Querida amiga Araceli:
Nos conocemos hace tantos años...
Teníamos 16 años y ya éramos las amigas más íntimas que podía haber en el mundo. Siempre estabas ahí para mí y nuestra amistad estaba por encima de cualquier otra cosa. Hoy, más de 10 años después y muchos años de perdernos la pista entre medias, ya no eres mi amiga, eres mi hermana. Nos volvimos a encontrar por la más grande de las casualidades y cuando vi la mujer en la que te habías convertido supe que habíamos avanzado por la vida espiritualmente del mismo modo, habíamos moldeado nuestras opiniones de la misma manera, nos habíamos convertido en algo muy similar, justo como éramos tantos años atrás. Sin embargo, la vida tan diferente que hemos llevado hace que tengamos aún tanto que aprender la una de la otra que cada consejo, cada anécdota compartida y cada historia sea un aprendizaje para la otra.
Este año te casas, y con la boda vienen un montón de novedades que harán que empieces una nueva vida con el hombre con el que ya lo has vivido casi todo. Yo ya estoy casada y llevo conviviendo 4 años, así que déjame decirte que la aventura que estás apunto de emprender es apasionante. No dejes que te metan en la cabeza que la convivencia es difícil, que el día a día es complicado. Eso son excusas que se pone la gente del montón para poder cargar contra el otro sus frustraciones diarias. Tú no eres del montón en absoluto, y desde mi experiencia, vivir con la persona a la que amas significa despertarte junto a él cada día, significa llegar a casa y compartir cada pequeño detalle de tu rutina con él, significa que, aunque estéis en distintas habitaciones haciendo cosas diferentes, simplemente levantando el tono de voz esa persona aparecerá por la puerta para lo que necesites. Empezar una vida juntos significa que todo es nuevo para los dos y tienes un inseparable compañero en tu viaje. Y eso, amiga mía, no tiene precio.
Un pajarito me ha contado que tienes muchas ganas de ser madre. También he oído que la gente te dice que esperes, que te des tiempo para disfrutar de tu matrimonio, que tener un hijo te cambia la vida. Créeme, todas hemos pasado por escuchar todos esos clichés.
Yo no esperé para ser madre. Conocí al hombre de mis sueños, en menos de un año juntos ya nos habíamos comprometido, y sólo unos meses después ya había un nuevo miembro de la familia en el horno. ¿Y sabes qué?, creo que hice EXACTAMENTE lo que tenía que hacer. Jamás he tenido la sensación de no estar disfrutando de mi matrimonio por ser tres en lugar de dos, y creo que ni un sólo segundo de los últimos 18 meses he echado de menos mi vida anterior.
Ser madre te cambia la vida, te dirá la gente por ahí, y tienen razón. No podrás volver a dormir hasta tarde un sábado, no volverás a tener unas vacaciones espontáneas..., todas esas cosas que la gente te diga son ciertas, son totalmente ciertas.
Pero eso, amiga mía, no es la maternidad en absoluto.
El primer año de mi hija fue un antes y un después en mi manera de pensar, en mi forma de vivir, en la manera de verme a mí misma y a los demás, y me gustaría contarte todo lo que nunca te enseñarán en las clases de preparación al parto, ni te contarán tus amistades ni leerás en internet. Te quiero como a la hermana que nunca tuve, y necesito que sepas lo feliz que estoy por ti en este momento de tu vida en el que estás apunto de empezar de cero una auténtica vida adulta, y me siento en la necesidad de compartir contigo todas esas pequeñas cosas que nadie más que una madre entiende.
Me gustaría poder hacerte entender de alguna manera que las heridas del parto se curan, pero que convertirte en madre dejará una herida emocional tan profunda que serás vulnerable el resto de tu vida.
