Sí, tengo un cachorro

Esta mañana me decido a sacar un rato a mis tres cachorritas para airearme un poco, y con un poco de suerte a ver si consigo que Reshma llegue lo suficientemente cansada a casa como para NO comerse el sofá. Reshma sale tan contenta que de la emoción de que la saque a conocer mundo, en lugar de investigar nuevos olores, como haríamos los demás, se obsesiona con morderme insistentemente los cordones de las zapatillas.

Suena mi móvil
Descuelgo y suena una voz femenina:
- Buenos días, pregunto por Patricia B.
- Sí, soy yo
¡¡Guau!! ¡Grrrrr!
- Ehmmm ¿Te pillo mal?
- ¡No, no, dígame...!
- Mira, mi nombre es Amparito No-sé-qué, te llamo porque hemos recibido tu currículum a través de Infojobs...
¡¡Auuuuu!! ¡Grrrrrr! ¡¡Guau, guau!!

Reshma decide que la mejor opción para jugar conmigo ya que está en la calle es dar brincos intentando arrancarme precisamente el brazo que sujeta al teléfono, al que por supuesto no llega, pero los brincos combinados con gruñidos y ladridos hacen que resulte una conversación de lo más complicada, así que decido sentarme en el bordillo para poder agarrarle el morro y mirarla a la cara con ojos de "o te callas o te hago al horno" a ver si pilla el mensaje. A lo lejos oigo a Amparito que grita:

- ¡¡Que si te pillo mal te llamo luego!!
- No, no... no hay problema, dime...
- Pues mira, te llamo de Acme S.L., que es una empresa de carretes de hilo a domicilio...
¡Grrr!¡Grrr!¡Grrr! ¡¡Guau!!

Reshma está emocionada con la idea de que al sentarme, estoy a su altura para poder llegar a morderme el brazo, con lo que no me queda más opción que hablar con Amparito mientras el teléfono pasa de una mano a otra, lo cual ella interpreta como un divertido juego de a ver quién es más rápida.
- ... y necesitamos una persona con un buen nivel de inglés en conversación...

Reshma ya está en el punto en el que no sólo tira de mi manga, sino que además me zarandea. En uno de los movimientos mi teléfono sale disparado hacia uno de los descampados que adornan mi barrio.

¡¡Me cago en tu abuela Reshma!!
Ella mueve el rabo con emoción ante el movimiento de mis tobillos, a los que se engancha de inmediato haciendo más difícil moverme: ya casi repto.

Pienso en lo que debe de interpretar la gente que pasa por la carretera y ve a una mujer intentando alcanzar un bordillo con una rata de 4 kilos enganchada a una pierna. Vamos, que me ponen un grupo de rastafaris tocando los timbales y fumando a-saber-qué y pasan desapercibidos fijo.

Cuando consigo llegar al teléfono, Amparito está en silencio.
- ¿Hola? ¿Amparito?
- Sí, sí, estoy aquí, pero ya si eso te mando la información al e-mail que aparece en tu currículum.
- Vale, sí, muchas gracias.
- Oye ¿has visto alguna vez el Encantador de perros? Igual aprendes algo...