martes, 4 de enero de 2011

Sin comentarios

Me encontraba yo esta tarde en la cola de la caja de una juguetería esperando pacientemente mi turno. Delante mía, una señora pagando, delante suya, sus (entiendo yo) dos hijos, un niño de unos 10 años y una niña de unos 6, mirando en la vitrina de la caja, donde habitaban un millón de figuritas de esas de plástico de toda la vida con personajes Disney, Winnie the Pooh, la familia al completo de Toy Storie 3 y algún que otro pitufo.

El niño le pregunta a su hermana, señalando la figurita de Tiana, la de Tiana y el sapo...

- ¿Esa también es una princesa?

A lo que su hermana rápidamente responde:

- ¡No hombre! ¿no ves que es negra?









Me encantaría haber visto al padre de las criaturas...

3 comentarios:

Luismi dijo...

Como poco será gil&¿@\as... menudos valores enseñan a los niños.
Luego saldrán unos cafres y se preguntarán por qué, pero la culpa es de los profesores, aunque algunos educadores también son bastante gil&¿@\as...
¡¡¡Estamos perdidos !!!

Marilau dijo...

Quizá haya sido una inocente deducción de la cría, puesto que todas las princesas de Disney son blancas y esculturales (y hasta este estreno seguía siendo así...).

Unknown dijo...

Puede que sea culpa del padre o de la madre,del profe o del vecino...........La cuestion es que habra que empezar todos a cambiar de una vez y no tirar los balones fuera,que luego nos creemos muy modernos porque nos encanta Obama pero dejariais que vuestro hijo saliera con un mulato.Odio la falsa moral y creo que no pasaria nada porque la siguiente princesa disney fuera negrita..........................

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