Me encantaría que supieras que nunca volverás a leer un periódico de la misma forma, nunca volverás a ver un informativo sin preguntarte "¿y si le hubiera ocurrido a mi niño?". Que cada accidente de coche, cada incendio, cada atentado te atemorizará. Que cada vez que veas fotos de niños muriendo de hambre, mirarás a sus madres y te preguntarás si puede haber algo peor en el mundo que ver morir a tus hijos.
Mirarás tus fotos antes de ser madre, nuestras fotos con las mechas perfectas, nuestras manicuras recién hechas y nuestras camisas perfectamente planchadas, y pensarás que no importa lo estilosa que fueras antes, convertirte en madre nos reduce a nuestro nivel más primitivo. Pensarás en todos los años y el esfuerzo que has invertido en tus estudios, tu carrera, tu formación..., la maternidad hará que quieras aparcar todo eso sin dudarlo ni un segundo. Dejarás a tu hijo en el colegio y te irás tranquilamente a trabajar, pero mientras estés haciendo tus funciones te vendrá a la cabeza lo bien que huele el pelo de tu bebé cuando le abrazas.
Me encantaría que supieras que vas a ser constantemente juzgada por tu alrededor. Gente que no conoces de nada te mirará con desprecio porque tu hijo está tirado en el suelo de un centro comercial chillando y pataleando como si le estuvieras maltratando. Gente que conoces y en la que confías te hará preguntas con puntos suspensivos, diciéndote sin palabras que no aprueban en absoluto tus decisiones sobre la educación de tus pequeños, pero que, seguramente por primera vez en tu vida, harás oídos totalmente sordos a las sugerencias o a los comentarios del resto del mundo, porque sentirás que lo que estás haciendo es decisión tuya, sólo tuya, y que jamás tomarías una decisión a la ligera en algo tan importante como la educación de tus hijos.
Quiero que sepas que te decepcionará gente que jamás pensaste que lo haría, y que te sorprenderá gente con la que no tenías una relación demasiado estrecha. Amigos de siempre te sorprenderán al no acudir a conocer a tu bebé hasta pasados unos meses, y gente con la que nunca habías compartido grandes momentos te escuchará y no te juzgará en absoluto, algo que agradecerás enormemente en los primeros años de tu pequeño vástago.
La relación con tu marido cambiará, pero no de la forma que piensas. Me encantaría que entendieras hasta qué punto puedes amar a un hombre que da de comer tan cuidadosamente a tu bebé o que jamás duda en jugar con vuestro hijo. Quiero que sepas que te enamorarás de tu marido de nuevo por razones que nunca antes habrías imaginado.
Debes saber que crearás un enorme vínculo con cualquier madre soltera que conozcas, sentirás su dolor como si fuera tuyo y la compadecerás al pensar en el día que le tenga que explicar a su hijo por qué él no tiene un papá como el resto de sus amigos. De la misma forma, jamás podrás volver a mirar de la misma manera a una mujer embarazada con un cigarrillo en la boca o que no ha dejado de beber alcohol durante su embarazo.
Me encantaría poder describir la inmensa emoción que sentirás al ver a tu hijo coger por primera vez una cera de colores e intentar moverla por el papel. Me encantaría capturar para ti la intensa risa de un bebé cuando sus dedos tocan por primera vez el pelo tan suave de un perrito. Quiero que sepas que saborearás una satisfacción tan intensa que resultará hasta dolorosa. Pero también es importante que sepas el odio que puedes llegar a sentir hacia una criatura cuya edad aún no tiene dos dígitos si por algún motivo hace llorar a tu hijo.
