Wow...

Ir al cine a ver la última película de Clint Eastwood, encontrarme 12 euros en el bolsillo de una chaqueta que llevaba semanas sin ponerme, pasear por la maravillosa Gran Vía de noche por primera vez en meses, entrar en una tienda y descubrir que tienen en rebajas (rebajas, NO barato) una prenda que llevas mucho tiempo buscando pero que al parecer no está de moda y no encuentras ni por internet, probártela con toda tu ilusión y que tu marido te diga que te queda fatal y acabes por no llevártela, ir a tomar algo a tu bar favorito de Madrid y del mundo entero donde has pasado el 97% de tu post-adolescencia y donde han ocurrido un millón de anécdotas relevantes en tu existencia que explican por qué eres hoy en día de la manera que eres y descubrir que ya no existe porque se ha convertido en un inmenso Pull&Bear, llegar a casa y enterarte por Facebook de que el chico que te volvía loca en el instituto (y que pasaba de ti porque en realidad las volvía locas a todas) es el animador estrella de El Club de la Comedia y que opta a ser el nuevo reportero del programa Sé lo que Hicísteis la Última Semana son, definitivamente, demasiadas emociones fuertes para un sólo día.




Creo que debería irme a la cama...