucho tiempo para que sea algo excepcional, la gente enamorada, los tacones altos altísimos (pero nunca de aguja), el sonido de mi móvil cuando me llega un mensaje, las voces profundas, el olor de Dublín que todavía no he podido olvidar, las niñas con el pelo largo y los niños con el pelo corto, los tréboles, las fotos espontáneas de gente riéndose, el chocolate de Mercadona, cantar en la ducha, el color de pelo de mi sobrino Kade, meter la mano en los sacos de legumbres como hacía Amelie, soplar dientes de león, ver mujeres embarazadas, las tartas de cumpleaños, la gente que es más guapa de vieja que de joven, que me pite el oído derecho, los vasos medio llenos, las monedas de otros países, cumplir años, la letra M, la versión acústica de canciones eléctricas, que me digan que me parezco a mi madre, a mi padre o a mi hermano (aunque a mi hermano no me lo han dicho nunca), los juegos de mesa, leer blogs de gente que escribe, no que sólo pone fotos, comer muchas zanahorias, el sonido de un piano, las canciones de amor basadas en hechos reales, el caldero de mi abuela, llorar mucho con las pelis, el turrón de chocolate, las niñas que quieren ser princesas, los apellidos que sólo tiene una persona y su familia, como el mío, las voces inconfundibles, la barba de dos días, las canciones con mucha batería, hacerme miles de peinados y quitármelos antes de salir del baño, los libros cortos, beber agua y Coca Cola light en una copa de vino, los chicos caballerosos que besan la mano y te abren la puerta, la gente con acento...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya no te pareces a nadie...

un beso

Anónimo dijo...

bueno, me encanta que disfrutes con las cosas pequeñas...la vida está llena de ellas

Anónimo dijo...

Hace un tiempo, mucho tiempo hice en mi blog una lista muy parecida... hay muchas cosas similares, y las que siguen siendo especiales: la nariz de Banjo y el olor de Jaime recién duchado...mmmmmmmmmm

Anónimo dijo...

Creo que estoy algo trastornado... a mi solo se me ocurre una.

¿Estaré enfermo?

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