Viendo lo increíblemente guapa y elegante que eres, quiero que sepas que cuando decidas ser madre, tu cuerpo se convertirá en una pelota hinchable que no deja de crecer. Lo sabes, y seguramente ahora piensas que después de dar a luz te matarás a abdominales y te hincharás a brócoli hasta que recuperes tu peso pre-embarazo. Déjame decirte que una vez que tengas a tu bebé en tus brazos, nunca volverás a sentirte igual contigo misma. Sentirás que tus estrías son ahora medallas de honor, te mirarás al espejo y pensarás que puede que tu cuerpo no sea el mismo de antes, pero "¡hey, qué demonios, ahora soy madre, estoy estupenda!". Te sentirás bien, te sentirás guapa y sentirás lástima por esas celebrities que según salen del paritorio se meten en un quirófano para que les quiten lo que les sobra y poder acudir a las alfombras rojas dos semanas más tarde para aparecer en todas las portadas con el titular "ESPECTACULAR DESPUÉS DE DAR A LUZ" sobre sus cabezas.
Tu vida, ahora tan importante, se convertirá en la última de tus preocupaciones, y empezarás a rezar por vivir muchos años, no para alcanzar tus sueños, si no para ver cómo tus hijos alcanzan los suyos.
Quiero que sepas que los programas que ves, las tiendas que visitas, las páginas webs por las que navegas, las conversaciones que ahora tienes... te resultarán insípidas y empezarás a interesarte por temas completamente distintos que puedan aportarte algún tipo de aprendizaje que te haga sentir que estás avanzando por tu bebé.
Podría seguir horas y horas hablando sobre todo lo que nunca te cuentan de la maternidad, pero creo que eres tú la que tiene que hacer su propia lista de cambios.
Puede que una vez que seas madre no sientas nada de lo que yo he dicho o puede que lo sientas aún más profundo de lo que yo he expresado, pero queridísima Araceli, sólo hay una cosa de la que estoy completamente segura: NO TE ARREPENTIRÁS.
Hace 10 años
5 comentarios:
Eres la mejor mi niña!!!.
Tengo ganas de abrazarte y decirte lo orgullosa que me siento de que formes parte de mi vida. Esta hermandad que tenemos es lo más bonito que puede existir entre 2 amigas que se quieren y se respetan tanto como nosotras.
Un besazo enorme.
Araceli.
Precioso Patricia, muy lindo de verdad.
A parte de todo lo dicho, más cierto que cierto... yo también quería decirte, en realidad a los dos... que en el poquito tiempo que yo os conozco, me habéis sorprendido muy gratamente, me encanta saber de vosotros casi a diario, vuestras alegrías, vuestras penas... la verdad es que hemos compartido muchas cosas, por suerte casi todas buenas y me alegro mucho que estéis ahí, tan cerca, tan presentes.
De verdad, sois muy buenos amigos... o debería decir...
Cuñaooossss ooossss
Joe al final voy a llorar eh?.
Nosotros estamos encantados con vuestra presencia en nuestras vidas. Os queremos muchísimo y por supuesto a la pequeña Abril que es para nosotros una sobrina más.
Nos quedan tantas cosas que pasar juntos y tantos momentos inolvidables...que no los cambio por nada.
Creo que eres la mejor persona con la que Patricia podría estar. La quieres, respetas y amas con locura así que viendo a mi amiga feliz yo también lo soy.
Siempre con vosotros chicos.
Un besazo enormeeee.
Araceli.
Queridos Amigos,
Y escribo la palabra Amigo con mayúsculas porque en la sociedad egoista e independiente de la que nos ha tocado formar parte, los buenos Amigos no se encuentran con facilidad y vosotros, sin ninguna duda, sois de los mejores. Me he animado a comentar vuestro blog (disculpame Patricia el atrevimiento pero se que Luismi participa de toda tu facilidad para la prosa) y no soy muy dado a estos menesteres (soy el hombre sinfacebook, sintwitter...)porque quería deciros que sois un ejemplo para nosotros en todos los aspectos. Creo que teneis tantas virtudes como pareja en las que mirarme y aprender que cada minuto con vosotros es un mar de sensaciones y aprendizaje.
A estas alturas de nuestra amistad, casi en su nacimiento, no me cabe duda de que estareis en todas nuestras alegrías y penas como nosotros esperamos estar en las vuestras, de corazón.
Gracias Amigos, un fuerte abrazo.
JORGE
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